CUARENTA
FINAL PT. 1
Jungkook condujo hasta el puerto solo, como Chen le había dicho. Los subordinados del viejo mafioso le abrieron la puerta de la vieja bodega para que entrará, abrió la puerta del coche y se quedó quieto.
—¿Estás aquí solo? —preguntó el subordinado al pelinegro antes de cachearlo en busca de armas, no pudo encontrar nada, otros subordinados también inspeccionaron el automóvil.
—¿Me has visto venir con alguien? —preguntó Jungkook en un tono normal. En la mano sostenía un sobre marrón con documentos.
—Es bueno que hayas venido solo. Subamos al coche —dijo el subordinado de Chen, señalando con la cabeza hacia la camioneta negra estacionada.
—¿Quién me va a cuidar el coche? —dijo Jungkook con frialdad, mirando el rostro del subordinado de Chen.
—Nadie lo tomará. Este es un espacio privado y nadie puede entrar —dijo el subordinado.
Jungkook se encogió de hombros antes de caminar con normalidad hacia la camioneta y sentarse en el coche. Tan pronto como los subordinados subieron al coche, el conductor los sacó inmediatamente del puerto.
—¿Tu jefe está cuidando bien de mí gente? —preguntó cómo si se tratará de una conversación normal.
—No se preocupe, ambos estaban bien. Si no fuera así el jefe se molestaría.
Jungkook se quedó quieto y no hizo más preguntas, pero en su corazón estaba bastante preocupado por Jimin. La camioneta que recogió a Jungkook, condujo fuera de Busan, como si volvieran hacia Seúl, pero desviándose hacia las provincias del noroeste.
El pelinegro pudo adivinar a dónde se dirigían según la ruta utilizada. Tras tres horas de conducción, llegaron a un lugar rodeado de un bosque denso a ambos lados de la carretera.
—Su jefe es tan misterioso. Me gustaría tener con él una larga charla —dijo con pereza.
Los subordinados de Chen no dijeron nada, la furgoneta empezó a entrar en el bosque por un camino accidentado y solitario pero Jungkook actuó con normalidad, solamente estaba preocupado en su interior por Jimin. Pronto el coche se detuvo frente a una casa donde estaban parados más de los subordinados de Chen alrededor.
Jungkook salió del coche y miró a su alrededor, además del ruido de los insectos solamente había árboles.
—Entrá —le dijo el subordinado de Chen.
Entraron en un pasillo decorado al estilo chino, Jungkook vio a Chen esperando entre sus subordinados pero todavía no había rastro de Jimin ni de Yugyeom.
—Bienvenido ¿cuánto tiempo has estado en el coche? —saludo Chen con sarcasmo.
—¿Por qué lo preguntas? No es necesario saludar ni nada. No perdamos el tiempo —respondió el pelinegro.
—Tu boca no ha cambiado. ¿Trajiste los documentos que te dije? —Chen preguntó inmediatamente.
Jungkook le entregó el sobre para que lo revisará.
—¿Qué vas a hacer con ellos? —preguntó suavemente.
—Los tienes que firmar para certificar que me entregas los últimos productos. Y luego firmaras la transferencia de la última lista de ventas a cambio de esos dos —dijo Chen con determinación.
—Estás robando mis productos y clientes como un mocoso —dijo Jungkook en voz baja.
—Tú también robas clientes, por qué no podría hacerlo. ¿Estás de acuerdo o no?
—Quiero ver más caras de las dos personas que capturaste antes — regateo.
Chen se burló antes de volverse a mirar a los subordinados y hacer un gesto con la cabeza. Dos de sus subordinados salieron del pasillo. Kamon miró el camino que seguían.
—Jimin —llamó suavemente el nombre del castaño cuando vio que entraban él y Yugyeom.
La condición de ambos se había deteriorado bastante. Jimin se quedó mirando al mafioso y este intentó acercarse pero fue bloqueado por los subordinados de Chen.
—Ah, cálmate. ¿Se extrañan tanto el uno al otro? Solo han pasado
un día sin verse —se burló Chen.
Jungkook tuvo que controlar sus emociones.
—¿Qué les has hecho? —preguntó con voz severa.
Chen se levantó y tomó otro documento del otro lado de la mesa y se lo entregó a Jungkook.
—Este es un acuerdo de representación para aceptar todos tus productos y ponerlos a mi nombre. Junto con un comprobante de la transferencia de la entrega de mercancías que tienes que firmar.
Jungkook tomó el documento y lo leyó.
—No tienes que hacerlo —dijo Yugyeom.
