𑁍┊Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ xxxᴠɪɪ

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▗ ▘➤ "Frustración".
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Unos días después de la conmoción que sacudió a la comunidad escolar, los hermanos volvieron a las clases y se encontraron con una noticia desgarradora. El estudiante que había sufrido lesiones y estaba ingresado en la enfermería fue encontrado, de manera misteriosa, sin vida. En un acto de gran discreción, las autoridades de la academia trasladaron su cuerpo de regreso a su hogar familiar, sin que se hiciera pública mucha información sobre las circunstancias de su fallecimiento.

En el ambiente de la academia, la tensión era palpable debido a los diversos incidentes que habían tenido lugar a lo largo del año. La atmósfera estaba cargada de incertidumbre y preocupación entre los estudiantes. Ante esta situación, el director de la institución se esforzaba por implementar medidas que ayudaran a calmar el clima de inquietud que dominaba la vida escolar. Estaba comprometido en recuperar la normalidad en el día a día de los alumnos, organizando actividades y espacios de diálogo, pero la sombra de los recientes acontecimientos aún pesaba sobre todos.

Por otro lado, cuando las clases concluyeron y los estudiantes comenzaron a salir, los hermanos decidieron quedarse un rato más conversando con sus compañeros. Sin embargo, su charla fue interrumpida de manera repentina por la inesperada aparición del tritón.

— ¿Qué sucede, Natsume? -Preguntó (T/N), mirándolo con expectativa-

— Es viernes... tenemos que ir al salón de música. -Respondió con seriedad-

— Ah... Disculpa, lo olvidé. -Reconocí, sintiéndome apenada-

— Te espero afuera. -Contestó con calma antes de marcharse-

— Es realmente necesario que vayas. -Interrogó Nagi, con tristeza en la voz-

— Tienes la opción de negarte, ¿Lo sabes? -Dijo Ray, mirándome con seriedad-

— Sí, lo sé... pero hice una promesa -Respondí, sintiéndome apenada-

— Entiendo, pero cuídate. -Comentó Acyn-

— Lo haré, pero tú también cuídate. -Dijo la oji-celeste-

— Nos vemos, (T/N). -Dijo Cloe, con tranquilidad- Cuídate.

— Igualmente, Cloe -Sonreí, con gratitud hacia la pelirosa-

Cuando Natsume salió del salón de clases, se acercó a ella con una sonrisa y tomó su mano entre la suya. Juntos se dirigieron hacia la sala de música, caminando por el pasillo. Al llegar a la puerta, ambos entraron al aula, solo para darse cuenta de que la habitación estaba sumida en la penumbra. Sin dudarlo, la joven buscó el interruptor y, al encender la luz, su mirada se posó sobre el cuadro de su madre que colgaba en el mismo lugar de siempre, como un faro de recuerdos en ese entorno familiar. La luz iluminó la sala y reveló todos los detalles que normalmente pasaban desapercibidos, pero en ese instante, todo lo que importaba era la imagen de su madre, que parecía sonreírle desde el lienzo.

En el instante en que se acomodaron en el asiento frente al piano, Natsume posó sus manos delicadamente sobre las teclas. En ese momento, una sonrisa se asomó en su rostro, algo que únicamente sucedía cuando estaban a solas. Por lo general, él tendía a mantener una expresión neutral o indiferente cuando se encontraba en público, pero en la intimidad de ese espacio compartido, su verdadera emoción brillaba con claridad.

— ¿Por qué me miras tanto? -Pregunté de manera inesperada, desviando la vista de reojo hacia ella-

— Ah, bueno... -Se sonrojó ligeramente- Es que no sueles sonreír con frecuencia.

— Solo sonrío contigo. -Respondí con un tono coqueto-

— Hump... Para colmo, eres bastante atractivo. -Desvió la mirada hacia el piano- En fin, ¿Qué vamos a tocar hoy?

— Esta vez... tengo una canción dedicada a ti que escribí. -La observé con ternura- ¿Te gustaría escucharla?

— Sí, me gustaría... -Parecía curiosa-

— Este es mi amor... por ti.

El joven se sentó frente al piano y empezó a tocar las teclas con destreza, llenando el aire con suaves y emotivas notas musicales. Al mismo tiempo, su voz se alzó, entonando una canción que resonaba con una dulzura cautivadora. La joven, absorta en la actuación, no podía apartar la mirada de él; la música la envolvía y la dejaba maravillada. A medida que las palabras de la letra llegaban a sus oídos, podía sentir cómo se sonrojaba, un rubor que evidenciaba su emoción y sorpresa.

