Capitulo 5
—¡Eres un maldito bastardo mentiroso Jeon Jungkook! — gritó Jimin entrando a la pequeña casa dónde vivía su novio, el cual se paró sobresaltado al verlo.
—Bebé, ¿qué sucede? ¿De qué hablas?
—No finjas no saber, ¿cómo pudiste mentirme a mi? Tres años Jungkook —dijo mientras levantaba tres dedos de su mano derecha —tres malditos años siendo tu novio y cuatro de conocerte y jamás me lo dijiste, ¿por qué? — preguntó al tiempo que su voz se quebraba por el llanto.
—No sé de qué me hablas mi amor, yo nunca te he mentido —dijo mientras trataba de abrazarlo, pero él se alejó.
Sacó un sobre de su mochila y lo arrojó a su pecho, mientras dirigía sus pasos a la puerta dispuesto a marcharse.
—Jimin espera, déjame explicarte por favor, todo tiene una explicación mi amor, lo juro.
—No me jures nada Jungkook, tú conoces todo sobre mi, nunca he tenido secretos para tí y tal parece que tú tienes demasiados, no me expliques nada, quédate con tus mentiras y engaños. No me vuelvas a buscar, lo nuestro termino.
—No, Jimin espera…
—Jimin, Jimin reacciona, debemos irnos de aquí.
La fuerte voz de Namjoon se mezcló de pronto con la de Jungkook haciéndolo reaccionar. Con los ojos nublados por el llanto logró enfocar el rostro moreno y apuesto de Namjoon y después novios su cabeza para ver a su alrededor. El cuerpo sin vida del hombre que lo había atacado yacía a pocos centímetros detrás de él, podía ver la mancha de sangre en el suelo.
—Vamos Jimin, reacciona, tenemos que salir de aquí, no sé si hay alguien más afuera —volvió a hablar Namjoon, mientras lo tomaba de los hombros.
—Tú… lo mataste —habló por fin.
—Si, no lo pensé en cuánto entre y lo ví a punto de dispararte, pero eso no importa, ahora anda levántate, tenemos que irnos.
Con cuidado se puso de pie ayudado por el moreno, que de pronto se percató de que estaba solo cubierto por una bata, que estaba abierta casi en su totalidad, tragó saliva con dificultad, antes de dirigirse a él.
—Cambiate rápido, no te puedes quedar aquí, Jackson se hará cargo de todo esto.
Jimin asintió y con piernas temblorosas camino hasta su cuarto, sacó lo primero que encontró en su maleta que no siquiera había podido deshacer, se vistió y salió al encuentro del moreno. En el salón estaba él junto a quien suponía era Jackson.
—Encargate de esto, no quiero que llegue a oídos de la policía, lo queenos necesito ahora es que Min comience a hacer preguntas. Cuando termines lleva las cosas de Jimin a mi departamento.
—Está bien señor.
Jimin no dijo nada, su mente era un caos, entre lo que había sucedido y el recuerdo que volvió a él y que lo había dejado con más dudas que respuestas. Namjoon lo ayudó a subir al auto y después lo rodeo para ponerse al volante, condujo en silencio un par de minutos, sólo mirando al rubio de vez en cuando que iba con la vista clavada en la ventanilla.
—¿Cómo sabías dónde estaba? —preguntó por fin Jimin, cuando el auto se detuvo en un semáforo.
—Hace dos años cuando llegué a Seúl, y comencé la investigación sobre la desaparición de Jungkook, el investigador que contraté, me dió la dirección y cuando llamaste fue el primer lugar en el que pensé. Simplemente supuse que preferirías quedarte en tu casa.
—¿Recordabas la dirección después de tanto tiempo?
—Tengo muy buena memoria Jimin, difícilmente olvidó algo, sobre todo si es algo que me interesa —dijo mientras volvía a poner en marcha el auto.
—¿Yo te intereso? —dijo mientras volteaba a verlo.
—Por supuesto, tú eres la única pista que tengo sobre lo que pudo haber pasado con mi hermano.
