DIECINUEVE
—¿Qué te pasa Jimin? —le preguntó Jungkook nada más entrar a su casa.
El pequeño caminó que habían recorrido de la casa de Jimin a la suya, el joven se notaba ansioso y hasta un poco nervioso.
—Nada —respondió el joven en voz baja, mientras se sentaba en la orilla de la cama.
Jungkook se quitó la chaqueta sin dejar de mirarlo, como analizándolo.
—Tu comportamiento es extraño, ¿Alguien te dijo o te hizo algo malo? —le pregunto entre preocupado y molesto de que alguien lo hubiera lastimado de cualquier forma.
Jimin negó inmediatamente con la cabeza.
—No, nada malo ha pasado —dijo forzando una sonrisa.
El pelinegro lo miró un poco más directamente a los ojos, antes de asentir y acariciar su brazo y Jimin se estremeció e hizo una mueca de dolor involuntaria, Jungkook al ver lo frunció el ceño y levantó la manga de la pijama, descubriendo un enorme moretón sobre la blanca y delicada piel del joven.
—¿Qué le pasó a tu brazo? ¿Por qué tienes ese golpe? —preguntó con voz tensa.
Jimin no pensó que Jungkook se fijaría en su brazo, sabía que él moretón se lo habían hecho los pandilleros cuando trató de ayudar a Eun Woo en el estacionamiento y lo habían empujado.
—No quería que supieras, sabía que te ibas a enojar. Lo que pasa es que… —cerró los ojos para no ver al pelinegro cuando le dijera —. Hoy intenté jugar baloncesto y cuando intenté quitarle la pelota al contrario me golpeó, fue un accidente —dijo recordando las veces que había visto a San y a Eun Woo recibir golpes mientras jugaban.
—¿No habías dicho que no jugarías? —pregunto el pelinegro aún con dudas.
Jimin asintió y abrió los ojos.
—Sí, lo sé, pero quise ver si podía.
—¿Y ahora tendré que acostumbrarme a verte con moretones todo el tiempo? ¿Seguirás intentando jugar? —volvió a decir, no queriendo ver su preciosa piel llena de golpes.
Jimin sonrió con culpa, al ver la expresión en el rostro del mayor.
—No, solo quise intentar, pero no volveré a hacerlo, lo prometo —le dijo para tranquilizarlo y en su corazón se disculpaba por tener que mentirle.
Jungkook reviso un poco más su brazo y dejó una suave caricia sobre la mancha morada, antes de verlo a los ojos que lo recomendaron con una bella sonrisa, que alegró su corazón.
Lo había extrañado, el día en Jeju había sido agotador, pero solo necesitó ver su rostro, y escuchar su voz para sentirse menos cansado y más relajado. Ese niño se había convertido en su motivación, y aunque no quisiera que le pasará nada, sabía que había cosas inevitables, así que no podía enojarse con él, por intentar algo nuevo.
—Está bien si juegas, solo trata de cuidarte.
Jimin asintió.
—Kookie, debes de estar cansado, ¿por qué no vas a darte una ducha?
—Estoy muy cansado, ¿puedes bañarme? —preguntó en broma sabiendo que se avergonzaría.
—Puedes bañarte tú solo, no eres un niño —respondió en voz baja y su rostro completamente rojo.
—Mmm, entonces ¿qué te parece si te das un baño conmigo? —pregunto de nuevo.
El joven inmediatamente negó con la cabeza, y Jungkook sonrió burlonamente.
—No tienes de qué avergonzarte, los dos somos hombres —volvió a decir ya sin rastro de broma en su voz.
—Yo, yo lo sé, pero ya me bañé antes —dijo Jimin encontrando otra excusa.
—Puedes volver a ducharte —atacó de nuevo.
Jungkook trató de reprimir su sonrisa al ver la actitud avergonzada del rubio, por algún extraño motivo le encantaba, avergonzar a Jimin, su actitud tierna e inocente, sumado a su sonrojo natural, le encantaba.
