Capítulo 4
Hoseok ayudó a Namjoon a llevar a Jimin a su despacho mientras él hacía unas llamadas, en cuanto estuvieron solos en la habitación y Jimin estuvo acomodado en el pequeño sofá, interrogó a su amigo.
—Hobi ¿quién era ese hombre?
—Un socio del señor Kim, vino a presentar sus respetos, ¿por qué? ¿lo conoces?
—No... no lo sé, su voz me resultó bastante familiar, se parece mucho a la voz del hombre de mis pesadillas.
Hoseok se sorprendió por eso, recordaba cuando Jimin despertó y decía no recordar nada, ¿en esos dos años habría podido recordar? ¿O el detective Min tenía razón? No quería dudar de su amigo, pero aún había muchas cosas que no sabían y como Namjoon decía Jimin parecía ser el único en conocerlas.
—¿Has recordado que paso Mimi? —detrás de la puerta Namjoon alcanzó a escuchar la pregunta de su empleado justo cuando iba a entrar y se detuvo para escuchar que respondía el chico.
—No es un recuerdo como tal, o tal vez si, la verdad es que no lo sé, hace mucho que dejé todo intento por recobrar la memoria. Pero casi todo el tiempo tengo sueños extraños, en ellos me veo a mi y a Kook correr en medio del bosque, está lloviendo y llegamos a un precipicio, hay varios hombres rodeandonos y uno de ellos se enfrenta a Jungkook y dispara, siempre despierto en ese momento.
—Jimin ¿te das cuenta de que eso pudo haber pasado? ¿Recuerdas los rostros de esos hombres?
—No, solo son sombras, y las voces se escuchan distorsionadas. Pero hace rato y en el templo cuando escuché la voz de ese hombre, el recuerdo de ese sueño no me deja en paz.
Jimin oculto el rostro entre sus manos por lo que no vio cuando entró Namjoon y le hizo una seña a Hoseok para que se fuera.
—¿Por qué no me dijiste eso antes? —preguntó haciendo que Jimin se sobresaltara.
—No llegamos hasta ese punto de la plática, no es como si quisiera ocultarlo.
—Mira, yo sé que no nos conocemos, pero necesito que confíes en mí, yo amaba a mi hermano, y quiero descubrir que paso y hacer pagar a los culpables.
Jimin contemplaba al moreno con ojos críticos, sabía que si quería averiguar qué pasó, debía de confiar en él, solo esperaba no equivocarse.
—Muy bien —suspiró —intentare confiar en tí, pero necesito que pongas de tu parte, dime porque Jungkook nunca me habló de ustedes.
Namjoon sonrió mostrando sus hoyuelos y Jimin sintió un vuelco en su estómago, una sensación que solo había sentido hace mucho tiempo.
—Es un trato, pero ahora vayamos al templo, terminemos de darle el último adiós a Jungkook y después hablamos, ¿te parece?
—Sí, me parece.
Los dos salieron del despacho y se dirigieron hasta la parte trasera de la casa, Jimin entró pegado a Namjoon que no permitió que se alejara de él, acto que fue visto con molestia por el abogado de la familia.
Kim Seokjin se acercó a ellos y trató de apartar con sutileza a Namjoon del rubio. Desde que su amigo le dijo que lo buscaría había sabido que era un error, ese chico no solo había sido un obstáculo en la vida de Jungkook, también lo sería en la del moreno y eso no lo iba a permitir.
—Nam, ¿podemos hablar en privado? —dijo mirando de reojo al rubio.
—Ahora no Jin, más tarde, cuando todo terminé.
—Nam… —intentó objetar, pero la mirada molesta y fría de su amigo se lo impidió —muy bien.
Después de eso, nadie más se acercó a ellos, Jimin ocupó su lugar al lado de la familia, y fue recibido con cariño por parte de la madre y hermana de Jungkook, todos esos pequeños detalles le hicieron preguntarse ¿por qué nunca le habló de ellos? ¿por qué en los cuatro años de noviazgo que tuvieron le hizo creer que era él sólo?
Media hora después las cenizas de Jungkook fueron colocadas en el nicho familiar, la mayoría de los presentes se retiraron, solo quedando las personas más allegadas a la familia.
—Cuando estés listo nos vamos Mimi, tienes que descansar —le dijo Taehyung sentándose al lado de él.
—¿Ya te vas? —habló la madre de Jungkook —no cariño quédate aquí por favor, me gustaría preguntarte más sobre mi hijo por favor —le pidió la mujer.
Namjoon suspiro con lastima, comprendía el dolor de su madre y el querer tener cerca a quien le proporcionará detalles de la vida de su hijo menor, Jin que estaba al lado del moreno rodó los ojos con fastidio, ni él tenía permitido quedarse en esa casa, ¿que privilegio tenía ese recién llegado?
—Muchas gracias señora, pero no puedo quedarme —le respondió Jimin tomándola de las manos —prometo venir a verla y platicar un rato, pero no me pida que me quede por favor.
