DOCE

Taehyung se giró a verlo con expresión de sorpresa en su rostro, Yoongi y Hoseok también lo miraban extrañados, los tres sabían que más que por la orden de Namjoon, Jungkook llevaba con gusto al pequeño a la escuela, todos notaban lo mucho que el pelinegro quería y consentía a Jimin y lo posesivo que era con él, así que oírlo decir eso, se les hacía por demás extraño.

—¿Quieres que yo lo lleve? ¿Jimin sabe que lo voy a llevar? —preguntó Tae de inmediato.

Jungkook se sirvió otro trago y volvió a beberlo de golpe antes de responder.

—No preguntes demasiado, te estoy diciendo que lo vas a llevar y punto, es una orden —dijo Jungkook con clara molestia.

Taehyung asintió antes de voltear a ver a sus dos amigos y ambos negaron con la cabeza, sin entender qué le pasaba a su jefe.

—Está bien Kook, pero, ¿qué pasa si Jimin me pregunta por qué no lo llevaste? ¿qué quieres que le responda? —volvió a preguntar Taehyung.

—Dile que estoy ocupado. Si te pregunta algo más dile que no lo sabes, eso es todo —respondió Jungkook serio.

Nadie más hizo preguntas, pero los tres entendían que Jimin y Jungkook estaban enojados. Continuaron bebiendo y charlando un rato más antes de dispersarse para descansar.

Por la mañana Jungkook se levantó temprano pero no sé preparó para llevar al rubio como siempre, en su lugar fue a alimentar a los tigres. La noche anterior antes de que pudiera dormir , dio vueltas varias veces en la cama, se sentía un poco incómodo e irritado, levantó su teléfono varias veces y abrió line, estuvo a punto de escribirle a Jimin pero no lo hizo.

Jimin también durmió mal durante la noche y se levantó más tarde de lo normal. El joven se apresuró a darse una ducha y vestirse para la escuela, mientras se preguntaba porque el pelinegro no había venido a despertarlo, cuando terminó corrió hacia el garaje y se encontró a Taehyung de pie afuera del auto de Jungkook.

—No corras, te caerás —le dijo Taehyung mostrando su linda sonrisa cuadrada.

—Es que me desperté un poco tarde y me preocupaba que Kookie estuviera esperándome por mucho tiempo. ¿Dónde está? —respondió Jimin y preguntó por el mayor mientras lo buscaba con la mirada.

—Hoy voy a llevarte yo —respondió Tae y Jimin detuvo de golpe su búsqueda.

—¿Por qué? ¿a dónde fue? —preguntó de inmediato.

Su molestia del día anterior ya se había evaporado y quería ver al pelinegro.

—Uh… bueno… Jungkook está algo ocupado, así que me envió a mi en su lugar. Sube al coche, o llegaremos tarde —le dijo Taehyung apresurando se a desviar el tema.

Jimin accedió y asintió levemente. , subió al coche tranquilamente, aunque en su corazón se preguntaba porque Jungkook no le había avisado que estaría ocupado.

—Entonces… ¿En la tarde vendrá Jungkook a recogerme? —preguntó en voz baja, mirando a Tae que conducía concentrado.

—No lo sé —respondió Taehyung con honestidad porque realmente no sabía si lo que le había dicho anoche era verdad.

El rostro de Jimin se entristeció de inmediato.

—¿Jungkook está enojado conmigo? —preguntó para sí mismo en voz alta, y Taehyung no pudo evitar escucharlo.

—¿Jungkook y tú tuvieron algún problema ayer? —preguntó con curiosidad, porque quería saber la causa del comportamiento de su mayor.

Jimin se quedó callado, evitando responder, no porque no quisiera sino porque no entendía que podía haber pasado para que el pelinegro se enojara con él. Cuando llegaron a la escuela, le agradeció al castaño por llevarlo y salió del auto con una expresión triste y Taehyung sintió pena por él.

Cuando encendió el auto su teléfono sonó y sonrió al ver quién llamaba.

—¿Has llamado para verificar? —preguntó tan pronto como tomó la llamada.

—¿Ya dejaste a Jimin? —preguntó Jungkook ignorando su burla.

—Está hecho, acaba de salir del coche. Pero déjame y te digo que la actitud de Jimin no era nada buena —agregó Taehyung haciendo que el pelinegro se preocupara.

