DIECISÉIS
Una semana paso rápido para Jimin desde que llegó a vivir a casa de Jungkook, durante ese tiempo no salió de la casa, Rose le enviaba por correo el trabajo que iba acumulando y Lisa se comunicaba con él cada aquel podía, pero ya tenía pensado ir a su oficina, aunque tuviera que soportar el tener que ser seguido por los guardias que el mafioso había dispuesto para su cuidado, cuando él no estaba presente.
Casi todas las noches vuelve tarde, pero es consciente de que nada más terminar el trabajo se apresura en volver a dormir abrazado a él. En cierta medida ya se ha acostumbrado a vivir en esa gran casa en parte gracias a Taehyung con quién habla y cuida.
En cuanto a la cama...
—¡Persona loca! Estoy lleno de moretones, ¿lo ves? —los gritos de Jimin sonaron por la mañana mientras estaba sentado en la amplia cama con el torso descubierto.
—¿Y quien me pidió que lo golpeará más fuerte, pequeño? —respondió Jungkook tranquilamente mientras se bebía un café en el balcón de la habitación.
La cara de Jimin se puso roja porque no puede discutir. Cada noche algo dentro de él se enciende y le ruega a Jungkook por qué sea violento. Cuánto más fuerte es atado, más salvajes los azotes de su mano contra su piel, más excitado se pone.
El pelinegro nunca se resiste a esas peticiones, porque también le gusta ser algo violento, aunque siempre procura cuidarlo y no dañarlo más allá de lo placentero, jamás podría causarle daño buscando otra cosa que no fuera que ambos gozarán.
—Pasame mi bata —le pidió porque no quería salir de la cama desnudo y la prenda estaba más cerca del mayor que de él.
—Ven y recógela —respondió Jungkook jugando pues sabía porque el castaño no quería pararse.
—Estoy desnudo, no puedo levantarme y caminar para recogerla.
—¿De que te avergüenzas? Ya vi cada rincón de tu cuerpo.
Jimin no respondió, solo se le quedó mirando negándose a salir de la cama.
—Está bien, eres muy terco —dijo el pelinegro, antes de levantarse a buscar la bata.
Jimin sonrió haciendo que su corazón se emocionara, mientras lo veía caminar hacia el baño.
—Hoy estaré de regreso alrededor de las cinco de la tarde, si no hay nada urgente —dijo Jungkook mientras se sentaba a desayunar con Jimin y Taehyung.
Ya se había hecho costumbre que Jimin llevará a comer al pequeño Tae con ellos, el niño no quería, pero tampoco podía contradecir al castaño.
—Jungkook ¿Podemos Tae y yo ir de compras al centro comercial está tarde? —le preguntó el joven de muy bien humor.
—Está bien, que Yoongi y Namjoon vayan con ustedes —dijo Jungkook mirando a los guardias.
—Señor, si no le importa creo que sería mejor si en lugar de Yoongi fuera yo —hablo en voz baja Hoseok, mientras veía de reojo a Taehyung que sonrió al saber que él sería quien los llevará.
—Muy bien, ¿estás de acuerdo Jimin?
—Por mi no hay problema —respondió el castaño con indiferencia.
Después de la comida las ayudantes de la cocina les llevaron un postre, y Jimin se quedó viendo fijamente con molestia a una de ellas haciendo que se pusiera demasiado nerviosa y saliera casi corriendo a la cocina.
—¿Pasa algo? —le preguntó Jungkook al ver su expresión —¿Pasó algo o porque estás molesto?
—No, nada, todo está bien —respondió Jimin con voz normal y se volvió para invitarle a Tae del postre que Nana había preparado.
Cuando todos estuvieron llenos, se levantaron de la mesa y acompañaron al mafioso al carro que ya lo esperaba.
—Trataré de apresurarme para llegar temprano. No te alejes de Hoseok y Namjoon, ¿entendido?
—Lo sé, lo sé. Te encanta darme órdenes —se quejó Jimin antes de que Jungkook le diera un rápido beso delante de sus empleados e inmediatamente subiera al vehículo.
¿Por qué sonríes Taehyung? —preguntó Jimin, girándose hacia el joven sonriente que estaba detrás de él.
—La cara de Jimin hyung está muy roja, es muy linda —dijo Taehyung haciendo que la cara del castaño estuviera más roja que antes.
Jimin tenía la intención de mantener la calma y no sentirse avergonzado, pero cuando escuchó que el jovencito dijo eso, lo dejó sin palabras.
—¿Qué va a comprar, señor Jimin? preguntó Hoseok mientras conducía con Jimin y Taehyung hacia el centro comercial.
