𑁍┊Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ xxᴠɪ

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▗ ▘➤ "Encontrando el origen del problema".
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En el próximo día libre, Acyn y (T/N) decidieron visitar la habitación de Shiba para hablar sobre lo que había ocurrido con su forma animal.
Al llegar, Shiba los recibió con una amplia sonrisa y un aire de alegría, invitándolos a entrar a su habitación. Una vez dentro, cuando finalmente tocaron el tema que los llevó a visitarlo, Shiba tomó una profunda respiración y comenzó a explicar detalladamente toda la situación. La conversación fluyó de manera amena, y al final lograron entenderse perfectamente, consolidando su relación en buenos términos.

Después de la charla, pasaron el resto de la tarde disfrutando de varios juegos de cartas y participando en otras divertidas actividades, riendo y compartiendo gratos momentos juntos.

Al dia siguiente...

Los estudiantes de Alderic no tendrán clases debido a que la mayoría de los profesores están en paro por diversas razones. Por esta situación, (T/N) decidió visitar a Shiba para conocer su estado y, al mismo tiempo, ofrecerle su ayuda.

Cuando la peli-rosa tocó la puerta de la habitación de Shiba, él le abrió, sorprendiéndose al verla sola, ya que habitualmente siempre estaban acompañados por Acyn o los demás. Le permitió ingresar y notó que ella llevaba algo en las manos.

- ¿Y esos libros?

- Son libros sobre tu especie. -Sonrió con alegría-

- Me pregunto qué es lo que planeas. -La miré con curiosidad-

- Te explicaré todo una vez que me permitas pasar. -Sonrió de manera brillante-

- Debo admitir que a veces me sorprende que ames tanto el conocimiento. -Me reí levemente y me dejó pasar-

Cuando la joven entró en la habitación y dejó los libros sobre la mesa, se dirigió al antiguo sillón de Shiba y tomó asiento. En su mano sostenía uno de los libros, mientras comenzaba a pasar las páginas para revisar la información recopilada acerca de los licántropos.

- Bueno, según lo que tengo entendido. -Dijo sonriendo, mientras señalaba una página en particular- Tu forma animal suele asociarse a una falta de maduración. -Explicó con un tono ligero y un guiño-

- ¿Cómo? ¿Acaso estás diciendo que mi forma animal se debe a mi inmadurez? -Sus cejas se fruncieron, mostrando su descontento y sorpresa ante la afirmación-

- No, técnicamente no debería ser así -Continuó leyendo, con una expresión de concentración en su rostro- Según la información que se encuentra en este libro... Solo el 2% de la manada de los licántropos tiene un retraso madurativo... -Se quedó sorprendida por el contenido- En términos simples, sería como si no hubieras experimentado tu celo.

- ¿Celo? -Susurró él, con un tono pensativo-

Se quedó en silencio, sumido en sus pensamientos, y se acomodó a un lado de su compañera. Mientras examinaba el libro, trataba de interpretar las palabras que había leído, recordando conversaciones de su infancia en las que sus padres habían tocado ese tema.
Poco a poco, fue logrando unir los hilos de información en su mente, comenzando a comprender lo que realmente significaba lo que estaba leyendo.

Su compañera no pudo contener la risa al ver lo tarde que se había tomado para entender una explicación que consideraba tan sencilla. Esta reacción hizo que Shiba no se sintiera bien y la miró con una expresión de enojo en su rostro.

- Parece que tienes bastante audacia -Le dijo, manteniéndola a la vista con una mirada intensa-

- No es eso, simplemente me sorprende que hayas tenido dificultades para comprender lo que te expliqué -Respondió ella, aún con una sonrisa en sus labios-

- Bueno, supongo que debes pensar que soy un completo idiota -Contestó él, mientras levantaba el libro que tenía en sus manos y lo examinaba con detenimiento, como si buscara respuestas en sus páginas-

- Bueno, supongo que debes pensar que soy un idiota. -Dijo mientras sostenía el libro con ambas manos, revisándolo detenidamente por sí mismo-

- No creo que seas un idiota, aunque admito que hay muchos temas sobre los cuales no tienes conocimiento, y deberían interesarte... especialmente en lo que respecta a tu propia especie.

