OCHO
—¿Qué estás haciendo Jimin? —preguntó Jungkook sin salir de su asombro.
Su corazón latía con fuerza como un tambor cuando vio que los delgados dedos del rubio le abrochaban lentamente la camisa.
—Te estoy abrochando la camisa —respondió Jimin, concentrándose en abotonarle la camisa con fuerza.
Cuando terminó el joven sonrió y levantó la cabeza para mirar a Jungkook, que ahora estaba sentado en silencio mirándolo de una forma en que nunca lo había hecho.
—¿Qué pasa? —le preguntó Jimin ahora se sentía agusto con la camisa abotonada impecablemente.
—Oh, no, nada. Gracias por ponerme los botones, ahora termina tu helado que se está derritiendo —se apresuró a decir el pelinegro saliendo de su estupor.
Cuando sintió que su conciencia volvía a funcionar volvió a mirar la mesa de los amigos de Jimin, y vio que todos miraban con sospecha. Se quedó quieto para no mostrar nada, en cuanto al rubio continuó comiendo helado como si nada hubiera pasado.
—Muchas gracias Jungkook hyung por invitarnos a comer helado —Niki, otro de los amigos de Jimin.
Los demás levantaron las manos al unísono para agradecerle frente a la heladería.
—No hay problema —respondió con un tono tranquilo.
Después se volvió para ver a Jimin que estaba de pie junto a él.
—Jimin espera aquí, entraré y sacaré el auto.
—Esperaremos contigo —dijo Lisa haciendo que Jimin asienta.
—Aquí te esperó Kookie, no tardes —dijo el joven volviéndose para mirarlo.
Jungkook sonrió levemente, después caminó por separado hacia la escuela para recoger el auto.
—Creo que será mejor que camine con él para no perder tiempo —dijo de pronto pretendiendo seguir al pelinegro, pero Eun Woo lo tomó por el brazo.
—Espera aquí, tiene que salir por este camino de todos modos —le dijo y Jimin frunció los labios ligeramente.
—Mimi ¿Y en qué trabaja Jungkook hyung? —preguntó San con curiosidad.
—Sí quieres saber deberás preguntarle directamente a él, yo no sé exactamente que es todo lo que hace —respondió el joven con tranquilidad.
—No se les olvide que más tarde hablaremos por el grupo de LINE para ver lo de la tarea —les recordó Eun Woo.
Los chicos asintieron y continuaron cada uno con sus pláticas hasta que Lisa volvió al ataque con sus preguntas indiscretas.
—Oue Jimin ¿Jungkook tiene novia? —preguntó olvidando los honoríficos.
El rubio guardó silencio por un momento y negó con la cabeza.
—No.
—No mientas, a su edad debería tener una novia o esposa. Además, de que es bastante guapo. No entiendo porque sigue soltero —dijo la chica con indiferencia.
Jimin miró mal a su amiga, sin entender el motivo de su molestia, pero solo de pensar en Jungkook casado o con novia lo hacía sentir incómodo y mal. Lisa iba a volver a hablar, pero en ese momento el coche del pelinegro se estacionó frente a ellos, y bajó la ventanilla para llamar a Jimin.
—Me despido, muchas gracias por invitarme a comer helado —se despidió sonriendo.
—El fin de semana hagamos una cita para almorzar —dijo Somi y después todos volvieron a levantar las manos para despedirse.
Jimin se dio la vuelta, le sonrió a Eun Woo y se apresuró a entrar en el coche, tan pronto como se acomodó el cinturón de seguridad, Jungkook arrancó y se alejó del pequeño grupo de jóvenes.
—Ah, ¿eso es un batido de fresas? —preguntó Jimin al ver el vaso en el portavasos, pero su contenido hacía rato que se había derretido.
—Oh, sí, te lo compre de camino a recogerte, pero ya se ha derretido —respondió Jungkook en voz baja.
—¿Por qué no me lo diste cuando llegaste? Me lo hubiera tomado desde el principio —preguntó el joven.
—Vi que íbamos a tomar helado y por eso no te lo di.
Jimin, tomó el vaso y sorbió.
—No lo bebas, ya no debe de saber bien, así derretido —protesto Jungkook, pero el rubio negó con la cabeza.
