CATORCE

Después de que Eun Woo terminará de mostrarle lo que debía de hacer como ayudante del club deportivo, Jimin se puso a hacerlo, mientras su amigo comenzaba su práctica, el tiempo pasó con rapidez, mientras veía la práctica su teléfono vibró en su bolsillo, lo sacó y se sorprendió al ver que Jungkook lo llamaba.

Se apresuró a contestar, y eso fue lo que Eun Woo vio desde la cancha donde lo veía constantemente.

—¿Dónde estás Jimin? He venido a recogerte y ya estoy en el mismo lugar de siempre —la voz del pelinegro sonaba preocupada cuando le preguntó.

—Estoy en el gimnasio, desde hoy comencé a ayudar en el club —respondió en voz baja.

Aunque ya había aclarado lo que había pasado el día anterior, aún tenía temor de que el mayor siguiera enojado con él.

—¿Qué club? —preguntó de nuevo el pelinegro.

—Baloncesto —respondió el joven y Jungkook se quedó callado porque recordaba que su amigo Eun Woo era jugador de baloncesto.

—La escuela ya terminó, ¿aún no terminan la práctica? Ya deberías de poder salir —dijo con molestia.

—Yo ya terminé, voy a salir ahora, no te enojes —dijo apresuradamente el joven.

Jimin tenía miedo de que Jungkook no lo esperara y de que se enojara y se negara a verlo como ayer.

—No estoy enojado, no te apresures, estoy sentado en el auto esperando —le respondió más suavemente.

—En un momento voy —dijo Jimin antes de colgar.

Eun Woo salió de la cancha y se acercó hasta donde él se acababa de poner de pie.

—¿Quién llamó Mimi? —le preguntó mientras el rubio le entregaba una toalla fría.

—Era Kookie, ya ha venido por mi, ya terminé mis labores, ¿puedo irme ya? —le pregunto con cautela.

Eun Woo se quedó en silencio un momento antes de asentir.

—Como hoy es tu primer día ya puedes irte, pero debes decirle a tu hyung que cuando haya práctica saldrás más tarde, y si él no puede esperarte o pasar por ti, yo puedo llevarte, ya que debes de quedarte hasta el final de la práctica —respondió su amigo y Jimin asintió en reconocimiento.

—Yo le diré, entonces me voy —dijo Jimin mientras recogía su mochila.

—Te acompaño.

—No es necesario, sigue practicando, puedo ir solo, gracias —dijo y salió rápidamente del gimnasio.

Cuando llegó al auto, Jimin abrió rápidamente la puerta y tomó asiento.

—Hola, Kookie — saludo al pelinegro que estaba apoyado en el asiento.

—Hola, ten te traje tu batido de fresa —le respondió tendiendole el vaso.

Jimin lo tomó con una sonrisa mientras el auto salía del estacionamiento.

—Jungkook…

—¿Qué te hizo ir al club de baloncesto? —preguntó Jungkook al mismo tiempo interrumpiendolo sin querer.

—Bueno yo no sabía a qué club unirme y Nunu me sugirió unirme al de él.

—¿Y qué es lo que harás ahí? ¿Jugaras? —le pregunto sin despegar la vista de la carretera.

—Oh no, soy demasiado bajo para jugar, yo trabajé en el club, llevando permisos, haciendo el inventario del equipo y otras cosas, además de cuidar a los jugadores —respondió Baibun de nuevo.

Jungkook hizo un sonido de asentimiento, pero seguía sin verlo, mientras él lo miraba fijamente, y eso lo hacía sentirse mal. Por su parte el pelinegro  sonrió con burla ante sus palabras.

—Si será idiota —murmuró para su mismo.

—¿Qué dijiste? —le preguntó Jimin que no había alcanzó a escucharlo claramente.

—No, solo me quejo del tráfico y los atascos. ¿Y por qué te uniste al de baloncesto? ¿No hay otros clubes? —pregunto de nuevo.

—Jungkook —dijo Jimin en lugar de responder.

—Dime —respondió, pero sus ojos seguían fijos al frente.

—¿Por qué no has volteado a verme desde que me subí al carro? —le preguntó en voz baja.

