4. FANTASÍA

Estaba nervioso, Jungkook no tenía ni idea de lo que pensaba hacer y solo rogaba porque no se enojara. Había pasado poco más de un mes desde que Yoongi apareció en la puerta de mi casa, desde entonces no había vuelto a saber de él y yo esperaba que de verdad hubiera entendido que lo nuestro se acabó.

Los primeros días estuve ansioso, tenía miedo de que en cualquier momento la policía llegara a buscar a Jungkook o en su trabajo, tenía  miedo de que Yoongi usará sus influencias para hacerle daño, pero cuando al pasar de los días no pasó nada, me fui tranquilizando, pero todo ese estrés me pagó factura, tenía más de tres semanas que no tenía relaciones sexuales con Jungkook.

Pero eso se acababa hoy, bueno, si es que mi plan tenía los resultados que yo esperaba.

Hace un par de noches, estaba viendo una película y pasó una escena que me dejó entregado y excitado al mismo tiempo, y se despertó en mí una necesidad casi primitiva por hacerlo realidad. Quería saber que se sentiría al tener sexo en público.

El sonido del claxon del auto de  Jungkook anunciando su llegada, me hizo saltar, los nervios me atacaron, solté el aire, tomé mi saco mi bolso y salí. Ver su enorme sonrisa me dió un poco de valor.

—Te ves precioso como siempre bebé —me dijo Jungkook mientras se inclinaba hacia mí y me besaba.

Sus besos tenían un efecto calmante en mí, y en esta ocasión no fue diferente, rompimos el beso, mientras él ponía el auto en marcha, yo comencé una plática casual sobre su trabajo y el mío, todo con tal de mantener mi mente tranquila y no dejar que los nervios se apoderaron de mi, una vez que llegamos al restaurante que yo mismo había elegido.

Nada más entrar el sobrio ambiente japonés nos recibió, había escogido este lugar, no solo por lo deliciosa que era su comida, sino porque contaba con un extra que yo deseaba… Privacidad a la vista de todos. Cada mesa estaba repartida en cubículos que brindaban la privacidad justa a sus comensales y que era perfecto para lo que deseaba.

Una vez dentro del cubículo, y que el mesero hiciera nuestra orden, los dos nos quedamos solos y di comienzo al plan. A diferencia de los restaurantes tradicionales japoneses, este tenía sofás semicirculares dónde sus comensales podían disfrutar de la comida sin necesidad de estar sentados en el suelo sobre sus rodillas o en los Zaisu tradicionales. Por lo que recorrí la poca distancia que nos separaba quedando al lado de mi novio.

—Espero que te guste el lugar Kook.

—Ya me gusta, aunque sabes que no es necesario nada de esto, yo soy feliz comiendo pizza en la sala de tu casa o mi departamento —me respondió mientras me abrazaba por la cintura y me atraía a su cuerpo.

—Lo sé, pero quería compensarte por estar tan paranoico estos últimos días.

—No tienes nada que compensar, ya te dije que si Min intentaba algo yo afrontaría las consecuencias, no iba a permitir que siguiera jodiendo y molestándote.

Cuando el mesero llegó y dejó nuestra comida, volví a mi asiento de forma normal, ambos comenzamos a comer, disfrutando como siempre de nuestra compañía. Afuera se escuchaba el leve murmullo de pláticas, el pasar de los meseros, el abrir y cerrar de puertas de los demás cubículos, recordándome que no estábamos solos y aumentando mi excitación.

Media hora después el mesero recogió los platos de la comida y dejo el postre, sin que Jungkook me viera le pase un poco de dinero para que nadie viniera a molestarnos, luego me puse de pie bajo la atenta mirada de Jungkook y me comencé a desabrochar la camisa.

—¿Jimin qué haces? —preguntó un muy sorprendido Jungkook al ver mi camisa caer al suelo.

—Desde que comenzamos esta relación, tú me has enseñado muchas cosas, entre ellas a disfrutar de mi sexualidad, probar cosas nuevas, explorar mis fantasías —comencé a hablar de forma sensual y coqueta, mientras me desabrochaba el pantalón y lo bajaba por mis piernas.