Jimin no respondió, apretaba sus manos sobre su regazo, sin saber que decirle al pelinegro.
—Si no quieres hacerlo, no lo hagas, solo que como me siento tan cansado había pensado en que me dieras un masaje. Creo que tendré que buscar a alguien que lo haga —dijo Jungkook mientras se ponía de pie.
Jimin levantó el rostro de golpe, y miró al pelinegro con los ojos abiertos por las palabras dichas, y verlo caminar al baño.
—Yo puedo hacerlo, yo te daré el masaje —habló por fin, su voz sonando extrañamente feroz, Jungkook se detuvo y volteó a verlo.
—Está bien. No quiero que te avergüences, no que hagas algo que no quieras —le dijo Jungkook.
De antemano sabía perfectamente que se estaba aprovechando, pero se moría por tomarlo entre sus brazos, y sabía que si lo hacía sin algún motivo aparente Jimin se sorprendería y hasta se asustaría. La única forma de hacerlo era poniéndolo en una situación donde él sea el que lo decida.
—No me avergüenzo y quiero hacerlo —dijo Jimin en voz baja.
—Entonces, ¿no es vergonzoso darme un masaje en la ducha? —volvió a preguntar.
—Si estás avergonzado, iré a buscar a otra persona con quién ducharme y que me dé un masaje —murmuró Jimin en voz extremadamente baja y haciendo muecas de disgusto.
Jimin se sentía avergonzado, pero solo de pensar en que alguien más se encargue de Jungkook en su lugar, lo hacía enojar y sentir mal de una forma que no sabía describir, y sentía ganas de llorar solo de imaginar al pelinegro en una situación tan íntima con alguien más.
—¿Estás seguro? —preguntó Jungkook.
—Sí, y si vuelves a preguntar no lo haré —concluyó Jimin antes de levantarse y caminar al baño.
—Lo conseguiste Kook —susurro en voz baja felicitándose a sí mismo—. Jimin abre el agua caliente de la bañera, mientras me desvisto.
—Sí.
El mayor sonrió al oír la respuesta y el sonido del grifo al ser abierto. Aunque no lo viera, sabía que definitivamente la cara de Jimin estaba roja. Sin dejar de sonreír tomó una toalla y la envolvió en su cintura y entró al baño, Jimin estaba sentado al borde de la bañera esperando a que la tina se llenará.
—Dijiste que me darías un masaje en la tina, ¿porque no te quitaste la ropa? —le preguntó ocultando su sonrisa.
—¿Debo hacerlo? —preguntó en respuesta con claro nerviosismo en su voz al ver los fuertes abdominales del pelinegro.
—No hay más pijamas tuyas aquí, ¿Si te mojas que ropa te pondrías? —señaló Jungkook tranquilamente.
—Oh, está bien. Está bien, ¿Me puedes traer una toalla, por favor?
Jungkook salió y cogió una toalla y se la entregó, antes de comenzar a desnudarse, Jimin envolvió la toalla alrededor de su cintura, luego se quitó la ropa lentamente, con el pelinegro mirándolo fijamente con los brazos cruzados y apoyado en la pared del baño, poniéndolo sumamente nervioso.
—Creo… creo que mejor termino de desvestirme afuera —dijo y salió apresuradamente del baño.
Jungkook negó con la cabeza y sonrió. Cuando Jimin volvió, la tina estaba casi llena, y el pelinegro cerró el grifo antes de quitarse la toalla y entrar en ella. Un calor repetido se extendió por todo el cuerpo de Jimin al ver al mayor completamente desnudo y se giró para tapar su sonrojo.
—Vamos Jimin, ¿porque sigues ahí parado? Siéntate aquí y masajea mi espalda —le dijo el pelinegro llamando su atención.
El mayor ya se encontraba dentro de la tina, controlando sus nervios se movió, entró en la tina y se sentó en la orilla.
—Abre las piernas para que pueda apoyarme en ti —dijo y Jimin acomodo sus piernas, cuidando de tapar su cuerpo con la toalla sin mojarla.
