𑁍┊Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ xxxᴠɪ
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▗ ▘➤ "Una pelea explosiva 💥".
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Habían pasado varios meses desde el suceso que tuvo lugar en el bosque. A lo largo de ese tiempo, cada uno de los pormenores de lo ocurrido se había mantenido completamente en secreto, lo cual facilitó que la vida en la Academia siguiera fluyendo con una normalidad aparente. Los estudiantes y el personal continuaron con sus actividades cotidianas, inmersos en su rutina, ajenos a las sombras del pasado que aún acechaban en el trasfondo de su existencia.
Finalmente, llegó el tan esperado día en que (T/N) pudo regresar a las clases, tras haber estado ausente durante un período considerable debido a su proceso de recuperación tras las graves heridas que sufrió en su espalda. Durante su ausencia, el compañero que había sido responsable de su sufrimiento ya había enfrentado las consecuencias de sus actos, recibiendo una sanción que lo obligaba a realizar trabajos pesados en la Academia como parte de su castigo. Este proceso no solo implicaba una medida disciplinaria, sino también una oportunidad para reflexionar sobre sus acciones y aprender de ellas. La etapa de recuperación para peli-rosa había sido difícil, y su regreso a las aulas significaba un nuevo comienzo, tanto para él como para aquellos que lo rodeaban.
De manera alternativa, Shiba fue considerado y aceptado como el flamante líder de la manada, un reconocimiento que le brindó una notable popularidad entre los integrantes de su especie. Esta reciente designación como líder implicó un incremento significativo en su nivel de actividad, lo que se tradujo en que se encontrara enormemente ocupado en sus nuevas responsabilidades y funciones dentro de la manada.
En un momento específico, Ray, Nagi, Shiba y Natsume estaban enfocados en ofrecer su tiempo y esfuerzo para ayudar a (T/N) que les importaba. Su objetivo era asegurarse de que ella pudiera recuperar el terreno perdido en sus estudios y lograr ponerse al día con las clases del último trimestre.
Todo transcurría con una normalidad aparente y de manera efectiva, ya que cada uno de ellos se dedicaba a enseñarle y explicarle los conceptos que necesitaba entender. Mientras llevaban a cabo esta labor, los mellizos también mantenían una comunicación constante a través de cartas con su abuela Cordelia, lo que les permitía compartir sus avances y mantenerse conectados con ella en todo momento.
Estaban iniciando su incursión gradual en el sector farmacéutico, y su responsabilidad consistía en supervisar que la elaboración de los medicamentos se realizara de manera adecuada. Por lo tanto, ocasionalmente se apartaba de sus actividades en la academia para trasladarse al lugar y evaluar el progreso de los procesos. Mientras tanto, su hermano Acyn estaba ayudando en los asuntos comerciales de su abuela. Gracias a su aguda perspicacia y carisma, logró cerrar un acuerdo muy favorable que les permitirá obtener importantes beneficios económicos.
En este momento, Acyn se encontraba en la biblioteca, sumido en sus estudios, acompañado de su hermana. Ambos estaban concentrados en sus tareas académicas, rodeados del suave murmullo de las páginas pasando y el leve tintinear de teclados. A lo lejos, el hermano mayor podía escuchar el murmullo de otros estudiantes que también se encontraban allí, pero su atención estaba enfocada en los libros y apuntes frente a él.
A medida que transcurría el tiempo, Acyn no podía evitar pensar en la llegada de su novia, Cloe. Habían planeado verse para repasar juntos el material de estudio para un examen que se aproximaba, y tenía muchas ganas de compartir ese tiempo con ella. Sin embargo, las agujas del reloj seguían avanzando y la ausencia de Cloe empezaba a inquietarlo. Cada minuto que pasaba parecía alargarse y, a pesar de su esfuerzo por concentrarse en los estudios, la preocupación comenzaba a asomarse en su mente, preguntándose si habría surgido algún imprevisto que le impidiera llegar.
— ¿Qué habrá sucedido? -Preguntó, visiblemente nervioso Acyn- ¿Por qué se está demorando?
— Tengo un mal presentimiento -Respondió con preocupación, incorporándose- Iré a buscarla.
— No... -Sostuvo la mano de su hermana- No puedo permitir que lo hagas, sabiendo lo que te sucedió... -Su mirada denotaba una profunda inquietud-
— Estaré bien, Acyn. Ya he superado esas heridas.