—Dejalo ir madre, para Jimin no debe de ser cómodo, al final de cuentas no nos conocía —habló Soyeon dándole una sonrisa cálida.
—Está bien, pero entonces promete que vendrás a verme, deseo que me platiques cómo se conocieron mi hijo y tú.
Jimin asintió y se puso de pie, se despidió respetuosamente de todos y junto a Taehyung y Hoseok salieron de la mansión, con Namjoon ya había quedado de verse al día siguiente, habían intercambiado números y estarían en contacto.
—Mimi, ¿estás seguro que quieres quedarte en tu casa? ¿No prefieres quedarte conmigo o en un hotel? No me gusta que vayas a estar solo —preguntó su amigo cuando les insistió en que lo llevaran a la casa de su padre y que había estado sola desde que se habían mudado.
—Estaré bien Tae, para que pagar un hotel o molestarte a ti cuando tengo mi casa, además tú mandaste a alguien a limpiarla y ahora no necesito nada más que dormir, ya mañana me ocuparé de surtir lo que haga falta, voy a estar bien.
—Déjalo cariño, Jimin ya no es un niño pequeño y sabe cuidarse, además no le va a pasar nada malo —lo tranquilizó Hoseok y no le quedó más que asentir y dejar marchar a su amigo.
Quince minutos después, Jimin entró a su casa, todo se veía igual como lo habían dejado, se sentía cansado así que caminó hasta la que siempre fue su habitación y se dispuso a darse una ducha, llenó la tina, colocó alguna sales y se dispuso a relajarse un poco, habían sido demasiadas emociones en tan poco tiempo.
Dejó que la calidez del agua lo envolviera, cerró sus ojos, y su cabeza comenzó a bombardearlo con imágenes de su noviazgo, las risas, los besos, los abrazos, las salidas a comer, todos esos momentos que habia compartido con su novio. Jungkook había significado toda su vida, el amor que sentía aún por él jamás se extinguiría, lo extrañaba demasiado, silenciosas lágrimas corrieron por sus mejillas hasta perderse en el agua.
Con calma comenzó a limpiar su cuerpo, cuando terminó se estaba poniendo la bata pero un ruido atrajo su atención, fue algo muy sutil pero se escuchó, alguien no quería se percatara de su presencia, anudó su bata y con cuidado salió del baño, procurando no hacer ruido, su casa era de una sola planta, de espacio abierto en todo el salón y solo el pasillo que los dirigía a las habitaciones, así que desde su cuarto podía ver todo.
Busco en sus cosas algo con que defenderse y solo encontró un viejo bate en su armario, lo tomó y caminó hasta la puerta, el ruido seguía, eran pasos sigilosos, no quiso abrir para no alertar a quien estuviera afuera, tomó su teléfono y marcó el primer número que vio.
—¿Jimin? —la voz fuerte y profunda de Namjoon sonó en su oído cuando respondió.
—Perdón — susurró — hay… hay alguien en mi casa —su voz era tan baja que rogaba porque Namjoon pudiera oírlo.
—¿Qué? — gritó el moreno — Voy para allá —dijo y colgó.
Jimin en ese momento no cuestiono el que no le había dado su domicilio, solo esperaba que llegara a tiempo, él podría defenderse pero si eran más de uno lo dudaba.
Pegó su cuerpo a la pared y empuñó el bate, al instante en que el pomo de la puerta comenzó a moverse, maldijo en su interior por no haber puesto el seguro, pero estando solo nunca lo pensó necesario, la puerta se comenzó a abrirse lentamente, una mano enguantada apareció, un hombre cubierto por ropas negras entró lentamente, Jimin podía ver el arma en sus manos.
No lo pensó más y dejó caer el bate sobre las manos del intruso, un grito sordo sonó seguido del ruido del arma al caer al piso, Jimin intentó volver a golpear al hombre, pero este lo esquivo, en un rápido movimiento lo envolvió por el cuello asfixiándolo, Jimin golpeó sus costillas con su codo, logrando escapar, corrió hasta el salón, pero estaba en desventaja y al estar descalzo resbaló dándole oportunidad al intruso de abalanzarse sobre él, intercambiaron varios golpes en el suelo, Jimin golpeó su entrepierna y logró soltarse del fiero agarre.
Se arrastró hasta alcanzar el bate, trató de incorporarse, pero la punta de una pistola lo detuvo.
—No debiste de haber vuelto Park Jimin —quien hablaba tenía una voz gruesa y rasposa, como de quién lleva años fumando sin parar.
—¿Quien… quien eres? ¿Qué quieres de mí? —preguntó con la voz entrecortada.
—¿No te lo imaginas? Me mandaron a matarte, antes de que se te ocurra hablar de lo que no debes —le dijo hablando casi en su oído.
Cerró los ojos cuando escuchó el arma ser cargada, pensó en Jungkook iba a hablar cuando el sonido del disparo rompió el silencio.
Dejo esto aquí y me voy lentamente.
Nos leemos bellezas...
Besitos 😘😘😘
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