Jungkook, se congeló por sus palabras, había pensado que no se percataría de eso.

—Bueno, porque estoy conduciendo —respondió, aunque en realidad estaba molesto porque se hubiera unido al club donde estaba su amigo.

—Siempre que conduces de igual manera volteas a verme cuando hablamos —replicó Jimin subiendo un poco más la voz.

Un pesado suspiro abandono el cuerpo del pelinegro, no había pensado que sus acciones hicieran pensar tanto a Jimin, o que lo afectarán.

—Disculpa, ya te estoy mirando, ¿te sientes mejor? —dijo mientras lo miraba con calidez en sus oscuros ojos y sonreía al mismo tiempo, cuando se detuvo en un semáforo en rojo.

Algo hubo en la forma en que lo miró y le sonrió que dejó sin palabras a Jimin, su corazón comenzó a latir demasiado fuerte, mientras un suave rubor tiñó sus mejillas.

—Sí, estoy mejor, puedes seguir conduciendo —dijo con voz ronca e inmediatamente volvió el rostro hacia la otra dirección, mientras se mordía el labio con nervios, y trataba de controlar los acelerados latidos de su corazón.

Tan pronto como la luz cambió a verde, Jungkook siguió conduciendo, ninguno de los dos dijo nada más. En cuanto llegaron a casa, Jin lo arrastró a ver una película y Jungkook se fue a preparar para irse con Namjoon fuera de casa.


—Kookie, ¿volverás tarde? —le pregunto, mientras esperaban a que el mafioso se despidiera de Jin.

—No estoy seguro, ¿Por qué?

—Por nada, solo tengo curiosidad.

—¿Me vas a esperar? Mañana, no vas a la escuela, y podrás despertarte un poco tarde —le dijo en tono de broma mientras le sonreía y Jimin negó con la cabeza.

—Para nada, tengo que despertarme a la misma hora para ayudar a mi abuela con las tareas de la casa grande —respondió haciendo que el mayor se sintiera conforme por la diligencia del pequeño.

—Muy bien, entonces no te quedes despierto hasta tarde —le dijo antes de que Namjoon subiera al coche y el hiciera lo mismo, mientras Jin estaba parado al lado del joven.

—Jungkook se preocupa mucho por ti Mimi —comentó el castaño mientras los dos veían irse el carro.

—Yo también me preocupo por él, Jin hyung el trabajo que el señor Namjoon y Kookie hacen, ¿Es muy peligroso? —preguntó el rubio con curiosidad, mientras Jin volteaba a ver el auto que se alejaba con una mirada de pánico.

—Eso también me gustaría saberlo a mí —respondió Jin, antes de invitarlo a seguir viendo la película.
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En la mañana Jimin se levantó un poco más tarde porque era sábado, pero era lo suficientemente temprano para ayudar a su abuela con las tareas de la casa. El joven hizo de todo, desde barrer, limpiar y ayudar a su abuela con el desayuno en la cocina.

—Me voy a bañar abuela, en cuanto termine vengo para ayudarte a poner la mesa —dijo antes de salir de la casa principal para tomar una ducha y cambiarse de ropa.

—Hola Tae —saludo Jimin al ver al más joven de los guardias por el jardín.

El castaño volteo a mirarlo sobresaltandose un poco pues estaba distraído pensando  en sus dos compañeros de casa.

—Hola Mimi, ¿necesitas algo?

—Oh, no, solo quería preguntarte si has visto  Jungkook.

—No, anoche llegaron bastante tarde, debe de seguir dormido —le respondió y Jimin asintió.

Cuando terminó de arreglarse, Jimin salió de su casa y caminó hacia la casa del pelinegro, pero cuando vio la puerta cerrada y al no escuchar ningún ruido dentro, se dió la vuelta, no queriendo molestarlo, y comenzó a caminar hacia la casa grande.

—¿Ya estás molestando a Jungkook otra vez? —le dijo una fuerte voz femenina haciéndolo detenerse.

—No lo hice.

—¿Entonces a qué fuiste a su casa? —volvió a preguntar Eun Chae con disgusto.