—¿Por qué? ¿cómo estaba?

“Si estás preocupado, ¿por qué no lo trajiste tú mismo?” Pensó Taehyung antes de responder.

—No es nada grave, solo que cuando le dije que no estabas, hizo una mueca como si quisiera llorar y así fue por todo el camino, además de que pregunto por tí —respondió finalmente y Jungkook permaneció en silencio.

—Entonces, ¿vendrás a recogerlo?

—No, también tú lo recogerás en la tarde, y compra un batido de fresa para él —dijo Jungkook.

—Mmm… Okey lo compraré, pero si llora cuando no te vea, no se que haré —se quejó un poco el castaño, queriendo ablandar a su jefe.

—Hablas hasta que lo aburras y listo —le dijo Jungkook, porque sabía que su subordinado no hablaba en serio y colgó.

Taehyung simplemente se mantuvo sentado mirando el teléfono un segundo, luego negó con la cabeza y arrancó el vehículo alejándose de la escuela.


—¿Jimin porque no comes? —preguntó Eun Woo cuando vio al rubio sentado, con el plato del almuerzo intacto y con expresión abatida.

—Lo mismo iba a preguntar yo, hoy eres el mismo Mimi —dijo Lisa que estaba sentada frente a él.

—No tengo nada —respondió Jimin forzando una sonrisa.

Después tomó un poco de arroz y lo llevó a su boca de manera normal, no quería preocupar a sus amigos. La razón por la que estaba así era porque no podía dejar de pensar en Jungkook y en qué estaba enojado con él, por eso se había negado a traerlo a la escuela, su corazón dolía.

—¿Estará enojado porque no dormí con él anoche? —murmuró suavemente.

—¿Qué dijiste Jimin? —preguntó Eun Woo cuando lo escuchó susurrar, pero no entendió lo que había dicho.

Jimin se apresuró a negar con la cabeza.

—Oh, no… no dije nada.

El joven frunció el ceño ligeramente pero no insistió y siguió comiendo. Cuando terminaron de comer el grupo de amigos, salieron al jardín y se sentaron en una mesa debajo de un árbol, algunos sacaron algunos cómics para leer, mientras otros jugaban con el teléfono, mientras esperaban la hora de volver a clases.

Jimin tomó su teléfono, quería llamar a Jungkook pero no se decidía si hacerlo o no.

—¿Quieres llamar a alguien? No dejas de mirar el teléfono —preguntó Eun Woo que estaba sentado a su lado.

—Bueno, quería llamar Kookie, pero no me atreví, temo que esté trabajando —respondió el rubio sin ocultar sus intenciones.

—¿Se te olvidó algo? ¿O te sientes mal y por eso quieres llamarle? —preguntó Eun Woo de nuevo.

Jimin se sintió avergonzado de pronto, al no saber cómo responderle a su amigo.

—Sólo quería llamarle, eso es todo —respondió en voz baja.

El pelinegro lo miró en silencio, mientras pensaba en la gran influencia que el mayor tenía sobre Jimin.

—Pues entonces llámalo, y si está ocupado y no puede responder, cuando se desocupe sabrá que debe regresar la llamada —respondió después de un rato.

Jimin dudó un poco antes de decidirse a presionar el botón de llamar, el tono de llamada sonó por lo que al rubio le pareció mucho tiempo antes de que saltará el buzón de voz, haciendo que su ya de por sí expresión triste, se incrementará aún más.

—Tal parece que si está ocupado —dijo suavemente, dando un pequeño suspiro y rezando para que al finalizar el día, el pelinegro fuera a buscarlo.
.
.
.

—¿Por qué no respondiste la llamada? ¿Jimin te llamó, no es así? —le pregunto Yoongi que estaba almorzando al lado de Jungkook y vio cuando la llamada entró.

—Es asunto mío —respondió Jungkook con enfado.

Lo cierto es que quería aceptarla, pero necesito de mucha fuerza de voluntad para no hacerlo. Una parte de él, la que lo empujaba a ser posesivo, celoso y malvado con el rubio quería que Jimin estuviera tan desesperado como él, aunque la otra parte que solo quería protegerlo, cuidarlo y darle toda su atención, no sabía si realmente Jimin lo necesitaba tanto como él.

