DIECISIETE
Cuando llegó a su casa inmediatamente fue al dormitorio. La tenue luz de la cabecera, reveló una pequeña figura acurrucada debajo de la manta, Jungkook se acercó y sonrió cuando vio a Jimin durmiendo. Él estrés y el cansancio por el trabajo desaparecieron casi de inmediato con solo ver su rostro.
Se sentó lentamente en el borde de la cama, sin dejar de mirar al rubio. Ahora sus sentimientos estaban bastante claros pero no podía evitar llenarse de dudas y temores sobre la forma tan intensa que se desataron sus sentimientos por Jimin. El nunca fue posesivo, celoso y controlador, o por lo menos no con ninguna mujer.
También pensaba en todo lo que conllevaba para Jimin el que quisiera tomarlo como suyo: estar con otro hombre, la gran diferencia de edad, si Nana lo aceptaría. Pero sobre todo y lo más importante, pensaba en los sentimientos de Jimin hacia él, una cosa era que él estuviera enamorado del pequeño, pero otra muy distinta que el joven se sintiera de la misma manera.
Dejó escapar un pesado suspiro antes de ducharse y cambiarse de ropa antes de acostarse junto a Jimin.
—Uhm, has vuelto —la voz somnolienta de Jimin se escuchó en un susurró, antes de girarse para ver a Jungkook.
—¿Te desperté? Perdón —dijo Jungkook en voz baja.
Aunque adormilado Jimin sonrió para él.
—No pasa nada
Jungkook miró a Jimin, se veía tan bello. La luz naranja de la lámpara iluminaba su rostro haciéndolo lucir más atractivo que nunca, sus ojos brillando, su pequeña nariz, sus labios regordetes.
Sin detenerse a pensar extendió su mano y acarició sus labios con su dedo, casi instantáneamente el corazón de Jimin se aceleró bajo el suave toque del pelinegro, mientras un cosquilleo en el interior de su estómago se desataba.
—Jimin ¿has besado a alguien antes? —preguntó Jungkook con su voz dos octavas por debajo de su tono.
Jimin se sonrojó de inmediato y la somnolencia inicial desapareció por completo.
—¿Besar?
—Um, besar. Pero no un beso como cuando besas a tu abuela en la mejilla —explicó Jungkook y Jimin se mordió el labio inferior con vergüenza.
El no era tonto y mucho menos ingenuo, sabía a lo que se refería con la pregunta, conoce como funciona las relaciones entre dos personas, pero solo en teoría, nunca ha hecho nada de eso.
—No te muerdas los labios —le dijo Jungkook su voz susurrada se escuchaba aún más ronca de lo normal.
Extendió su pulgar suavemente por el labio de Jimin para soltarlo de entre sus dientes. Ese toque provocó una reacción hasta el momento desconocida en la parte inferior de su cuerpo. Un intenso hormigueo se formó en su abdomen y bajó hasta su miembro, todo por ser acariciado en los labios con los dedos del mayor.
—No… nunca —respondió en voz baja.
No se atrevía a hacer contacto visual, y se alejó lentamente del cuerpo de Jungkook al sentir lo que sucedía en su cuerpo debajo de las sábanas.
—¿Te gustaría saber como se siente cuando besas? —volvió a preguntar Jungkook y el rojo del rostro del joven se intensificó por la vergüenza.
—Bueno... eso… yo —tartamudeó sintiéndose cada vez más nervioso y avergonzado.
Jungkook reconocía para sí mismo, que estaba aprovechándose de la inocencia de Jimin para robarle su primer beso, pero quería probar sus labios, moría por sentir su sabor.
—¿Qué pasa? —preguntó cuando sintió que las piernas del joven se doblaban y su pequeño cuerpo se alejaba de él.
—Oh no, bueno… yo… se siente extraño… —balbuceo Jimin sin saber cómo explicarle.
Con cuidado Jungkook retiró la manta, y Jimin trató de ocultar su entrepierna con vergüenza. Aunque ya lo había imaginado, la reacción del rubio le confirmó lo que sucedía y sonrió levemente.
—¿Estás duro? —preguntó con voz suave y tranquila.
Jimin asintió lentamente y sus ojos redondos comenzaron a llenarse de lágrimas.