Jungkook tragó saliva, sabía que me amaba y que le gustaba que fuera así de atrevido, y ciertamente yo también lo amaba, amaba como era tan celoso y posesivo, y siempre buscaba protegerlo.

—Ahora mismo tengo una fantasía y quiero que me complazcas, quiero que me folles aquí y ahora, quiero que me hagas gritar y todos escuchen lo rico que se siente tu verga en mi culo —lo último lo dije estando a solo un paso suyo y arrodillándome para quedar frente a él.

Jungkook.

Ver a Jimin en esa pose de sumisión encendió el fuego en mi, amaba poseerlo, escucharlo gemir mi nombre cuando lo tomaba a mi antojo, pero verlo así, pidiendo que lo complazca era el mejor afrodisíaco, y por supuesto que cumpliría esa y todas las fantasías que quisiera.

Me incliné hasta dejar que mi rostro quedara a la altura del suyo, lamí sus labios antes de hablar.

—Muy bien mi pequeño exhibicionista, te voy a follar como deseas, pero tengo una condición, no vas a gritar, no quiero que nadie te escuche, si lo haces, me voy a detener y no te voy a follar hasta que yo quiera, además de que no dejaré que te corras, ¿entendiste?

—Sí señor, entendido —aceptó haciéndome sonreír complacido.

Sin decir nada más desabroché mi pantalón y liberé mi verga que ya estaba dura por la anticipación.

—Chupa —ordené.

Si perder tiempo Jimin metió mi polla en su boca, chupando y tratando de tragar toda por completo, yo tomé sus rubios cabellos pero usarlos como palanca, metiendo y sacando mi verga, los sonidos de arcadas junto a sus jadeos ahogados me tenían al borde, no queriendo venirme en su boca, forcé que se detuviera, y lo puse en pie.

—Ahora me toca a mi, recuerdo lo que te dije —le recordé mientras lo acomodaba sobre la mesa, su pene erecto y goteante, mi sonrisa se amplió al ver el plug incustratado en su culo.

No perdí el tiempo y comencé a decorar su miembro, mientras mis dedos hacían girar el plug para estimularlo aún más, Jimin gemía y jadeaba tratando de contenerse, y yo esperaba que fallara, quería castigarlo y verlo deshacerse mientras lo torturaba de esa forma que tanto le encantaba.

Cuando su miembro pulso en mi boca anunciando su orgasmo, saque el plug y metí dos de mis dedos sin dificultad, simulando penetraciones, que desencadenó su liberación llenando mi boca, sus labios estaban siendo masacrados por su boca y aún así su gemido vibró en la habitación.

Sin dejar que bajara de su excitación me enterré en él de golpe, haciéndolo gritar y yo sonreí.

—Te voy a castigar bebé, pero después.

Mis caderas golpeaban con fuerza, sus gemidos ya no estaban controlados, y en lo personal ya me importaba una mierda quien nos escuchará,  ver a Jimin desechó bajo de mi era lo único que realmente me importaba.

Sus piernas perfectas envueltas en mi cintura, mientras mi polla entraba y salía de él, lo cargue dejándolo a horcajadas sobre mi mientras me sentaba en el sofá.

—Montame cariño —pedí y él obedeció.

Saltaba rítmicamente, devorando mi polla, mientras mi boca fue a saborear ese par de botones dulces y rosados en su pecho, sus manos arañando mis hombros y espalda cuando un nuevo orgasmo le llegó. Seguí golpeando en su interior hasta que me semen lo lleno.

Se derrumbó sobre mis brazos enterrando la cabeza en mi cuello, amaba ver así, con cuidado salí de él, dejando que mi semen escurriera por sus piernas.

—Tu fantasía fue completada mi amor, todos te escucharon, pero ahora toca tu castigo por desobedecer, ahora vístete por qué eso será en privado.

Jimin se levantó sonriendo, me besó antes de alejarse y vestirse, dejamos la cuenta en la mesa, y ambos salimos del restaurante, nadie nos vio salir, pero sabía que más de alguno seguiría nuestro ejemplo. 







Jimin exhibicionista y Jungkook complaciente me encanta.

Espero les haya gustado el capítulo.

Nos leemos bellezas...
         Besitos 😘🔥😘🔥

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