—Cállate la boca Yugyeom, sé lo que estoy haciendo —le respondió Jungkook con severidad.
—¡Calláte!. Tapenle la boca —ordeno Chen.
El ruso fue rápidamente amordazado, Jugnkook le dio una ligera mirada a Yugyeom antes de volver a mirar a Jimin. Este desvío la mirada por la culpa.
—Chen. Si me niego a firmar, ¿que vas a hacer? —pregunto, fingiendo ignorancia.
Chen levantó una sonrisa en sus labios y camino para pararse entre el pelinegro y Yugyeom antes de sacar un arma.
—¿Quieres que le vuele los sesos a la persona que amas? Por cierto, ¿quién de los dos es? Este extranjero dijo que era la persona que amabas —dijo Chen burlonamente con un arma apuntando a la sien de Yugyeom y luego le apuntó a Jimin—. Está persona dijo que ya no lo amabas. ¿A quién te llevarás? ¿O es un triángulo amoroso? —preguntó en un tono de broma.
Jungkook miró a Jimin inmediatamente después de escuchar eso.
Luego sacudió la cabeza como diciendo que Jimin estaba equivocado.
—Cómo sea, puedes elegir a quien quieras. Pero ahora firma los malditos documentos —dijo Chen.
Jungkook sacó un bolígrafo del interior de su saco, firmó y se lo entregó a Chen que lo aceptó con una sonrisa.
—Deja que ese bastardo se vaya primero —ordenó, señalando al rubio y confiando en que Jimin sería su última carta.
—Primero entrégame al otro —dijo Jungkook, y el rostro de Yugyeom se tensó y Jimin negó con la cabeza.
—No, deja ir a Yugyeom primero —dijo Jimin.
Jungkook lo miró con incredulidad, el ruso también se volvió para mirarlo con la misma expresión en su rostro.
—Pero… —Jungkook objetó porque tenía un plan.
Pero primero tenía que poner a Jimin bajo su cuidado, mientras que no estaba preocupado por el rubio porque sabía de las habilidades de éste.
—No, primero liberaré al extranjero. Déjalo ir —dijo Chen antes de enviar a sus subordinados a liberarlo.
Yugyeom agitó sus manos atadas.
—Na etot raz ty pereshol chertu, Yugom* (Has cruzado demasiado la línea, Yugyeom) —dijo Jungkook en ruso.
—Nu on eto prinyal, ya vse sdelal ne tak. Prezhde chem zlit'sya na menya, tebe luchshe snachala nayti sposob pomoch' Chiminu* (Bueno lo aceptó, hice todo mal. Antes de enfadarte conmigo será mejor que primero encuentres una manera de ayudar a Jimin —respondió el rubio, sin su sarcasmo habitual.
—Ya pomogu yemu, gotov'sya k dal'neyshemu* (Lo ayudaré, prepárate tú mismo para después) —respondió Jungkook y Yugyeom frunció ligeramente el ceño.
—Potomu chto? U tebya yest' plan?* (¿Por qué? Tienes un plan?) —preguntó Yugyeom.
—Dejen de hablar en ese idioma extranjero. Y firma los otros documentos —interrumpió Chen.
Jungkook se volvió para recoger los otros documentos e inmediatamente firmar. Chen tomó el documento firmado y lo miró con satisfacción.
—Muy bien —dijo Chen.
—Entrégame a Jimin —le exigió a Chen, este sonrió.
—Jungkook, comprendes como son las cosas en nuestro círculo, no? —preguntó Chen—. En este negocio siempre sera un bucle sin fin porque si hay un problema robarás los clientes. Por eso tuve que capturar gente, porque si no estoy seguro de que definitivamente regresarás y atacaras de nuevo —dijo Chen apuntando con un arma a la cabeza de Jimin.
El castaño tembló levemente.
—¿Es eso lo que ibas a hacer? —protesto Yugyeom de inmediato.
—No, realmente lo voy a liberar pero igual todos van a morir aquí —dijo Chen con una sonrisa como si fuera algo muy divertido.
Sus subordinados levantaron sus armas y apuntaron hacia ellos.
—¿Hay algo que quieras decirle a tu esposo primero? —le preguntó Chen a Jimin burlonamente.
—Jimin, no tienes que decir nada. Iremos a casa y hablaremos allí —le dijo Jungkook, mientras Jimin lo miraba.
—Probablemente ya no tendremos la oportunidad de hablar entre nosotros —le dijo Jimin con voz temblorosa.
Jungkook negó con la cabeza mientras lo miraba con ojos feroces.
