ᝰDuodécimo Acto
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❝Etiam capillus unus habet umbram❞
Traducción: Incluso un solo pelo tiene su sombra.
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El ritmo de todo fue tan vertiginoso como Taehyung esperaba.
No.
Mucho más.
Salió del ojo de huracán y fue contra la corriente de lleno.
Lo atrapó.
Lo destrozó.
—Ya... Está bien Tae, tranquilo, todo estará bien, no es culpa tuya.
El evento sucedido aproximadamente dos meses atrás despertó movimientos anti-sexistas, la bandera LGTB+ y sus consignas tomaron el plano principal en conjunto al feminismo.
La sociedad actual, era un lío.
Y el cabecilla de eso era Kim Taehyung mejor conocido como Vante.
Un sesenta porciento de los peces gordos estaba buscando atrapar su cabeza y los medios de comunicación estaban en su contra.
Noticieros y flujos investigativos principalmente.
... Se ha tomado registro de un nuevo desaparecido. Su nombre es Kim Namjoon, profesor de la Escuela Primaria Hagdong, apenas con veinticuatro años se ha dado a la fuga de su hogar. Según testimonios de los parientes, todo lo que querían era un hijo normal, que tomase el control de la familia como debía ser, además de lo financiero.
Este no es más que otro caso joven inspirado por las masas de civiles "reprimidos" lo que nos hace preguntarnos al ver las tasas de suicidios, asesinatos domiciliarios y desaparecidos; si el señor Vante se siente satisfecho con los resultados ¿Cuántas familias rotas deben registrarse para que esto se detenga y la sociedad regrese a su flujo natural?
Continuamos la emisión con otras noticias...
—...Tae.
Era ya la quinta vez que lo llamaba, pero el mayor continuaba con las lágrimas derramándose sin parar, demasiado pesadas como para concentrarse en algo más o atender al llamado. Demasiado saladas en el paladar y amargas desde otro extremo de su degustación como para atender a las caricias, a los toques insistentes, a los ojos que desesperados buscan los suyos.
Al final se deja caer de lado en el sofá impulsado por Jungkook, quien lo espera para abrazarlo como se debe en lugar de la incómoda posición anterior. Pasa las manos por toda la espalda cubierta por seda de Taehyung y continúa dando besos en las mejillas y frente, incluso secando con sus labios las húmedas pestañas.
—Amor, habla conmigo, por favor.
Parpadea lentamente enfocando al preocupado azabache muy cercano a su rostro, tanto que debe apartarse un poco para verlo de mejor forma. Los grandes ojos contrarios lo reflejan en suma perfección, ve en ellos su miedo, mas se concentra mejor en la ansiedad nacida de Jungkookie.
Así que simplemente murmuró lo mismo de siempre.
—Yo no quería esto...
—Lo sé cariño, y ellos tampoco, ¿sabes? Ellos no querían ser rechazados por su familia o entorno, no querían ser enemigos de la gente que debía amarlos —por la posición de sus brazos, acaricia con sus dedos de la mano derecha la parte trasera de la cabeza de Tae, mientras que con la otra lo apega más a sí—. Ellos están buscando su libertad inspirados por ti, Taehyungie.
—Estoy rompiendo familias por puro egoísmo, al final todo empezó porque yo simplemente quería ponerme vestido en lugar de smoquin. Ahora por eso chicos apenas están suicidándose, siendo abusados por sus familias, escapando de sus casas–
—Lo siento pero ¿realmente crees que todo eso sucede apenas ahora? —Taehyung calla fijándose con mayor concentración en Jungkook—. No los controlas, ellos están conscientes de que no tienes la más mínima idea de lo que es estar en su lugar. Sin escapatoria de sus casas, a menos claro que se animen de una vez a tomar al toro por los cuernos y afrontar en lugar de aceptar su realidad. Eso es lo que hacen. Su valentía, su valor, su orgullo como seres humanos y rebeldía; no desprecies eso o me molestaré mucho, Taehyung.
—Pero incluso así... ¿Tiene que ser tan difícil?
—Tiene que.
No quiere que mueran, que sufran, son literalmente niños. Con todo un mundo que ver...