Jungkook se acomodó dejando su cabeza apoyada en las suaves piernas y Jimin trató de no mirar dentro de la bañera el enorme y musculoso cuerpo desnudo. Concentrándose en masajear suavemente ambos hombros.
—Hmmm… se siente bien —dijo Jungkook y Jimin se alegró.
El joven se concentró en el masaje al máximo, amasando hasta que se olvidó de la vergüenza del principio.
—¿También te masajeó las sienes? —preguntó.
—Umm, está bien.
Jimin movió su mano hacia arriba para masajear sus sienes y Jungkook echó la cabeza hacia atrás recostándose en su regazo con los ojos cerrados. En esa posición el rubio pudo admirar mejor el rostro del mayor.
Su mandíbula definida, su nariz grande y un poco torcida por algún golpe, la pequeña cicatriz en su mejilla izquierda, su boca, sin darse cuenta su vista fue bajando hasta su pecho hasta el six pack de sus abdominales descendiendo hasta… Su rostro se sintió caliente de nuevo, cuando vio su miembro y regresó su mirada hasta su rostro nuevamente, descubriendo que Jungkook lo estaba mirando.
—¿Qué pasa? Tienes la cara roja —preguntó Jungkook fingiendo no haberlo visto observando su cuerpo debajo del agua.
—No, nada —se apresuró a negar Jimin.
Jungkook le dio una leve sonrisa antes de estirar la mano para agarrar la parte posterior del cuello del rubio, que lo miró con nerviosismo hasta que lo inclinó usando un poco de fuerza, por la sorpresa el joven había puesto un poco de resistencia antes de rendirse y juntar sus labios.
La lengua caliente de Jungkook actuó rápidamente entrando en su boca, saboreando la dulzura de su cavidad apasionadamente, causando que Jimin deslizara su mano hacia abajo y apretará su hombro arañandolo accidentalmente.
—Ven y siéntate aquí conmigo —le pidió Jungkook con voz suave y ronca.
Jimin asintió en reconocimiento, como si estuviera hechizado por su voz, Jungkook se movió para sentarse mejor y sostener a Jimin, antes de quitar su toalla y tirarla a un rincón. Luego movió al joven hacia abajo para que se sentará en sus piernas, mientras una de sus manos lo envolvía por la cintura. Nada más sentarse el rubio se dió cuenta de que algo lo empujaba por detrás mientras se inclinaba suavemente hacia atrás descansando su cabeza en el hombro del mayor.
—¿Se siente bien el agua tibia? —hablo Jungkook para que el joven no se sintiera incómodo.
—Estoy bien —respondió Jimin con voz suave.
Una vez que sintió que el joven estaba menos intimidado, Jungkook levantó el brazo con el moretón y lo frotó suavemente con el gel de baño.
—¿Me darás un baño? ¿No se suponía que te iba a dar un masaje? —protestó Jimin.
—Está bien, ya me diste el masaje, por eso te lo daré a cambio —respondió Jungkook con picardía—. No te niegues —agregó apresuradamente.
Jimin, que había abierto la boca para decir algo, guardó silencio. El pelinegro volvió a tomar gel y lo extendió por su mano y después acarició la hendidura de su cuello y bajó haciendo círculos hasta su pecho, haciendo estremecer al jóven cuando sus dedos rozaron sus pequeños y delicados pezones haciendo que su piel se erizará.
Instintivamente las piernas de Jimin se flexionaron hacia arriba tratando de ocultar su miembro que comenzaba a despertar, Jungkook esbozo una sonrisa de satisfacción cuando la vió, sabiendo como se sentía.
—¿Por qué estás tan intranquilo? Umm —le preguntó suavemente, besando su cabello, mientras seguía frotando suavemente en vínculos sobre su pecho.
—Ko… Kook, suficiente —dijo Jimin con su voz sonando entrecortada.
Por toda respuesta el pelinegro se inclinó para besar su hombro, subiendo por su cuello y detrás de sus orejas, causando un hormigueo por todo su cuerpo.