—¿A qué estás jugando Kook? —preguntó Taehyung.

—¿Jugando de qué?

—Fingiendo a no estar interesado en Jimin. Si hubieras visto su cara cuando supo que no lo llevarías, lo sentí tanto por él.

—¿Cómo sabes que no lo vi? —le preguntó Jungkook en un tono tranquilo.

Taehyung encaró una ceja en señal de confusión, hasta que Yoongi lendio un codazo y le susurró al oído:

—Por la mañana, Jungkook se paró en secreto cerca del garaje y vio cuando le dijiste a Jimin —el castaño asintió en reconocimiento.

—Si estabas tan preocupado por él , que hasta fuiste a vigilar lo en secreto, ¿por qué mejor no lo llevaste tú mismo? —volvió a preguntar Taehyung cada vez con más curiosidad.

—Es mi asunto —dijo Jungkook y no continuó respondiendo a las preguntas del castaño.


A la salida del colegio, Jimin se sentó a esperar en el mismo lugar de siempre con Eun Woo a su lado, esperando que fuera Jungkook quien lo recogiera como siempre.

—Mimi, quería saber si el sábado iremos a ver la película que te dije al cine, ¿te dieron permiso? —le preguntó su amigo aprovechando que estaban solos.

—Lo siento Nunu, la verdad es que se me había pasado preguntar, pero hoy le pido permiso a la abuela y a Jungkook, y mañana te digo —le respondió Jimin, aunque lo cierto es que en ese momento no pensaba en otra cosa que no fuera quien vendría a recogerlo.

Cuando un coche familiar entró en el aparcamiento, Jimin sonrió ampliamente y corrió apresuradamente hasta el coche, pero cuando se bajó la ventanilla del lado del conductor, su emoción se disipó.

—Oh, Tae, ¿por qué no vino Kookie? —preguntó Jimin con voz temblorosa y sus bellos brillantes.

—Jungkook sigue bastante ocupado y no ha terminado con el trabajo, por eso vine yo nuevamente —respondió Taehyung aguantando las ganas de maldecir a su jefe por causar la tristeza del pequeño.

Jimin asintió y volteo a ver a su amigo que lo veía desde atrás.

—Ya me voy Nunu, puedes irte a la práctica —le dijo en voz baja.

Eun Woo asintió con la cabeza, sin dejar de notar la cara triste del rubio, sin mucho ánimo Jimin se sentó en el coche y al colocar su cinturón vio el vaso de batido de fresa.

—¿De quién es esto? —preguntó con un poco de ilusión al pensar que Jungkook se lo compraba todas las tardes.

—Es para ti, pase a comprarlo, Jungkook me dijo que lo comprara —respondió Taehyung y sus palabras le hicieron sentir un poco de alivio al saber que el pelinegro pensaba en él.

—Tae, cuando lleguemos a casa, ¿Kookie ya habrá llegado o aún no? —preguntó tímidamente.

—Yo pienso que sí —dijo el castaño, con mucha incertidumbre, pues no sabía si su mayor estaría ahí o  no, o si evitaría al pequeño.

Cuando llegaron Jimin se bajó apresuradamente y aunque moría de ganas por ver al pelinegro primero fue a mostrar sus respetos a su abuela.

—Hola abuela, hola Jin hyung, ya volví —saludo al entrar a la cocina y encontrar al joven con su abuela.

—Me alegra que ya volvieras, ¿tienes tarea? —le preguntó Jin mientras sonreía.

—Un poco —respondió Jimin colocando su bolso en la silla, pero sus ojos miraron a su alrededor.

—¿A quién estás buscando? —preguntó Jin.

Jimin dudó un poco, pero al final respondió.

—A Jungkook, ¿no ha vuelto?

—¿Jungkook? Salió a trabajar con Namjoon desde la mañana. ¿No fue a recoger hoy? —volvió a preguntar Jin bastante sorprendido.

—No, hoy Tae fue quien me llevó y me trajo de la escuela —dijo el joven en voz baja.

Después se puso a ayudarle a su abuela con el trabajo de la cocina, pero sus oídos estaban atentos a todos los sonidos circundantes esperando en caso de que Jungkook regresara.