—Solo quería ver si Jungkook ya se había despertado, pero cuando ví que no, me fui —se defendió.

—¿Hasta cuándo vas a dejar de ser una carga para Jungkook? Ubícate en tu lugar niño, solo eres un pobre arrimado que estás aquí porque tu madre te abandono, pero actúas como si fueras el jefe de todos —se quejó la mujer con molestia, porque desde que llegó todos parecían preocuparse y cuidar al chico como un jefe más, a pesar de que era solo el nieto del ama de llaves.

—Yo nunca he pensado que sea el jefe de nadie.

—Eso dices, pero le pides a Jungkook que te lleve y te traiga de la escuela, le pides que te compre cosas fingiendo ser lamentable —acusó Eun Chae.

Jimin estaba a punto de llorar, él no pretendía que pensaran así de él.

—Yo nunca he hecho algo así, si Jungkook me compra cosas, ¿cómo voy a negarme? —se excuso con voz temblorosa por el llanto contenido.

—Eres patético. No tienes suficiente con ser abandonado por tu madre, vienes y causas problemas a los demás —volvio a acusar Eun Chae desahogando los celos y la envidia que sentía por el joven, porque Jungkook estaba interesado en él y por ella nunca hizo cosas cómo esas.

—No te detengas, sigue hablando —la voz tranquila de Jin sonó detrás de la chica, haciendo que está se congelé de inmediato.

—Oh, señor Jin.

La chica se dio la vuelta y vio a Jin con los brazos cruzados mirándola fijamente. El castaño había salido a hacer ejercicio por la mañana y por casualidad había escuchado lo que le decía a Jimin.

—Antes de acusar a alguien, en especial a un niño, deberías de pensar en lo que dices, ¿cómo sabes que cuidarlo molesta Jungkook? ¿Has hablado con él? ¿Jungkook te dijo que se sentía de esa manera?  En cuanto a mí y a Namjoon nunca pensamos que cuidar de Jimin sea un problema. Namjoon dejó que viviera aquí porque es su casa y Jimin nunca ha causado problemas. Pero tus prejuicios van encaminados por otros motivos, ¿no es así? A la que le molesta es a ti, no a nadie más, ¿debería de hablarlo con Namjoon? —la regaño Jin con severidad.

Eun Chae bajo la cara avergonzada y molesta, pero no dijo nada.

—Jin hyung no la regañes —pidio Jimin al ver el rostro de la chica, que aunque había sido regañaba aún mostraba una expresión de molestia.

—Eres demasiado amable Jimin —le respondió Jin con una sonrisa amable en su rostro.

—Jin hyung, se lo pido por favor —suplico Jimin y el castaño suspiro  pero asintió.

—Vete a hacer tus tareas —le ordenó a Eun Chae —. Nosotros entremos a la casa Mimi, ya casi es hora de desayunar — dijo Jin pasando su brazo por el cuello del pequeño y guiandolo a la casa, dejando a Un Chae sola y maldiciendo en su interior.

Cuando la hora del almuerzo llegó, Namjoon se extrañó de no ver a su mano derecha y le preguntó a Yoongi por él.

—En cuanto llegaron dijo que dormiría hasta tarde señor y nos pidió que lo disculparamos con usted y el señor Jin por no desayunar con ustedes —respondió Yoongi.

Namjoon asintió antes de sentarse a desayunar con su esposa y Jimin. Mientras comían, el joven no dejaba de mirar la entrada del comedor, preocupado por si Jungkook ya se habría despertado para desayunar. Una vez terminada la comida, Eun Chae salió de la cocina con un postre para servir, Jimin no se atrevió a mirarla y Jin tenía una expresión molesta en su rostro y el mafioso tuvo que preguntar qué sucedía, pero ninguno de los dos dijo nada.

Cuando terminaron el joven se fue a ayudar a la cocina a ayudar a lavar los platos, mientras que la pareja se quedó un rato más, platicando sobre algunas actividades que el castaño quería hacer. Cuando el pequeño rubio volvió al comedor acompaño a Jin a despedir al mafioso frente a la casa.