—¿Estás duro? —preguntó sabiendo la respuesta y el joven asintió tímidamente.
Jungkook asintió y lo cargó antes de girarlo para que se sentara a horcajadas frente a él, haciendo que sus miembros se tocaran bajo el agua.
—Kook… ahh… —Jimin trató de hablar, pero un gemido se escapó de su boca haciéndolo enterrar su rostro contra el fuerte pecho, cerrando la pequeña distancia entre ambos.
Un leve gemido escapó de la garganta de Jungkook cuando sintió los miembros frotarse.
—Jimin, yo también estoy duro, ¿Podemos aliviarnos juntos? —preguntó con voz ronca, tratando de controlarse para no hacer nada más.
—¿Cómo… cómo lo harías? —preguntó el joven tartamudeando.
Jungkook deslizó una mano por debajo del agua para sostener su miembro y el de Jimin al mismo tiempo, haciendo que el rubio se sobresaltara al sentir el movimiento hacia arriba y hacia abajo al mismo tiempo.
—Ahh... Uhmm… —gimió Jimin sin despegar su cara de su cuello, haciendo la experiencia más nítida para él mayor.
—Ahh… Jimin —jadeo Jungkook con voz quebrada.
Sus manos se movían con firmeza sobre sus miembros, aunque la diferencia de tamaños era notoria, al moverlos juntos, ambos experimentaban la misma sensación placentera. No pasó mucho tiempo antes de que la pequeña figura de Jimin temblará, y sus gemidos y jadeos aumentaran.
—Agh… me voy a venir —jadeo Jungkook mientras mordía suavemente su oreja, haciendo estremecer aún más al rubio.
Jungkook deseaba morder con más fuerza, dejar su marca en el blanco y suave cuello del joven, pero sabía que estaba prohibido, no quería que nadie viera las marcas. Su mano siguió moviéndose aumentando gradualmente la intensidad.
—Oohhh —gimió Jimin, que cada vez más sentía crecer la sensación de hormigueo en su vientre.
Y cuando la necesidad de liberarse fue mayor, sus dientes se clavaron en el hombro del mayor, mientras tiras de blanco semen se esparcían en el agua, al tiempo que sus gemidos se hacían más fuertes.
Con los últimos espasmos del orgasmo, haciendo efecto en el pequeño cuerpo de Jimin, se tenso al liberarse por completo, pequeñas lágrimas resbalaban de la comisura de sus labios por el placer, cuando se separó un poco del fuerte cuerpo de Jungkook este uso su mano libre para agarrar su nuca y volver a besarlo. Jimin correspondió al beso de mejor forma, sus lenguas se envolvieron en una necesidad salvaje y poderosa, el pelinegro mordió los gruesos labios, mientras su mano continuaba con el movimiento acelerado en su miembro.
—Hmmm… Aghh…
El rugido de la garganta de Jungkook fue intenso, y ahogado por los labios de ambos. Jimin tembló una última vez antes de colapsar contra el hombro del pelinegro que frotó su espalda para reconfortarlo.
—¿Te gustó? —preguntó Jungkook en voz baja y miró las mejillas sonrojadas de Jimin mientras asentía.
—¿Tú estás bien? —preguntó Jimin tímidamente, mientras sonreía avergonzado.
—Más que bien —respondió haciendo sentir mejor a Jimin.
En realidad todavía tenía la sensación de querer liberarse una o dos veces más, pero no quería asustar a Jimin, así que eligió esperar un poco para hacerlo.
—Tiremos está agua, y bañemonos con la regadera —le dijo mientras tiraba de la cadena para que el agua sucia con su liberación se fuera.
Con cuidado se puso de pie junto con el rubio, que de inmediato le dió la espalda porque no se atrevía a mirarlo directamente.
—Si ya terminaste, ve a vestirte, ahorita te alcanzo —dijo Jungkook después de que el joven terminará de limpiar su cuerpo.
Necesitaba liberarse una vez más, su miembro no se había bajado y si Jimin se quedaba ahí, no soportaría no volver a tocarlo.