—Mimi, está noche ven a cenar conmigo —lo invito Jin.

—Gracias, si terminó la tarea a tiempo vendré a cenar contigo hyung.

—Entonces, ve a hacer tu tarea primero, Jihyo y Eun Chae ayudarán a Nana —dijo Jin, y lo apresuró a salir de la cocina para que se apurara a terminar su tarea y cenara con él.

—Pero… —protestó Jimin.

—Anda obedece, tu abuela tiene mucha ayuda, ¿o no es así Nana? —Jin se volvió hacia la mujer mayor que sonrió y asintió, alegrandose de que los señores de la casa quisieran a su nieto.

—Si, el señor Jin te está invitando y yo tengo ayuda —respondió Nana con una amplía sonrisa.

—Anda, ve a hacer la tarea —dijo Jin mientras le entregaba su mochila.

Jimin la tomó y se la colgó al hombro.

—Gracias —dijo antes de salir por la puerta e ir directamente a su propia casa.

El joven entró en el dormitorio y dejó el bolso con una expresión sombría en su rostro. Sacó su teléfono y presionó para llamar de nuevo pero Jungkook, pero nuevamente no hubo respuesta, haciendo que las ganas de llorar de Jimin aumentarán, suspiro profundamente, sacó sus libros y comenzó a hacer su tarea.
.
.
.

—Buenas noches señor Namjoon —saludo Jimin al mafioso cuando entró en el comedor y lo vio sentado en su lugar de siempre.

—Hola Jimin, vamos a cenar, siéntate —lo saludo el moreno antes de señalar la silla al lado de su esposa.

Jimin se sentó junto a Jin pero seguía buscando la alta figura del pelinegro.

—Jin hyung ¿y Jungkook? —preguntó al ver que no veía por ningún lado al pelinegro aunque Namjoon ya había regresado.

—Lo mandé a hacer algunos recados urgentes, así que tal vez regresé tarde. ¿Tienes algo que hablar con él? ¿Por qué no le llamas? —respondió Namjoon que lo había oído preguntar por su mano derecha.

—Lo he llamado pero no contesta —se quejó en voz baja.

Namjoon arqueó una ceja al ver la actitud desanimada del rubio percatandose de que Jungkook también había estado actuando distraído todo el día y de bastante mal humor.

—Si quieres, puedo llamarlo—ofrecio, pero Jimin negó inmediatamente con la cabeza.

—Está bien, no importa, no es urgente, puedo esperar a que regrese —respondió Jimin sin atreverse a molestar al mafioso.

—¿Qué tan ocupado está para no responder una llamada? —preguntó Jin sorprendido porque sabe que en todo lo relacionado con Jimin, Jungkook no dudaría en atenderlo y jamás lo ignoraría.

—En realidad, hoy no hubo tanto trabajo, estuvimos todo el día en la oficina y solo hasta tarde, lo mandé a comprar una mercancía —respondió el mafioso tranquilamente.

Y sus palabras solo causaron que el corazón de Jimin doliera más, por ser ignorado por Jungkook.

La comida comenzó y durante todo ese tiempo, no dejo de pensar en lo que debería de hacer cuando viera al pelinegro. Luego Jin lo arrastró a ver una película con él, hasta que el cielo empezó a oscurecerse y Jimin pidió irse a casa. Mientras caminaba hacia la casa que compartía con su abuela, por fin se le ocurrió algo.

—Abuela, abuela —entró en la casa y la llamó.

—¿Qué pasa?

—Abuela quería pedirte permiso…


Jungkook salió del coche y estiró su cuerpo para despejarse del cansancio, manejar hasta las bodegas del sur para inspeccionar el nuevo producto en lugar de Namjoon, lo había dejado molido.

—Ya son las cuatro —murmuró al ver la hora en su teléfono.

Inevitablemente su mente volvió a invocar al joven de rostro alegre al que no había visto y con el que no había hablado en todo el día a pesar de sus llamadas. A pesar de querer hacerlo, decidió no responder, y no era porque estuviera enojado, en realidad estaba indignado y ya no lo negaría bastante celoso, ver a Jimin ignararlo mientras hablaba por mensaje con su estúpido compañero de la escuela lo había hecho sentir relegado.

