Jungkook se paseaba nerviosamente por su lujoso apartamento, esperando la llegada de Jimin. Habían pasado años desde que se habían visto por última vez, y Jungkook no sabía qué esperar.

De repente, escuchó el timbre de la puerta. Jungkook se detuvo en seco y se dirigió hacia la puerta. Abrió la puerta y se encontró con Jimin, que estaba parado en el umbral con una mirada nerviosa.

Jungkook se sintió como si hubiera sido golpeado en el estómago. Jimin estaba igual de guapo que siempre, con su cabello negro y sus ojos brillantes. Jungkook se sintió como si hubiera sido transportado de vuelta al pasado, cuando Jimin era su mejor amigo y su crush secreto.

Jimin, por su parte, se sintió abrumado por la nostalgia. Había pasado tanto tiempo desde que se habían visto por última vez, y ahora se encontraba parado en la puerta de Jungkook, mirándolo con una mezcla de emociones.

Jungkook se recuperó de su shock y sonrió, extendiendo la mano para saludar a Jimin.

—Hola, Jimin —dijo Jungkook, su voz un poco temblorosa— Es... es genial verte de nuevo

Jimin sonrió también, aunque su sonrisa era un poco más triste y se le notaba la timidez

—Hola, Jungkook —dijo Jimin, estrechando la mano de Jungkook —Es... es genial verte de nuevo también.

Jungkook se sintió como si su corazón estuviera saltando de alegría. Estaba tan contento de ver a Jimin de nuevo, y se sentía como si hubiera sido dado una segunda oportunidad para hacer las cosas bien.

—Entra, entra —dijo Jungkook, haciéndole un gesto a Jimin para que entrara en el apartamento —Te mostraré dónde puedes descansar.

Jimin asintió y entró en el apartamento, mirando a su alrededor con curiosidad. Jungkook lo siguió, sintiendo su corazón latiendo con emoción.

Estaban de vuelta juntos, y Jungkook no sabía qué esperar, pero estaba emocionado de encontrarlo.

Jimin miró a su alrededor, impresionado por la grandiosidad del apartamento de Jungkook. Era enorme, con techos altos y ventanas que se extendían desde el suelo hasta el techo.

—Wow, este apartamento es... enorme —dijo Jimin, mirando a Jungkook con curiosidad— ¿Cuál es tu trabajo, Jungkook? ¿Eres un millonario de lotería o algo así?

Jungkook se rió y se encogió de hombros.

—No soy un millonario, pero tengo un buen trabajo. Soy el CEO de una empresa de tecnología.

Jimin se sorprendió.

—¡¿El CEO?! ¡Eso es impresionante! No sabía que eras tan exitoso.

Jungkook sonrió modestamente.

—Bueno, he trabajado duro para llegar a donde estoy.

Jimin asintió, impresionado.

—Puedo ver eso, te ves muy cambiado de igual manera, eres muy guapo me imagino el sin fin de pretendientes que haz de tener ahora

Jungkook sonrió y negó solo moviendo la cabeza

—y mira esos músculos son más grandes que los míos —dijo mostrándole a Jungkook sus mini bíceps haciendo que Jungkook riera— y ahora eres más alto ya no estamos del mismo tamaño.

Jungkook se acercó a un armario y sacó una camisa y un par de pantalones.

—Aquí, ponte esto. Supongo que quieres darte un baño y descansar.

Jimin tomó la ropa mirando alrededor del cuarto al que Jungkook lo había llevado buscando con la mirada el baño.

—es ahí —dijo Jungkook señalando una puerta—.

Jimin se rio de los nervios

—claro, ahí

Decir que ese baño fue un reto fue poco pero se las arregló ya que él nunca se había bañado en bañera.

—Hasta el baño dice "mírame soy caro cuesto más que tus dos riñones" —se dijo a si mismo Jimin mientras se ponía la ropa de Jungkook—.

Salió y Jungkook ya no se encontraba en el cuarto, salió a buscarlo con una toalla secando su cabello y lo encontró en su cocina.

Jungkook empezó a preparar algo para Jimin y estaba concentrado en eso no notó su presencia. La camisa y los pantalones eran demasiado grandes para Jimin, Jungkook levantó la vista y lo miró sonriendo mentalmente. Jimin se veía tierno con su ropa, y Jungkook no podía evitar sentir un sentimiento de posesión hacia él.

—Te queda un poco grande —dijo Jungkook, tratando de mantener su voz neutral pero por dentro se sentia como un cachorrito contento ¿Eso podía contar como que lo estaba abrazando?.

Jimin se rió.

—Sí, un poco. Pero gracias por la ropa. Me siento mucho mejor ahora.

Jungkook sonrió y asintió.

—De nada. Ahora, ¿qué te parece si comemos algo? Estoy seguro de que tienes hambre.

Jimin asintió, y Jungkook lo llevó a la cocina para prepararle algo de comer. Mientras cocinaban, Jungkook no podía evitar mirar a Jimin, sintiendo una conexión que no había sentido en mucho tiempo.