𑁍┊Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ xxxᴠɪɪɪ
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▗ ▘➤ "El regreso a la escuela Alderic".🎉
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A lo largo de los meses que quedaban de aquel año, los mellizos se entregaron por completo a sus estudios, invirtiendo todo su tiempo y esfuerzo en cada materia. Su dedicación y trabajo arduo dieron como resultado que lograran aprobar todas las asignaturas del programa académico, lo cual les otorgó la satisfacción de finalizar su carga de estudios mucho antes que el resto de sus compañeros de clase. Este enfoque comprometido les permitió no solo avanzar en su educación, sino también disfrutar de un merecido descanso antes de que el ciclo escolar concluyera.
Mientras tanto, la joven de cabello rosado optó por mantener cierta distancia de Nagi, Shiba, Ray y Natsume. Aunque los cuatro formaban parte de su círculo social, ella prefería no acercarse demasiado a ellos en ese momento. Sin embargo, había dos personas con las que se sentía mucho más a gusto: Cloe y Erica. Con ellas, la chica podía relajarse y ser ella misma, sin la presión que sentía al estar en compañía del resto del grupo.
Aprovechando que recién había terminado las clases y disfrutaba de un tiempo libre que no había tenido en mucho tiempo, decidió aprovechar la ocasión para escribir una carta a su abuela Cordelia. En esta carta, le contaba sobre sus vacaciones, describiéndole las actividades que había realizado y cómo estaba disfrutando de esos días de descanso. La joven sentía la necesidad de compartir sus experiencias con su abuela, quien siempre había estado al tanto de su vida y cuyas sabias palabras le brindaban consuelo y alegría.
Tanto (T/N) como Acyn llevaron a cabo una meticulosa organización de sus pertenencias, asegurándose de empacar todo lo necesario para su estancia en la casa de su abuela. Una vez que tuvieron todo preparado, se encaminaron hacia el lugar en un carruaje que los llevaría a su destino. Durante el viaje, el ambiente se tornó bastante tranquilo, y ambos se sumieron en un profundo silencio, cada uno absorto en sus propios pensamientos. Sin embargo, tras un tiempo de calma que parecía prolongarse, fue Acyn, el hermano mayor, quien tomó la iniciativa de romper con esa atmósfera contemplativa. Decidido a iniciar una conversación, comenzó a hablar, rompiendo así el hielo que había caracterizado buena parte de su trayecto.
— Has estado bastante distante de los chicos. -La miro con serenidad, Acyn-
— Sí, necesitaba un poco de espacio del drama. -Respondió con una sonrisa desapasionada-
— Parece que eso te está afectando. -Incliné la cabeza-
— No estoy segura... -Miro a su hermano- Al menos tú no tienes confusiones con tus sentimientos...
— Tu situación es compleja. -Ríe suavemente-
— No lo encuentro gracioso. -Suspiro molesta la peli-rosa- Si estuvieras en mi lugar, quizás comprenderías mejor mi situación.
— Aunque no experimente lo mismo que tú, puedo entender por qué ellos no quieren que te vayas. -Sonríe- Los hombres no desaprovechan la oportunidad de aferrarse a alguien tan valioso como tú. -Sonríe de nuevo Acyn-
— No resultas de gran ayuda... pero aprecio que lo entiendas mejor.
— ¡Anímate! Eso quiere decir que tienes varios pretendientes interesantes. -Sonrió con una expresión juguetona- Aunque si estuviera en tu lugar, optaría por los cuatro.
Las palabras de su hermano molestaron a la chica de ojos celestes, quien, furiosa, le dio un golpe en la cabeza, provocándole un pequeño chichón. Observó con cierta satisfacción cómo él se quejaba, frotándose la cabeza mientras le lanzaba una mirada molesta.
— Realmente sonaste como un idiota. -Suspiró, decepcionada- No debería pedirte consejos a ti.
— Oye... eres realmente malvada, deberías considerar quedarte soltera. - Se quejó, y lo observó asustado, mientras su hermana lo miraba con una expresión que parecía letal-
— Sería mejor que cerraras la boca.
Después de varias horas de viaje...