—No lo tires, si puedo tomarlo. Además tú lo compraste para mí, y sería una lástima desperdiciarlo, y aún sabe delicioso —dijo Jimin.
Jungkook lo contempló mientras bebía el líquido rosa y sonrió un poco, sabe que Jimin no quiere dejarlo por qué lo compró para él. Lo dejó continuar y ambos guardaron silencio por un rato hasta que a la mente de Jimin volvió la plática con Lisa.
—Jungkook, ¿puedo preguntarte sobre un asunto personal? —dijo en voz baja.
—¿Preguntarme sobre qué?
—Uhm, ¿Por qué no tienes novia todavía? Mi amiga Lisa dijo que a tu edad deberías estar casado o tener novia, pero yo no te he visto con nadie —preguntó el joven en un tono temeroso, porque quiere saber y se decidió a preguntar.
—Aún no he conocido a mi alma gemela —respondió Jungkook, diciendo lo primero que se le ocurrió.
Aunque parte de él piensa que todavía no está listo para tener a nadie debido a su trabajo tan arriesgado.
—Entonces, ¿cuándo lo encontrarás? —preguntó Jimin de nuevo.
Jungkook se volvió para mirarlo cuando el coche se detuvo en un semáforo en rojo. Jimin enarcó ligeramente la ceja cuando vio que lo miraba.
—¿Cuándo? Yo tampoco lo sé, supongo que cuando llegué el momento mi alma gemela probablemente vendrá sola —respondió Jungkook con una suave sonrisa.
Jimin se quedó analizando lo que el pelinegro dijo y una respuesta llegó a su cabeza y no dudo en compartirla.
—Sí dices que tu alma gemela llegará sola, entonces ese seria yo, ya que llegue solo hasta ti, entonces, ¿no sería yo el alma gemela de Kookie? —preguntó ingenuamente un poco confundido.
—De ninguna manera, tú y yo solo somos hermanos —respondió Jungkook en un tono serio.
Cuando escucho lo que dijo, Jimin sintió una sensación pesada en su corazón.
—¿Entonces, tienes tarea hoy? —preguntó de pronto el pelinegro cambiando de tema.
—Eh, sí pero no mucha —respondió Jimin aún con esa sensación incómoda instalada en su pecho.
El sonido de notificación de su teléfono, rompió el silencio que se había instalado en el coche, Jimin sacó el teléfono y lo desbloqueo para leer, Jungkook volteo a ver disimuladamente, tratando de leer pero no pudo ver quién le había enviado mensajes.
—Nunu, me envió un mensaje para saber si había llegado a casa ya —habló el rubio respondiendo a la pregunta que no se atrevía a formular.
—No ha pasado tanto tiempo desde que nos fuimos, ¿piensa que el carro vuela? Una tonta excusa para hablar —dijo Jungkook murmurando en voz baja al final.
—¿Qué dijiste Kookie? No escuché —le preguntó Jimin mientras presionaba el botón de enviar después de escribirle a su amigo que aún no llegaban.
—No, no es nada. Estoy tarareando una canción —respondió el pelinegro con una expresión normal.
Jimin ya le había respondido a Eun Woo y cuando iba a meter el teléfono en su bolsillo un nuevo mensaje llegó, apartir de ese momento los mensajes se sucedieron uno tras de otro, haciendo sentir molesto a Jungkook, aunque no lo dijo.
—Jungkook, ¿como silencio LINE? —preguntó el joven en voz baja.
El nombrado se giró para mirarlo sin comprender.
—¿Silenciarlo o apagarlo? —le preguntó.
—Solo silenciarlo, así no molesto con el ruido de los mensajes llegando —respondió Jimin, pues sabe que muy probablemente el ruido constante de los mensajes le molesta.
—Cuando lleguemos a la casa te enseñaré a cerrar la sesión — dijo Jungkook y Jimin sonrió.
Pero el sonido de mensajes siguió sonando por un rato más, pero Jimin ya no respondió.
—¿No vas a ver lo que te han enviado y responder?
Jimin negó con la cabeza.
—No, puedo leerlo en casa, además me mareo al leer en el auto —respondió el joven, mientras chupaba el batido de fresa derretido.