Sus ojos se dirigieron hacia Natsume, quien parecía estar completamente inmerso en su interpretación. Parecía que cada una de las notas y cada palabra que salía de su boca eran un reflejo de sus más profundos sentimientos. La canción, una hermosa melodía de amor, había sido dedicada a ella y eso la hacía sentir especial. En ese instante, la conexión entre ambos se intensificaba, mientras él se entregaba por completo a la música, buscando compartir sus emociones más sinceras a través de esa conmovedora interpretación.

Cuando finalizó su interpretación en el piano, los jóvenes permanecieron inmóviles, fijando sus miradas en él con asombro. En ese instante, un brillo resplandeciente volvió a encenderse en sus ojos, revelando con claridad que su destino había sido trazado y sellado desde mucho antes de que llegaran a este mundo.

— ¿Qué te ha parecido? -Preguntó con curiosidad-

— Es hermosa... -Respondió, sonrojándose y tragando en seco-

— Esta canción refleja mis profundos sentimientos hacia ti. -Acarició suavemente su mejilla-

— Es imposible evitarte... -Dijo con timidez, mientras sostenía su mano-

— Eres mi otra mitad... es evidente que será muy difícil separarnos. -Se acercó a su rostro- Solo deja de reprimirte y ábreme las puertas de tu corazón.

— Quiero hacerlo, pero no eres el único que tiene mi corazón, Natsume... -Dijo con tristeza y se alejó-

— No me importa si tu corazón está dividido entre Ray, Nagi o Shiba... -Respondió con enojo- Deseo eliminarlos y encerrarte para tenerte solo para mí, pero sé que podrías llegar a odiarme y no puedo arriesgarme a perderte.

— ... -No supo qué responder-

— Por favor, eligeme a mí. -La miró suplicante mientras sostenía sus manos-

La joven se encontraba en una encrucijada emocional, lidiando con sentimientos contradictorios que la atormentaban. Por un lado, deseaba profundamente acercarse a Nagi, Shiba y Ray; sin embargo, el miedo a perderlos la paralizaba. Era consciente de que este temor la estaba poniendo en una situación vulnerable, pues su prioridad siempre había sido alcanzar sus metas personales. A pesar de la incertidumbre que le generaban sus emociones, sabía que debía mantener el enfoque en sus objetivos, aunque eso significara sacrificar la posibilidad de una conexión más estrecha con ellos.

— Eres una persona excepcional, Natsume, pero considero que no es el momento adecuado para iniciar o formalizar una relación contigo... especialmente teniendo en cuenta los sentimientos encontrados que me invaden en este momento. -Respondí con seriedad-

La expresión en el rostro de Natsume reveló una profunda decepción. Con un gesto de desánimo, soltó las manos de la chica de cabello rosado, evadiendo su mirada y levantándose del asiento con un aire de determinación. Tomó sus pertenencias de manera apresurada, pero justo antes de que pudiera marcharse, la joven le detuvo suavemente la muñeca, buscando una conexión que parecía haberse desvanecido.

— ¡Espera, Natsume…! -Lo detiene y lo observa con tristeza-

— ¿Qué deseas? -La miro con desdén- Ya me has roto el corazón al rechazarme.

— No te rechaze. -Suspira profundamente- Simplemente no puedo salir contigo ni con nadie más hasta que solucione mi vida, que está un desastre. Hace poco perdí a mi abuelo y casi pierdo a mi hermano por mi culpa... además, estoy a cargo de la empresa farmacéutica de mi familia. -Le salen lágrimas de los ojos- Estoy muy estresada... No espero que lo entiendas, pero estoy pasando por un momento muy difícil, así que no me hagas la vida más complicada.

Todo esto llenó de emoción a Natsume, quien, al sentir la calidez de la situación, no pudo evitar abrazar a la persona a su lado. Con dulzura, acarició su cabeza, ofreciendo consuelo en medio de la tristeza. A pesar del dolor que llevaba en su corazón debido al rechazo que había sufrido, hizo todo lo posible por brindar apoyo y calma, intentando transmitir fuerza y paz a la persona que tenía frente a ella.

— No debiste guardar todo esto solo para ti.

— Sé que cuento contigo y con los demás, pero tampoco quiero ser una carga. -Respondió débilmente mientras se aferraba a él-

— Respira y trata de calmarte. Aunque necesito tiempo para recuperarme, intentaré apoyarte en lo que pueda.

— Lo siento mucho... -Dijo con pesar, separándose- Creo que deberé irme.

— Te acompañaré a tu habitación.

Desde aquel momento, ambos se dirigieron hacia el edificio de departamentos donde residen los estudiantes. Al llegar, Natsume tomó la iniciativa de acompañar a (T/N) hasta la puerta de su habitación. Una vez allí, se detuvo un instante y le dedicó una tierna despedida, inclinándose ligeramente para darle un suave beso en la frente. Después de ese gesto afectuoso, se despidió con una cálida sonrisa y se dirigió a su propia habitación.

— Continuará.

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