Durante todo el día quiso hablar con él, pero se lo prohibió, necesitaba controlar sus sentimientos, dejar de sentirse de esa forma sobre Jimin. Aún así había llamado a Taehyung para preguntarle por él y cuando esté le dijo que estaba cenando con sus jefes se sintió un poco más tranquilo y oído concentrarse en su trabajo.

Mientras caminaba hacia su casa, en lugar de tomar la desviación hacia su casa, sus pies lo guiaron hasta la pequeña casita de Nana.

—¿Qué está haciendo caminando por aquí, Kook? —lo saludó uno de los subordinados que estaban de guardia al verlo caminar.

—Doy un paseo —respondió brevemente y continuó caminando hasta la residencia de Jimin.

El pelinegro se paró debajo de un árbol y miró por la ventana de la habitación del rubio. Las luces de la habitación estaban apagadas por completo e imagino que Jimin estaría dormido. Apoyó su espalda sobre el tronco del árbol, sacó un cigarrillo y lo encendió.

—Estoy enloqueciendo, maldita sea. ¿Desde cuándo me convertí en un maldito acosador? — se preguntó mientras seguía fumando.

Sus profundos ojos negros se fijaban cada tanto en la ventana de la habitación del jovencito, imaginando lo dormido abrazo a su almohada. Cuando se acabó el cigarrillo, lo apagó y se obligó a volver a su casa. Cuando estaba por llegar a su casa frunció el ceño al ver la sombra de alguien parado frente a su casa, no veía muy bien porque las luces de su casa estaban apagadas, pero la luz de las otras casas cercanas lograban dar un poco de luz para vermitirle ver a alguien ahí.

—¿Quién es? —murmuró para sí mismo, antes de levantar el teléfono y con la linterna alumbrar a la sombra.

Sus ojos se abrieron un poco cuando la persona que estaba parada con la cabeza gacha, levantó el rostro, sus ojos hinchados e inyectados en sangre.

—¡Jimin! —casi grito en estado de shock, nunca imagino que lo vería ahí y menos a esa hora.

—Kookie —hablo Jimin con voz ronca por el llanto.

En cuanto sus ojos cansados lo enfocaron correctamente corrió hacia él y lo abrazo con desesperación, Jungkook lo envolvió con su cuerpo con preocupación. El sentimiento de indignación que lo había acompañado todo el día desapareció casi de inmediato en cuando vio los ojos bellos ojos de Jimin llenos de lágrimas.

—¿Qué pasa? ¿Qué estás haciendo parado aquí? ¿cuánto tiempo has estado esperando? —le preguntó mientras su gran mano fotaba suavemente la nuca del pequeño.

—Yo… yo… Kook… Kookie —los sollozos de Jimin eran tantos que no podía formular una palabra coherente.

—Shhh… ven entremos y hablemos —le dijo con un amargo sentimiento instalándose en su pecho.

Con una mano sacó la llave del bolsillo y abrió la puerta, mientras con la otra seguía sosteniendo al rubio, después de entrar cerró la puerta y encendió la luz de la sala y llevo a Jimin a sentarse al sofá, Jimin se soltó solo lo suficiente para que ambos se sentsran y después volvió a rodear su cintura con sus pequeños brazos con fuerza, mientras su cuerpo temblaba por la fuerza de sus sollozos.

—Eh...Koo…jado…migo… —la voz sollozante de Jimin se escuchaba entrecortada por tener el rostro enterrado en su costado y Jungkook no pudo entenderle.

—Hey, tranquilo, siéntate bien y deja de llorar para que pueda entenderte, ¿de acuerdo? —le pidió Jungkook empujando suavemente su cuerpo para que se sentsran derecho.

Sus abultadas mejillas estaban llenas de lágrimas, y Jungkook uso su dedo para limpiarlas, así como las esquinas de sus ojos. El mayor tenía una sensación de sofocos, el suave aroma del jabón y la cara sollozante de Jimin hicieron latir su corazón apresuradamente así como sentir su cuerpo caliente, apresar de que el joven estaba frente a él llorando.

“¿Por qué sigue siendo tan hermoso aunque éste llorando?” Pensó mientras terminaba de secar las lagrimas.

—Oye, ¿qué pasa? ¿Por que lloras de esta forma? —volvio a preguntar y una oleada de arrepentimiento se instaló en su pecho—. Shhhh, deja de llorar. Dime que está pasando.