— ¡No me importa! -Exclamó, con la voz entrecortada- No puedo permitir que te pongas en peligro de esa manera... No puedo soportar la idea de perderte como perdí a mamá...
— Acyn... O voy sola o vamos juntos... Tú decides... -Se liberó de su agarre y se alejó-
Sin lugar a dudas, la frustración la invadía por completo. El muchacho tomó la decisión de seguir a su hermana, quien parecía estar inspeccionando meticulosamente cada rincón de la academia, buscando con anhelo alguna pista que las condujera a la verdad. A medida que avanzaba, se armó de valor para preguntar a varios de sus compañeros sobre el paradero de Cloe, pero lamentablemente, ninguno de ellos podía ofrecerle información valiosa sobre dónde podría estar. La incertidumbre aumentaba, y su preocupación crecía a medida que la búsqueda se prolongaba.
A pesar de haber dedicado mucho tiempo a buscar por todo el campus en su afán de encontrar a Cloe, no tuvieron éxito en sus intentos. Sin embargo, justo cuando estaban a punto de salir de las instalaciones, un grito lejano y agudo resonó, alertándolos de que algo no estaba bien. Intrigados y preocupados, se apresuraron hacia la dirección de donde provenía aquel grito desesperado.
Al llegar al lugar, se encontraron con una escena impactante y perturbadora: un estudiante masculino estaba intentando forzar a Cloe, quien, a pesar de estar en una situación crítica y angustiante, estaba peleando con todas sus fuerzas para liberarse de su agresor. Su valentía en ese momento dejaba entrever su determinación de defenderse y luchar por su seguridad.
— ¡Por Dios! ¡Cloe! -Exclamó la joven de cabello rosa-
— ¡Maldito b*stard*! -Gritó Acyn mientras se dirigía rápidamente hacia el estudiante-
— ¿Eh? ¿Cómo...? -No pudo concluir su frase, ya que recibió un puñetazo-
— ¡Dios! -Retrocedió, visiblemente aterrorizada Cloe-
— ¿Te encuentras bien? -Preguntó (T/N)-
— S-sí... Gracias por su ayuda... -Los ojos de Cloe se llenaron de lágrimas-
— Permanece aquí. -Sostuvo las manos-
La miro con atención y seriedad, y sé quito la chaqueta para ofrecérsela, dado que la camisa de la joven tenía los botones de su blusa completamente rotos. Por otro lado, este gesto fue bien recibido por ella y se lo agradeció, su reacción fue de enojo, y no pudo contener su malestar. Ante la situación, decidió agarrar una parte de la chaqueta y se alejó rápidamente hacia donde estaba su hermano, quien estaba en medio de una confrontación con el agresor.
— ¡Hermano, no lo hagas! -Exclamó, angustiada, tratando de evitar que la disputa siguiera-
— ¡No te metas! -Replicó, intentando apartarla con el brazo, pero terminó impactando en la nariz de su hermana-
— ¡Maldito! -Se quejó el estudiante-
— ¡Ay!
Ella retrocedió unos pasos, soltando la poción que sostenía. El frasco se rompió al impactar contra el suelo, provocando una explosión violenta por la reacción de los componentes químicos en su interior. Aunque la detonación no impactó directamente a la menor, su hermano y el estudiante que se encontraban cerca fueron proyectados por la onda expansiva de la pequeña explosión. La chica, por su parte, se desplomó sobre el suelo, quedando tendida e inmóvil, con heridas evidentes que hicieron que su cuerpo se manchara de sangre. La sangre comenzó a gotear de su nariz como resultado del fuerte impacto, dejando un rastro de rojo en el suelo alrededor de ella.
Cloe experimento un intenso miedo que la envolvía por completo, pero el temor no pudo obstaculizar su determinación. Motivada por la preocupación que sentía por su amiga, se lanzó a correr hacia ella con rapidez. A pesar del pánico que la dominaba, hizo un esfuerzo considerable para intentar reanimarla y ayudarla a recuperar la conciencia. Con gran dificultad y esfuerzo, logró elevar el cuerpo de su amiga del suelo.
Mientras tanto, Acyn yacía inconsciente en el suelo, ajena a lo que sucedía a su alrededor. Junto a ella, un estudiante que también se encontraba cerca parecía estar en un estado similar, incapaz de reaccionar o moverse. Ambos permanecían inmóviles, sumidos en la inconsciencia, dejando a Cloe lidiando con la creciente sensación de urgencia y temor por la seguridad de sus amigas.