—Sí —respondió Jimin simplemente, antes de agarrar apresuradamente la toalla de la esquina de la habitación y envolverse en ella para salir del baño.
Una vez que sacio un poco su necesidad, Jungkook salió del baño y sonrió levemente al ver a Jimin dormido.
—Debe estar cansado —murmuró suavemente y fue a vestirse antes de volver a acostarse al lado de él.
Tan pronto como se acomodó sobre la cama, Jimin se dió la vuelta y automáticamente se acurrucó en su pecho, Jungkook sonrió y lo abrazó. Por sobre el cuerpo del rubio vio las marcas que el joven había hecho en su hombro y brazo, se notaban con bastante claridad, nunca antes le había gustado que lo mordieran, pero ahora sonreía orgulloso.
—Buenas noches —le dijo antes de besarlo suavemente en la frente y cerrar los ojos.
—Jungkook, ¿por qué no me despertaste? Ya es tarde y no fui a ayudar a mi abuela otra vez —se quejó Jimin mientras caminaba a la casa principal con el mayor, antes de ir a la escuela.
—No importa si te levantas un poco tarde, mientras te levantes, todos los días la ayudas —respondió Jungkook con una sonrisa.
Después de lo que había pasado anoche, sabía que estaba cansado y no quiso despertarlo.
—También me regaño por no avisarle anoche que me fui a tu casa, dijo que se asustó cuando no me encontró en mi cuarto —continuó el joven.
—¿Y qué le dijiste?
—Le dije que cuando regresaste, fui a ver una película a tu casa y me quedé dormido.
—¿Y qué te dijo? —volvió a preguntar, listo para explicarle a Nana que había sido su culpa y no del rubio y así evitar que volvieran a regañarlo.
—Dijo que dudaba que te gustará ver películas tan tarde —concluyó haciendo un lindo puchero con sus labios.
—¿Por qué no le dijiste, que hiciste algo más anoche en la ducha? —se burló Jungkook suavemente.
Jimin se giró a verlo con su cara ligeramente enrojecida.
—Bueno, tú me dijiste que mantuviera esto en secreto para nosotros, ¿Cómo puedo contarlo? Además no me atrevería a decírselo a alguien, antes moriría de vergüenza —dijo Jimin en voz baja.
—Muy bien —dijo el pelinegro con una sonrisa, pero sintiéndose culpable por hacer que Jimin le mienta a su abuela.
—Oh, Jimin, te extrañe tanto —el grito de Jin se escuchó nada más entraron en la cocina, antes de que fuera apartado del costado de Jungkook, por el abrazo del castaño.
Jimin sonrió y correspondió al abrazo de inmediato.
—Yo también te extrañe hyung, ¿te has divertido?
—Lo fue, pero habría sido más divertido si hubieras estado ahí debemos ir de viaje juntos.
—¿En serio? —preguntó Jimin con una sonrisa de emoción.
—Bueno vayamos a desayunar, Namjoon ya nos espera —dijo Jin mientras tomaba a Jimin de la mano hacia el comedor.
Durante el desayuno, Jin se ofreció a llevar al jóven a la escuela, y aprovecharía para ir a su oficina, y Yoongi y Taehyung podrían llevarlos, ya que Jungkook debía acompañar al mafioso al bar que se había quemado.
.
.
.
—Y cuando salga, ¿quien irá por mi? —le preguntó Jimin al pelinegro mientras esperaba por Jin en el coche.
—Iré yo —respondió Jungkook haciendo sonreír al rubio.
Después se alejó para fumar un cigarrillo y Taehyung aprovechó para acercarse al joven.
—¿Le contaste algo a Kook de lo que pasó? —preguntó el castaño, en un susurró.
—No, no le dije nada, ¿tú tampoco le dijiste? —respondió Jimin y asintió cuando el castaño confirmó el secreto, antes de sobresaltarse cuando Yoongi llegó y lo abrazó por el hombro.