La comisura de la boca de Jungkook se levantó en una sonrisa de satisfacción. Después de un tiempo, llegaron a casa, Jimin fue a saludar a Jin y Namjoon, y a su abuela y a algunos de los empleados que se encontraba por el camino, antes de llegar a su casa y hacer sus deberes.
Cuando terminó, tomó el teléfono y fue a casa de Jungkook, para que le enseñara a silenciar el teléfono y también a cerrar sesión en LINE, ambos estaban sentados frente a la casa del pelinegro. Cuando terminó de enseñar tomó el teléfono y vio que aún no le había puesto una foto.
—Entonces, ¿qué foto ponemos como foto de perfil? —le preguntó Jungkook.
—Mmm… No lo sé.
—¿Por qué no te tomó una foto? O ¿quieres otra cosa?
Jimin se quedó pensando un rato y después lo miró sonriendo.
—Y si en la foto en lugar de ser solo yo ¿salimos los dos?
—¿Quieres una foto nuestra? —pregunto el pelinegro sonriendo y Jimin asintió.
—Entonces ¿Si podemos tomarnos una foto juntos? Esa sería mi foto de perfil —volvió a preguntar el joven emocionado.
—¿Por qué quieres una foto de los dos?
—Bueno, tu compraste el teléfono y deberías de estar involucrado también —respondió inocentemente.
—Entonces, en la cama, en el colchón, en el armario y en el tocador, ¿también debo participar en esas cosas? —preguntó Jungkook en un tono de broma pero tuvo que detenerse cuando el rubio asintió con la cabeza en reconocimiento.
—Sí, puedes venir a dormir conmigo. Puedes usar el armario, las almohadas, las mantas y todas las cosas, porque la mitad te pertenece —respondió de inmediato.
Las palabras del pequeño fueron dichas con inocencia, pero Jungkook sintió una llama calentando su corazón.
—Bien, pero ahora solo toma la foto, eso es suficiente —dijo el mayor sin querer pensar más en eso—. Ven y siéntate a mi lado para tomar la foto.
Jimin sonrió ampliamente e inmediatamente se levantó y se sentó a su lado. Al ser mucho más pequeño que él, se apoyó contra el fuerte pecho de Jungkook, que colocó una de sus manos sobre su hombro.
—Sonríe —le indico, antes de tomar la foto.
—Déjame ver —dijo Jimin moviéndose para acercarse para ver la imagen.
Al hacerlo su pequeño cuerpo quedó sobre el pelinegro, presionandose sobre él, causando que Jungkook se ruborizara.
—Oh, Kookie ¿me veo feo? —preguntó apresuradamente el joven
Porque en la imagen Jungkook se veía increíblemente apuesto y atractivo, mientras que él se veía diminuto y sin nada interesante.
—¿Qué dices? Te ves demasiado lindo —respondió Jungkook, mientras presionaba botones para cambiar la imagen inmediatamente.
Al cambiar la foto de perfil, le devolvió el teléfono y Jimin lo miró con una sonrisa.
—¿Puedo poner la foto en la pantalla también? —preguntó, Jungkook sonrió y asintió.
Jimin lo hizo y contempló la imagen con una sonrisa, y un sentimiento desconocido comenzó a formarse en su pecho, fue tan intenso que giró la vista avergonzado, mirando el árbol que había a un lado de la casa del mayor.
—Kook mira, el árbol está lleno de mangos —dijo señalando el árbol y el pelinegro asintió.
Jimin se paró y corrió hasta el árbol observando la fruta que ya estaba en su mayoría madura.
—Se me antojo comer con salsa dulce, ¿quieres comer conmigo? —le preguntó.
—Está bien, pero ya es tarde para salir —dijo pensando en ir a la tienda ya que los mangos del árbol estaban un poco verdes aún y los más maduros estaban demasiado altos.
Jimin se acercó más al árbol buscando la manera de trepar, por un costado.
—Jimin, ¿qué vas a hacer? —preguntó Jungkook mientras se apresuraba a detenerlo.
Además de mirar los shorts que llevaba, pensando que eran demasiado cortos.
—Bueno, yo recogeré los mangos —respondió el joven.
Jungkook caminó hasta debajo del árbol y levantó la mano para evitar que se moviera de la rama dónde estaba.
—Si subes y te caes ¿qué harás? Baja ahora —dijo con voz áspera.
