¿_𝙲𝚘𝚖𝚘_𝙸𝚗𝚌𝚒𝚘_𝙴𝚜𝚝𝚘_?
En aquella ciudad infernal, dentro de la corte suprema donde se encontraban enjuiciando a muerte a un diablillo y a su pandilla. Específicamente en la parte superior de la estructura a su izquierda. Había uno de los pecados mas poderosos: Leviathan.
Ella estaba sentada observando con desinterés todo el juicio, mirando con indiferencia a sus compañeros y a los presentes en si. Ninguno llamaba su atención, o bueno si, solo uno.
Mammon; El pecado de la codicia y avaricia, uno de los mas detestables si me preguntan. Era curioso como un ser tan impredecible y molesto como lo es el, llamase la atención de un pecado como ella.
Ella solo observaba con detenimiento al gran demonio, discutiendo con otros dos de ellos, ella algo gracioso a decir verdad.
Suspiro algo entusiasmada, solo mirándolo.
-Pff, es tan gracioso...-
Hablaba con un tono suave su cabeza blanca, pura y hermosa, no sabia exactamente que tenia ese pecado que tanto le llamaba la atención.
Por su parte, su otra cara, una terrorífica y amenazante, solo se limitaba a mirar pero confundida ante aquel raro sentimiento.
-¿Que demonios le ves? Solo es un gordo mamon-
Dijo con voz seria y algo molesta, observando a los ojos a su otra personalidad.
-No lo se, ¿Tal vez por lo que paso aquella vez?-
Respondió sin devolver la mirada. Su cabeza monstruosa solo bufo molesta.
-No me lo recuerdes por favor-
Finalizo con desdén y un leve sonrojo por la vergüenza de recordar aquello. ¿De que hablaban? Bueno, volvamos al pasado, específicamente cuando todo iniciaba.
...
En aquellos lejanos años, cuando recién se estaba llevando a cabo la gran caída del ángel dorado, era creados los conocidos y temidos "Pecados capitales".
Seres mortales con poderes letales, esparciendo su reinado al mundo terrenal.
Entre tales demonios, había uno en especifico resaltado por su gran desinterés e indiferencia ante la gran revolución. Mammon.
El solo se dedicaba a tomar las cosas de valor que le podía ofrecer el nuevo mundo humano. Minerales, frutos, lo que sea que tuviese un mínimo valor era suyo o bueno, el lo reclamaba como propio.
En su búsqueda de riquezas para tomar, llegaría al mar mediterráneo, el único al cual no había ido a ver a robar.
Bajo el cielo azul y canto de las gaviotas, este camino hacia la orilla del mar, buscando que llevarse.
-Pff que tontos, ellos jodiendose con el idiota de Lucifer y yo aprovechando a tomar todo de este patético lugar, soy asombroso-
Dijo con arrogancia, tomando todo lo que veía y guardándolo en un saco de cuero, esto lo hacia mientras caminaba con lentitud al mar o bueno, al limite de ese.
Al llegar, el reviso rápido, no había o bueno, no parecía haber nada de valor significativo. Todo fue así por unos minutos, en los cuales husmeaba viendo si encontraba algo para reclamarlo como propio, pero nada, solo arena y algunas algas.
Este se hartaría, decepcionado de su pobre recompensa de la búsqueda, decidiéndose por retirarse e irse a otra zona.
-Que asco de lugar es este, menuda perdida de tiempo-
Decía mientras sacaba de su saco una manzana verde, comiéndola sin educación y con gula. Justo cuando ya estaba ya por partir de la costa, este piso algo.
Con confusión miro hacia abajo, solo para toparse con algo muy, pero muy brillante. Esto obviamente llamo su atención.
Parecían ser perlas, unas muy grandes si las comparamos con las comunes. El pecado con curiosidad y avaricia tomaría la perla y trataba de sacarla, solo para ver que estaba conectada con otras mas.
Debido a su gran fuerza al ser un demonio poderoso, no le costo mucho trabajo desenterrarla, admirándola.
-¡Hoy es mi día de suerte!-
Exclamo con alegría y euforia viendo su gran tesoro, casi babeando al imaginar la riqueza que tenia en frente. Lotería.
Mientras el pecado comenzaba a desenterrar lo demás con emoción, no noto que algo desde el mar lo observaba detenidamente, un ser de tamaño abismal y de dos cabezas, uno emanaba en su mirada envidia, mucha envidia.
Y su otra cabeza, una igual de monstruosa pero de aspecto mas claro, mostraba una de admiración.
