26장

Al día siguien Jungkook se había levantado sin mucho ánimos de absolutamente nada, no tenía mensajes o llamadas de su novio. Lo entendía, pero eso no significaba que se sintiera mejor al estar separado de él. Tenía la esperanza de ver a Jimin en el aeropuerto antes de irse. Subió a la SUV y miro las calles oscuras y las luces de la ciudad medio dormida de camino al aeropuerto. 

Ingreso al aeropuerto seguido por su escolta de seguridad, tomó fuerte las correas de su mochila y trato de mirar por entre la gente en busca de una cabellera rubia. Siguió avanzando con su manager pisándole los talones, tomó asiento en una de las esquinas alejadas mientras Song arreglaba sus papeles de partida.

Alguien tomó asiento a su lado por lo que se ajustó los lentes y el cubrebocas y su gorro negro. Miró hacia fuera, donde los aviones despegan y trató de ignorar la evidente cercanía del extraño. 

ㅡAún con todas esas cosas encima puedo reconocerte donde sea, Kookie ㅡJimin río bajo después de decir esas palabras.

ㅡEstás aquí ㅡhabló sin aliento Jungkook antes de encerrar en sus brazos a su hermoso novio.

ㅡNo iba a dejar que te fueras así como así, Jeon.

Jimin depositó un pequeño beso en el cuello de su novio, y lo abrazo más fuerte. Tratando de no pensar en los días que iban a estar a kilómetros de distancia. 

ㅡTe voy a extrañar, mi hermoso bebé.

ㅡTe voy a extrañar más, Kookie.

ㅡJungkook, es hora de irnos.

La voz del manager hizo que los chicos se apretaron más fuerte entre los brazos del otro antes de soltarse de mala gana. Se miraron a través de las gafas oscuras, Jungkook bajo un poco su cubrebocas y beso la frente de Jimin.

ㅡTe llamaré en cuanto llegue, bebé.

ㅡEsperaré, no importa la hora que sea. Llama.

Jungkook avanzó hacia la puerta de abordaje sin mirar atrás, el nudo en la garganta y las lágrimas contenidas dolián. Había estado tan cerca de Jimin que separarse ahora, era un dolor físico. Jimin se mantuvo sentado en aquella esquina viendo irse a Jungkook, oraba porque este no volteara a mirarlo, sabía que si lo hacía correría tras de él.

Habían pasado 15 días desde que Jungkook había partido a Nueva York, lo extrañaba como un loco. Lo llamaba cada día, cuando una entrevista, un evento o un concierto de inmediato le hacían videollamada o mensajeaban hasta que alguno se quedará dormido, diciendo cuánto se extrañaban y cuánto Jungkook quería volver a Corea.

La llamada ese día su había sido un tanto agridulce, pero Jungkook quería estar al menos de manera virtual a lado de Jimin, cuando la empresa sacará a la luz la relación entre Jungkook y la idol del grupo debutante, Kang Seulgi. Jimin había estado hablando con él por más de una hora antes de que la noticia fuera dada, Jungkook le pidió que apagara su celular y no lo encendiera hasta el día siguiente.

También les agradeció a Taehyung y a Yoongi por estar apoyando a Jimin cuando él no podía hacerlo. Y aunque los chicos no estaban muy felices con las noticias le aseguraron a Jungkook que tenía su apoyo en la situación y para cuidar de Jimin. Luego de dos horas más de hablar se despidieron con un sencillo adiós.

Los tres chicos bajaron a la cocina para distraerse con algún bocadillo. Jimin agradecía en silencio la visita de su primo y que Taehyung estuviera ahí, era su mejor amigo y su soporte. No sabría qué hacer si hubiera tenido que pasar por esa situación solo.

ㅡYoongi~ ㅡdecía coqueto Taehyungㅡ ¿Qué es eso?. 

ㅡUn batido de frutas, se llama smoothie ¿Quieres probar?.

Jimin desde uno de los taburetes de la isla a la pareja, su primo Yoongi podía tratar con indiferencia a todos, pero en los últimos días desde su llegada se veía un poco más abierto a Taehyung.

ㅡJimin, ¿Quieres un poco? ㅡhablo Taehyung al ver que los observabaㅡ sabe delicioso.

Jimin se acercó con pereza a los chicos. La verdad es que desde la partida de Jungkook se sentía más cansado y sensible. Incluso notaba su rostro más hinchado de lo normal y sus pies dolían un poco, obviamente sabía que se debía a la falta de sueño y el estrés excesivo al estar lejos de Jungkook y la noticia de su supuesto noviazgo. Miró el batido se veía delicioso con buena pinta, de tres tragos se lo acabó.

ㅡOye pero no es para tomárselo de un jalón ㅡdijo Yoongi al ver lo que había hecho Jimin.

ㅡEs que se veía rico 

Taehyung y Jimin se rieron mientras miraban a Yoongi gruñirles entre tiernos pucheros. Definitivamente parecía un pequeño gatito.

Una semana después Jungkook despertó después del medio día, el día anterior tuvo eventos hasta no poder parar, todo su cuerpo se sentía cansado suplicándole un largo descanso. Sin embargo, pensó en Jimin y en lo decaído que se veía cada vez que hacían videollamada y aunque él le había preguntado si algo pasaba, Jimin negó y le dedicó una sonrisa para después cambiar de tema.

ㅡJungkook tienes una visita de tu  padre  ㅡhabló su manager desde fuera de la habitación interrumpiendo sus caóticos pensamientos.

ㅡDile que pase ㅡdijo entredormido levantándose con el cabello alborotado.

ㅡHijo espero no interrumpir tu descanso ㅡentró su padre sentándose en un sillón cerca de la cama de Jungkook.

ㅡNo papá. ¿Y mamá?.

ㅡElla no quiso venir, aún está molesta contigo. Además ya sabes que le interesan más sus rodajes.

ㅡSi me lo imaginaba.

ㅡJungkook, hijo no le tengas odio a tu mamá, ella solo quiere lo mejor para tí y puede que la forma en la que ella lo quiere es muy incorrecta pero poco a poco lo va a aceptar.

ㅡNunca le tendría odio a mamá, yo la quiero y sé que ella quiere mi felicidad. Pero aceptó que su métodos son muy poco usuales.

ㅡBueno hijo eso si que es verdad. Venía a decirte  que volveremos a Corea en unos días y quiero que te cuides mucho, también siento mucho lo que está pasando con Jimin y la relación falsa con la señorita Kang. Recuerda que todos somos libre de elegir nuestro camino y nadie puede obligarnos a hacer nada que no queramos. 

ㅡGracias papá, gracias por decirlo y apoyarme.

ㅡSiempre, hijo. Descansa ㅡse despidió su padre palmeando su hombro.

En cuanto el hombre salió de la habitación Jungkook se volvió a acostar, casi aliviado de escuchar las palabras de su padre. La cabeza aún le punzaba y los párpados le pesaban. Se durmió de inmediato, las presiones lo tenían sobre el borde, pero escuchar que alguien seguía ahí para sostenerlo le dio un poco de la tranquilidad que estaba necesitando por días.

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