- Es doloroso escuchar eso de ti. -Cerró el libro de golpe y lo dejó sobre la mesa- Por favor, te pido que salgas de mi habitación. -Expresó sin atreverse a mirarla a los ojos.-

- ¿Cómo? P-pero habíamos llegado a un acuerdo en que te ayudaría a superar esta etapa -Dijo ella con evidente preocupación en su voz-

La expresión seria de Shiba se centró en ella, y lentamente se acercó, obligándola a levantarse. Con firmeza, la condujo fuera de su habitación, sacándola de ese lugar.

- El hecho de que me ayudes no implica que te dé permiso para lastimar mis sentimientos. -Sus ojos reflejaron una profunda tristeza- Sé que no tengo un coeficiente intelectual tan alto como el tuyo o el de Nagi, pero cada día he estado luchando contra mis inseguridades y contra los comentarios que otros hacen sobre mi apariencia animal. Nunca imaginé que tú pudieras tener en cuenta eso... así que prefiero no verte.

- Pero Shiba... -Él cierra la puerta de un golpe justo frente a ella-

La joven se quedó inmóvil en medio del pasillo, abrumada por la sensación de culpa que la invadía tras haber hablado más de lo necesario. Decidió que lo mejor sería no incomodarlo, así que permaneció allí, en ese lugar intermedio, hasta que de repente escuchó una voz familiar que rompió el silencio.

- Mocosa, ¿qué te pasa? -Preguntó con un tono de curiosidad-

- ¿Eh? -Respondió, sorprendida al verlo, su corazón dio un vuelco y un suspiro se escapó de sus labios- Debo irme, no pasa nada.

Justo cuando estaba a punto de continuar su camino, Ray se interpuso frente a ella, bloqueando su posibilidad de regresar a su dormitorio para reflexionar sobre lo que había hecho.

- Esa es la habitación de Shiba. ¿Necesitas algo de él? -Preguntó, tratando de entender qué había sucedido-

- No, solo... -Se quedó en silencio, dudando- (Si le explico todo, puede que Shiba se enoje aún más conmigo y no quiero arriesgarme a eso.)

- ¿Me oyes? Te he preguntado qué haces aquí. -Se sintió ligeramente molesta-

- Pues... estaba leyendo un libro con Shiba acerca de su especie. -Se rasguñó la nuca, nerviosa, y comenzó a caminar-

- Cuéntame más... -La siguió con interés-

- Bueno, la cuestión es que hice un comentario que lo lastimó, así que me sacó de su habitación prácticamente a rastras. La verdad es que he metido la pata de manera monumental. -Concluyó, sintiéndose algo avergonzada-

Finalmente, Ray comprendió a qué se debía la situación y no pudo evitar soltar una risa al darse cuenta de lo ridículo que era todo. Esto hizo que su amiga se molestara, y ella lo miró con desagrado, esperando una explicación de por qué se reía en un momento como ese.

- Disculpa, pero conocerte tan bien me hace pensar que nunca podrías herir los sentimientos tan profundos de alguien -Dijo ella con tono reprochador-

- No soy perfecta... -Suspiró profundamente- Todos cometemos errores o decimos cosas hirientes sin darnos cuenta. -Un nuevo suspiro salió de sus labios, reflejando la carga emocional de su confesión-

- Es una verdadera pena. -La miro de reojo, su expresión me preocupa- Deberías intentar encontrar la manera de reconciliarte con él. -Toso, sintiéndome algo incómodo con la situación- Recuerda esto: no es algo exclusivo de las bestias, pero suelen ser las más sensibles a cualquier comentario o acción que les afecte, ya que tocan su orgullo y eso les duele mucho.

- No pretendía herir sus sentimientos, Ray... -Sus palabras reflejan una sensación de culpa que la invade- Creo que volveré a mi cuarto; no tengo ganas de hablar con nadie más...

La joven continuó su trayecto y se dirigió a su habitación, sin prestar atención al deseo de Ray de continuar la conversación con ella, ya que él estaba dispuesto a ofrecerle su apoyo. Sin embargo, comprendió su necesidad de estar a solas, por lo que decidió no insistir y la dejó en su propio espacio, respetando su deseo de tranquilidad.

- Continuará.

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