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▗ ▘➤ "La niña perdida y su ardilla". 👧🏻🐿️
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Después de haber finalizado el examen, los mellizos se sumergieron de lleno en el negocio familiar, dedicando sus esfuerzos a ello. Aprovechando el tiempo, (T/N) comenzó a investigar la extraña medicación que Cloe debía tomar para evitar la propagación de un virus Zombie. Mientras tanto, la situación con Nagi había vuelto a la calma. Aunque de vez en cuando, los demás solían molestar a Shiba, haciéndole bromas por ser algo torpe.
Un día, tras las clases, Shiba y Nagi se unieron a (T/N) mientras salían del aula. Juntos, caminaron por los pasillos de la escuela en dirección al edificio de la residencia. Al pasar por el jardín trasero, se toparon con la figura de una pequeña niña quien parecía estar sola, y sin pensarlo dos veces, se acercaron para averiguar qué le sucedía.
— Hey, tú... -Dijo la joven de cabello rosa dirigiéndose a la pequeña con una voz suave-
La niña se sobresaltó, mirando con preocupación a los tres estudiantes, denotando cierta desconfianza.
— Oh, lamento haberte asustado. -(T/N) hizo un gesto de disculpa, intentando calmarla-
— ¿Te has perdido? -Preguntó Shiba, inclinándose ligeramente hacia ella-
— No hay casas por aquí... ¿Vives en la ciudad? -Su voz era curiosa, mientras examinaba el entorno-
— ¿Cómo te llamas? -Insistió (T/N), tratando de acercarse con gentileza- Mi nombre es (T/N), y soy una cambiaformas.
— Yo soy Shiba, el gran lobo de mi manada. -Respondió él con un gesto animado, intentando hacer que la pequeña se sintiera más cómoda con ellos-
— Soy Nagi, un hombre invisible. -Se presentó de forma cortés, manteniendo un tono respetuoso-
La pequeña observó detenidamente, evaluando a cada uno de ellos como si deliberara si podía confiar. A medida que el ambiente se llenaba de una calma extraña, (T/N) sonrió dulcemente, tratando de infundirle seguridad.
— ¿Por qué no nos cuentas qué haces aquí sola? -Inquirió Nagi, dándole la oportunidad a la niña de expresarse-
Al notar que los tres eran amigables, la pequeña pareció relajarse un poco más.
— Yo... no sabía a dónde ir... -Confesó finalmente, con la voz temblorosa- Mi mamá me dijo que me quedara cerca, pero me perdí mientras jugaba.
— No te preocupes, estamos aquí para ayudarte. -Dijo (T/N) reconfortante- ¿Cómo podemos hacer para llevarte de regreso?
La niña asintió lentamente, agradecida por la amabilidad que le mostraban. Los tres amigos se miraron entre sí, decidiendo que lo mejor era acompañarla a su hogar.
— Cuéntanos, ¿Dónde vives? -Preguntó Shiba, cada vez más interesado en ayudar-
Con pasos decididos, la pequeña empezó a describir su hogar en la ciudad, señalando un camino cercano al jardín trasero. Aunque el día había comenzado con normalidad, el destino siempre guarda sorpresas que pueden llevar a la creación de lazos inesperados y nuevas aventuras.
— Lily, soy un súcubo -Saludó con tristeza-
— ¿Su... súcubo? -El joven de cabello lila retrocedió, visiblemente sorprendido-
— Shiba, no seas así... -Suspiró la chica de ojos celestes- Solo es una niña.
— Pero... -Intentó defenderse Shiba-
— ¡Basta! Fuiste cruel, discúlpate. -Lo miró seriamente su compañera, y él, con tristeza, asintió-
— Los súcubos tienen una habilidad de atracción llamada "encanto". -Explicó Nagi- No creo que su habilidad sea muy potente aún, pero es considerable. Solo funciona en hombres.