—Tratare de llegar lo más pronto posible, si sales de casa no te separes de Jungkook y de Yoongi —le pidió Namjoon al castaño.

Mientras veía a Jin asentir y rodar los ojos ante las advertencias del mayor, Jimin pensó que aunque ambos eran hombres, se veían muy bien juntos, pero sobre todo felices.

—Lo sé,lo sé, siempre me ordenas así —se quejó Jin antes de que Namjoon lo besara en la mejilla delante de sus hombres y se subiera al auto.

Jimin sonrió al ver al castaño avergonzado.

—¿Por qué sonríes? —le preguntó Jin fingiendo molestia al descubrirlo.

—La cara de Jin hyung está muy roja y te ves lindo —respondió haciendo que el castaño se pusiera aún más rojo.

—Es porque hace mucho calor, vamos dentro —murmuró Jin.

Cuando entraron en la casa, vieron que por la parte de atrás iba entrando Jungkook.

—Kookie —gritó Jimin en cuanto lo vio y corrió hacia él.

Esto hizo que Jin se riera levemente.

—Cuando ves a Jungkook, te olvidas de mí —bromeó y Jimin sonrió apenado.

—No me olvidó de tí —respondió en protesta, pero de inmediato volvió a centrar su atención en el pelinegro, que sonreía en su dirección.

—Kookie ¿Ya desayunaste? ¿Por qué despertaste tan tarde hoy? ¿Regresaste muy tarde anoche? —preguntó Jimin de golpe.

—Tienes mucho qué responder Kook —dijo Jin con una ligera sonrisa.

—No he desayunado todavía, regrese tarde anoche por eso me levanté más tarde hoy —respondió Jungkook, mientras frotaba con cariño los rubios mechones de cabello de Jimin.

—Entonces, voy a la cocina a preparar algo para que comas —dijo Jimin de inmediato, pero el pelinegro lo detuvo.

—No es necesario, voy a desayunar en la parte de atrás con los demás.

Jimin asintió lentamente, aunque se sintió un poco decepcionado de que no fuera él quien preparará su comida.

—Oh, Jin me dijo Yoongi que saldrás, ¿verdad? —dijo Jungkook recordando lo que antes le había dicho su subordinado.

—Sí, pero come primero, mientras terminas, terminaré de enviar algunos correos de trabajo y Jimin tu puedes irte a cambiar.

—Sí —respondio el joven, se despidió y salió hacia su casa.

Jungkook estaba por darse la vuelta para retirarse, pero Jin lo detuvo.

—Espera.

—¿Necesitas algo más? —preguntó Jungkook. Jin miró a su alrededor para asegurarse de que no hubiera nadie antes de hablar.

—¿Puedo preguntarte algo aunque sea un poco personal? —dijo el castaño y Jungkook alzó las cejas con recelo.

—Eh…Sí.

—¿Quiero que me expliques que está pasando entre tu y Eun Chae?—pregunto con curiosidad.

—¿Qué? ¿Qué quieres decir? —preguntó Jungkook, sin entender del todo la pregunta.

—¿Qué clase de relación tienes con ella?

—Chae y yo solo somos compañeros de trabajo —respondió con seguridad, mientras Jin lo observaba con detenimiento.

—¿No te acuestas con ella? —volvió a preguntar sin rodeos y Jungkook se apresuró a negar con las manos.

—No, y nunca lo he pensado. ¿Por qué lo preguntas?

—Por nada, solo quería saber, pero permíteme darte un consejo. Cuida que tus acciones no sean malinterpretado como si le estuvieras dando esperanzas, a veces una mujer despechada y enojada puede hacer cosas que no sean correctas —le dijo en tono serio antes de darse la vuelta y marcharse, dejando a Jungkook con el ceño fruncido y sin entender porque le dijo eso.

Aún con eso en mente, entró a la cocina y de inmediato fue abordado por Eun Chae.

—Kook ya estás aquí —dijo en tono dulce y feliz, mientras él la veía con recelo.

—¿Por qué la emoción? No es como si no me vieran diario —le dijo causando que la sonrisa de la chica se borrará.

—Siéntate, ya te traigo de comer.

