VEINTE
Era casi mediodía cuando Jungkook llegó junto a Namjoon al bar que se había incendiado, estaban revisando el lugar junto al técnico y otros empleados cuando una viga se desprendió y cayó sobre ambos, ninguno de los dos sufrió daños graves. El mafioso se lastimó el brazo y parte de la muñeca, mientras que a él la viga lo golpeó en la espalda y el hombro.
Namjoon había pretendido ocultarselo a Jin, pero este se dió cuenta de que estaban en el hospital y no tuvo más remedio que contarle.
—Mi esposa es bueno detectando mentiras, yo que pensaba decirle que me dolía la espalda para que diera un masaje y ahora me golpeara —se burló Namjoon después de colgar la llamada.
Jungkook solo negó con la cabeza sonriendo, mientras esperaban por el médico.
—Hola señor Kim, ¿qué fue lo que pasó? —saludo el médico en cuanto entro a su consulta.
—Una viga se cayó sobre mi y golpeó mi brazo, también golpeó su espalda y su hombro, cuando trato de evitar que me cayera encima —respondió el mafioso con calma.
—Muy bien, entonces déjenme examinarlos —les pidió el médico.
El primer en ser revisado fue Namjoon, y después Jungkook, cuando el médico le pidió que se quitará la camisa para revisarlo, el mafioso frunció el ceño al ver las marcas en su hombro.
—Jungkook, la viga te cayó sobre el otro lado izquierdo ¿porque tienes marcas en tu lado derecho? Aunque en realidad parecen mordeduras —preguntó el mafioso con curiosidad.
—Bueno, fui con Choi —respondió el pelinegro haciendo alusión al lugar al que iba anteriormente.
—Pero… por lo que puedo recordar no has salido con nadie últimamente y nunca te llamó la atención usar a las niños y niños de Choi.
Jungkook se puso nervioso, nunca espero que su amigo vieras las marcas y con lo del accidente se le olvidó que las tenía al abrir su camisa.
—¿Qué me estás ocultando? Jeon —preguntó Namjoon en voz baja.
—Creo que deberíamos primero terminar de atenderlos —interrumpió el médico.
El mafioso asintió en silencio y permitió que el médico terminara de atender a su mejor amigo. Cuando terminó, ambos salieron de la consulta, Namjoon mando a pagar a Yoongi mientras él, se llevó a Jungkook a una cafetería cerca del hospital. Jungkook no dijo nada, ya sabía porque su amigo y jefe quería hablar con él a solas.
—¿Tienes algo que decirme? Sé que es tu vida privada en lo que me estoy metiendo, pero tú normalmente no actúas extraño con eso. No dejes que me enteré por mi cuenta —le pidió Namjoon en voz baja y tranquila mientras bebía su café.
—Bueno, yo… —comenzó a decir Jungkook pero no sabía cómo empezar a hablar.
—¿Tú qué? ¿De qué tienes miedo?
—Lo siento Nam, sabía que lo que estaba haciendo estaba mal, y creeme que trate de evitarlo, pero ya no puedo, yo… yo amo a Jimin —confesó Jungkook.
—¿Que dices? ¿Qué fue lo que dijiste? ¿Sabes lo que estás diciendo? —preguntó Namjoon mientras se ahogaba con el café, tosiendo ligeramente y con la molestia y sorpresa en su voz.
—Sí —respondió Jungkook, tomando una respiración profunda.
—No pensé que fueras un idiota —dijo el mafioso con el ceño fruncido—. El género no me importa obviamente, pero Jimin tiene solo quince años, aún es joven, ¿quieres ir a la cárcel? —la preocupación se reflejaba en la voz del moreno.
—Lo sé, sé que está mal, pero realmente no pude evitarlo —admitió Jungkook y Namjoon exhaló pesadamente.
—¿Cuántas veces lo has hecho con Jimin? ¿Y desde cuándo?
—Solo un par de veces, pero no hemos llegado hasta el final —respondio el pelinegro, esperando que el mafioso entendiera que solo habían sido toques, sin llegar al sexo realmente.
—No lo forzaste, ¿verdad? —preguntó Namjoon para asegurarse.
—No, nunca lo haría.