—Maldita sea Min, me asustaste —se quejó Taehyung, mientras su amigo se reía por su cara de susto.
Sintiendo que sobraba ahí, Jimin se retiró de ellos que discutían suavemente sobre algo.
—¿De qué estabas hablando con Tae? —preguntó Jungkook en cuanto se acercó a él después que terminó de fumar.
—¿Estabas mirando?
—Siempre te estoy viendo Jimin, solo que tú no te das cuenta —le dijo el mayor de forma dulce haciéndolo sonreír.
—No decíamos nada importante, solo platicábamos —respondió el joven al tiempo que Jin llegaba hasta ellos.
Jimin se despidió de Jungkook y subió al auto para ir a la escuela.
.
.
.
En la escuela todo el día fue normal y tranquilo, durante la pausa para el almuerzo y después de almorzar, Jimin fue junto a sus amigos a la biblioteca. Tomó y libro y se sentó cerca de un rincón donde no había tanta gente y podría estudiar más tranquilo.
—¿Puedo sentarme contigo? —le preguntó Eun Woo y Jimin asintió mientras sonreía.
—Claro, siéntate. ¿Cómo te sientes? —preguntó el rubio, cuando vio los moretones en su rostro.
En la mañana, no habían podido platicar sobre eso, y cuando sus amigos le preguntaron que había pasado, el pelinegro solo dijo que había tenido un problema, y evitó mencionar que él había estado involucrado, porque no quería que se preocuparan por Jimin.
—Estoy bien, ¿y tú? Mimi, en verdad lo siento —respondió Eun Woo disculpándose de nuevo.
—Yo estoy bien —dijo Jimin olvidándose del moretón en su brazo—. ¿Y dónde están los demás? —preguntó cambiando de tema.
—Sentados en aquella mesa, creo que están repasando la última clase, no lo sé.
Jimin asintió antes de volver su atención al libro, el pelinegro también comenzó a estudiar. Pasado algunos minutos, y debido a que la noche anterior se había dormido tarde, poco a poco Jimin comenzó a sentirse somnoliento, hasta que se quedó dormido y apoyó su cabeza inconscientemente en el hombro de su amigo, que volteó a verlo.
—Te quedaste dormido —dijo Eun Woo mientras sonreía levemente, dejando que el rubio descansará. Mientras lo contemplaba, no podía dejar de pensar en lo lindo que se veía y sacó su teléfono para tomarle una foto.
Eun Woo sonrió cuando vio la imagen, solo se veía el rostro apacible de Jimin apoyado en su hombro, guardó su teléfono y siguió contemplando al rubio.
—Jungkook —habló Jimin entre su sueño y la sonrisa del pelinegro se desvaneció al escucharlo, y una sensación de dolor se instaló en su pecho.
Sus tristes pensamientos se vieron interrumpidos cuando la campaña sonó anunciando el final del descanso.
—Jimin, despierta, ya debemos volver a clases —habló Eun Woo, llamando suavemente al rubio.
Jimin se estremeció levemente y abrió sus ojos.
—Oh, me quedé dormido. Nunu discúlpame, me dormí apoyado en tí —se disculpó Jimin al darse cuenta.
—No importa…
—Aquí están, vamos a clase —dijo Lisa interrumpiendo lo que iba decir.
Jimin se apresuró a guardar los libros en el estante y caminar junto a su amiga.
—Vamos Nunu.
Eun Woo asintió poniéndose de pie, mientras volvía a sacar su teléfono y veía la foto que había tomado, suspirando, por sus propios sentimientos.
—Me gustaría conservarte como esta foto Jimin —dijo en voz baja antes de guardar el teléfono y seguir a sus amigos.
Las clases privadas de Jimin continúan jajaja...
Pobrecito del embudo sigue pensando que tiene oportunidad, hasta siento feo por el pobre.
Para las que me siguen en mi canal, ¿encontraron la frase? Recuerden que solo las tres primeras serán las que reciban la dedicatoria en el próximo capítulo.
Nos leemos bellezas...
Besitos 😘😘😘
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top