-Míralo Atan, ¡Esas son las maravillas del mundo terrenal que nos espera!-
Una voz suave pero con eco apareció en la cabeza derecha del ser, la cual seguía observando con detenimiento al demonio, por su lado, la otra cabeza únicamente se limitaba a ver con molestia al pecado.
-Si aja... ¡Mira! ¡Se esta robando nuestras joyas! Maldito sea ese ser, ¿Que demonios se cree?-
Respondió su cabeza dominante, mirando con desprecio como hurtaba su amada playa. La otra trato de simplemente ignorar aquel detalle.
-Pero... Ni siquiera las necesitamos, no es como si pudiésemos ponérnoslas o algo así...-
Dijo continuando mirando con cierta admiración al pecado, sintiéndose sorprendida al ver el mundo que le esperaba, claro, si salía de su prisión marina. La otra cabeza comenzó a gruñir y empezar a prepararse para emboscar a su posible comida. Nadie tomaría sus amadas perlas.
-Lo que sea, ¡nadie toma nuestras pertenencias!-
Finalizaría preparándose para atacar. Su otra cabeza quiso intervenir, pero era tarde, justo ya estaba yendo a la costa en la que se encontraba el demonio. La cabeza mas "pura" decidió solo seguirle la corriente.
Por su parte, el demonio avaricioso ya estaba sacando otras de las perlas, admirando su belleza y su gran valor, estaba tan sumergido que el rugido de un ser marino lo tomo de sorpresa.
-¡¿QUE DEMONIOS?!-
Grito asustado, haciéndose para atrás. El dirigió su mirada con horror al gran ser.
La altura de la bestia lo intimidaba, como también sus rostros, (principalmente la cabeza izquierda) dientes y su gran altura, la cual superaba casi los cien metros, además de sus penetrantes y amenazantes ojos neones y azules.
-Hay Satan...-
Susurro, quedándose estupefacto ante el monstruo.
-¿¡COMO TE ATREVES A VENIR A PROFANAR MI SANTUARIO!?-
Soltó eufórica la criatura, lanzando otro gran rugido.
-Nuestro dirás...-
Corrigió la cabeza izquierda, mirando hacia otro lado, la bestia de mirada neon solo volteo sus ojos. Mammon alzo una ceja algo confundido pero muy nervioso.
-Ah... ¿Te refieres a esa perlas? Nah, quien las ve se las lleva, ¡Adiós perra!-
Saco el dedo de en medio, dándose la vuelta y yéndose, claro, llevándose varias de esas perlas, específicamente las de menor tamaño para así ser mas fácil. El monstruo marino ardía de furia ante esto.
-¿¡QUIEN TE CRESS PARA DESAFIARME MORTAL!?-
Volvió a hablar, con su voz grave y con eco resonando en todo el mar y playa, asustando a la vida orgánica cercana, su cabeza izquierda únicamente miraba aquella situación, por alguna razón sentía cierta pena por aquel extraño ser que tenia debajo suyo. Mammon solo frunció el seño algo ofendido ante eso.
-Perdóname nena, oh bueno eh... Nenas, pero yo no soy un asqueroso ser mortal, '¡YO SOY EL GRAN E INCREIBLE MAMMON!-
La bestia miro con confusión al pecado, su otra cabeza soltó una risilla algo extrañada, para luego volver a tomar postura y preguntar.
-Acaso el es... ¿El demonio de la codicia?-
Pregunto para si misma, tratando de tener el control del cuerpo, evitando cualquiera ataque al ser mas pequeño, fallando en el intento.
°¿Un pecado mortal? ¿Que hace uno aquí? Claro, debe ser un ridículo llamado de Lucifer a su ridículo show de idiotas...°
Pensó la cabeza izquierda, moviendo luego su rostro de un lado a otro, retomando su postura.
-DA IGUAL, ¡NO TIENES NI UN SOLO DERECHO A PISAR O TOMAR CUALQUIER MATERIAL DE MI SAGRADO SANTUARIO!-
Su voz se volvió mas grave, rasposa y tenebrosa, tratando de intimidar al demonio que tenia frente suyo. Su cabeza de tono blanco trato de intervenir, siendo ignorada por su segunda cabeza. Por su lado, Mammon claramente si se sentía algo vulnerable, pero pelearía hasta el final por sus amadas perlas.
-¿Y para que las querías bruja? Mírate, solo eres una anguila mal hecha con olor a manzana podrida-
Diría con burla, estas palabras enfureció a la bestia, quien comenzó a gruñir y prepararse para, bueno, comerlo. Su otra cabeza intervino.
-Wow, wow, wow... Tranquila Atan... Creo que podemos hablar de esto y...-
Fue totalmente interrumpida por la cabeza dominante.