—¿Por qué estás siendo tan terco? —le reclamó el pelinegro.
—Nadie volverá a hablar de nada en absoluto. Porque morirán aquí y se convertirán en abono para las plantas.
De pronto un potente rugido seguido de gritos se escuchó desde el exterior de la propiedad. Los sonidos de los disparos se mezclaban con los potentes rugidos.
—¿Qué pasó? —preguntó Chen sorprendido.
Jimin y Yugyeom también se sorprendieron. El subordinado de Chen en el interior de la casa y todos tuvieron curiosidad y sintieron miedo.
—Estamos en el bosque, ¿no es así señor Chen? No es de extrañar que haya animales deambulando —dijo Jungkook con una sonrisa.
—Yugyeom, gira a la izquierda —dijo el pelinegro en ruso haciendo que el rubio se de cuenta que hay cosas que hacer.
Los ojos de Jungkook se centraron en el subordinado de Chen, rompiéndole la muñeca y agarrando su arma. Con el caos, Yugyeom logró golpear a la persona que estaba a su lado.
—¡Oye! —gritó Chen antes de agarrar a Jimin por el cuello—. dile a Jeon que se detenga —dijo antes de arrastrar a Jimin hacia dentro.
—Jungkook —le gritó al mafioso que estaba con los hombres que invadieron la casa para ayudar al castaño y a Yugyeom.
—¡Jimin! Chen, por favor, arreglemos esto de otra manera —pidió Jungkook con voz severa mientras seguía a Chen.
Esquivó el disparo cuando los subordinados de Chen que lo protegían le dispararon al costado. Jungkook no se atrevió a disparar, porque temía que Jimin fuera alcanzado. Por lo tanto, tuvo que seguirlos primero.
Un hombre corpulento salió de la habitación y pateó a Jungkook en el estómago para retrasarlo. El pelinegro se apartó un poco antes de contraatacar, uso su codo para bloquear el golpe antes de agarrar el brazo de la otra parte y pararse detrás, le agarró la barbilla y la cara y giró sus brazos, rompiéndole el cuello, el hombre cayó al suelo y Jungkook continuó su carrera hacia su enemigo.
—¡Suéltame! —gritaba Jimin mientras se retorcía.
Chen para aplacarlo, lo golpeó fuertemente con la culata de su arma en la cabeza, gritó por él dolor y de inmediato sintió el tibio fluir de la sangre sobre un costado de su rostro.
—¡Jimin! —gritó Jungkook en estado de shock cuando vio la sangre en su rostro.
Su rostro se deformó por la furia y corrió con más velocidad hacia el viejo, que salía por la puerta trasera de la casa junto a un grupo de sus hombres.
—¡No te acerques! De lo contrario morirá —amenazó Chen, apuntando con el arma a la cabeza de Jimin.
—Suéltalo Chen —dijo estresado.
El plan que había hecho había salido bien, sus hombres habían llegado hasta ese lugar gracias al GPS que llevaba instalado en uno de los botones de su camisa, el único error fue que confiaba en poder alejar a Jimin de Chen, pero el maldito se había negado a dejarlo ir complicando las cosas.
—Deja ese tono de superioridad y vete —gritó Chen.
Un desgarrador grito resonó a espaldas de Chen proveniente del exterior y entró en pánico, ya que no sabía exactamente de dónde provenían esos rugidos.
—¡Qué demonios está pasando afuera! —maldijo enojado.
La sangre de Jimin ya había manchado su camisa y Jungkook enfurecía cada vez más al no poder acercarse.
—No podrás escapar, Che.
—No va a sobrevivir —le respondió Chen antes de asentir hacia su subordinado para que abriera la puerta trasera.
El auto de Chen ya está estacionado esperando por él.
—Deberás de buscar su cuerpo en alguna parte del bosque —se burló el viejo.
Llevaba a Jimin semi inconsciente casi arrastras hacia el vehículo. La mayoría de sus hombres ya habían sido derrotados por los hombres de Jungkook, solo contaba con los pocos que iban tras él, mientras que el pelinegro casi le pisaba los talones.
—¡Abran la puerta del coche! —le ordenó al subordinado que lo esperaba en el asiento del conductor.
El guardia se bajó corriendo para abrir la puerta, cuando algo saltó sobre él desgarrando su cuerpo, el grito ahogado del hombre se escuchó y Chen se paralizó. A pesar de haber poca luz vio claramente que había atacado a su hombre.
—¡Un tigre! —gritó en estado de shock.
Otro de los subordinados del hombre estaba a punto de apuntar con el arma al gran tigre.
