𑁍┊Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ xxᴠɪɪ

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▗ ▘➤ "Primer beso"; El primer beso es un momento importante que necesita una conexión especial entre dos personas. No es solo un gesto físico, sino una experiencia que involucra emociones, nerviosismo y expectativas. Para que este instante sea inolvidable, es esencial que haya un ambiente adecuado, donde ambos se sientan a gusto y seguros.
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Unos días después, las clases continuaron sin contratiempos, pero algo notable cambió en la dinámica del grupo. La distancia emocional que Shiba mantenía con sus amigos se hacía cada vez más evidente. Se mantenía apartado y evitaba interactuar con todos, sin distinción alguna.
Esta situación no pasó desapercibida, y la peli-rosa se vio en la necesidad de aclarar la razón detrás de su comportamiento. Sin embargo, su explicación no fue bien recibida por Acyn, quien mostró una profunda molestia hacia su hermana melliza, dejando claro que la situación le preocupaba sobremanera.

Antes de que iniciaran las clases, era habitual notar que Ray se encontraba de mal humor. Su expresión y actitud dejaban claro que no tenía el más mínimo interés en entablar una conversación con nadie. No obstante, quienes lo conocían bien, especialmente sus amigos más cercanos, eran conscientes de que en ocasiones él pasaba por estos estados de ánimo y preferían respetar su necesidad de soledad en esos momentos.

Por otro lado, Ray también se sentía molesto al ver a su amada con una mirada triste. Su frustración lo llevó a levantarse y acercarse a su mesa, su semblante serio que contrastaba con su habitual comportamiento.

— (T/N), ¿Te gustaría que fuéramos al pueblo nuestro próximo día libre?

— No estoy de humor, Ray. –Se negó a mirarlo y continuó con la mirada perdida hacia la ubicación de Shiba-

— ... -No respondió-

Ray se dio cuenta de que la atención de la mujer de cabello rosado estaba completamente centrada en Shiba. Esto lo hizo reflexionar y dedujo que su interés debía estar relacionado con la discusión que habían tenido con el hombre lobo. Esta situación, de alguna manera, le causó cierta incomodidad y molestia.

— Muy bien, entonces haz lo que desees. -Se mostró molesta y se dirigió a su silla para recoger sus pertenencias- Me retiro. Por favor, avísale al profesor que me fui antes de tiempo-

— ¿Eh? ¿Por qué tan repentinamente...?

No pudo concluir lo que estaba diciendo porque Ray se levantó y salió del salón de clases de repente. Detrás de él, una de sus admiradoras lo siguió, lo que dejó a la peli-rosa aún más desconcertada por la actitud de Ray. Su confusión aumentó y dejó escapar un suspiro, mientras que sus amigos se miraban entre sí, perplejos y confundidos por el evidente mal humor que mostraba Ray en ese momento.

— ¡Oh no! ¿Por qué reacciona de esa manera ante un simple rechazo? -Comentó Erica-

— En ocasiones ha reaccionado así, pero siempre se ha mantenido sereno, incluso cuando está de mal humor...

— Carece de sentido del humor. -Respondió Acyn- Bueno, me alegra que se marche. ¿No crees que su actitud negativa resulta bastante molesta? -Miró a su hermana-

— No hables asi de él... -Suspiro-

— No te preocupes (T/N). –Dijo Cloe- A veces ray esta de mal humor.

Después de clases...

La joven logró conseguir algunos medicamentos con la ayuda de su padre y se dirigió a la habitación de Ray. Al tocar la puerta, escuchó cómo alguien respondía y abría la puerta del cuarto.

— ¿Qué deseas? -Preguntó con un tono algo molesto-

— He venido a verte porque tenía la percepción de que no te encontrabas bien. -Indicó la bolsa con los medicamentos y otras cosas- ¿Podrías permitirme pasar o simplemente cerrarás la puerta en mi cara?

— ¡Tú...! -Se detuvo un momento para encontrar las palabras y suspiró, cediendo el paso-

— Gracias. -Le respondió con una sonrisa-

El corazón del vampiro latía con fuerza y su rostro adquirió un leve rubor; apartó la mirada de ella y cerró la puerta de la habitación para intentar calmarse. Sin embargo, al darse la vuelta, se encontró cara a cara con la joven de ojos celestes, quien había tocado su mejilla para comprobar su temperatura.

— ¿Qué estás haciendo? -Pregunté nervioso-

— Mmm... -Dejé de tocar la mejilla de Ray- Sí, estás enfermo. -Suspiré- Ahora entiendo por qué estabas de mal humor.