— Aunque sea así, no debiste actuar de esa manera, Shiba. -Dijo la chica con seriedad Me disculpo, Lily, en su nombre
— ¡Solo no uses eso conmigo! -Dijo Shiba, aún desconfiado-
— No lo haré. Además, no sé usarlo muy bien aún... -Lily se desanimó notablemente-
— Entonces, Lily, ¿Qué haces aquí? -Preguntó la chica, agachándose a su altura-
— Me he perdido. -Confesó Lily, confiando más en la chica de cabello rosa-
— Lo sabía. ¿Dónde vives? Si conoces la dirección... -Shiba la observo-
— ¡No! Es que mi... mi mascota se perdió. Se llama Pinky y entró a la escuela.
— Eso explica por qué estás merodeando por aquí. -Sonrió suavemente la chica
— Pensé en entrar y buscarla, pero... ¿qué debería hacer? No conozco este lugar -Dijo Lily, preocupada-
— Menos mal que no lo hiciste, podrías haberte perdido. -Comentó el joven, visiblemente aliviado-
— Deberías darla por perdida -Dijo Shiba de repente-
— ¡Shiba! -Le llamó la atención Nagi-
— Nagi, es así, ¿no? Esta escuela es demasiado grande. Además, sus jardines están llenos de ardillas salvajes. Deberías buscarte una nueva mascota -Insistió Shiba-
— No... -Las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de Lily-
— Esa ardilla... Pinky. ¿Tiene algún rasgo en particular? ¿Un collar o algo así? -Preguntó curiosa la chica de cabello rosa-
— No, pero tiene un moño -Respondió Lily-
— ¡Muy bien! Podemos encontrarla, entonces... -Nagi parecía animado-
— No, cuando se escapó se le cayó. -Mostró el moño en sus manos-
— Entonces, será imposible. Para mí, todas las ardillas se ven iguales. -Explicó Shiba-
— ¿No podemos encontrarla? -Lily se frustró y trató de no llorar, pero era imposible que sus lágrimas no brotaran de sus hermosos ojos rojos-
— ¡Shiba! ¡No puedes hablarle así a una niña pequeña! ¡No puedes ser tan insensible! -Le regañó la chica de cabello rosa-
La niña se sintió frustrada y trató de contener las lágrimas, pero era imposible evitar que brotaran de sus hermosos ojos rojos.
— ¡Shiba! ¡No puedes hablarle así a una niña pequeña! ¡No puedes ser tan insensible! -Le regañó la chica de cabello rosa-
Después de calmar a la pequeña, Shiba se disculpó, pero solo logró empeorar la situación. La chica de cabello rosa la cargó y logró tranquilizarla, entregando el moño de Pinky a Nagi.
— Quizás podamos rastrearla usando el olfato de Shiba. -Sugirió Nagi-
— Es una buena idea... -La niña se aferraba a la chica de cabello rosa-
— Tu olfato es muy sensible. Creo que puedes guiarnos hacia la ardilla.
— ¿Es una broma? ¡Ya te he dicho que no soy un perro! ¡A ti también, Nagi! -Se molestó Shiba-
La joven dejó a la pequeña sentada en una banca y se acercó al hombre lobo, causando que este se quedara en silencio al sentir a su amada tan cerca.
— Por favor, Shiba. -Sostuvo sus manos- Prometo que te compensaré cuando la encontremos.
— Oh... Bueno. -Se emocionó ante la idea de una recompensa y sostuvo sus manos- No puedo rechazarlo. -Se sonrojó por la emoción y asintió tontamente como un cachorrito-
— Bueno, ahora dame el moño, Nagi. -Sonrió, y este se lo entregó un poco celoso- Demuestra el gran lobo que dices ser.
— ¡Déjamelo a mí! ¡Encontraré esa ardilla! -Shiba se sintió lleno de confianza-
— (T/N)... -Le susurró Nagi- No sé cómo lo hiciste, pero conseguiste que se animara.
— Dije que me encargaría. -Sonrió suavemente y acarició la cabeza de Nagi-
Después de entregarle el moño a Shiba, le pedimos a la pequeña que se quedara allí mientras los tres íbamos a buscar a la ardilla.
Unos minutos más tarde...