—No se porque paso —dijo con voz temblorosa.
Sabía lo que era una erección, y lo que la causaba y había tenido un par de clases de educación sexual. No era ignorante de lo que pasaba con su cuerpo, pero le avergonzaba que el toque del pelinegro lo hubiera desencadenado, temía que Jungkook se enojara con él.
Con su mano tiró del dobladillo de su camisa para cubrir un poco más la parte media de su cuerpo.
—Shhh… tranquilo,no llores, es normal y yo puedo ayudarte a aliviarte, ¿Me dejaras ayudarte? —preguntó Jungkook sin dejar de mirarlo.
Él mismo sentía como había comenzado a ponerse duro, con solo ver esa mirada suplicantes de Jimin y escuchar su dulce voz comenzar a volverse ronca por el deseo despertando. con voz temblorosa.
—¿Cómo puedes ayudarme? —preguntó Jimin con preocupación.
—Levántate y siéntate en mi regazo —ordenó con suavidad.
Jimin lamió su labio inferior con nervios ante el escalofrío que lo recorrió al escuchar la voz increíblemente ronca y suave del mayor. Jimin se levantó un poco y quiso sentarse en la pierna más cercana de Jungkook, pero este lo cargó con facilidad dejándolo a horcajadas sobre él.
Su suave rostro se coloreó aún más de rojo, mientras sus pequeñas manos seguían agarrando con fuerza el dobladillo de su camisa. Cuando el mayor se movió para levantarse y quedar apoyado en la cabecera de la cama, un nuevo escalofrío lo recorrió al sentir algo duro rozar en su trasero.
—Sí quieres que pare dímelo y me detendré, ¿entendido? —ordenó Jungkook nuevamente y Jimin asintió con la cabeza.
Jungkook contempló el rostro de Jimin, sus ojos de un café claro ahora se veían más oscuros y con un brillo diferente en ellos, y rastros del llanto pasado aún se podían notar en las esquinas de sus ojos, sus mejillas sonrosadas, y sus labios.
Sus labios entreabiertos que lo torturaban cada vez más, volvió a acariciarlos con su pulgar antes de inclinar su rostro hacia él joven.
El corazón del rubio latía violentamente. Tan pronto como los labios de Jungkook se presionaron contra su boca, sintió como si su consciencia flotara, la punta de la lengua del mayor delineo el surco de su boca, buscando abrirse paso.
—Abre la boca, pequeño —pidió suavemente y Jimin obedeció dejándose guiar por el mayor.
Jungkook sonrió con satisfacción al sentir la obediencia del rubio, insertó su lengua en la tibia cavidad bucal y Jimin sentía extraño, un calor apremiante se extendía por su cuerpo y en su mente se obligaba a seguir el ritmo del mayor, correspondiendo torpemente al beso.
Al sentirse torpe se retorció tratando de alejarse, pero Jungkook lo retuvo de su cintura con una mano y con la otra lo tomaba de la nuca pero sin apretarlo demasiado.
Poco a poco los nervios y el temor se fueron mitigando, su cuerpo se relajo entre los experimentados brazos del pelinegro, sus manos aún apretaban el dobladillo de su camisa, su mente estaba en blanco y sentía su cuerpo ligero.
Jungkook tomó la dulzura de la boca de Jimin con suavidad, aunque le hubiera encantado degustarla intensamente, no quería asustarlo.
Un leve gemido escapó de la garganta de Jimin, su cuerpo despierto se frotaba suavemente en las piernas de Jungkook, mientras su erección empujaba el abdomen del mayor, que también estaba completamente duro ante la inocente entrega.
Jimin estaba inmerso en la nueva experiencia, sin darse cuenta de que su cuerpo estaba exigiendo algo más. El pelinegro saboreaba la dulzura de esa boca inocente con acidez y sin dar señales de hastío, hasta que el aire comenzó a faltarles. Lentamente el beso fue terminando hasta que los labios de Jungkook soltaron los del rubio que estaban inflamados y más rojos de lo normal, sus ojos completamente oscurecidos por el deseo y la pasión recién descubierta.
Antes de que las ideas de Jimin volvieran a aclararse, la mano de Jungkook tocó su despierto centro a través de la tela del pijama haciéndolo gemir en sorpresa.