— No lo estoy -Frunció el ceño-

— No me mientas... -Lo miré directamente.-

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· •「 ░╎❝. Narra Ray . ❞╎░ 」• ·
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Me sentía frustrado por haber sido descubierto y me siento al borde de mi cama, mientras me preparaba para explicarle el motivo de mi extraño comportamiento. Mi rostro mostró una mezcla de enfado y preocupación, y podía notar cómo mis manos se entrelazaban nerviosamente. Mientras pensaba en las palabras que debía elegir cuidadosamente, el ambiente en la habitación se volvió tenso, cargado de una sensación de expectativa, como si cada segundo que pasaba intensificara la necesidad de esclarecer lo ocurrido.

— No es nada. Ya me ha sucedido en algunas ocasiones. No se trata de un resfriado ni nada similar.

— Entonces... ¿qué es? -Su expresión mostraba preocupación- ¿Acaso padeces de alguna enfermedad incurable?

— Es una afección característica de los vampiros. Nuestra condición se ve muy influenciada por la luna.

— La luna... -Susurró, reflexionando- Eso explica por qué has estado de mal humor en ciertos días.

— Exactamente. -Sonríe levemente- Me agrada de ti que comprendes rápidamente mis palabras y no tengo que explicarlas varias veces.

— Eres imprudente... Deberías tomarte un día libre para recuperarte. -Lo miró con seriedad- Los demás solo piensan que eres caprichoso.

— Me alegra. -Respondió con despreocupación-

— ¡Eso no es positivo! Ellos creen que eres alguien que disfruta hacer sentir miserable a los demás...

— Un hombre de mi posición… mi mera presencia es suficiente para influir en quienes me rodean. -La miro con seriedad- Si piensan que todo mejoró en mi ausencia, eso indica que mi presencia es sumamente poderosa. Es mucho más efectivo así. Si alguien supiera que soy vulnerable en estas circunstancias, podría acabar conmigo mientras estoy desprevenido.

— No pensé que tuvieras miedo a la muerte. -Suspiro y acaricio la cabeza del vampiro-

— No considero que ninguno de esos individuos pueda causarme algún daño. -Se relajó- Sin embargo, ello podría acarrearme muchos problemas. Para evitarlo, solo necesito pretender que todo está bien.

— Así es... un vampiro como tú no debería mostrar debilidades. -Suspiró- Imagino que debes sentirte muy solitario.

— Ya no es tan así...

— ¿Cómo?

— Desde que entraste en mi vida, has transformado muchas cosas en mí. -Hago una pausa y la miro con seriedad-

— Esta sociedad clasista es realmente problemática. -Sonrío ligeramente-

— Cuando estoy a tu lado, siento que puedo dejar atrás todo ese sistema y ser auténticamente yo mismo...

A causa de lo que había dicho, (T/N) se sonrojó visiblemente, y, en un gesto decidido, me hizo reclinarme sobre la cama. Mientras tanto, comenzó a sacar de su bolsa una serie de objetos: una toalla, algunos medicamentos, un par de manzanas y un cuchillo que usaría para pelar las frutas.

— ¿Qué sucede de repente?

— Supuse que podrías estar enfermo, así que decidí traerte algunas cosas para que te cuides.

— No necesito nada de eso... -Respondo de manera brusca mientras intento incorporarme-

— Ray. -Su voz, firme, capta mi atención, y al notar su expresión fruncida, mi cuerpo se queda quieto de forma instintiva- Acuéstate, o experimentarás el verdadero dolor cuando te arranque esos colmillos.

— Pero... no me gusta que me cuiden. -Reclamo-

Ella me sonrió de una manera oscura y escalofriante, lo que me provocó una sensación de miedo en mi interior. Intenté relajarme y decidí acostarme nuevamente en mi cama. Mientras lo hacía, noté cómo utilizaba una toalla y la remojaba en agua fría y luego la escurría con cuidado, asegurándose de que no estuviera demasiado empapada. Una vez que la tuvo lista, la colocó sobre mi frente, lo que me permitió sentir un agradable frescor que aliviaba un poco la tensión que había en mí.

— Estás muy ardiente, dijo con preocupación. Debes tomar los medicamentos que me entregó mi padre.

— ¿El doctor Robin? -Preguntó-

— Sí, él me indicó que esto te ayudaría a sentirte un poco mejor -Suspiró ella-

— ... Solo procuraré tomar los medicamentos.