Cuando vio que Jimin había comenzado a aliviar sus sollozos, preguntó de nuevo, el pequeño livia lucia afligido a través de una cortina de lágrimas.

—Huh… Estás… eno…jado… con…migo, ¿ver…dad? —preguntó entrecortado por los estragos del llanto.

—¿Por qué crees que estoy enojado? —preguntó queriendo saber a qué conclusión había llegado el joven.

—Por… por qué no quisiste llevarme a la escuela, no… no contestaste mis… llamadas y no fuiste por mi tampoco… —dijo Jimin aún sollozando pero más tranquilo que antes—. Te… enojaste porque no dormí aquí, ¿verdad?

Jungkook estaba en silencio, nunca quiso hacer llorar a Jimin de esa manera, solo queria tranquilizar su mente y dejar de sentir esos estúpidos celos y esa posesividad sobre él, querer poner distancia le jugó una mala pasada.

—No estoy enojado. Lo siento, estuve ocupado en el trabajo… y uhm… me olvidé de encender el teléfono —se disculpó aunque sabía que lo cierto era que no había querido verlo, pero no quería seguir haciéndolo sentir mal.

—¿De verdad? —pregunto Jimin con voz temblorosa y él asintió
rápidamente.

—¿Por qué estabas aquí afuera esperándome?

—Yo… yo quería verte —respodio Jimin en voz baja.

—¿Desde cuándo has estado esperando? ¿Lo sabe tu abuela? —volvio a preguntar el pelinegro ya que vio más tranquilo al rubio.

—Te vine a esperar después de cenar —le dijo y Jungkook se sintió mal al haberlo hecho esperar por tantas horas.

—¿Por qué esperaste tanto tiempo? Mira, tus piernas y brazos, están rojas por los mosquitos —le dijo cuando vio que sus blancas extremidades tenían rastros de picaduras.

—Vine a dormir contigo, ya le pedí permiso a la abuela —respondió Jimin y los oscuros ojos de Jungkook brillaron ante las palabras del joven.

—¿Te acostarás conmigo? —preguntó de nuevo y Jimin asintió.

—Ayer no dormí aquí, así que esta noche vine a compensar el sueño de ayer — respondió el joven en voz baja.

Jungkook respiró hondo y levantó la mano para acariciar su rostro, había entendido otra cosa completamente distinta.

—¿No quieres que duerma aquí contigo? Sigues enojado conmigo ¿verdad?

Al ver la mirada preocupada de Jungkook, Jimin pensó que el pelinegro no quería que se quedará ahí con él porque seguía enojado.

—No estoy enojado, ya te lo dije, deja de pensar en eso y deja de llorar, dormirás aquí conmigo —Jungkook lo consoló rápidamente, porque no quiere que vuelva a llorar—. Vayamos a la habitación, es tarde y tienes que ir a la escuela, date prisa y acuéstate —lo apresuró que Jimin dejara de pensar sobre lo que había pasado.

—Kookie, ¿Vas a llevarme mañana a la escuela? —le preguntó Jimin con dulce voz.

Jungkook se quedó en silencio por un momento y luego asintió.

—Sí, mañana te llevaré conmigo —dijo haciendo sonreír a Jimin.















Dato curioso:

Antes de que me linchen al Kukencio por hacer llorar al nene déjenme les cuento. Un rasgo característico de la personalidad de un dominante aparte del domino obviamente, es la posesividad, Jungkook no se enojo por qué Jimin no quisiera dormir en su casa, se enojo porque al estar hablando con alguien más, se sintió reemplazable, y se incremento más al estar siendo ignorando por Jimin, es decir para un dominante su sumiso es suyo y de nadie más, y por ende de manera inconscientemente buscan castigar, no físicamente pero si con algo que saben le dolerá al sumiso, en este caso la distancia.

Aunque en su mente lo justifican, no como un castigo sino como una forma de tomar distancia o en el caso de Jk, para dejar de sentir eso. Cabe aclarar que no buscan dañar o lastimar a su sumiso, ya que lo que a  él le duela al dominante también.

Ahora sí

Nos leemos bellezas...
         Besitos 😘😘😘
              

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top