—Kook yo… uhm… —jadeo Jimin en voz baja.
—Tranquilo, relájate —dijo Jungkook antes de besar su cuello, haciéndolo temblar.
Sus expertas manos tomaron su pequeña cintura ayudándolo a enderezarse un poco, antes de tomar la cintura del pantalón de pijama y tirar de él hacia abajo junto con su ropa interior, hasta el nacimiento de sus redondeadas nalgas, liberando su erección.
Jimin levantó apresuradamente su mano para tratar de cubrirse, subterso rostro sonrojado acompañado de una tímida sonrisa, ligeramente avergonzado. Jungkook le devolvió la sonrisa, mientras tomaba su mano para apartarla y lo sentaba nuevamente entre sus piernas, cerrando los ojos para mantener el control de sus propias emociones.
—No te avergüences, eres perfecto —le dijo sin apartar la vista de tan preciosa imagen que era Jimin.
El tamaño del miembro era adecuado para su edad, y en la punta comenzaba a brillar por el pre semen y Jungkook lamió sus labios de pronto sedientos.
—Sostente de mis hombros, relájate, y recuerda que si quieres que pare solo tienes que pedirlo —le susurró al oído, y Jimin asintió.
—Ahh… uhm… Kook —jadeo Jimin cuando la mano del pelinegro se cerró alrededor de su miembro.
Una sensación de hormigueo en su vientre se hizo presente, junto a una nueva oleada de calor, el movimiento rítmico de la mano de Jungkook aumentó, arrancándole más gemidos suaves. Jimin se aferró a sus hombros, las comisuras de sus ojos estaban llenas de lágrimas contenidas, las sensaciones que lo atacaban en ese momento no las había sentido jamas.
Jungkook miró el tierno rostro del joven distorsionado por el placer recién descubierto y se sintió satisfecho. Jimin se acurrucó en la hendidura de su cuello, mientras su mano libre acariciaba sus nalgas y su dedo medio se aventuró entre ellas, tanteando solamente alrededor de su inexplorado canal, antes de retirarla y subir por su espalda y acariciar su tersa piel.
—Uh... Umm —el gemido de Jimin se escuchó amortiguado cuando mordió sus labios para evitar que saliera, porque se sentía avergonzado.
—No te muerdas los labios, no te contengas, déjame escucharte Jimin —le dijo Jungkook y Jimin suspiro profundamente, nunca antes su nombre se había escuchado también como cuando el pelinegro lo dijo pensó.
—Ahh...se siente… ahh… Jun... Jungkook… —jadeo Jimin incoherente sin saber cómo explicar lo que sentía.
—¿Te gusta? —le pregunto Jungkook, y Jimin asintió.
Las uñas del joven se clavaron con fuerza en el hombro del mayor, cuando la sensación de hormigueo en su vientre se intensificó.
—Uhm...Kook… ahh... algo va a salir —dijo Jimin con su voz ronca y quebrada.
Sus caderas se movieron hacia atrás y sintió algo duro empujar su nalgas, pero en lugar de apartarse su cuerpo se apretó más hacia abajo de forma involuntaria.
—Déjalo salir Jimin, córrete para mí —pidió acelerando el movimiento de su mano.
El cuerpo de Jimin tembló en su regazo, Jungkook acercó su rostro y volvió a besarlo, está vez fue más exigente y agresivo, mordiendo esos labios que le encantaban, bebiéndose el agudo gemido que se formó en la garganta de Jimin al tiempo que su tibio semen se derramaba sobre su mano y abdomen.
El pequeño cuerpo del rubio se movió un par de veces más, moliendose sobre su doliente erección, antes de derrumbarse sobre su cuerpo. Jimin estaba exhausto y respiraba con dificultad, Jungkook lo besó en la sien en forma de consuelo, mientras su mano acariciaba suavemente su espalda.
—¿Te sientes bien? —le pregunto casi en un susurró.
Su cuerpo exigía también su liberación, pero podía esperar, ahora sí atención estaban en su pequeño rubio.
—Te voy a llevar al baño para lavarte —dijo y se puso de pie sin bajar al joven lo llevó hasta el baño.