Shiba avanzaba a cuatro patas, con la nariz pegada al suelo, tratando de seguir el rastro del roedor. Sin embargo, era difícil determinar la ubicación exacta. Al llegar a un árbol, algo se movió y llamó la atención de la chica de cabello rosa, quien intentó atrapar a la ardilla. Esta, sin embargo, saltó sobre la joven y se metió debajo de su camiseta.
Esto causó preocupación en Nagi y Shiba, ya que la ardilla comenzó a moverse, provocando cosquillas. La joven reía a carcajadas mientras sus compañeros no podían ayudarla. Finalmente, Shiba se armó de valor y metió las manos debajo de la camiseta de (T/N), logrando sujetar algo.
— Bien, la tengo -Sonrió alegremente-
— ¡¿...?! -La joven se sonrojó y miró a Shiba-
— Oh... Qué suave. -Dijo Shiba, extrañado, apretando su agarre-
— Eso no es la ardilla...
Shiba estaba sujetando uno de sus pechos. La ardilla salió de la camiseta y corrió hacia el suelo. Rápidamente, Shiba soltó lo que sostenía y retiró su mano, sonrojándose mucho. Decidieron actuar como si nada hubiera pasado y continuaron buscando a la ardilla. Finalmente, lograron atraparla con la ayuda de Nagi.
Cuando regresaron con la ardilla en manos de Nagi, la pequeña, que estaba sentada en el banco, se levantó y corrió hacia ellos emocionada.
— ¡Pinky! -La ardilla bebé se emocionó al verla y se acomodó en sus manos- Oh, Dios... ¡Estaba tan preocupada por ti!
— No vuelvas a perderla -Comentó Nagi-
— No, no lo haré. ¡Muchas gracias! -Sonrió alegremente- ¡Gracias, hombre lobo y chica cambiaformas! -Asintió- ¡Me iré a casa! ¡Adiós!
Lily los saludó y se fue con su ardilla, dejando atrás al grupo de tres estudiantes.
— Muy bien, ya está. Espero que no vuelva a perder a su ardilla -Suspiró aliviado-
— No volveré a salir por ahí a buscar una ardilla -Se quejó levemente-
— Concuerdo... Pero me siento bien por haber ayudado a esa niña -Sonrió alegremente-
Cuando regresaron a la residencia, cada uno se despidió, excepto Shiba, que siguió a la muchacha hasta su habitación. Antes de que ella entrara, la detuvo y la besó en los labios con cariño, tomándola por sorpresa. Aunque sorprendida, no dudó en corresponderle hasta que se separaron.
— Cuídate -Se sonrojó y besó su frente-
— Descansa, Shiba -Sonrió suavemente y se despidió-
Después de entrar a la habitación, la joven se acostó en su cama, sintiéndose extremadamente cansada. Suspiró agotada y se quedó dormida al instante.
— No, no lo haré. ¡Muchas gracias! -Dijo Lily con una sonrisa radiante- ¡Gracias, hombre lobo y chica cambiaformas! -Asintió con entusiasmo- ¡Me iré a casa! ¡Adiós!
Lily los despidió y se marchó con su ardilla, dejando atrás al trío de estudiantes.
— Muy bien, ya está. Espero que no vuelva a perder a su ardilla -Suspiró aliviado-
— No volveré a salir por ahí a buscar una ardilla -Se quejó levemente-
— Estoy de acuerdo... Pero me siento bien por haber ayudado a esa niña -Sonrió alegremente-
Al regresar a la residencia, cada uno se despidió, excepto Shiba, que siguió a la muchacha hasta su habitación. Antes de que ella entrara, la detuvo y la besó en los labios con cariño, tomándola por sorpresa. Aunque sorprendida, no dudó en corresponderle hasta que se separaron.
— Cuídate -Se sonrojó y besó su frente-
— Descansa, Shiba -Sonrió suavemente y se despidió-
Después de entrar a la habitación, la joven se acostó en su cama, sintiéndose extremadamente cansada. Suspiró agotada y se quedó dormida al instante.
— Continuará.
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