Finalmente, mi estado había mejorado de manera significativa gracias a los cuidados que me brindó (T/N). No pude evitar sentir una profunda vergüenza, ya que me hacía sentir como un niño pequeño bajo la atenta supervisión de una amable y dulce mujer. Su dedicación y atención a mis necesidades me hicieron sentir vulnerable, como si hubiera regresado a una etapa de mi vida en la que dependía completamente de otros.

— Te cortaré otro trozo de manzana. -Sonrió cálidamente- Mi madre solía dármelos después de tomar los medicamentos.

— Deberías tener cuidado... -Suspiré-

Mientras cortaba la manzana, me di cuenta de que, por accidente, me lastimé el dedo. De inmediato, vi cómo un hilo de sangre comenzaba a recorrerlo, ya que la herida era algo profunda. No pude evitar que una ola de fascinación me envolviera, atraído por el tentador aroma que emanaba de su sangre.

Tomé la mano de mi contrincante con firmeza y, sin pensarlo demasiado, llevé rápidamente su dedo herido a mi boca. Al hacerlo, saboreé el delicioso gusto de su sangre, una mezcla de metal y dulzura que me hizo perder momentáneamente el sentido. Intenté concentrarme en sanar su herida, pero ella, inquieta, trataba de liberarse de mi agarre, lo que hacía que la situación fuera aún más intensa.

— ¡No es necesario que hagas esto! -Dijo, mientras se soltaba de mi agarre-

— Tienes una sangre deliciosa...

— Ray, ¿por qué estás hablando de manera extraña?

La temperatura de mi cuerpo comienza a desestabilizarse, y siento cómo la razón se me escapa de entre los dedos. A pesar de que estoy luchando contra mis impulsos más básicos, al final, esta batalla interna termina pasándome factura. No logré resistir la tentación y terminé usando mi poder de influencia sobre ella. Logré seducirla con la intensidad de mi mirada, atrapándola desprevenida. La recosté suavemente sobre la cama, mientras mis dedos se movían con cuidado hasta desabrochar los primeros botones de su blusa. Me acerqué peligrosamente a su cuello, sumido en el embriagador aroma que emanaba de su piel, un perfume exquisito que me había vuelto loco desde hace tiempo.

Después de unos instantes, me incliné hacia su rostro y deposité un beso suave sobre sus labios. En ese momento, mis ojos comenzaron a tornarse de un rojo intenso y mis colmillos, afilados y prominentes, emergerían a la vista. Me acerqué a su cuello, sintiendo el latido de su corazón, y sin dudarlo, proseguí a morderla, dejando que su sangre fluyera hacia mí.

— Duele... -Murmuró, mientras sus ojos se inundaban de lágrimas-

Cuando escuché su sollozo, sentí que la claridad regresaba a mi mente y, de inmediato, me alejé de ella. Observé cómo las lágrimas se deslizaban por su rostro, y no pude evitar que un profundo sentimiento de culpa se apoderara de mí. Para mi alivio, la herida en su cuello había sanado gracias a mi saliva.

— Yo... lo siento... -Dijo, y su expresión reflejaba una clara decepción hacia sí mismo-

Tomé su mano y la abracé con ternura. Al principio, noté que se resistía, pero poco a poco fue cediendo, hasta que finalmente se desahogó en mi hombro, mientras acariciaba suavemente su cabeza.

— Eres un idiota... ¿así me agradeces por cuidarte? -Sollozó-

— Sí, soy un idiota... -Reconocí la culpa y continué abrazándola.

— ¡Me robaste mi primer beso! -Suspiró, mirándome con enojo-

— De eso no me arrepiento -Dije con una sonrisa mientras le acariciaba las mejillas-

— ¡Eres un bastardo! -Se contuvo de golpearme-

— Seré directo contigo... -Suspiré- Me gustas mucho.

— ¿Qué...? -Se quedó sorprendida-

— Me gustas (T/N) -Suspiré nuevamente- ¿Qué tan claro debo ser para expresarte mis sentimientos?

— Yo...

Siento cómo toma la manzana que estaba reposando en la mesita de luz y, con un gesto decidido, la coloca en mi boca, impidiendo que pueda decir algo más. Después de eso, sale corriendo de la habitación, dejándome un poco atónito por lo que acaba de suceder. Con una sonrisa, me quito la fruta de la boca, riéndome por su reacción tan infantil y por la manera en que se ha escapado.

Es una pena que se haya enterado de lo que siento en un momento tan inesperado, pero, a pesar de todo, me siento satisfecho de haber podido finalmente expresar mis verdaderos sentimientos por ella y de haber dejado de ocultarlo todo este tiempo.

— Continuará.

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