—¡Nata Montada, ahora! —ordenó una voz.
El tigre guiado por la voz de Hoseok saltó sobre los secuaces de Chen antes de que tuvieran oportunidad de disparar.
—Nata Montada, Clemo —murmuró Jimin en voz baja cuando vio a los tigres.
Los gritos de los subordinados de Chen sonaron mientras eran mutilados por los tigres. Los ojos de Chen se agrandaron en estado de shock pero agarró al castaño con fuerza.
—Te lo dije, no puedes escapar. Deja ir a Jimin —dijo Jungkook de nuevo y el viejo negó con la cabeza.
Hoseok logró lidiar con los subordinados de Chen que corrían desde el costado de la casa, desesperados hacia su jefe. Por otro lado, Clemo se dio la vuelta y le rugió a Chen.
Jungkook llamó al gran tigre que tenía el cuerpo y la boca llenos de rastros de sangre humana.
—Señor Chen,por favor recapacite —suplico Jimin en voz baja.
—No tienes que decírmelo. No moriré de todos modos —Chen apuntó su arma hacia Jungkook y Clemo, esto hizo que Jimin reuniera fuerza para golpearlo en la barbilla.
—¡Jimin, ven aquí! —grito Jungkook en cuanto vio que el castaño logró liberarse.
Chen cayó hacia atrás desubicado por el golpe.
—¡Muere! —gritó y levantó su mano apuntando hacia el castaño.
—¡No! —gritó fuertemente el pelinegro.
Sonó un disparo y el cuerpo de Jimin chocó con fuerza contra el del mafioso.
—Ahhh… —gritó Chen cuando fue atacado por Nata Montada, causando que el arma fallará el disparo.
—¡Clemo, hazlo! —ordenó Jungkook inmediatamente cuando sintió que Jimin estaba a salvó entre sus brazos.
Clemo inmediatamente se abalanzó sobre el hombre que estaba siendo mutilado por Nata Montada, sus gritos se ahogaban entre su propia sangre hasta que murió. Entre los dos enormes tigres en poco tiempo el cuerpo del mafioso quedó reducido a trozos amorfos, mientras Jungkook sostenía a Jimin sobre su pecho pues no quería que viera tan atroz espectáculo.
—Hoseok, encárgate de Clemo y Nata Montada —le ordenó a su hombre de confianza.
Hoseok camino directamente hacia los tigres y les coloco unas enormes cadenas alrededor del cuello.
—Volvamos a nuestra casa Jimin —dijo Jungkook en voz baja, antes de quitarse la chaqueta para limpiar la sangre de su rostro y tratar de detener el sangrado en su cabeza.
Jimin miró al pelinegro con lágrimas corriendo por sus mejillas, no podía hablar sentía un nudo en la garganta desde que lo escucho decir “nuestra casa”
—Yo… —intentó decir algo pero Jungkook negó con la cabeza.
—Shhh… hablaremos en casa niño terco —le dijo recalcando las palabras que había utilizado antes.
Después lo tomó con firmeza de la cintura y lo llevó con cuidado hacia el frente de la casa. Los subordinados de Jungkook ya se habían encargado de
todo. Jimin vio un gran vehículo de seis ruedas con una jaula y una lona medio cubierta. Eso le confirmó que Nata Montada y Clemo habían llegado en ese vehículo.
—¿Estás bien, Jimin? —le pregunto Yugyeom que llegó corriendo hacia ellos.
—Mi cabeza está un poco rota —le respondió el castaño en voz baja.
—Aléjate, Yugyeom —le ordenó Jungkook con voz profunda y cargada de rencor.
El ruso lo miró sorprendido unos segundos y frunció los labios ligeramente antes de aceptar moverse a un lado.
—¿Te sucedió algo a ti? —le preguntó Jimin al rubio con preocupación. Y este sonrió levemente.
—Nada.
—Podemos volver ahora. Los demás se encargarán de la limpieza y quemar todos los cuerpos —dijo Jungkook antes de llevar a Jimin al auto con el rubio siguiéndolos.
—Oh, Yugyeom. Tu hermano te está esperando en mi casa, prepara tus excusas —le dijo Jungkook en tono plano.
El pelinegro no había permitido que Wonho lo acompañará, ya que él quería encargarse de sus propios asuntos. Cuando escucho lo que Jungkook le dijo, el rostro de Yugyeom se puso pálido de inmediato, pero no dijo nada.
En un rato subo la última parte.
Nos leemos bellezas...
Besitos 😘😘😘
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