Jimin no se atrevía a mirarlo, se sentía avergonzado. En cuanto lo puso en el suelo, el rubio se giró dándole la espalda sin recordar que sus pantalones aún estaban abajo, mostrándole su trasero a Jungkook que solo pudo cerrar los ojos y suspirar pesadamente.
—¿Te lavó? —le preguntó.
—No… no tienes por… yo… yo me puedo lavar solo —respondió Jimin tartamudeando.
—Ok, entonces yo iré al baño de afuera —dijo Jungkook y salió.
Una vez solo, liberó su miembro y se apuro a tocarlo, su mano aún manchada por el orgasmo del pequeño fue la encargada de sobarlo, y con las imágenes del rostro cargado de placer de Jimin, y los sonidos de sus gemidos aun sonando es sus oídos, su propia liberación no tardó en llegar.
Cuando su respiración se hubo calmado y sus propias necesidades aplacadas momentáneamente, se lavó las manos mientras se miraba en el espejo.
—Eres una mierda Jeon, ¿Cómo pudiste hacerle eso a Jimin? —se maldijo.
La lujuria y el deseo ya habían remitido y el sentimiento de culpa lo embargo, quería a Jimin, eso lo tenía claro, pero tocarlo no estaba en sus planes aún, no quería confundirlo, pero el diablo sobre su hombro lograba acallar su conciencia de lo correcto o incorrecto.
—Estoy jodido, ahora que lo toque no sé cuánto tiempo pueda soportar antes de volver a hacerlo ¿Cuánto tiempo podré soportar mantenerme a raya? Jimin solo tiene quince años —volvió a murmurar antes de mojarse el rostro.
Cuando salió del baño y entró en la habitación enarco una ceja ligeramente, cuando vio a Jimin sentado sobre el suelo, a los pies de la cama.
—¿Qué pasa Jimin? ¿Por qué no estás acostado? —preguntó preocupado.
El joven levantó un poco la cabeza, su rostro sonrosado ahora se veía pálido y Jungkook se sintió culpable, con cuidado de no asustarlo se acercó a la cama y se sentó a su lado y Jimin se estremeció levemente.
—¿Me tienes miedo? ¿estás enojado conmigo? —preguntó en voz baja y el corazón doliendole.
Jimin inmediatamente lo miró y negó con la cabeza.
—No estoy asustado, ni enojado —dijo apresuradamente.
—¿Entonces qué pasa? —volvió a preguntar con su corazón más tranquilo al entender que era lo que sucedía.
—Yo… solo… me… me siento avergonzado —expresó por fin.
Su vergüenza residía en que nunca nadie había tocado su cuerpo antes y por la forma en cómo lo disfruto.
Un grito se escapó de su boca cuando Jungkook lo cargó y lo hizo girarse antes de sentarlo a horcajadas sobre él.
—¿Te sientes mal por lo que hicimos? —pregunto sin dejar de mirarlo a los ojos.
El rostro del pequeño se enrojeció y envolvió sus brazos alrededor de su cuello y metió su cara entre ese espacio y sus hombros.
—Me gustó, se sintió bien, pero yo nunca había hecho nada como eso y me siento confundido —dijo sin separar su rostro de su escondite.
Jungkook acarició suavemente su espalda.
—Entiendo, pero tranquilo, a tu edad es normal sentirse confundido y pensar de más, pero créeme es algo normal —dijo calmando la ansiedad del joven.
—Cuando tenías mi edad, ¿También te sentiste así? —preguntó Jimin, manteniendo su rostro oculto.
—Sí —la respuesta del pelinegro calmo por completo la ansiedad de Jimin que suspiro suavemente.
—Jimin, me gustaría pedirte algo —le dijo Jungkook cuando sintió que estaba más tranquilo.
—¿Qué es?
—Lo que pasó está noche, ¿puedes mantenerlo en secreto? No sé lo comentes a nadie —pidió en voz baja.
No sabía cómo explicarle que lo que hicieron o mejor dicho lo que él había hecho estaba mal, por la diferencia de edad entre ellos. Tan pronto como lo dijo Jimin se apartó de su hombro para mirarlo.
—Oh no, no se lo diría a nadie, soy demasiado tímido para platicar con alguien sobre eso —dijo y volvió a recostar su cabeza en su hombro.