—Compraré ropa nueva para Tae —respondió el castaño haciendo que el chico que estaba sentado a su lado lo mirara de inmediato.
—¿No habías dicho que comprarías ropa para tí? ¿Por qué me harás este regalo? —preguntó Taehyung de inmediato.
Jimin sonrió, sabía que Tae era alguien sencillo y sin pretensiones, y eso lo hacía querer ser bueno con él.
—Sabía que si te decía que te traería a comprar ropa para ti, no aceptarías.
—Pero hyung no es necesario, mi ropa todavía se puede usar —respondió el joven respetuosamente, además de mirar a Hoseok que se encontraba en el asiento delantero de copiloto.
—Hobi hyung, por favor habla con él —le suplicó al hombre mayor.
—No puedo desobedecer las órdenes de la esposa de mi jefe, Taehyung —dijo Hoseok haciendo que el chico hiciera un puchero.
Sonrió suavemente, el joven que se veía mucho mejor de lo que se veía cuando llegó a la mansión.
—Vamos Tae, solo quiero cuidarte —respondió Jimin y el joven ya no pudo decir nada más.
En parte por agradecimiento y también porque sabe lo terco que es el castaño y sabe que de todas maneras le comprara lo que quiera.
Cuando llegaron al centro comercial, los dos caminaron juntos, seguidos de cerca por Hoseok y Namjoon. Jimin llevó a Tae a muchas de esas tiendas, buscando ropa que le gustará al joven, solo hacía falta que dijera que le gustaba y se la compraba enseguida.
—Jimin hyung quiero ir al baño.
—Okay, ve con Hoseok mientras yo escojo una camisa.
Después de que Hoseok se fuera con Tae, Jimin se concentró en buscar una camisa adecuada para el pantalón que acababa de comprar, cuando sintió que Namjoon se paraba junto a él. Levantó la vista de lo que hacía y miró al guardia que en ese momento estaba parado entre él y otra persona.
—Solo vine a saludar a este hermoso hombre, ¿Por qué interiferes? —escuchó la fuerte voz que sintió haber escuchado antes, pero no recordaba.
—No lo haga, no es conveniente que el señor Jimin hablé con usted señor —respondió el moreno en tono seco y directo.
Jimin pudo notar que el hombre iba acompañado por otras dos personas.
—¿Quién eres? —le preguntó.
—Nadie señor, creo que lo mejor será que nos encontramos con Hoseok —intervino rápidamente Namjoon, dejándole saber a Jimin que no debería de hablar con ese hombre.
—Espera —Shownu lo detuvo agarrándolo por la muñeca.
El moreno actuó rápido y también agarró con firmeza la mano del joven mafioso.
—Por favor, sueltelo señor Shownu, no creo que quiera que esto llegue a oídos de mi jefe —lo amenazó sin dudar.
Shownu lo soltó mientras aparecía una sonrisa sarcástica en su apuesto rostro.
—No es porque le tenga miedo a tu jefe, pero ahora me gustaría que esté lindo chico me dijera cuál es su realización con Jeon. Lo cuidan tan celosamente, se que no eres pariente suyo porque él no tiene familia —dijo Shownu con una mueca de desprecio, causando que Jimin se disgustara de inmediato.
—No creo que necesite saberlo —respondió Namjoon con clara molestia.
—Si no pregunto ¿Cómo podríamos llegar a conocernos? Yo también conozco a Jungkook —dijo Shownu mientras miraba a Jimin con malicia.
—¿Y por lo menos se ha molestado en preguntarme a mí, si me interesa conocerlo? Vamonos Nam, ya se me quitaron las ganas de comprar aquí, esperemos a Hoseok afuera —dijo Jimin antes de salir del local, sin voltear a ver a Shownu.
—Entonces es por el camino amoroso —murmuró el pelinegro después de que Jimin se fuera.
Una vez fuera de la vista de ese hombre, Jimin se detuvo y le exigió al moreno que le dijera quién era. El guardia le contó que era un competidor comercial de Jungkook, y él entendió perfectamente que clase de gente era. Un mafioso así como el pelinegro, pero en definitiva había algo en su rostro que no le agrado.
En cuanto Hoseok se enteró de lo sucedido quiso llevar a Jimin y Tae de vuelta a casa, pero el castaño insistió en seguir con sus compras, ambos guardias aceptaron pero fueron más precavidos.
—¡Eres un desgraciado Jeon! ¿Cómo pudiste hacer eso? —una voz fuerte resonó furiosa en la pequeña sala de la oficina.
—¿Qué fue lo que hice Chen? —preguntó Jungkook en voz baja y serena.