Jimin tuvo que bajar a regañadientes.
—Entonces, ¿cómo vamos a conseguirlos?
El pelinegro giró su cuerpo tratando de buscar algo que le sirviera para golpear la fruta, pero no vio nada, y cuando vio pasar a Taehyung le gritó.
—Tae, ¿tienes una vara larga en casa?
—Solía tener algunas, pero el bastardo de Yoongi tiro todo hace poco, dijo que no servían de nada, ¿si quieres mango por qué no van a comprar mañana? —respondió viendo con una sonrisa burlona a su mayor.
—Jimin quiere comer ahora —respondió Jungkook.
—Oh ya veo, pues tendrás que complacerlo —dijo Taehyung burlándose por lo que dijo y Jimin lo miró confundido.
—Te pateare si vuelves a insinuar cosas —lo reprendió el pelinegro al entender el doble sentido de lo que había dicho.
(Samm: Así como Jimin, yo tampoco entendí, jejeje. El texto original es un juego de palabras que supongo es un doble sentido de índole sexual pero algo confuso al ponerlo tal cual así que trate de darle un poco más de sentido)
—¿Quieres que comamos mangos juntos? —le preguntó Jimin al guardia aún sin entender del todo lo que dijeron ambos.
—Oh no Mimi, saldré a comprar algunas cosas para tu abuela y si no me voy ahora Kook me golpeará —respondió Taehyung y corrió para esquivar la patada del mayor.
—¿Por qué regañaste a Tae, no entendí? —le pregunto cuando se quedaron solos.
—No le hagas caso, es una de sus locuras. Vamos a comer mangos, ¿no? —respondió Jungkook cambiando de tema.
—Eh, pero ¿cómo los alcanzaremos? —dijo en voz baja y con sus ojos fijos en la fruta que realmente tenía ganas de comer.
—Si te subes sobre mis hombros deberías de poder alcanzarlos —dijo Jungkook sin pensar en otra cosa más que en complacer al rubio.
—No, no me atrevo a subir sobre ti, eso no sería respetuoso —protestó Jimin apresuradamente.
—Bueno, ya te dije que no me importa.
—Pero…
Jimin estaba dudoso , porque sabía que era inapropiado que hiciera eso, pero tampoco quería desobedecer a Jungkook.
—¿Quieres comer mangos? —preguntó Jungkook nuevamente y Jimin asintió.
—Entonces, no tienes que pensarlo demasiado, ven aquí y recogelos antes de que oscurezca y no puedas ver.
Lo que hizo que el joven asintiera con la cabeza, mientras el pelinegro se puso de cuclillas para que pudiera sentarse sobre sus hombros.
—¿Y si en lugar de sentarme sobre tus hombros, solo me apoyara en tu espalda? —preguntó Jimin de nuevo.
—Sobre la espalda como podrás alcanzar los mangos, deja de pensar y sube —lo persuadió Jungkook y resignado Jimin se movió para sentarse sobre sus hombros.
El joven se sentó sobre sus hombros con ambas piernas hacia delante y Jungkook luego usó sus manos para sostener sus piernas.
—Agarrate bien, me voy a poner de pie.
Jimin asintió y lentamente el pelinegro se puso de pie, el rubio no pesaba mucho así que no le supo ningún problema sostenerlo tranquilamente.
—Muy bien ahora tu ve cortando los mangos y me dices a qué dirección moverme —le ordenó Jungkook.
—Está bien, ahora puedo alcanzar los mangos sin ningún problema, eres muy alto Kookie —dijo el joven emocionado, con una leve risa.
Jimin comenzó a dar indicaciones precisas para que Jungkook se moviera y él pudiera recogerlos, con cuidado se los daba y luego eran arrojados a la hierba.
—Kookie muévete un poco hacia la izquierda.
Jungkook se movió, miró hacia un lado para cuidar de no pisar al fin mango y vio con detenimiento las delgadas piernas de Jimin. Carraspeó un poco antes de fruncir el ceño cuando se dio cuenta que los pequeños pantalones cortos que usaba Jimin se habían levantado por encima de sus piernas gracias al movimiento de fricción.
El corazón de Jungkook se aceleró cuando vio las piernas suaves del rubio a tan corta distancia. Esto le hizo sentir una confusión repentina en su cuerpo y tuvo que apretar los dientes para soportar algunos de sus propios sentimientos.