—¿Qué pasará si Nana se entera, que harás? Te puede acusar por estar con un menor. Aunque yo te ayudará a librarte de la cárcel, ella no te permitiría acercarte a Jimin de nuevo. ¿Y estás seguro de que Jimin te ama de la misma forma que tú? No olvides que no ha experimentado nada todavía y podría solo estarse dejando llevar por tí —dijo Namjoon expresando sus preocupaciones.
—Lo he pensado tantas veces como no te imaginas, pero cuando estoy con él, no puedo pensar en nada. Solo sé que Jimin es una luz para mí y no quiero perderlo por nadie —dijo Jungkook con sinceridad.
—Ni siquiera sé qué aconsejarte. Mi única recomendación es que no se lo digas a nadie, no dejes que nadie se de cuenta de lo que estás haciendo con Jimin, especialmente mi esposa. Ni siquiera puedo imaginar que haría Jin si supiera sobre esto, sabes que quiere a Jimin como a un hijo —dijo Namjoon haciendo que Jungkook se tense al pensarlo—. Intenta pensar en una forma de manejar las cosas. Jimin aún es jóven y tiene muchas cosas que hacer y aprender en el futuro —concluyó el mafioso antes de seguir tomando su café y dejó que Jungkook pensara sobre la situación.
—Hoy los maestros tuvieron una reunión, así que nos dejaron salir temprano, es genial, ¿Vamos al centro comercial? —dijo Lisa a sus compañeros mientras caminaban por los pasillos de la escuela.
—Yo no puedo ir, Jungkook vendrá por mí más tarde, y si no me encuentra se va a preocupar, además no tengo muchas ganas de salir —se excuso Jimin en voz baja.
Al oírlo Eun Woo se entristeció, al pensar en que no quería ir por lo que había pasado la última vez.
—¿No te aburrirás al quedarte sentado a esperarlo? —le preguntó otro de sus compañeros.
—Puedo hacer la tarea mientras espero.
—Pero podemos salir un rato —dijo Eun Woo tratando de convencerlo.
—No tengo ganas, ¿y tú no tienes que ir a la práctica? —le pregunto de vuelta Jimin.
—Sí, pero es hasta más tarde y San llegará tarde, porque tiene unos recados que hacer. Si no quieres ir al centro comercial, me puedo quedar contigo y te hago compañía mientras llega tu hyung —respondió el pelinegro y Jimin asintió.
Sus otros amigos, al ver que no los harían cambiar de opinión se despidieron y se fueron, mientras ellos caminaron al lugar habitual en la mesa cerca del estacionamiento. Una vez ahí, Jimin se puso a hacer la tarea, junto a Eun Woo que le explicaba algunas cosas que de pronto el rubio no entendía, cuando terminaron, estuvieron platicando sobre temas sin importancia hasta que Jungkook llegó.
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—Hola, Kookie —saludo Jimin nada más entrar en carro, dónde Jungkook lo esperaba con un batido de fresa.
—¿Cuánto tiempo hace que terminaste las clases? —preguntó Jungkook con curiosidad, porque vio que la escuela estaba prácticamente vacía.
—Hace un par de horas. Los maestros tuvieron una reunión y nos dejaron salir temprano.
—¿Y porque no me llamaste para avisar? Podría haberte recogido más temprano —lo regaño Jungkook sin ser tan rudo.
—Quise ser considerado, sé que estabas en el trabajo y no quise interrumpir. No te enojes, mientras esperaba hice mi tarea —se excuso Jimin mientras le sonreía, Jungkook suspiro y asintió.
—La próxima vez, si sales temprano, llámame y dímelo. ¿Entiendes? —ordeno.
—Sí, lo prometo —respondio Jimin.
Cuando en un semáforo el auto se detuvo Jungkook, movió los hombros hacia delante e hizo un mueca de dolor por el golpe sufrido antes con la viga y que le molestaba y Jimin lo vio.
—¿Qué te pasa?
—No es nada, solo estoy cansado —respondió Jungkook como si nada. No quería que el joven supiera que se había lastimado.
—Si quieres cuando lleguemos a casa puedo darte un masaje.