Y que si no se arrancan la venda con todo y las manos que las ponen, no podrán ver jamás.
Justo en ese momento el timbre de la casa de Taehyung resuena en la sala de estar exaltándolos a ambos. Se miran con duda en los ojos pero acaban poniéndose ambos de pie y encaminándose a la puerta principal. Jungkook por su parte cerrándose bien el albornoz.
Al abrir la puerta Tae casi de desmaya de la impresión al reconocer a una de las dos extrañas figuras paradas en su puerta.
—Kim... Namjoon.
Todas las luces externas de la casa están apagadas, no se ve más que los arbustos en la cara interior del muro que separa el refugio de Tae con el mundo exterior.
Claro, el par había logrado entrar ¿Cómo?
En respuesta a su pregunta no hecha, Namjoon alza una llave.
—Me comuniqué con su agente, ella me dijo cómo encontrarlo.
Del lado del más alto de los cuatro, había un chico... No, más bien un sujeto bajito y con aspecto de niño pequeño; encogido en la tela de su bufanda, abrigos y unos enormes audífonos en su cabeza.
Taehyung quitó sus ojos del más pequeño para concentrarse en el que lo miraba con ojos decaídos, su expresión tensa y ligero temblor de hombros le hicieron hacerse a un lado, tomando en el proceso a Jungkookie de la mano.
—Por favor, pasen.
Los miró con los nervios siendo ácido en su estómago, Namjoon llevaba de la mano al pelinegro que no retenía sus ojos de absorber toda la información que no recibía por parte del sentido de la audición. Taehyung no tardó en percatarse de la música ensordecedora bloqueando al hombrecito de sonidos exteriores, entre estos, sus voces.
Los invitó sentarse uno junto al otro en el sofá y arrastró a Jungkook a sentarse en el brazo de su butaca, reticente a dejar ir los dedos entrelazados de este.
Namjoon no dejaba de mirarlo, apenas se tomaba unos momentos para atender al pálido a su lado, masajeaba sus manos enguantadas para proveerles calor y con una sonrisa sutil se aseguraba que estuviese bien por medio de gestos. Tae subió la mirada a Kook sentado a su lado y notó los ojos de este atrapados en los del acompañante del desaparecido de las noticias.
—Disculpe por aparecer a estas horas y de forma tan inapropiada, señor Vante. Pero comprenda que necesito hacer de esto algo privado... Totalmente privado, arriesgo mucho viniendo hasta aquí.
Tae inhala ligeramente por la nariz y frunce el entrecejo estudiando detenidamente al hombre alto, de aproximadamente cinco años menor; fornido y de voz gruesa, lenguaje sofisticado y aspecto entre intelectual y masculino.
Acaba dejando ir la mano de Jungkook para entrelazar sus dedos debajo de la barbilla, inclinándose hacia adelante.
—¿Puedo preguntar por qué está aquí?
»¿Por qué se fue de su casa?« Demasiadas preguntas, tantos nervios que Jeon desde su costado le vio ocultar en la tensa posición.
La respuesta de Namjoon fue confusa, toda su firmeza anterior fue superada por los repentinos tartamudeos y frases sin terminar. Al parecer, las distintas versiones de un discurso para la ocasión acabaron mezclándose en su cabeza y su lengua no se decidía por las palabras indicadas para formar una frase coherente. Y eso más la mirada de absoluta confusión por parte de Taehyung lo estaban haciendo sudar y bien.
Para alivio de todos los presentes, el acompañante del más alto lo tomó de la mano haciendo que lo viera, algo dentro de Jungkook tembló al ver la sonrisita cariñosa por parte del pálido; este giró el rostro en dirección a Namjoon e inclinó la cabeza con una sonrisa ladeada y expresión enternecida. Como si supiera del lío que es su menor y la frustración que ahonda en sus facciones. Así Nam se calló y miró con toda la atención del mundo al de audífonos, como si hablase en lugar de solo sonreír.
Jungkook buscó en los ojos rasgados la frase que Namjoon parecía descifrar, frase que le hizo relajar los hombros y sonreír.
»Es el mismo que antes«
Taehyung solo podía pensar que una persona así no dejaría una familia atrás, fuere como fuere.