-¡LO VOY A MATAR, GORDO DE MIERDA!-
Grito en rabia total. Mammon por su lado rápidamente noto que lo que dijo empeoro la situación, cosa que no le convenia. A decir verdad le daba miedo ese ser.
-Eh... Ups... Hey nena, tiene razón tu... ¿Hermana? Podemos hablar de esto y...-
Intento igual dialogar con la bestia, fracaso igual o peor que su cabeza gemela.
-¡NO¡-
Rugió en rabia, casi sacando espuma de lo harta que estaba. Que irónico y curioso teniendo en cuenta el pecado que representaba.
Por su parte el pecado codicioso, ya se estaba arrepintiendo de lo que dijo. Debía mejorar al menos un poco la situación.
-Eh... Bueno, chicas monstruo, principalmente tu loca, digo que puedes mejorar tu... Curiosa *Cof *Cof* Fea *Cof* *Cof* apariencia, Así para que pueda entender por que quieres tus bellas y valiosas perlas jaja, ja...-
El definitivamente nunca fue bueno dando consejos o diciendo algo positivo y correcto en general, de allí por que no era muy querido por los demás.
El ser marino solo frunció el seño algo confundida pero todavía molesta, agachando su cabeza hacia el demonio. La otra cabeza solo se agacho curiosa, llamándole la atención la idea ¿Cambiar su apariencia era siquiera posible?
-¿QUE TIENE DE MALO MI APARIENCIA?-
Incluso hablando normal, su voz todavía daba escalofríos. Mammon intentaba calmar las aguas.
-Pues... No eres atractiva ni un poco, no les quedaría mal una nueva apariencia saben-
Dijo tratando de ser bueno, sonriendo incómodamente. La cabeza dominante solo volvió a rodar sus ojos, mientras que, la cabeza derecha, pensaba con interés aquellas palabras.
-¿Cambiar nuestra apariencia?-
Pregunto con ligera timidez la cabeza blanca, mirando al pecado codicioso. Por su parte la cabeza mas agresiva se torno en una actitud a la defensiva.
-¡NO NECESITO NI UN SOLO CAMBIO!-
Una vez mas grito, ya harta del pecado e incluso de su otra cabeza, por su parte, la de pupilas negra e iris azul fluorescente, se acerco con cuidado, cara a cara con el demonio.
-¿Sabes como podemos hacer eso?-
Pregunto de manera tranquila, viendo al "Bufón", este solo miro hacia otro lado algo incomodo
-Yo... Mmm, no tengo ni la menor puta idea, pero creo que deberían poder hacerlo...-
Rio nervioso, jalando el cuello de su vestimenta. La bestia marina, específicamente la cabeza mas amable, pareció pensarlo un poco, para luego volver a mirar al ser.
-Atan... ¿Podemos hacer eso?-
Volvió a preguntar, viendo a su cabeza contraria, quien solo se encontraba dentro de sus propios pensamientos. Sobresaltándose.
-¡NO ES NECESARIO!-
Volvió a hablar, volteando a ver a su cabeza derecha, su expresión marcaba una molestia clara, el hecho de cambiar lo que han sido por millones de años solo por que un demonio gordo se los dijo. Que mal que su "hermana" no pensase así.
-¡Hay que hacerlo Atan! ¡Imagínate lo que podríamos hacer afuera!-
Le dijo ilusionada la cabeza derecha a la de apariencia oscura, quien solo se quedo pensando. Por su lado, Mammon veía algo extrañado la discusión que tenia entre si la bestia, sacando esta vez un coco y bebiendo de el para matar el aburrimiento que le estaba generando.
-POR UN DEMONIO NO LEVI, ¡NO PIENSO ABANDONAR LO QUE HEMOS HECHO POR MILLONES DE AÑOS SOLO POR UN CAPRICHO!-
Le reprocho a su cabeza derecha, en cierta parte tenia razón, ¿Serias capaz de cambiar algo que has sido por toda la vida por una simples palabras? O mas bien ¿Por alguien?
Si; Al menos esa era la respuesta de la cabeza izquierda, Levi.
-¡Si!No pienso seguir mas en este mar muerto y deprimente, ¡Quiero conocer mas el mundo!-
Dijo ilusionada, admiración y emoción se hacían presentes en su fas, su otra cabeza solo miro hacia abajo, específicamente al demonio. Por el lado del pecado de la codicia, el pudo notar o mas bien, darse cuenta de la mina de oro que tal vez, solo tal vez este consiguiendo.
°Eureka...°
Pensó Mammon, sonriendo con avaricia. El se acerco con estilo a la bestia marina.
