˗ˏˋ対抗 ▸ ℂ𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝟎𝟏.๋⭑
⌦ .。.: 【 ·🔥˚❒ CAPÍTULO UNO : INFORMACIÓN VALIOSA. ¡!】*ೃ༄
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▬▬ ❝Tendrás que separar los asuntos
familiares para esta misión❞.𓍢ִ✧
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𝐍eyuki caminaba lentamente por el pasillo que daba a la oficina del patriarca de los Ubuyashiki, decida a hablar acerca de toda la información que había recolectado durante más de tres años. Se mantuvo alejada del Cuerpo de Exterminio de Demonios para perseguir el tenue rastro de algunas Lunas Demoniacas y, tras muchas negociaciones con ciertas personas y la insistencia de ella, pudo hallar la ubicación de una.
«Después de todo, no soy una inútil», pensó la joven. «Me fui durante tres años y pocos meses... y nunca oí nada relacionado a Miyuki. Seguramente no desempeña de forma correcta su papel como Pilar». Negó con la cabeza, tenía que evitar enojarse.
—¿Cuánto tiempo más debo esperar? —le preguntó a la hermana de cabello negro—. Ya recalqué muchas veces que es importante.
—Ahora mismo, se encuentra en una reunión con uno de los Pilares. En unos minutos la atenderá. —Inclinó su cabeza—. Pedimos paciencia, los asuntos con los cargos importantes del Cuerpo de Exterminio de Demonios tienen mayor prioridad en estos momentos.
—De acuerdo. —Arrugó el labio—. Supongo que tendré que esperar más.
Neyuki fue a sentarse en una de las sillas del pasillo. Esperaba pacientemente a que el Pilar saliera de aquella sala. Parecía una eternidad, ¿de qué asunto estarían hablando? ¿Qué Pilar estaba junto a Ubuyashiki Kagaya? ¿Sería su hermana?
Su cuerpo se estremeció. Pensar en ella no hacía más que alterarla. Las cosas no acabaron bien antes de que partiera a su misión con algunos cazadores más. Se la tendría que encontrar en algún punto, el mundo es pequeño. Sin embargo, prefería que ese acontecimiento se retrasara lo suficiente como para que pudiera prepararse para no querer aventarse contra ella... tal y como sucedió la última vez, la vez que...
—Cálmate. —Golpeó su pierna, que temblaba un poco.
Notó la sombra de alguien por el rabillo del ojo. Esa persona se fue acercando hacia el pasillo hasta que pudo reconocerla: Tsuyuri Kanao. Como era usual en ella, mantenía una mirada perdida hacia la puerta. Las «gemelas» ya le parecían aterradoras, pero Kanao les ganaba por mucho. Aunque respondía cuando le hablaba, sonaba muy artificial para ser humana.
—Kanao, ¿no? —dijo Neyuki—. Creciste bastante desde la última vez que te vi.
—Uhm. —Asintió con la cabeza.
—Dudo que vengas hasta aquí para reportarle algo al patrón... —Golpeó el asiento de su costado—. Siéntate, ¿o pretendes esperar allí a Shinobu?
La cazadora obedeció y se sentó a su lado. Mantenía una postura erecta y el mentón elevado. Cualquiera pensaría que la estuvieran obligando. Neyuki sonrió de lado: no cambió nada en ese aspecto. Se preguntaba qué pasaría en la cabeza de la Tsuguko de la Pilar del Insecto. Jamás mostraba sus emociones, ni siquiera luego de la muerte de Kanae.
«Tengo la impresión de que, si fuera parte de la familia Shusetsu, sería una de las más fuertes... Parece ser que se equivocó de Técnica de Respiración». Frunció el ceño, fastidiada por lo que pensó. «Aunque, tampoco es como que mi familia sea muy abierta en el tema de enseñar nuestras técnicas secretas». La observó de reojo, ¿acaso no sentía una pizca de melancolía, tristeza? ¿Cómo era tan buena ocultando lo que sentía?
—¿La señorita Shinobu se encuentra bien? —inquirió, mirando hacia la puerta de la oficina de los Ubuyashiki.
—Sí.
—¿Estás segura? Vamos, puedes contarme el pequeño secreto. Sé lo que hace. —Se dio cuenta, por el semblante de Kanao, que ella no entendía lo que estaba diciendo—. Olvídalo, ella está de maravilla.