Esa mañana se había reunido con algunos clientes para tratar sobre la compra y venta de mercancía, y casualmente se había encontrado con un viejo enemigo que se había presentado para intentar recuperar a uno de sus mejores clientes.
—¿Y todavía lo preguntas? Me robaste descaradamente a mis clientes y me lo estás restregando en la cara.
Chen era un hombre Tailandés de casi cincuenta años, que había sido uno de los mayores exportadores de droga y armas entre ambos países, pero su soberbia y falta de inteligencia lo estaban llevando a la decadencia.
—Calmese Chen, hablemos despacio —intervino un hombre apodado Apichai.
El hombre ofendido accedió a controlarse. Soltó un bufido antes de dirigirse al intermediario.
—Apichai, ¿qué te dijo Lue sobre la compra de armas? —preguntó Chen.
Quería saber si podría recuperar a los Awa, ellos generaban millones.
—Chen, lamento haberle ofendido, pero tuve que elegir un producto que valiera todo el dinero que iba a pagar por las armas, las cosas del lado de Jeon son de mayor calidad y valen más dinero a la venta que lo que tú me ofreces —dijo Apichai con franqueza, haciendo temblar de coraje al hombre regordete
—Pero Lue ya había estado de acuerdo con lo que yo le ofrecí y dijo que no cambiaría de opinión ¿Cómo sucedió esto? —señaló Chen con enojo.
—En ese momento, lo que me ofrecías era de buena calidad y eso generaba confianza, pero ahora son de calidad muy baja, si no quiere seguir perdiendo clientes le recomiendo que haga mejoras en lo que ofrece, no todo en esta vida es solo ganar Chen, también tiene que aprender a perder y contra Jeon lo ha hecho, yo le recomiendo que mejor busque una sociedad que lo beneficie —dijo Apichai tranquilamente.
Jungkook sonrió levemente al imaginarse al engreído de Chen pidiendo una sociedad con él, el viejo hombre lo veía con furia inyectada en los ojos al ver su expresión burlona.
—Esto se llama traición Jeon, eres muy valiente al hacerlo y más a mi —dijo Chen dirigiendo su furia hacia él.
—Yo solo hice mi trabajo, todo fue claro Chen, además tú y yo jamás hemos sido ni socios ni colegas así que no hay traición —le respondió Jungkook sin miedo.
El tailandes le dió una mirada asesina antes de darse la vuelta e irse seguido de sus guardaespaldas.
—Te has ganado un nuevo enemigo Jeon, Chen te odia hoy más que nunca —dijo Apichai después de que el hombre mayor se fuera.
—Enemigos son los que sobran en este negocio, uno más no hará la diferencia. Mejor concentrémonos en nuestro trato —respondió cambiando de tema a algo más importante.
La razón por la que los antiguas socios de Chen ahora querían su mercancía, era porque sabían que todas sus armas eran enviadas directamente de Rusia, y se entregaban con excelente seguridad, a través de las líneas costeras de Busan para después viajar por tierra hasta su destino, y todo eso era seguido muy de cerca por el mismo Jungkook, que siempre estaría en persona para entregar lo pedido.
Todo eso le cayó como anillo al dedo a Apichai y su organización, que desde hace tiempo ya no se sentían satisfechos con lo que les daba Chen. Y cuando el hombre de confianza de Jeon lo contacto y vio en persona su producto, supo de inmediato que haría una gran mejora, y no le importaba lo que Chen pensará o hiciera.
—Señor creo que debemos tener mucho cuidado de ahora en adelante —le dijo Yoongi a Jungkook después de que se firmara el contrato con Apichai y se dirigieran a casa.
—Lo sé, conozco al viejo Chen, y conozco lo vengativo que es —respondió Jungkook antes de apoyar la cabeza contra el asiento del automóvil.
—Señor, un auto sospechoso nos está siguiendo —dijo Yoongi unos minutos después, cuando los guardias que los seguían en la otra camioneta detrás de ellos le informaron.
—No se apresuren, comprueben que no sea un auto de civiles —dijo en tono serio, pero ya estaba preparando la pistola que siempre cargaba.
—Díle al coche de atrás que lo deje adelantarse primero —ordenó Jungkook y Yoongi obedeció al acto.
Una camioneta deportiva blanca con vidrios polarizados se adelantó rápidamente hasta llegar a la altura de la camioneta de Jungkook, para después acelerar y quedar delante de la camioneta del mafioso.
Un poquito de acción para que no se nos olvide que la historia habla de un mafioso jejeje.
Nos leemos bellezas...
Besitos 😘😘😘
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