Jimin asintió y volvió a fijar su vista en la calle. Varios minutos después llegaron al centro de la ciudad y entraron en uno de los edificios de apartamentos más exclusivos de la zona, estacionó el vehículo y ambos salieron.
Caminaron hasta el elevador y Jimin lo vio pulsar el botón del último piso, en poco tiempo llegaron hasta el penthouse dónde vivía Namjoon, tecleó la clave de acceso y le cedió el paso. Las luces se encendieron de manera automática permitiéndole ver a Jimin el lugar.
Era bastante grande y elegante, pintado todo de blanco, muebles a juego y escasa decoración en las paredes, al fondo un enorme ventanal, daba una vista a toda la ciudad.
—Debes de descansar, ven —dijo Namjoon interrumpiendo su inspección.
—No tengo sueño.
—Lo sé, pero debes intentar dormir un poco, lo que pasó está anoche no fue cualquier cosa y debes de recuperar fuerzas.
Abrió una puerta a la que era la habitación de invitados.
—Aquí podrás descansar, mi habitación está enfrente, cualquier cosa que necesites no dudes en pedirla. Ahora te traigo algo más cómodo para que te cambies —dijo antes de volver a salir.
Jimin camino hasta la cama, el cuarto era amplio, pintado en un tono azul rey, una cama matrimonial en medio, un tocador en frente una puerta al costado derecho que supuso era el baño, el piso estaba alfombrado, se quitó los tenis que se había puesto, y se sentó a esperar a que volviera el moreno.
Un par de minutos Namjoon volvió y le entregó un pijama que sabía le quedaría enorme.
—Lo siento, esto es todo lo que pude encontrar, supongo que es varias tallas más grande que la tuya.
La pijama era un conjunto de pantalón y camisa en color rojo burdeos, de una suave tela de raso, asintió en agradecimiento y la colocó en la cama.
—Descansa —dijo Namjoon y se dió la vuelta para marcharse, pero la voz del rubio lo detuvo.
—Recordé algo —dijo causando que se detuviera de golpe y se volteara a verlo.
—¿Qué recordaste?
—No sé exactamente, me ví a mi peleando con Jungkook mientras le entregaba unos papeles y le reclamaba por mentirme, y le decía que terminaba con él.
—¿Entonces crees que ya habías terminado con él antes del accidente?
—No lo sé, es la primera vez que recuerdo otra cosa que no sea lo de mis pesadillas. Pero ahora necesito saber que era lo que él me ocultaba y que hizo que me molestará tanto al grado de pedirle que se alejara de mi.
Jimin comenzó a llorar nuevamente y Namjoon sintió el impulso de abrazarlo, consolarlo entre sus brazos y decirle que todo iba a estar bien, pero sabía que mentiría. Y esa noche lo comprobó, el ataque que sufrió no fue cualquier cosa, y también le confirmó que dentro de su cabeza estaban las respuestas a la muerte de su hermano.
«Jungkook, siempre estuviste rodeado de mentiras y secretos, tanto que tu propia muerte es un misterio» pensó mientras se sentaba al lado de Jimin y le pasaba el brazo por la espalda.
Namjoon estaba recostado en su cama, por la ventana pudo ver qué ya estaba amaneciendo, no había dormido nada. Después de consolar a Jimin hasta que logró quedarse dormido, volvió a su cuarto y estuvo pensando.
¿Quién estaba tan interesado en mantener a Jimin callado? ¿Qué había sucedido en esa montaña? ¿Habrían visto a alguien haciendo algo indebido? Ahora más que nunca sabía que no podía dejar a Jimin sin protección y no confiaba en nadie lo suficiente como para delegar en alguien más esa responsabilidad.
Cansado de estar acostado sin poder dormir, se levantó y fue al pequeño gimnasio que tenía, necesitaba despejar su mente. Jimin despertó agitado, nuevamente había soñado con esa noche, pero había algo distinto, un detalle que no había visto antes, necesitaba decirle a Namjoon y convencerlo de que lo lleve hasta la montaña, se levantó y arrastrando el enorme pantalón de la pijama fue hasta el cuarto, tocó pero al ver que no había respuesta abrió la puerta, estaba vacío.