Jungkook sonrió levemente, pero negó con la cabeza. Aunque le encantaría dejarse consentir por el rubio, el que lo sobara aumentaría el dolor. Jimin asintió al ver su negativa y se quedó viendo a la gente que pasaba en bicicleta.
—Kookie, ¿es difícil andar en bicicleta? —pregunto y Jungkook le respondió que no.
—Yo quisiera aprender, pero no tengo una —se quejó en voz baja.
—En casa hay un par de bicicletas, los guardias las usan en ocasiones para dar rondines por la mansión. Cuando termines tus tareas podemos practicar —ofreció Jungkook haciendo sonreír a Jimin.
En cuanto llegaron a casa, Jimin se fue a cambiar rápidamente y fue a ayudar a su abuela, y nada más terminar fue a buscar a Jungkook a su casa.
—Kookie, ya estoy listo —dijo el joven en cuanto el pelinegro le abrió la puerta.
Después ambos se fueron a buscar la bicicleta y después a practicar al patio detrás de la casa grande.
—En primer lugar, tienes que aprender a mantener el equilibrio, sostén el manillar firmemente, y no te pongas tenso —le dijo Jungkook a Jimin cuando se sentó sobre la bicicleta.
Después pasó el brazo por detrás de Jimin para que se sujetará de manera más estable. El rubio estaba muy emocionado, pero también un poco nervioso.
—¿Y si me caigo?
—Tranquilo, yo te ayudaré a moverte primero. Si fallas, no tengas miedo, estás en la hierba. Yo mismo, cuando comencé a aprender también me caí muchas veces —lo animó Jungkook.
Cuando le empezó a enseñar, al principio el joven era un poco torpe, pero cuando se caía, Jungkook lo agarraba para que no se golpeara muy fuerte.
—Pensé que iba a doler —dijo Jimin con una sonrisa.
La bicicleta estaba inclinada hacia un lado y casi se cae pero Jungkook pudo atrapar al joven a tiempo, sonrió y dejó que continuará montando nuevamente, hasta que Jin se acercó hasta donde estaban.
—Hola hyung, Kookie me está enseñando a andar en bicicleta —saludo Jimin sonriendo.
—¿Ya hiciste tu tarea? —le pregunto el castaño.
—No, ya la hice en la escuela, la maestra tuvo una reunión y mientras esperaba a Kookie la terminé —explicó el joven.
—Hoy en lugar de llamarme y avisarme que había salido pronto, se sentó a esperarme durante dos horas —dijo Jungkook en tono acusador y Jin se volvió a mirar al jóven con una mirada ligeramente feroz.
—¿Por qué no llamaste a Jungkook? —le pregunto Jin.
—Es que no quería molestarlo, Jungkook tiene trabajo y todavía va por mi a la escuela, así que no quería interferir más con su tiempo —respondió Jimin en voz baja—. Pero no estaba solo, uno de mis amigos se quedó conmigo a esperar —siguió explicando apresuradamente, porque no quería que lo regañaran.
—La próxima vez, si terminas temprano llámame a mí o a Jungkook. Y si quieres pasar el tiempo con tus amigos después de la escuela, también puedes decirlo —le dijo Jin tranquilamente y sonriéndole.
Jimin sonrió y asintió, mientras el castaño, centró su atención en el pelinegro.
—¿Cómo estás Jungkook? Namjoon me dijo que la viga también te golpeó a tí —le preguntó Jin ignorando que Jimin no sabía lo que había pasado.
—¿Qué te pasó Kookie? —le preguntó Jimin de inmediato con preocupación.
Jungkook levantó la mano y se acarició la cabeza, mientras Jin se sorprendió al darse cuenta de que el joven no sabía.
—Oh, ¿No le habías dicho? Creo… creo que será mejor que me vaya a ver a Namjoon, discúlpame Kook —preguntó Jin y después se disculpó antes de irse apresuradamente.
—Jungkook dime qué pasó —pidió Jimin con voz temblorosa.
—Vamos a casa y hablemos —le pidió Jungkook, sabía que si Jimin lloraba, lo podría consolar mejor en su casa.
—Jimin no pongas esa cara —dijo el pelinegro nada más entrar a su casa—. No es gran cosa.
Jimin lo miró con ojos brillosos.
—Entonces, ¿por qué no me dijiste que algo pasó? —le preguntó el joven con la voz ronca.