Él quiere entender.
»Yo quiero saber«
Y los ojos pardos se posaron en los mieles, enfrentándolo con elegante firmeza.
—Vengo a pedirle ayuda. Escapé de mi familia y como pudo notar, según testimonios fue bajo su nombre —a Taehyung no le estaba gustando para nada cómo sonaba eso, y lo demostró enarcando una ceja y enderezándose en posición de defensa—. Por favor, no me malentienda, no vengo a manipularlo o ponerle en mala situación; estoy de su parte, estamos —agrega levantando las manos en señal de paz.
—¿Por qué suena como si todo estuviese planeado?
—Porque lo está —Namjoon toma aire suavemente y apoya sus manos en sus rodillas—. Mi familia no es abusiva, no me marché de casa por eso.
—Pero ellos dijeron que-
—De ser real ¿Por qué lo dirían? —pregunta interrumpiendo a Vante—. Eso no es nada más que asegurar que practican violencia domiciliaria, es cavar su propia tumba.
—¿Entonces?
Namjoon, al ver los ojos de Jungkook fijos en Yoongi, coloca su mano protectoramente sobre su muslo. No obstante, el azabache de menor edad no quitó la mirada del chico que ya lo había notado y lejos de asustarse le sonrió, para sorpresa de Nam.
Regresó dudoso la mirada a Tae.
—Tenía que desaparecer en compañía a él, Min Yoongi. D-debía alejarlo de ahí, alejarnos. Por la situación consideré conveniente hablarlo con mi familia y que de esa forma ayudásemos a su causa.
—¿Cómo supone usted que me ayuda en algo así? Me están culpando por algo de lo que no-
—Señor Vante —los ojos algo alterados de Taehyung se detienen en Namjoon y su voz, su mirada firme al decir—, tenemos el poder. Las familias están asustadas y comienzan a callar, nos estamos uniendo y saliendo de debajo de las rocas. Estamos preparados.
—Pero ¿Preparados para...?
—Para ser escuchados de verdad.
Una vez Namjoon dice eso Jungkook se pone de pie y camina en su dirección solo para detenerse delante de Yoongi. El chico que continúa haciendo taps con el pie marcando el ritmo de la pieza que escucha, levanta la mirada llamado por la mano tendida en su dirección.
Namjoon se alarma, Taehyung se extraña. Jungkook sonríe y lo hace con voluntad, queriendo ser entendido a través de esa sonrisa por Yoongi, justo como él entiende a Namjoon.
El chico de ojos negros queda mirándolo unos momentos hasta que reconoce la palabra silenciosa que formula Jungkook con nada más que el movimiento de sus labios.
»Hyung«
Entonces Yoongi tomó la mano y se puso de pie, a punto de ser detenido por Namjoon, a quien Tae no tarda en parar.
—Él sabe lo que hace. No sé qué es lo que "sabe", pero confíe en él. Estoy seguro de que va a sorprendernos, nosotros tenemos otros asuntos que hablar.
No muy convencido regresa a acomodarse en el sofá y ambos Kim quedan conversando.
ᝰ◌᮫۪۪۪۪᳝۟🌸◌᮫۪۪۪۪᳝۟⑅៹
Quedaron por completo a oscuras, Jungkook lo llevó de la mano hasta la última habitación en la casa, el sitio predilecto de Taehyung para pintar. El menor estuvo todo el tiempo pendiente del contrario, de su respiración, del agarre en su mano. Y lo que recibió le satisfajo por completo: Correspondida confianza y curiosidad.
Jungkook lo impulsó para que se parase a su lado y así poder soltarle la mano sin problemas, desplazó las cortinas y empujó con fuerza los ventanales. Otro punto de encuentro de la casa de Tae con el mundo exterior. Le tendió la palma abierta a Yoongi y esperó con una sonrisa que este la tomase, una vez lo hizo le ayudó a subirse al balcón, con un solo peldaño alto que cruzar.
Sentados en el suelo, mirando la unión de las flores blancas en la copa de los árboles y las estrellas, estuvieron en silencio largo rato.