Jungkook sonrió divertido, las expresiones de Jimin eran tan lindas e inocentes, su timidez era real y no falsa como había visto en muchas otras personas.
—Y otra cosa Jimin, si alguna vez te vuelve a pasar y no estás conmigo no permitas que nadie más te toque, solo yo puedo hacerlo, ¿entiendes? —exigió en tono serio.
Nada más el hecho de pensar que alguien más intentará ponerle una mano encima al rubio se volvía loco, y no sabría cómo reaccionaría ante eso. No iba a permitir que nadie toque el cuerpo de Jimin además de él.
—Entendido —respondió el pequeño en voz baja.
—Creo que será mejor que durmamos ahora, mañana tenemos que ir a la escuela de nuevo —dijo Jungkook antes de subir las piernas a la cama y tratar de ponerlo sobre la almohada, pero Jimin no quería soltar los brazos alrededor de su cuello.
—Si no sueltas mi cuello, ¿cómo podremos ir a dormir? —preguntó Jungkook enternecido.
Jimin soltó sus manos y retiró los brazos, pero en cuanto el mayor se acomodo, inmediatamente movió su rostro y lo apoyó sobre el fuerte pecho, aun no se atrevía a mostrar su cara avergonzada.
Jungkook sonrió y envolvió sus brazos alrededor del pequeño cuerpo, sintiéndose satisfecho.
—Buenas noches —le dijo antes de besar suavemente su cabello.
—Buenas noches —respondió Jimin, con voz suave y adormilada.
—Por la tarde no vendré a recogerte, tengo que ir junto a Namjoon a Jeju por Jin, pero Taehyung vendrá por ti —le dijo Jungkook a Jimin mientras manejaba hacia la escuela.
—¿Volverás tarde? —le preguntó Jimin con curiosidad.
—No estoy seguro, puedo regresar hoy mismo o no. Si no regreso te llamo y te aviso, ¿ok? —respondió el pelinegro, que no estaba seguro de que situación se encontraría en la isla.
—Si, está bien.
—¿Me extrañaras? —preguntó Jungkook bromeando y el rostro de Jimin se puso rojo.
—¿Y tú lo harás? —preguntó de vuelta en lugar de responder, para evitar su vergüenza.
—Lo haré, si fuera posible no me alejaría tanto tiempo de tu lado —respondió Jungkook con seguridad mientras le sonreía.
El corazón de Jimin se emocionó por sus palabras, y le devolvió la sonrisa ampliamente.
Después ambos permanecieron en silencio el resto del viaje, mientras cada uno pensaba en la persona que tenían al lado.
—Adiós, Kookie —se despidió Jimin al llegar a la escuela.
—Tengo que viajar lejos, dame un poco de aliento —pidió el pelinegro y Jimin arqueó una ceja sin comprender del todo.
—Que tengas buen viaje —dijo haciéndolo sonreír.
—No, me refiero a que me des ánimo aquí —volvió a decir Jungkook señalando su mejilla.
Jimin lo miró con sorpresa y un nuevo brillo en sus ojos ya que entendió lo que debía hacer.
—Nadie nos verá —volvió a decir Jungkook.
Jimin se acercó y cuando iba a posar sus labios en el costado de su rostro, Jungkook giró su cara y sus labios se juntaron en un beso fugaz.
Jimin se retiró rápidamente, sus mejillas estaban completamente rojas, con manos temblorosas abrió la puerta para salir.
—Oh, gracias —dijo tartamudeando antes de cerrar la puerta del coche y correr hacia el edificio.
Jungkook lo vio alejarse, estaba por encender el auto cuando vio la figura de Eun Woo caminar hacia él y abrazarlo del cuello mientras caminaban hacia el edificio de la escuela.
—Cada día aumentan mis ganas por deshacerme de ese mosquito —murmuró en voz baja, mientras ponía en marcha el auto para volver a casa.
.
.
.
El teléfono de Jimin sonó por la tarde mientras llegaba al gimnasio para el club.
—Hola Kookie —respondió con una sonrisa cuando vio quien llamaba.
Eun Woo que caminaba a su lado volteó a mirarlo.
