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▗ ▘➤ "Sentimientos complicadas". 💘
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Una vez que todos se encontraron cómodamente instalados y empezaron a disfrutar del exquisito té, acompañado de un suculento manjar, la anciana tomó la decisión de abrir el venerable libro que había estado guardado durante tanto tiempo. Con un suave soplo, despejó el polvo que había acumulado sobre la cubierta, como si deseara liberar los secretos que yacían en su interior. Con reverencia y cuidado, comenzó a traducir el antiguo texto, el cual albergaba los secretos y las tradiciones de su linaje familiar, llenando el ambiente de una atmósfera de historia y descubrimiento.

- Hace mucho tiempo, había un pueblo aislado de otros que llevaba el nombre de Cairo. En ese lugar habitaba una ninfa llamada Aine, famosa por su profunda devoción y santidad hacia la diosa Selene, la diosa de la luna. Su poder era inigualable, el más grandioso que se pudiera imaginar, ya que le fue conferido directamente por la diosa lunar. Desde entonces, Aine fue conocida como la Ninfa Lunar, un título que reflejaba su cercanía y conexión con Selene. -Leyó con gran interés-

- ¿Eso significa que la marca de luna que llevamos en la frente tiene relación con ella? -Inquirió la joven, llenándose de curiosidad por la revelación-

- Exactamente, sigamos. -La anciana suspiró ligeramente y continuó- El pueblo de Cairo fue invadido por un duque y sus secuaces. Aunque se logró establecer un acuerdo de paz, este se disolvió muy pronto debido a desacuerdos irreconciliables que llevaron a la destrucción fatal del pueblo y la muerte de sus habitantes. Los que lograron escapar atravesaron un portal hacia el mundo humano, mientras que los demás perecieron en las garras del enemigo. Aine luchó con valentía hasta su inevitable caída, enfrentándose a la espada del duque.

Las lágrimas empezaron a emerger de los ojos de la joven de manera repentina, como si un grifo se hubiera abierto sin previo aviso. A pesar de su intento por ocultarlas, la anciana percibió algo inusual en su nieta, una sensación de que ella ya sabía sobre esta historia desde hacía bastante tiempo.

- Si no quieres que prosiga, lo entenderé -Dijo la abuela con una mirada llena de comprensión y dulzura-

- No... por favor, continúa, abuela -Replicó la joven, esbozando una ligera sonrisa mientras se secaba las lágrimas con la mano, mostrando su deseo de escuchar más-

- Muy bien... -continuó- El descendiente de la diosa fue resguardado por su padre, quien tomó la responsabilidad de ocultar su verdadera naturaleza. De este modo, este ancestro logró tener descendientes que han llegado hasta nuestros días. Cada miembro de nuestra familia ha heredado las habilidades de nuestra antepasada Aine, pero, lamentablemente, estas facultades se han ido desvaneciendo con el transcurso de las generaciones. No obstante, de manera ocasional, uno de los descendientes es seleccionado por la diosa Selene para asumir la responsabilidad de velar por el bienestar de su familia. Una vez que ha completado su labor en el mundo humano, esta persona es finalmente consumida por la luna, llevando consigo la esencia de su misión y la conexión con su linaje.

- Eso aclara la razón por la cual la marca rompió el sello que contenía mis poderes. -Comentó la joven de ojos celestes, mostrando una sorprendente calma-

- Así es... Has sido elegida para cumplir un propósito singular en este mundo y es tu deber llevarlo a cabo. Solo una persona de cada 2000 o 4000 años nace con un destino tan definido, y tú eres una de las afortunadas. -Suspiró, con una mezcla de melancolía y seriedad- Cuando finalmente completes tu misión, te verás atraída por la luna y desaparecerás en el aire, como lo hacen las pequeñas luciérnagas al caer la noche.

- ¿Cómo puedes saber todo esto? -Preguntó Acyn, su cara reflejando una mezcla de sorpresa e incredulidad-

- Porque mi madre vivió una experiencia similar... -Dejó escapar un suspiro cargado de nostalgia- Ella cumplió con su destino y, atraída por el misterio de la luna, se desvaneció en su luz cuando yo era solo una niña.

- Abuela, eres consciente de que no puedes controlar eso. -La nieta la observó con una profunda tristeza en sus ojos-

- Hija mía, como un consejo sincero, te exhorto a que aproveches al máximo cada uno de tus días, porque nunca podrás saber con certeza cuándo llegará el momento de tu despedida.