Finalmente arribaron a la residencia de su abuela y descendieron del carruaje con el aire de familiaridad que les brindaba el lugar. El mayordomo de la familia, un hombre de porte distinguido y modales impecables, los recibió en la entrada con una leve inclinación de cabeza y una sonrisa cordial. Con un gesto acogedor, les indicó el camino hacia el interior de la elegante mansión que se erguía majestuosamente ante ellos.
A medida que cruzaban el umbral, fueron recibidos con calidez por los sirvientes de la casa, quienes, con miradas amables y sonrisas sinceras, les dieron la bienvenida tras tanto tiempo de ausencia. Con una atmósfera de hospitalidad y cariño, les condujeron hasta el salón principal, un espacio que emanaba una mezcla de historia y confort, adornado con obras de arte y muebles de época.
Una vez en el salón, se acomodaron en los suaves sofás y sillas, rodeados de un ambiente que invitaba a la conversación y al relax. Se sentaron a esperar la llegada de Cordelia, quien, según les habían asegurado, no tardaría en hacer su aparición, prometiendo un encuentro lleno de alegría y amor familiar.
La presencia de sus nietos elevó el ánimo de la anciana. Al saludarse con entusiasmo, se sentaron a merendar y conversaron sobre lo que habían aprendido recientemente en la academia. Sin embargo, tras ponerse al día y finalizar el té, Cordelia y sus nietos se dirigieron a la oficina, donde aprenderían sobre el funcionamiento del negocio familiar.
—Abuela, ¿Querías que nos quedáramos contigo en vacaciones para aprender a manejar el negocio? -Preguntó Acyn-
— Así es... -Sonreí y le entregué un par de documentos- Deberán familiarizarse con el funcionamiento del negocio, ya que ustedes dos serán quienes lo hereden.
— Aunque heredemos el negocio, ¿No crees que es demasiado temprano para todo esto, abuela? -Preguntó (T/N), con una expresión de preocupación-
— No, de hecho, es positivo que estén comenzando a aprender cómo gestionar las empresas farmacéuticas que fundamos tu abuelo y yo. -Respondió- En algún momento, también yo partiré y, aunque pueda sonar sombrío, es importante que sepan cómo desenvolverse en este mundo sin mí o su padre.
— Abuela, ¿Esto lo haces por la pérdida del abuelo? -Preguntó su nieto mientras sostenía la mano de su abuela-
— Querido, la vida me ha arrebatado muchas cosas, y no puedo permitirme seguir lamentando sus muertes. He aprendido a recordarles en sus mejores momentos. -Sonrió y acarició la mejilla de su nieto-
— Me imagino que es difícil vivir sin tu compañero de vida. -Dijo la oji-rosa-
— Sí, pero estoy bien... -Respondió con una cálida sonrisa- Sé que él está descansando en un buen lugar.
Después de varias horas de trabajo intenso, Cordelia se dedicó a explicarles minuciosamente la gestión de la empresa farmacéutica. Les detalló cómo se dividirían las responsabilidades entre los dos, asegurándose de que cada uno comprendiera claramente su rol en el proyecto. Luego de un largo periodo de concentración y esfuerzo, ambos decidieron que era el momento adecuado para tomar un merecido descanso.
Junto a su abuela, se dirigieron al patio de la residencia, donde aprovecharon para charlar sobre diversos temas. Durante este tiempo, compartieron risas, recuerdos y anécdotas, disfrutando de la compañía mutua y fortaleciendo la conexión familiar. Así, pasaron un rato ameno y distendido. Mientras tanto, su padre, Robin, se encontraba ocupado con otras actividades, pero se unirá a ellos un poco más tarde, añadiendo su presencia a la agradable reunión familiar.
Meses más tarde...
Las celebraciones de fin de año transcurrieron sin ningún contratiempo, y durante el tiempo que estuvieron en la casa de su abuela, recibieron varias cartas que llegaron de diferentes remitentes. Entre estas cartas estaban las de Nagi, Shiba, Ray y Natsume, así como también las de Cloé y Erica. Este flujo de correspondencia dio lugar a un intercambio bastante activo y significativo de cartas, donde cada uno compartió sus experiencias, pensamientos y buenos deseos para el nuevo año.