-Escuchen señoritas, de pecado a pecado, les puedo decir que... Si aceptan venir conmigo, les espera su propio reino, claro, si vienen-
Su sonrisa expresaba seguridad y egocentrismo, ofreciendo su mano al monstruo. La cabeza mas tenebrosa no parecía convencida, pero la otra... Sonreía de manera genuina, a punto de aceptar aquel seudo trato.
-¡NO CREAS QUE ACEPTAREMOS ESTO LEVI!-
Hablo molesta el pecado, mirando su otra cabeza, esta fue respondida rápidamente por el otro demonio.
-¿Les dije que tendrán súbditos y... Admiradores?-
Finalizo, siendo lo suficiente para hipnotizar a las dos. Ofrecer fama, esclavitud y sobre todo, fieles admiradores al mismísimo pecado de la envidia sin duda es algo muy, muy tentador.
Las dos se miraron, una forma de autorizar a la otra, la de iris azul fluorescente sonrió, una forma de decir que si, y la de mirada neon, con desdén, solo suspiro molesta.
-ACEPTAREMOS TU PROPUESTA PECADO MAMMON, PERO SI ESTO LEGA A HACER UNA MENTIRA, JURO POR EL MISMISIMO DIOS QUE ACABARE CONTIGO, ¿A QUEDADO CLARO?-
Hablo de manera "Tranquila", su otra cabeza solo celebro feliz.
-¡Genial! ¿Lista Atan?-
Pregunto, preparándose para su "Transformación".
-AGH... SI...-
Tras aquello dicho, el cuerpo de la bestia comenzó a brillar, incluso Mammon tuvo que tapar sus ojos por el brillo excesivo. Podía observar como se reformaba la materia del pecado y formaba un cuerpo mas humanoide, claro, conservando las dos clásicas cabezas.
Pasaron algunos segundos, cuando por fin el nuevo cuerpo se formo, cayendo al agua algo aturdida el pecado.
Mammon por curiosidad y cierta preocupación se acerco, sin ver nada en el inmenso mar.
-Mierda... Bueno lo intente-
Justo cuando ya se estaba dando la vuelta, se escucho el mar chocar y el agua caer, este volteo rápidamente, mirando a la demonio o bueno, demonios.
Su piel mostraba dos colores, uno de un tono morado indigo y otro blanco, la cabeza izquierda seguía siendo igual de "fea" para Mammon, pero la otra, lo atraía de cierta manera, no iba a negar que se le hacia muy atractiva su cabeza derecha.
-Y bien... ¿Como nos vemos?-
pregunto la de piel blanca, ganándose un grito de parte del demonio y su cabeza gemela.
-¡AAAAA! ¿QUE DEMONIOS? ¡PONTE ALGO!-
grito Mammon, la mas pura no entendía el por que, pero la otra ya se estaba muriendo por dentro.
Mammon por instinto tomo su saco de cuero, vaciándolo y dándoselo al demonio marino, tapando sus ojos.
-¿Que hago con esto?-
Pregunto confundida, su otra cabeza la miro molesta.
-¡PONTELO ANIMAL!-
Grito alterada, la de ojos negros solo alzo su hombro y se puso el saco, con ayuda de la otra mano propiedad de la cabeza izquierda.
-¡Listo!-
Dijo limpiando el polvo que tenia aquel saco, mirando al pecado masculino. El solo se destapo sus ojos, mirando algo avergonzado a las chicas.
-Al fin, ya tengo suficiente con a ver visto a la perra de Lilith y a la fácil de Eva, vámonos-
Dijo para si mismo, comenzando a caminar algo afligido por perder sus amadas "pertenencias", la pecado solo rio y lo siguió, obligando a su otra cabeza a hacerle caso.
-¿Y cual es su nombre?-
pregunto por ultimo, cansando de este loco día.
-Nos llaman Leviathan, pero tu puedes decirme Levi-
Dijo animada, su otra cabeza suspiro molesta una vez mas.
-¿Y tu cabeza de pescado?-
Pregunto con burla, ella solo frunció ambos ceños.
-Agh, dime Atan...-
Hablo mientras posicionaba su brazo en su mejilla. Mammon burlaría sin respeto alguno.
-Bien Atún-
Comenzó a reír Mammon y Levi solo soltó algunas risillas ante aquel tonto apodo.
Este fue el inicio de una rara, muy rara amistad... ¿O algo mas?
...
2500 palabras... Trikitrakatelas-
Chavoz, espero que les gustara este primer cap todo mal hecho, pronto se viene el draw de este cap, téngame paciencia :3
recuerden votar si les gusto ^^ Me despido.
Chauu :3
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