Las palabras de la anciana resonaron con fuerza en el corazón de Acyn y en el de los demás miembros del grupo, quienes de pronto comprendieron que la joven podría partir en cualquier momento. Después de aclarar algunas interrogantes sobre los orígenes de su linaje, se sumieron en un silencio reflexivo, disfrutando de la comida y saboreando el té que los acompañaba.

A medida que transcurrieron las horas, cada uno de los integrantes del grupo fue conducido a una habitación destinada para su descanso nocturno. Los mellizos, acompañados por su abuela, se quedaron un rato más conversando sobre los asuntos de la empresa familiar. Tras haber concluido la organización de su próximo proyecto, decidieron que era hora de retirarse y descansar. Sin embargo, (T/N) optó por permanecer un poco más despierto y se dedicó a revisar el libro que recopilaba la historia de su familia. Mientras exploraba las diferentes generaciones y los nombres de sus antepasados, intentaba encontrar información que pudiera ser de utilidad para su futuro. De pronto, sus profundas reflexiones fueron interrumpidas por un suave golpe en la puerta de su habitación.

- (T/N), soy yo... Natsume. -Dijo con una dulzura palpable en su voz, resonando suavemente del otro lado de la puerta- ¿Te importaría dejarme entrar?

- Espera un momento... -Se reincorporó y le abrió la puerta- ¿Qué necesitas?

- Necesitamos hablar... -Su voz sonaba serena-

- ¿Sobre...? -Preguntó con curiosidad-

- Ya sabes... -Suspiró, pidiendo permiso- ¿Me dejas pasar?

- Claro. -Respondió mientras se sentía un poco apenada-

Una vez que Natsume ingresó en la habitación, se acomodó e unn la pequeña silla al lado de la cama de la pelirosa, observándola con seriedad. La invitó a sentarse frente a él, y tan pronto como lo hizo, comenzó a hablar.

- Soy un tritón y, debido a mi naturaleza, sabes que corres el riesgo de acabar con la vida de cualquiera que se interponga entre nosotros. Sinceramente, es un pensamiento perturbador... -Desahogó frustrado- Esta semana estuve a un paso de asesinar a Ray... pero sé que si lo hiciera, me odiarias.

- Natsume... -Su preocupación por él era evidente-

- Sé que tu corazón está dividido... -Suspiró- Así que aceptaré compartirte con ellos... -Le costó admitirlo, pero fue sincero- Solo lo haré por ti; mientras tenga un pedazo de tu amor y atención, siento que puedo resistirlo.

- Debo ser honesta contigo... -Suspiró antes de relatarle todo-

Después de unos minutos de conversación...

- ¿Estabas considerando cortar los hilos? -Se mostró molesto, mirándola con seriedad-

- Sé que te sientes frustrado, pero en mi lugar, ¿Qué habrías hecho si estuvieras tan confundido? -Suspiró- No hice nada en mi momento de duda... ni planeo hacerlo ahora que tengo claro mis sentimientos por ustedes.

- Es sorprendente que esto esté sucediendo... Nunca había escuchado de un caso similar... -Suspiró- Supongo que no queda más opción que aceptarlo y apoyarte como tu compañero.

- Cuando Nagi se recupere del efecto de la bebida mágica, debemos hablar con él y con los demás. Es esencial que todos estemos de acuerdo en cómo se llevarán las cosas, porque una relación con cuatro hombres es complicada y debe haber reglas claras.

- Oye... dejemos eso para el futuro... pero ahora quiero enfocarme en ti. -Sonrió suavemente-

Sin previo aviso, Natsume se abalanzó sobre su amada y la besó con intensidad. (T/N) se sorprendió por el ímpetu del momento y tardó un instante en corresponder. Rodeó su cuello con los brazos mientras su corazón latía con fuerza, experimentando la misma sensación que la había invadido cuando se había besado con Ray. Sin oponerse, las caricias fueron aumentando en fervor, las prendas comenzaron a caer y el amor, junto con la pasión, se desbordó durante toda la noche.

Finalmente, ambos se acurrucaron bajo las gruesas sábanas, abrazándose cálidamente, y se quedaron dormidos rápidamente, sumidos en un profundo y apacible sueño.

- Continuará.

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