— Acyn... -Logró observar a su hermano tendido en el suelo, lo que le provocó un intenso temor- ¡Hermano!
— ¡Dios mío! -Con gran esfuerzo, se dirigieron rápidamente hacia Acyn-
Al aproximarse a su cuerpo, los presentes observaron con alarma la grave herida que padecía en las manos y el pecho. Sus extremidades estaban severamente afectadas, con evidentes quemaduras que denotaban el impacto de la explosión ocurrida. La fuerza del fuego había dejado cicatrices profundas y dolorosas, que reflejaban la magnitud del trágico suceso. Las quemaduras, de un rojo intenso y con ampollas en la superficie, eran testimonio del sufrimiento infligido por las llamas, lo que hacía evidente la urgencia de recibir atención médica. Cada detalle del daño era un recordatorio escalofriante de la catástrofe que acababa de suceder.
— ¡Maldita sea! ¡Acyn! -Las lágrimas comenzaron a brotar del rostro de la mujer mientras se desplomaba al suelo-
— Oh, no... -Se arrodilló y tomó su mano entre las suyas con ternura-
— Acyn... -Sostuvo a su hermano entre sus brazos, llorando y aferrándose con desesperación a su cuerpo inconsciente-
De manera repentina, una suave y tenue luz comenzó a brotar de las lágrimas de Cloe. Esa luz, de un brillo casi etéreo, se deslizó con delicadeza cuando entró en contacto con las heridas de su hermano. Entonces ocurrió algo asombroso: la magia que emanaba desde sus lágrimas desató un proceso de transformación extraordinario. Las lesiones que marcaban el cuerpo de él empezaron a cerrarse y a regenerarse, como si la luz tuviera el poder de sanar. Poco a poco, con cada destello brillante que tocaba su piel maltratada, él comenzó a despertar de su letargo. Esta experiencia tan inesperada dejó a Cloe en un estado de completa confusión, incapaz de asimilar lo que había presenciado, preguntándose cómo era posible que algo tan maravilloso estuviera sucediendo ante sus ojos.
— ¿Qué ocurrió? -Preguntó, visiblemente cansada y adolorida-
— Dios, Acyn... -Sonrió con alivio y lo abrazó- No tienes idea de la desesperación que sentía.
— No comprendo lo que está sucediendo, pero exijo una explicación, ya que no creo que se trate de cambiaformas... -Afirmó con seriedad Cloe- Por otro lado, me alegra saber que te has recuperado. -Lo miró a Acyn con cariño-
— No te preocupes, es algo que eventualmente conocerás, pero no es el momento adecuado para discutirlo... especialmente ahora que se acercan otras personas. -Comento La peli-rosa-
Mientras tanto, varios estudiantes y profesores comenzaron a llegar al lugar, y al observar el caos en el que se encontraban, se percataron de la situación de las personas a su alrededor. Pronto se enteraron de lo que había sucedido.
Frente a esta revelación, Cloe comprendió la seriedad de la situación y decidió intervenir. Con sumo cuidado, auxiliò a Acyn, quien se encontraba en una condición delicada. Juntos, iniciaron su camino hacia la enfermería. Durante el trayecto, contaron con la colaboración de Shiva, quien se unió a ellos para facilitar el traslado a la zona de atención médica.
Al llegar al lugar de los hechos, Robin no dudó en reprender a los involucrados con un enérgico regaño. No obstante, su prioridad inmediata fue atender a su hija, que presentaba un sangrado nasal. Con sumo cuidado, se dedicó a detener la hemorragia, asegurándose de que estuviera bien. Mientras tanto, no podía evitar examinar detenidamente a su hijo, preocupándose por cualquier lesión que pudiera haber sufrido durante el incidente. En ese intervalo, Cloe decidió permanecer cerca del vicedirector, lo que le brindó la oportunidad de relatar lo sucedido. Con lágrimas que brotaban de sus ojos, le explicó el ataque del que había sido víctima, dejando entrever la angustia que sentía por lo ocurrido.
La situación obligó a Frederick a actuar con firmeza. Comprendiendo la seriedad del problema que se presentaba, llegó a la conclusión de que era imperativo tomar cartas en el asunto. Se dirigió hacia Ray y, utilizando un tono categórico y autoritario, le pidió que se encargara de impartir el castigo correspondiente a aquellos indignos que habían tenido la osadía de atacar a su bisnieta.
— Continuará.
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