Eun Chae cambió rápidamente de tema y se apresuró a servirle de desayunar.

—Los brotes de soja dulces salteados son deliciosos, Kook ¿quieres probarlos? —le dijo mientras colocaba el plato cerca de él, Jungkook no respondió y continuó comiendo.

Eun Chae se sentó frente a él ofreciéndole un par de platos más, hasta que él se harto.

—Dejame comer en paz y vete a hacer otra cosa —le dijo con voz tranquila pero severa.

La mujer frunció el ceño ligeramente y se levantó para alejarse, mientras él negaba con la cabeza lenta y suavemente.

—¿Que no sabes que le interesas? —le pregunto Yoongi que estaba a su lado.

—Claro que lo sé, pero fingió ignorancia.

—Ahora que la veo se ve mejor semblante que el mañana, mientras hablaba con Jimin —dijo Yoongi como si nada, haciendo que el pelinegro volteara a verlo con interés.

—¿De qué estaba hablando con él?

—No lo sé, pero cuando el señor Jin se acercó parecía que la estaba regañando por algo, y después entró con Mimi a la casa —respondió el guardia mientras seguía comiendo.

En ese momento la plática con Jin llegó a su mente y frunció el ceño mientras asentía en silencio.

—Abuela, ¿quieres que te compre algo? Aún tengo suficiente dinero del que me dió el señor Namjoon.

El joven que había terminado de vestirse le preguntó a su abuela que había vuelto a su casa, mientras Jungkook lo veía desde la puerta con  una sonrisa al ver cómo siempre pensaba y se preocupaba por su abuela.

—No necesito nada ahora cariño, guarda tu dinero. Si ya terminaste de arreglar vete ya, no hagas esperar al señor Jin —le advirtió la mujer, el joven asintió y se apresuró a recoger sus cosas y salir.

—¿Te hice esperar mucho Kookie? ¿Jin hyung ya nos espera en el auto? —preguntó el joven, preocupado por molestar al castaño.

—No, me pidió que le avisará cuando estuvieras listo, anda vamos —dijo el pelinegro.

Jimin lo siguió apresuradamente y camino a su lado, el pelinegro se dió cuenta que el joven llevaba puesta algunas prendas que el le había comprado.

—Te ves muy lindo vestido así —le dijo y sonrió al ver la sonrisa tímida de Jimin y el lindo rubor que tiño sus mejillas.

—Gracias.

—Solo digo la verdad, pero ahora quiero preguntarte algo, ¿de que hablaste este mañana con Eun Chae?

Jimin se detuvo de golpe un momento antes de continuar su camino si  atreverse a mirarlo.

—No hablamos de nada en especial, solo me saludo —respondio mordiéndose un poco el labio.

No quería mentirle a Jungkook, pero tampoco se atrevía a contarle las cosas horribles que le dijo la chica.

—No me gustan los mentirosos —dijo Jungkook con calma.

—Es que no puedo decirlo —respodio Jimin en voz baja.

Jungkook suspiro suavemente, no quiso decirle que era muy malo mintiendo y que ya sospechaba que hablaron, sabía que si lo presionaba terminaría llorando y no quería volver a ver lágrimas en sus preciosos ojos.

—Si no me quieres decir está bien, pero no mientas, solo recuerda que si alguien te dice algo malo, tienes que decírmelo, ¿lo entiendes? —le pidió tranquilamente, pero al ver que no le respondía y solo estaba con la cabeza agachada subió un poco más el tono—. No te quedes callado, ¿entiendes?

Jimin lo miró con ojos suplicantes, por la severidad en su voz.

—Kookie, por favor —le dijo sin dejar de mirarlo con expresión desolada en su cara.

—No hay necesidad de suplicar, no estoy enojado contigo, solo quiero que entiendas que no me gusta que me mientas por ocultar algo.

Sin decir nada más, lo tomó suavemente por el cuello y lo condujo hasta el garaje, cambiando de tema. Pero no dejaría eso así, tendría que hablar muy seriamente con Eun Chae.










Jin defendiendo a su bendición ame demasiado.

Nos leemos bellezas...
        Besitos 😘😘😘

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