Jungkook dejo escapar un suspiro, antes de comenzar a contarle.
—Hoy, una viga de madera cayó sobre mi espalda cuando fuimos a revisar un local, pero ya he ido al médico y no es nada —le dijo provocando que las lágrimas cayeran inmediatamente por las mejillas de Jimin, porque estaba muy preocupado por él.
—Huh… déjame ver… Por favor —sollozó el joven.
Jungkook se desabrochó la camisa y la abrió para que Jimin viera su espalda y su hombro, que ahora se veía morado e inflamado alrededor de la venda de compresión que le habían puesto, Jimin puso la mano suavemente sobre el hematoma cuidando de no lastimarlo.
—¿Por qué no me dijiste? Estás herido y todavía te pusiste a enseñarme a montar la bici, debías de estar descansando —lo reprendió Jimin entre el llanto.
Jungkook se acomodó la camisa y se acercó a Jimin para abrazarlo, pero el joven se quitó.
—Te dije que no es gran cosa —respondió el pelinegro en tono serio.
—Pero me deberías de decir esas cosas, yo quiero saber todo lo que te pasa, ¿por qué tienes que escondermelo? —se quejó Jimin.
—Lo siento, te prometo que te contaré todo, ya no llores, vas a tener el rostro todo rojo y Tenemos que ir a cenar con Jin y Namjoon.
—Te gusta darme órdenes, pero también ocultame cosas, ese es un mal hábito —lo reprendió Jimin y Jungkook sonrió.
—No te dije porque no quería que te preocuparas.
El joven continuó sollozando durante un rato hasta que comenzó a calmarse, después fue a lavarse el rostro para ir a cenar.
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—Lo siento, Kook —se volvió a disculpar Jin cuando los vio entrar en el comedor.
El pelinegro sonrió levemente.
—No hay problema —respondió Jungkook, sabiendo muy bien porque se están disculpando el castaño.
Jin se acercó a Jimin y lo abrazó.
—¿Ya se te ha pasado el enfado? —le preguntó al joven.
Jimin lo miró levemente antes de abrazarlo con una expresión de tristeza, haciendo sonreír al castaño.
—Eh, si no fuera Jimin quien te abrazara probablemente estaría celoso —habló Namjoon cuando entró al comedor.
El joven se retiró de inmediato por temor a que el mafioso no estuviera a gusto con eso.
—No te regañe Jimin, no tengas miedo —le dijo Namjoon y el rubio sonrió.
Los cuatro se sentaron a comer juntos como de costumbre y Jin le contó a Jimin sobre llevarlo a la playa, esto puso al jóven muy feliz, haciendo que se olvidará de su molestia por qué Jungkook no le hubiera dicho del accidente.
—¿Ya hiciste las maletas? —le preguntó Jungkook a Jimin la noche anterior a qué salieran de viaje a la playa.
—Las hice desde ayer —dijo el joven con una sonrisa.
Mientras Jungkook volvía a enseñarlo a andar en bicicleta en el patio trasero.
—¿Por qué tienes tanta prisa? —preguntó el mayor y las mejillas de Jimin se sonrojaron.
—Bueno, es que me dió miedo de que se me olvidara algo si las hacía después —explicó Jimin con una sonrisa.
—Entonces, ¿puedes venir y ayudarme a hacer la mía? —le preguntó el pelinegro.
—Está bien. Después de que me bañé voy a tu casa y te ayudo —respondió Jimin.
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—Kookie, ya vine —habló Jimin mientras entraba a la casa del pelinegro.
—¿Puedes ayudarme a empacar mis cosas? —le preguntó Jungkook y Jimin asintió.
Cuando entraron a la habitación, Jimin vio bastante ropa esparcida en la cama y la maleta con algunas prendas tiradas dentro sin doblar.
—Jungkook, ¿por qué haces tanto lío —se quejó Jimin antes de ir a sentarse en la cama y doblar suavemente las camisas.
—Esperaba a que vinieras a recogerlo por mí —respondió el pelinegro mientras caminaba para sentarse detrás del joven, y lo abrazaba por la espalda y colocaba su barbilla sobre la cabeza de Jimin.