Preguntar por ella era algo que se le volvió costumbre. A cualquier persona relacionada a las hermanas Kochō que se encontraba, siempre les hacía la misma pregunta. Y, como si estuvieran programados con la misma alternativa, todos le respondía que se encontraba bien, que gozaba de buena salud.
—Haz las cosas por ti sola, eres mayor que yo —habló entre dientes—. ¿Por qué tengo que servir de mensajera si ni siquiera nos queremos ver a la cara?
Cruzó los brazos, impaciente por reunirse con Ubuyashiki Kagaya y que le encarguen otra misión larga para no rencontrarse con alguna persona que no sea de su agrado. No era fanática de estar con los demás por mucho tiempo, aunque pocos cazadores lograron que trabajara en equipo. Otras veces, lo tenía que hacer por obligación... como en la última misión.
Oyó la puerta abrirse, alzó la cabeza. De la habitación, salió Kochō Shinobu. No podía descifrar cómo le fue en su reunión: la sonrisa de la Pilar del Insecto era una máscara que cubría sus sentimientos para los demás. Supuso que Kanao sacó esa parte misteriosa de ella.
—Señorita Shinobu. —Se levantó del asiento e inclinó su cabeza.
—Neyuki —pronunció su nombre con tranquilidad—, ha pasado unos meses desde que te he visto... parece que te fortaleciste. ¿Acaso quieres robarle el puesto de Pilar a tu hermana?
—Dejé mis intenciones en claro hace mucho. —Una gran sonrisa salió de sus labios—. Hablando de usted... ¿cómo se encuentra?
—Como siempre: de maravilla. —Le hizo una señal a Kanao para que se acercara—. Vaya, vaya, nunca pierdes la costumbre de preguntar sobre mí. Creo que Sanemi y tú se pusieron de acuerdo en eso.
—Mejillas pálidas. —Escuchó un «¿Uh?» por parte de la Pilar—. Me refiero a que sus pómulos están más pálidos que de costumbre... no creo que goce de tan buena salud como lo presume.
—No salgo de la Finca Mariposa desde hace cuatro meses, por lo que debo tomar un poco de sol...
—Shusetsu Neyuki, el patrón solicita su presencia en su oficina —dijo Ubuyashiki Kiriya, la «niña» de cabello negro.
La cazadora soltó un suspiro: cuando la conversación estaba tornándose interesante, tenían que llamarla. De todos modos, pensó que podría hablarle luego a Shinobu; aún tenía asuntos que aclarar con ella. No permitiría que eso saliera impune, sin siquiera tener una explicación a sus acciones.
Dio media vuelta y entró a la sala de reuniones. Las gemelas la acompañaron hasta llegar a la mitad de la habitación. Dentro, se encontraban Kagaya y su esposa, Amane. El patrón, al oír sus pasos, sonrió amablemente.
—Un gusto tenerte por aquí de nuevo, Neyuki —dijo él—; me informaron que querías hablarme acerca de tu última misión. Siento mucho la espera, hubo un problema en la Finca Mariposa que tuve que atender primero.
—No tiene de qué disculparse. Yo debería hacerlo, usted es una persona muy ocupada. —Se sentó en el suelo, al frente del patrón—. Sin embargo, considero que la recolección de información de estos años es necesario que la escuche usted mismo, no de personas externas.
—Bien, así será. Amane —llamó a su esposa de forma cálida—, sírvele un poco de té a nuestra invitada.
—Lo traeré enseguida. —Salió de la habitación.
—Siempre es un honor servir a alguien de la familia Shusetsu, así como ustedes nos han servido por muchos siglos.
Neyuki asintió, un poco orgullosa de portar dicho apellido. Muy pocas familias permanecieron al lado de los Ubuyashiki tanto tiempo como ellos y los Rengoku. La tarea de cazadores era complicada, sacrificada. No cualquiera podía soportarla, por lo que el número estaba en constante una constante caída.
Amane volvió con una bandeja. Caminaba cuidadosamente para que las bebidas no se rebalsaran. Al igual que ellos, se agachó para poder colocarlas en la mesa. A Neyuki le entregó té verde, acompañado de unos pequeños cubos de hielo; a Kagaya le dio de beber un sorbo de la infusión.