Salió al salón y lo busco en la cocina y nada, pensó que tal vez había salido cuando escucho un ruido del otro lado del pasillo, caminó hasta allá, la puerta estaba entreabierta, la empujó un poco y tragó saliva con nerviosismo, frente a él estaba Namjoon semi desnudo, los músculos de sus hombros y espalda se contraían con cada flexión que hacía sobre las barras, sus brazos marcados sostenían con firmeza su cuerpo, mientras se elevaba.
Ese hombre era todo un adonis y se necesitaría ser ciego para no notarlo, aún así se sintió extraño al estar disfrutando de verlo, sobre todo cuando ese hombre era el hermano del hombre que seguía armando.
Tocó la puerta y el morena se giró para verlo antes de soltar las barras y girarse para verlo y Jimin se avergonzó de inmediato, su abdomen marcado, su pecho firme, su piel morena brillante por el sudor, provocaron un tirón en su vientre que fue directo en dirección al sur.
—Yo… yo… creo que mejor te espero afuera, estás ocupado.
—No, espera, ya terminé. ¿Necesitas algo? —dijo sin percatarse del rubor de sus mejillas y el cómo evitaba verlo a él enfocando su vista en cualquier otro lugar.
Jimin suspiró tratando de calmar su pulso, antes de hablar.
—Recordé algo más, sobre la noche del disparo, quería decírtelo y pedirte que me lleves hasta la montaña, tal vez así mis recuerdos vuelvan más pronto.
Namjoon sonrió mostrando sus hoyuelos, mientras pasaba la toalla que sostenía por su cuello.
—Eso es bueno Jimin, deja y me doy un baño, almorzamos algo y me platicas el sueño, también sería bueno que llamaras a Taehyung debe de estar preocupado, yo le avisé a Hoseok lo que había pasado, Jackson también trajo tus cosas están en el salón.
—Gra… gracias. Yo también me daré una ducha —fría de preferencia pensó.
Ambos salieron del gimnasio, media hora después ambos desayunaban, mientras Jimin le narraba el sueño de siempre, omitió la nueva información hasta que estuvieran en la montaña. Se estaba alistando para salir cuando la puerta fue tocada y de inmediato escuchó una voz masculina hablando con Namjoon, pensó que sería Jackson que había llegado por ellos y salió.
Seokjin vio rojo en el momento en que Jimin apareció frente a él y saliendo de la habitación de Namjoon, su vista viajó hasta el moreno que lo veía como si nada.
—¿Que hace él aquí? —pregunto sin ocultar su molestia.
—Pasó la noche aquí y también vivirá aquí a partir de ahora —contesto sin darle mucha importancia a sus palabras.
—¡¿Qué?! ¡Estás loco, Namjoon! Cómo vas a permitir que viva contigo, ¿piensas acostarte con él? Compartir una vez más con Jungkook —soltó furioso sin meditar lo que dijo.
Jimin enarcó una ceja con molestia y después vio a Namjoon, aunque las palabras del abogado rondaban por su cabeza.
—Callate Seokjin no digas estupideces, además no eres nadie para decirme que puedo o no puedo hacer, y sobre lo que dijiste, tu mejor que nadie debería de saber que yo no comparto, ahora vete tengo cosas que hacer con Jimin. No iré a la oficina.
El abogado miró furioso a Namjoon y después a Jimin, se dió la vuelta hasta la puerta, salió azotandola.
—Esto no se va a quedar así Kim Namjoon —dijo furioso mientras caminaba hasta el elevador y sacaba su teléfono.
¿Que habrá recordado Jimin?
¿Que cosas le ocultaba Jungkook?
¿Que eso que quiso decir Jin cuando dijo que compartían?
Nos leemos bellezas...
Besitos 😘😘😘
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