En cierto momento, Acyn y (T/N) lograron hacerse más reconocidos en los círculos de poder, donde su objetivo era incrementar su influencia. Una vez que alcanzaron este objetivo, firmaron su primer contrato con un inversionista. A partir de ese momento, la familia comenzó a trabajar arduamente en los requisitos del contrato y se mantuvieron ocupados hasta cumplir con los plazos establecidos para la entrega de los medicamentos.
Después de haberse preparado para su regreso a la academia, finalmente llegaron a su destino. Al llegar, descendieron del carruaje con una mezcla de emociones y recuerdos, y se dirigieron hacia la imponente entrada de la academia Alderic. A medida que caminaban por los pasillos, cada uno se encaminó hacia sus respectivas habitaciones, donde comenzaron a acomodarse y organizar sus pertenencias. Este sería su segundo año en la academia, un lugar que les era familiar pero que también escondía nuevas experiencias y desafíos desde su inesperada llegada el año anterior.
Las clases iniciaron con normalidad y los mellizos se dirigieron a su salón de clases. Nada más llegar, notaron que sus compañeros los reconocieron y se acercaron rápidamente para abrazarlos con camaradería, brindándoles una cálida bienvenida.
— ¡Qué bueno que han regresado! -Exclamó Shiba con alegría-
— Los hemos extrañado mucho -Comentó Erica-
— Creí que se habían retirado de la academia -Manifestó Cloe, visiblemente aliviada-
— Afortunadamente, respondieron nuestras cartas. -Nagi sonrió complacido-
— Chicos, no deben preocuparse... Simplemente nos ausentamos por un tema familiar. -Dije con una sonrisa-
— Es cierto, hemos estado trabajando arduamente durante este tiempo. -Acentuó Acyn-
— He oído hablar de ustedes. -Comentó Ray- Me sorprende que hayan conseguido cerrar un contrato con el conde Lester... -Agregó con una sonrisa- Es muy complicado persuadir a ese hombre para que realice una inversión.
— No muchas personas tienen la oportunidad de conocerlo o de cerrar un trato con él. Sin embargo, era amigo de mi abuela y no pudo rechazar su solicitud. Mi hermana y yo hicimos un gran esfuerzo para obtener el doble en este contrato, y lo conseguimos.
— Además, nos obsequió esto. -Mostró una piedra púrpura- Dijo que era un pequeño regalo en agradecimiento por las ganancias que le ayudamos a generar.
— Es impresionante... Esa piedra es bastante inusual. -Comentó Natsume con calma.
— Aunque a simple vista parece ser solo una piedra preciosa, en realidad no lo es... -Sonrió- En el interior de este cristal se encuentra un extracto esencial para combatir la enfermedad conocida como 'endzeit' en los vampiros.
— Vaya, eso es sorprendente. -Respondieron todos al unísono-
— Mi hermana ha desarrollado una fórmula que puede utilizarse como tratamiento. -Comentó Acyn-
— No fue tan complicado. Las personas que padecen la enfermedad endzeit deberán consumir esta botella de pócima hasta que los médicos confirmen su mejoría. No puedo precisar cuánto tiempo tomará aliviar los síntomas, pero deberán tomar un frasco de la pócima diariamente. -Exlico la peli-rosa-
— Sin lugar a dudas, es un gran logro -Sonrió Ray- Estoy convencido de que se les abrirán las puertas del mundo social por haber salvado vidas de mi especie.
— En fin, no falta mucho para que comiencen las clases, así que sentémonos juntos -Dijo, animada-
Se acomodó en su asiento al lado de su mellizo en el pupitre que les correspondía. A su alrededor, sus amigos más íntimos estaban dispersos, todos ellos concentrados en los temas y materias que iban a estudiar durante su segundo año. La atmósfera en el aula estaba impregnada de la emoción y la expectativa propias de un nuevo ciclo académico, mientras cada uno de ellos revisaba libros y apuntes, preparándose para los desafíos que les aguardaban.
— Continuará.
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