—Puedes empezar a contarlo todo.
—Se me encargó la misión de recolectar información acerca del paradero de algunos demonios —recapituló mientras tomaba un poco de su té—; sin embargo, tuve la oportunidad de descubrir la ubicación exacta de una ex- Luna Inferior. La tercera, para ser más concretos.
—¿Sabes la razón por la que dejó de ser parte de las Lunas Demoniacas de Kibutsuji?
—Para ser un demonio de baja jerarquía, es peligroso. —Frunció ligeramente su semblante—. Existe la posibilidad de que él mismo haya decidido renunciar... Expandió su área de víctimas, llegando a dos pueblos más. No estoy segura de cómo lo hace, pero lo descubriré pronto.
—Vaya, parece ser que los demonios se vuelven más poderosos cada vez. —Hizo una breve pausa—. Me enteré de la muerte de algunos cazadores que te acompañaron, debió ser difícil.
—Bajaron la guardia, les advertí que tenía que esperar. —Suspiró—. No se pudo hacer nada, por lo que toca vengar sus muertes, ¿no?
Quería que le dieran la misión de acabar con la ex-Luna Demoniaca para poder demostrar lo que valía. Tenía el presentimiento de que Kagaya se quedó con una mala impresión después de haber exigido que la manden por muchos años alejada de su familia. Debía limpiar su nombre a cualquier costa, tomando las misiones con mayor dificultad para volver a postular como Pilar.
—Si quiere... puede enviarme a la misión sola —Neyuki se ofreció—: tengo noción del funcionamiento de su Técnica de Sangre, así que estaré a salvo. Es un demonio con el que no te puedes confiar, con el que debes tener una mente fría.
El patrón le hizo una señal para que guardara silencio, necesitaba unos segundos para pensar en la propuesta que le hizo. Sabía que podía exponerse al peligro innecesario, pero no le importaba nada. Esos tres años le sirvieron para pensar sus acciones del pasado, para darse cuenta de que solo debía tener una cosa en mente: honrar el apellido Shusetsu.
—Aprecio tu fuerte determinación —halagó el patrón—, pero no creo que ir sola te ponga en ventaja contra una ex-Luna Demoniaca.
—Los cazadores convencionales tampoco servirán. —Se cruzó de brazos—. Y, por lo que oí antes de llegar aquí, los Pilares están ocupados en otras misiones.
Kagaya iba a hablar, pero un cuervo lo interrumpió. Amane recibió al alado animal para que le informara de algo. La cazadora solo observaba como a la mujer se le formaba una ligera sonrisa con cada cosa que le decía el cuervo. Buenas noticias, tal vez, pudieron derrotar a algún demonio de alto rango.
—No teníamos ningún Pilar que pudiera acompañarte —habló la esposa del patrón mientras volvía a su lugar—, pero me acaban de informar que uno está a pocos minutos de regresar; su misión terminó más rápido de lo esperado.
—Vaya suerte, Amane.
—¿Quién es el Pilar que me acompañará? —Trató de mantenerse tranquila ante lo dicho, aunque por dentro repetía: «que no sea Miyuki, que no sea Miyuki».
Tocó la pulsera que portaba en su muñeca izquierda y respiró profundo. «No será ella, dudo que quiera acompañarme. Además, está ocupada con los asuntos de la familia y sus misiones lejos de la mansión Ubuyashiki».
—¿Saben quién será mi compañero? —inquirió, algo impaciente por descubrirlo.
El patrón le pidió a Amane que le dijera el nombre del Pilar. La mujer se acercó a él y le susurró. La sonrisa de Kagaya se desvaneció un poco. Todo esto le estaba generando mucho estrés a Neyuki, ¿por qué no le decían directamente a ella? Apretó aún más su pulsera.
—No tenemos otra opción. —Amane agachó la cabeza—. Confío en que ambos puedan hacer un gran trabajo en equipo.
—¿De quién hablan? —Tragó saliva—. No es el señor Sanemi, ¿cierto?
—Tendrás que separar los asuntos familiares para esta misión —musitó Kagaya—, porque irás con Rengoku Kyōjurō, el Pilar de la Llama.
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