—Jimin regresaré a casa hasta mañana —le dijo el pelinegro después de saludarlo.
El rostro del rubio se ensombreció al oírlo, pero asintió.
—Está bien —le dijo en voz baja.
—¿Por qué te escuchas tan triste? —preguntó.
—Kookie, vuelve pronto —dijo en lugar de responder la pregunta del pelinegro, su voz sonando aguda y suplicante.
—Sí, volveré lo más pronto que pueda. Está noche cuando me desocupe te llamaré, ¿okey?
—Si, estaré esperando.
—Recuerda esperar a Taehyung, no pienses en regresar a la casa tu solo, nos vemos —pidió Jungkook antes de colgar.
Jimin guardó el teléfono y volteó a mirar a Eun Woo que estaba estirando a su lado.
—¿Pasa algo mal? Tu cara se ve triste —preguntó su amigo.
—No es nada —le respondió Jimin con una sonrisa.
—¿Fue Jungkook hyung quien te llamó hace un momento? —volvió a preguntar el pelinegro.
—Sí, tuvo que salir fuera con el jefe y llamó para decírmelo —respondió sin pensar.
—¿Y quién vendrá por tí?
—Tae, el que vino ayer.
—Hmm, yo te iba a invitar al centro comercial a comprar algunos libros para prepararnos para el examen —dijo el joven invitándolos a salir.
Jimin no sabía si aceptar, no quería que Jungkook se enojará por no obedecer, pero si quería comprar los libros.
—Le puedo preguntar a Tae si puedo ir —dijo por fin después de meditarlo por algunos segundos y su amigo asintió.
—Sería bueno que le dijeras que él puede ir con nosotros, así no tendrían porqué preocuparse —le sugirió Eun Woo.
.
.
.
Un par de horas después, la práctica estaba por terminar, cuando Taehyung llegó por él, y gritó su nombre mientras entraba al gimnasio.
Jimin saludo al castaño y le hizo señas de que entrara.
¿Ya terminó la práctica? —preguntó el guardia mientras se sentaba a su lado y veía de reojo al joven pelinegro parado a su lado.
—Sí —respondió antes de mirar a su amigo, que lo empujó suavemente.
—Jimin, pregúntale —lo ánimo su amigo.
—¿Qué pasa? —preguntó Taehyung en tono serio y profesional.
—Tae, Nunu me invitó a comprar unos libros en el centro comercial y yo realmente quiero ir, ¿puedo? Tu vendrías con nosotros —dijo Jimin mirándolo con ojos suplicantes.
Taehyung se derritió ante esa mirada y por un momento entendió por qué Jungkook no podía negarle nada al pequeño.
—¿Ya le pediste permiso a Kook? —le pregunto y el rubio negó con la cabeza.
—Entonces espera, lo voy a llamar haber que dice él —dijo el castaño antes de sacar su teléfono del interior del saco y llamar el número de su jefe.
—Jimin, ¿qué tipo de trabajo hace la gente en tu casa? Tus hyung parecen guardaespaldas —preguntó Eun Woo en un susurró aunque el castaño se había alejado para hablar.
—Lo son —dijo simplemente Jimin en el mismo volumen de voz que su amigo.
Cuando Taehyung volvió, les dijo que Jungkook había dado su permiso.
—Entonces vayamos, ¿Tú vendrás en el carro con nosotros? —le pregunto al joven que negó de inmediato.
—No, gracias. Traigo mi motocicleta, puedo seguirlos —dijo y Taehyung asintió.
Jungkook estaría complacido de saber que su niño no estaría en el mismo asiento que el joven atleta.
—Muy bien, entonces vámonos —dijo Jimin sonriendo.
Para todas las que esperaban que ya hubiera gogo entre nuestra parejita, y se sientan decepcionadas por qué no lo hubo, no sean puercas desesperadas jajaja no se crean se los digo con cariño.
No lo hubo aún porque sería muy agresivo por parte de Jk, él sabe que Jimin no tiene experiencia en nada de ese tipo de cosas y si hubiera llegado más allá, el pequeño hubiera salido espantado, mejor lento pero seguro.
Por otro lado...
¿No tienen el presentimiento de que algo malo va a pasar?
Nos leemos bellezas...
Besitos 😘😘😘
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top