—Eres malo, tienes que ayudarme —dijo el joven no tan en serio sonriendo.
Jungkook se inclinó levemente hacia sus oídos, esto hizo que a Jimin se le pusiera la carne de gallina y encogiera el cuello.
—Kookie, no me hagas ponerme tímido y ayúdame a doblar la ropa —dijo Jimin con la voz ronca y sonriendo.
El pelinegro accedió a ayudarlo y terminaron rápido.
—¿No sé te olvida nada? —le preguntó Jimin serio mientras él mismo pensaba si no se había olvidado de guardar algo.
Jungkook no dijo nada pero se puso de pie y lo miró sonriendo.
—¿Qué? —preguntó Jimin con curiosidad.
—Pensaba que tenerte aquí todos los días sería bueno, porque así cuidarías de mi vida diaria —respondió el mayor en tono serio y Jimin sonrió.
—Estoy contigo todos los días —dijo Jimin basándose en su propio entendimiento, porque lo veía a diario y se encontraban juntos todos los días excepto cuando el mayor iba a trabajar.
—Quiero decir en el futuro y para siempre —dijo Jungkook de nuevo, antes de moverse para abrazar la delgada cintura del rubio.
Jimin volvió a mirarlo, levantó la mano y se agarró a la camisa de Jungkook mientras lo miraba con ojos brillantes.
—Yo voy a estar contigo para siempre, no voy a ir a ninguna parte —habló Jimin diciendo lo que pensaba y quería.
—¿Y de qué forma te quedarías conmigo? —le pregunto el pelinegro haciendo que Jimin bajara la cabeza y pensará.
Era la primera vez que se detenía a pensar en el estado de su relación.
—Cómo hermanos —respondió en voz baja.
Jungkook le levantó la barbilla para que lo mirará a los ojos.
—Los hermanos no hacen lo que nosotros hemos hecho —dijo Jungkook haciendo que la cara de Jimin se ponga roja porque sabía muy bien a lo que se refería.
—Oh...bueno... yo… yo no lo sé —respondió el rubio confundido.
—No tienes que pensar demasiado ahora, tu solo sabrás lo que deberíamos de ser cuando llegue el momento —le dijo Jungkook sin querer forzarlo a ser solamente de él.
Sabe que el mundo de Jimin debe de ampliarse y dejarlo conocer y entender por sí mismo lo que quiere y desea de él y su relación.
—¿No puedes decirme tú cuál es nuestra relación? —le preguntó con curiosidad.
Jungkook sonrió antes de levantar su mano y acariciar suavemente la cabeza del joven.
—Si ya terminaste de acomodar la maleta ve a dormir, mañana debemos levantarnos temprano —le ordenó Jungkook mientras lo miraba haciendo que Jimin sintiera calor en su cuerpo por la intensidad de su mirada.
—Creo que prefiero dormir en mi casa está noche —dijo el joven en voz baja.
—¿Por qué no puedes dormir aqui?
Jimin frunció los labios levemente.
—Es que… si me quedo aquí y… si algo pasa… yo… tengo miedo de quedarme dormido —dijo Jimin entrecortado avergonzado por admitir sus temores.
Al escucharlo Jungkook sonrió al entender lo que pensaba el rubio.
—Está bien, ve a dormir a tu casa, te voy a acompañar.
Jimin asintió, y después ambos salieron de la casa del mayor.
—Buenas noches, Kookie —se despidió Jimin cuando llegaron a la puerta de su casa.
—Dulces sueños. Nos vemos mañana —dijo el pelinegro con una
sonrisa antes de que Jimin entrará a la casa.
Quedarse solo esa noche, le sirvió a Jungkook para pensar el lo que le había dicho su jefe en días pasados. Se sentía feliz por la forma en que estaban las cosas con Jimin hasta ahora, pero realmente esperaba que sus sentimientos fueran iguales a los suyos y que cuando creciera más, realmente no se alejara de él.
—No quiero que crezcas más —dijo en voz alta mientras en su mente se hacía más presente el rostro de Jimin.
Tarde pero seguro jejeje.
Se nos vienen las vacaciones familiares.
Les recuerdo que los baños tienen cristales en lugar de puertas. 😈
Nos leemos bellezas...
Besitos 😘😘😘
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