𑁍┊Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ʟxᴠɪɪ

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▗ ▘➤ "La búsqueda del hechicero". 🧙🏼‍♂️🪄
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Al amanecer, Acyn, Ray y Nagi dejaron la academia y a sus amigos atrás, emprendiendo un largo y arduo viaje hacia las tierras del sur con la firme determinación de salvar a (T/N). Durante tres días, cabalgaron sin descanso, atravesando densos bosques y montañas escarpadas, deteniéndose solo lo necesario para descansar brevemente y alimentar a sus caballos. La naturaleza salvaje y los caminos difíciles no lograron mermar su resolución, pues el amor y la preocupación por (T/N) les daban fuerzas.

El primer día de viaje fue especialmente agotador. El sol apenas había salido cuando partieron, y la bruma matutina envolvía el paisaje en un manto de misterio. Los árboles altos y frondosos parecían susurrar secretos antiguos mientras los tres amigos avanzaban por senderos apenas visibles. A medida que el día avanzaba, el calor se volvía sofocante, pero no se detuvieron más que para dar de beber a sus caballos y comer algo rápido. La noche cayó rápidamente, y se vieron obligados a acampar en un claro del bosque. Encendieron una pequeña fogata y se turnaron para hacer guardia, conscientes de los peligros que acechaban en la oscuridad.

El segundo día, el terreno se volvió más accidentado. Las montañas se alzaban imponentes ante ellos, y los senderos se estrechaban, obligándolos a avanzar con cautela. Ray, siempre el más optimista del grupo, intentaba mantener el ánimo alto contando historias de sus aventuras pasadas. Acyn, por su parte, permanecía en silencio, su mente ocupada con pensamientos sobre su hermana y la urgencia de romper la maldición. Nagi, el más pragmático, se aseguraba de que tuvieran suficiente agua y provisiones para el viaje. A pesar de las dificultades, lograron avanzar considerablemente, y al caer la noche, encontraron refugio en una cueva que les ofrecía protección contra el frío y los animales salvajes.

El tercer día, el paisaje comenzó a cambiar. Los bosques densos dieron paso a colinas onduladas y praderas abiertas. El aire se volvía más cálido y el cielo más despejado. Sabían que estaban cerca de su destino. La esperanza de encontrar al hechicero y salvar a (T/N) les daba nuevas fuerzas. Finalmente, al atardecer, divisaron un pequeño pueblo en el horizonte. El cansancio era evidente en sus rostros, pero la determinación seguía intacta.

Al llegar al pueblo, los aldeanos los miraban con curiosidad y algo de desconfianza. Era raro ver forasteros en esa región, y menos aún en una misión tan urgente. Acyn, Ray y Nagi preguntaron por el hechicero, y después de algunas indicaciones, encontraron una cabaña solitaria en el borde del bosque. La cabaña, rodeada de árboles altos y frondosos, parecía emanar un aura de misterio y poder antiguo.

- Este debe ser el lugar -Dijo Ray, desmontando de su caballo y observando la cabaña con atención-

Acyn asintió, y juntos se acercaron a la puerta, tocando con firmeza. Un anciano de larga barba blanca y ojos penetrantes abrió la puerta, su mirada reflejando una sabiduría acumulada a lo largo de los años.

- ¿Qué desean? -Preguntó el hechicero, mirándolos con curiosidad y una pizca de desconfianza-

- Necesitamos tu ayuda. -Dijo Acyn, mostrando el collar maldito que llevaba consigo- Este collar está drenando la vida de mi hermana. Por favor, ayúdanos a romper la maldición.

El hechicero tomó el collar y lo examinó detenidamente, sus ojos recorriendo cada detalle del objeto maldito.

- Esta es una maldición poderosa -Dijo finalmente, con voz grave- Pero puedo ayudarles... Entren.

Acyn, Ray y Nagi siguieron al hechicero al interior de la cabaña, que estaba llena de libros antiguos, pergaminos y artefactos mágicos. El aire dentro de la cabaña estaba impregnado de un aroma a hierbas y pociones. El hechicero comenzó a preparar un ritual, mezclando ingredientes en un caldero y recitando palabras en un idioma antiguo y olvidado.

- Este ritual tomará tiempo. -Dijo el hechicero, sin apartar la vista de su trabajo- Deben tener paciencia y no interrumpir.

Mientras tanto, en la academia, Natsume y el doctor Robin cuidaban de (T/N), que seguía inconsciente. Con el paso de las horas, el estado de (T/N) empeoraba visiblemente. Su piel se volvía más pálida y su respiración se hacía cada vez más débil. Natsume, su pareja sentimental, no se apartaba de su lado, sosteniendo su mano y susurrándole palabras de aliento, tratando de transmitirle fuerzas.

- Aguanta, (T/N). Acyn, Ray y Nagi están haciendo todo lo posible para salvarte. -Decía Natsume, con la voz quebrada por la preocupación y el miedo-

El doctor Robin, su padre, hacía todo lo posible para estabilizarla, pero sabía que sus esfuerzos eran limitados sin romper la maldición que la afligía.

- No entiendo qué le pasa. -Dijo el doctor Robin, con frustración y desesperación- No hay ninguna enfermedad que explique estos síntomas.

Horas más tarde, el hechicero terminó el ritual. El collar comenzó a brillar con una luz intensa antes de desintegrarse en polvo, llenando la cabaña con un resplandor mágico.

- La maldición ha sido rota. -Dijo el hechicero, con una sonrisa de satisfacción- Pero deben regresar rápidamente. Su amiga necesitará cuidados para recuperarse completamente.

Acyn, Ray y Nagi agradecieron al hechicero con sinceridad y lo llevaron con ellos de regreso a la academia. Cabalgaron sin descanso, impulsados por la urgencia de salvar a (T/N). El viaje de regreso fue agotador, pero la esperanza de ver a (T/N) recuperada les daba fuerzas.

Cuando finalmente llegaron a la academia, encontraron a Natsume y al doctor Robin esperándolos ansiosamente en la entrada.

- ¿Lo lograron? -Preguntó Natsume, con esperanza y temor en sus ojos-

- Sí, la maldición ha sido rota. -Dijo Acyn, mostrando el polvo del collar como prueba-

El doctor Robin tomó el polvo y lo utilizó para preparar una poción que administró a (T/N) con cuidado. Poco a poco, (T/N) comenzó a recuperar el color en su piel y su respiración se estabilizó. Finalmente, abrió los ojos, encontrándose rodeada de sus amigos y su padre, quienes la miraban con alivio y alegría.

- ¿Qué... qué pasó? -Preguntó débilmente, su voz apenas un susurro-

- Estabas bajo una maldición. -Explicó Natsume, tomando su mano con ternura- Pero Acyn, Ray y Nagi la rompieron. Estás a salvo ahora.

(T/N) sonrió débilmente, agradecida por el esfuerzo y el amor de los demás.

- Gracias... a todos. -Dijo, con lágrimas de gratitud en sus ojos-

La academia volvió a llenarse de vida y esperanza, sabiendo que, a pesar de los desafíos y peligros, siempre podían contar con la fuerza de su amistad y el poder del amor para superar cualquier adversidad.

- Continuará.

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