ᝰVigésimo segundo acto
Las manos de Taehyung se vuelven mansas al sostener al azabache de la cintura, no daban ninguna señal o sensación de poder. Eran solo suave calidez alrededor de Jungkook mientras este se apoyaba del peso del contrario como si la vida le fuera en ello.
Y como en el trance de un sueño, despertó. Fue consciente del sudor a lo largo de su espalda y del líquido pegajoso bajando desde su abdomen debido a la posición de su pene en el momento de eyacular.
Quería llorar.
Bueno, lo estaba haciendo, principalmente cuando su Tata le preguntó si estaba bien.
«No, no estoy bien»
—Bebé, no llores, ¿fue demasiado intenso?
La mano del mayor tanteó hasta pulsar el interruptor y así encender la luz. Los ojos mieles buscaron marcas en el cuello y pudo respirar aliviado al comprobar que no se había pasado, puesto que no habían moretones.
Pero...
—No vuelvas a hacer eso.
...pero
—Jungkookie... No te enojes, solo era...
No habían moretones pero habían lágrimas, lágrimas, sudor y miedo. Había desconfianza, había confusión y, finalmente, falta de contacto.
—No dejaré que me toques de nuevo si vuelves a intentarlo, n–no me gustó—. Dijo el bailarín con la garganta prácticamente cerrada mientras se agachaba a recoger el pantalón y colocarlo en su lugar, ignorando a duras penas el semen.
—No digas que no te gustó... Tuviste un orgasmo.
—¿¡Y!? ¡El orgasmo no lo es todo! —ah... ¿Esos movimientos eran del azabache intentando escapar?—. No importa si parece que me gusta, no lo quiero y punto así que... Así que continúa como siempre.
—Lo preguntaste, ¿no?
Jeon deja de acomodar su pelo, el cual no estaba más desordenado que antes de haber entrado a la habitació para mirar interrogante al mayor que exige su atención.
—Cuando estamos juntos yo en serio... En serio me aguanto para hacerte sentir cómodo, sentir bien, en tus estándares y–y límites que tú mismo te pones —nos pones— para sentir que tienes el control pero eso —para de hablar y culmina diciendo—. Pero eso no me deja... Tengo un límite también, y te quiero por completo, no en pedacitos, ya te lo dije.
—Y yo ya te dije que no me pidas nada —el rubio retrocede un paso por el empuje del pelinegro sobre sus hombros, pelinegro que ¡ya no soporta estar entre la puta puerta y Taehyung!—. ¿Me pediste vivir contigo para sentir que dependo al menos un poco de ti? Bien, te lo concedí porque a veces también debo ceder ¿Cierto? ¿Para que esto funcione? Perfecto, pues vivo contigo. Estás como un maldito cachorro parlante pendiente a mí siempre que puedes ¡No me dejas putas respirar! ¡Entiende que necesito de mi espacio! ¡Que no soy la única jodida persona en este mundo y que tú no eres el ombligo del mío! Ahora también —el azabache lame sus labios y se detiene a tomar aire, aunque no por mucho tiempo pues continúa— quieres esto ¡Me niego a ser una persona sumisa! ¡No quiero! ¿Entiendes? ¿Es excitante? ¡No me importa porque no quiero sentirme en tus jodidas manos, no quiero sentir ese miedo del que hablas! ¡ASÍ QUE PARA DE PEDIR COSAS DE UNA PUTA VEZ O SIMPLEMENTE VETE!
No era rabia, se podía notar, Taehyung lo podía notar.
Por las lágrimas en el rostro de Jungkook, por el temblor en sus piernas que acabaron en dejarlo caer al suelo, en este momento en el centro de la habitación.
Lloraba bastante, seguro dolía.
Porque no lo entendía.
Y Tae, sabiendo esto, se puso de rodillas a la altura de Kook, cuidando de no romper el delicado vestido y con una pequeña sonrisa tranquilizadora comenzó a peinar sus hebras muy delicadamente. Con cariño, en silencio, organizó el cabello azabache que ahora sí estaba despeinado.
Incluso cantó un poco, desestabilizó más a Jungkook en el proceso, claro está, pero al menos logró que la respiración de este se normalizara.
Solo después, sin tener ningún intercambio de contacto además de la punta de sus dedos sobre el cabello del pequeño bailarín, se dispuso a hablar con suavidad.
—Lo siento Jungkookie, lo haré mejor, ¿vale? Lo haremos mejor —depositó un beso en la frente del chico con alas de ángel que no sabía usar—. Al lado de la habitación hay un baño, tómate tu tiempo y cuando estés listo sal a buscarme, te espero en el auto
Y se fue.
Hay tantas cosas mal.
Son tan diferentes, son personas con necesidades tan distintas.
«Aún no está listo» Concluyó Taehyung en sus pensamientos.
Y los de Kook eran demasiado difusos como para formar una frase coherente con ellos.
¿Qué tiene Jungkook para que Tae lo busque con tanta fuerza?
¿Qué tiene Taehyung que hace a Kook cuestionarse todo y cuestionarlo todo?
No están siendo justos, según lo ven.
Taehyung se detiene porque piensa que no es justo queriendo tomar algo que Jungkook no quiere entregarle.
Y por otra parte Jungkook retrocede porque siente que no es justo negando a Taehyung ser quien es y culpándolo por algo que simplemente se trataba de sus propias restricciones.
«Si no pidiera más...»
«Si solo tuviera el valor de dar más...»
No estaban llegando a ninguna parte.
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