—Jungkook muévete un poquito, ah, ya casi estás ahí, ahh… —gritó Jimin, mientras se estiraba para agarrar un mango.
Pero no sabía que su voz jadeante en ese momento, hacía pensar a Jungkook en cosas que no debía y se negaba a sentir, el pelinegro trató de respirar profundamente y controlar su mente traidora.
—¿Cuántos más? —preguntó Jungkook cuando vio los mangos en el césped y queriendo terminar con esa extraña situación.
—Ya es suficiente, bájame —dijo el joven.
Jungkook se agachó y dejó que Jimin bajara de su cuello.
—Lo siento Kookie, debo ser muy pesado —se disculpó Jimin suavemente cuando bajó de sus hombros y vio que el pelinegro inclinaba su cuello hacia delante y hacia atrás para ahuyentar los dolores y molestias.
—No eres pesado, eres tan liviano como una pluma —respondió Jungkook sinceramente.
Jimin sonrió y se puso de cuclillas para recoger los mangos en el césped, y sus pantalones cortos se encogieron aún más de nuevo.
—Jimin, de ahora en adelante uses shorts tan cortos como este —le dijo Jungkook inmediatamente cuando lo vio.
Jimin miró hacia arriba perplejo, no entendía.
—¿Por qué? No los estoy usando fuera —se quejó el joven.
Jungkook respiró hondo y agitó su mano.
—Está bien, no me hagas caso. Anda vamos hacer la salsa dulce en mi casa —cambió de tema.
Ambos se dirigieron a su casa, dónde la pequeña cocina que tenía para cuando deseaba preparar algo a parte de lo que se hacía en la casa grande y así no molestar a Nana, en especial si eran altas horas de la noche.
Jimin siguió al pelinegro en silencio, observando cómo de pronto la actitud del mayor había cambiado. Cuando llegaron a la casa, Jungkook dejó la fruta sobre el fregadero y después de lavarlos. Cuando iba a sacar un cuchillo para pelar, vio a Jimin parado en la parte de atrás, mirándolo con cara triste.
—¿Qué pasa? —le preguntó en voz baja.
—Kookie estás enojado conmigo —le dijo con voz temblorosa antes de acercarse a él y abrazarlo por la cintura.
—No estoy enojado, estás pensando demasiado —lo consoló el pelinegro con una sonrisa para que el pequeño se sintiera cómodo.
Lo cierto era que Jungkook estaba lidiando con esos sentimientos y emociones que el ver las piernas de Jimin le provocaron, sabiendo que no era correcto. Pero su rostro y expresiones fueron interpretadas como enfado por parte del rubio.
—Dijiste que no querías que volviera a usar shorts tan cortos, ¿Verdad? Entonces no los volveré a usar si no te gustan, pero no te enojes conmigo —dijo Jimin con la voz cada vez más temblorosa.
Jungkook sonrió suavemente y lo miró tranquilamente.
—Puedes ponertelos, no me importa. Pero cuando estés fuera de la casa, ya sea en el jardín o en la calle, cuida que no se suban más de lo que deben ¿entendido? —le pidió Jungkook señalando hacia donde los pantaloncillos deberían de quedar.
Jimin asintió y hundió su rostro en el pecho de Jungkook. La calidez que sentía cada que abrazaba al mayor lo hacía sentir en paz y seguro. Jungkook se apoyó contra la encimera de la cocina y lo abrazó también, quedándose los dos en silencio por un momento.
—¿Tienes miedo de que me enoje? —preguntó Jungkook con curiosidad un rato después.
Jimin que estaba escondido en su pecho, asintió.
Yo no quiero que tú te enojes nunca conmigo, si lo haces es porque debí haber hecho algo muy mal y me sentiré muy triste —habló bajito pero claro.
Sin poder evitarlo esa respuesta complacido a Jungkook que se alegraba que Jimin lo tuviera presente en sus emociones.
—Entonces no seas terco conmigo, si no quieres que me enoje, tienes que obedecerme en todo. ¿De acuerdo? —le pidió y Jimin asintió de inmediato.
—Está bien, ya no seré terco contigo —aceptó Jimin con una sonrisa.