No obstante, Jungkook tenía una idea al traerlo. Lo pinchó con el dedo llamando su atención y con un gesto de su dedo índice prometió permanecer callado. Le indicó que se quitase los audífonos, para sorpresa de Yoongi. Dudoso y más tembloroso de lo que le gustaría, dejó los audífonos inhalámbricos sobre su abdomen, alejándolos conforme se aseguró del silencio casi completo.
Justo ahí, pudo sentir la magia. Uno con la vista, escuchó el roce de hojas, los animales nocturnos haciendo lo suyo en el gran patio y el descanso a su audición. Yoongi se dejó caer hacia atrás, tendido por completo en el suelo junto a Jungkook, quien vio una sonrisita brotar de sus rasgos al mirar al cielo.
Pudo verlo, el menor pudo ver la cadena de Yoongi, su peso al cargar la música clásica e instrumentales a todo volumen.
Por razones que desconoce el de ojos negros comenzó a llorar en silencio y con toda la comodidad del mundo se quedó dormido.
ᝰ◌᮫۪۪۪۪᳝۟🌸◌᮫۪۪۪۪᳝۟⑅៹
No se estaban entendiendo y la razón era simple: No confiaban el uno en el otro.
Para llevar una revolución, debía haber empatía.
Si solo... Hablaban.
Pero de verdad, no la retalía de formalidades y mierdas con la que se estaban expresando.
Debía hablar Taehyung.
No Vante.
Namjoon debía hacerse entender, no actuar como un animal en posición defensiva.
Pero nada, acabaron conteniendo los gritos y suspirando rendidos.
Namjoon se puso de pie a la par de Taehyung.
—Acompáñeme a buscar a Yoongi, por favor, considero que ya es hora de retirarnos.
Tae suspiró una vez más y con un asentimiento le invitó a pasar buscando a Jungkook por los pasillos y habitaciones. Hasta extrañado llegar a la última, de puerta blanca como las demás. Silencioso se hizo paso a la habitación y efectivamente los vio a ambos en el balcón, Yoongi hecho bolita con la boca entreabierta y Jungkook con los ojos cerrados escuchando la música brotar por los audífonos.
Sintió la presencia de Namjoon a su lado, la expresión de este cambiando de forma radical.
Finalmente en un susurro el menor de ambos susurró.
—¿Por qué haces esto?
Y Taehyung, al igual que él, miró la espalda de su ángel. Miró los delgados y tonificados brazos apoyados tras suyo, las hebras de cabello contoneándose en un halo a su alrededor por el viento. La luz de la luna volvió no solo su piel, también la de Yoongi incluso más frágil de lo que es.
Pensó en la pregunta que tanto se ha hecho desde la primera respuesta a sus intentos de expresarse libre.
—Quiero verle libre. Verlo siendo él en su máximo esplendor, sin miedo, sin límites —pensó en sus dedos encerrados con desesperación alrededor de su cuerpo—. No quiero vivir sin amar... Y no puedo amarlo engañándome a mí mismo diciendo que es feliz así.
—¿Lo haces... Por él?
—Lo hago por él... Loco ¿No?
No se gira a ver a Namjoon y por lo tanto no vislumbra la tristeza y rabia acumulada en el cristal de sus ojos. Los mismos recorriendo las muñecas envueltas en vendas de Yoongi, sus suspiritos de gusto al estar desprovisto de todo bloqueo de paz.
—Yoongi es lo que podría llamar mi pareja de vida... Y lo violaron —Taehyung le brinda privacidad y se abstiene a mirarlo, algo que Namjoon agradece—. Fueron tres, solo consumió el acto uno pero... Desde ese momento, dos semanas apenas, Yoongi no soporta escuchar voces, la suya principalmente. Porque todo lo lleva al mismo lugar, no veía nada, solo podía sentir... Escuchar. Quiero que sea libre.
—¿Por eso escaparon?
—Por él... Y por mí. Era eso o asesinarlos a todos.
En ese momento sí lo miró, no con miedo, sino con respeto.
—¿Puedo... Esperar a que despierte? No quiero interrumpirlo, hace mucho que no...
—Creo que ahora sí podemos hablar.
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Liberty
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