Por toda respuesta, Jungkook levantó la mano para acariciar suavemente su mejilla, mientras pensaba que la diminuta figura en sus brazos era frágil y merecía ser cuidada y protegida siempre. La cara de Jimin se puso roja y caliente cuando los largos dedos del pelinegro lo acariciaron.
—Uh, hagamos mango con salsa dulce —dijo de pronto con la voz ahogada haciendo que Jungkook se aparte y rompa la caricia en su mejilla.
—Hmmm —fue la respuesta en su garganta antes de soltarlo de sus brazos.
El joven se movió para preparar la salsa, mientras que Jungkook lavó, pelo los mangos y luego los preparó. Cuando terminó se sentó en una silla mirando la pequeña figura de Jimin de espaldas mientras preparaba la salsa dulce.
Sin percatarse su mirada viajó desde la parte baja de sus piernas y se posó en su trasero, notando por primera vez lo abultado de sus nalgas y como formaban un arco cuándo subían hacia arriba, la sensación de antes, cuando pensó en morder la blanca piel de sus piernas, volvió pero incrementada cuando deseo posar sus manos en aquel lugar y comprobar si era tan suave como el resto de su piel, y cómo se vería con marcas de sus dientes.
“¿Pero qué demonios estás pensando de nuevo imbécil?”
Se maldijo fuerte en su mente cuando sintió que estaba pensando en cosas indebidas.
“Jimin es un chico, además es quince años menor que tú. ¿Por qué piensas en esas cosas?”
Continuó maldiciendosé a sí mismo. Hasta que la dulce de voz de Jimin se escuchó.
—Ya está hecho —dijo el chico tomando el plato donde había hecho la salsa dulce, sin percatarse del conflicto que ocasionan en el cuerpo y la mente del pelinegro.
—Vamos a sentarnos y comer. Después tienes que volver a casa y dormir de inmediato, debes descansar mañana tienes que ir a la escuela —dijo Jungkook tratando de sonar lo más normal posible.
Tomó los mangos y se fueron a sentar al sofá, para comerlos mientras veían televisión.
—Está tarde te recogeré en el mismo lugar —dijo Jungkook al día siguiente, mientras estacionaba en la escuela de Jimin.
—Sí —respondió el joven mientras se desabrochaba el cinturón de seguridad para después salir del vehículo.
En cuanto vio al rubio caminar hacia el edificio, Jungkook arrancó y se fue. Y no vio al joven que corría hacia Jimin mientras gritaba su nombre, ni al joven voltear a verlo y sonreír mientras lo saludaba.
—Hoy llegaste más tarde Nunu —le dijo Jimin a su amigo en cuanto llegó a su lado.
—Sí, ¿Jungkook te trajo? Anoche te agregamos a un grupo para platicar y nunca te conectaste —le dijo Eun Woo después de saludarlo.
—Ah, me olvidé de revisar el teléfono, aún no me acostumbro a tener teléfono —se excusó Jimin sonriendo—. ¿Estuvieron esperando por mi mucho tiempo? Y estás que también me dormí temprano.
—Está bien, no hay problema —respondió el castaño, haciendo que Jimin se mantuviera tranquilo.
Aún que se dió cuenta que la sensación de temor porque su amigo se enojará, no se comparaba a lo que sentía al pensar en que Jungkook se enojará con él. No se preocupó porque Eun Woo se molestará, pero si temía que el mayor lo hiciera.
—¿Qué sucede Mimi? —preguntó el castaño cuando lo vio quedarse en silencio y con cara de confusión.
—Oh, nada, todo está bien —respondió Jimin y volvió a su actitud habitual.
Aunque sus pensamientos seguían estando en el pelinegro al que tanto quería.
Pobre de Jungkook su mente lo traiciona jejeje, pero es comprensible que se sienta confundido, cuando nunca había sentido algo como lo que siente por Jimin, no lo juzguen.
Jimin también ya está sintiendo cosas distintas por su sugar digo por el Kukencio jejeje.
El cronograma de actualizaciónes por el momento va a quedar invalidado ya que tengo unos asuntos personales que atender y no podré actualizar como lo venía haciendo, por lo menos un par de semanas estaremos así y ya después volveremos a la normalidad.
Nos leemos bellezas...
Besitos 😘😘😘
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