ᝰDécimo noveno acto
Estaba orgulloso, debía admitir.
El pecho se le inflaba y Jungkookie a su lado no dejaba de comentar que parecía un pavo real exhibiéndose todo. Pero no le importaba, paseaba por los pasillos del teatro Liberty de manos de su pequeño ángel, este no dejaba de saludar con naturalidad a todo conocido que se le cruzaba, y a Tae le encantaba.
A Kookie también le gustaba, pero no por las mismas razones. El brillo en los ojos mieles de Taehyungie opacaba la luz solar que con perfección iluminaba las estancias que conformaban el teatro, cada vez que alguien le deseaba buenos días al azabache, el rubio a su lado lo miraba y su boquita se ponía tensa, diciéndole sin hablar: —Preséntame Jungkookie~
Y quién era el bailarín para negarse.
—Nunca, en serio, nunca se me había hecho tan largo el camino al salón de prácticas.
A su lado Kim sonrió con toda su inocencia y se encogió de hombros como si con él no fuera. Ya para cuando llegaron Namjoon esperaba frente a la puerta del salón, apoyado de brazos cruzados en la pared.
—Oh, buenos días.
—Buenos días, ¿ya Yoongi Hyung y Jimin están dentro?
El mayor respondió con un asentimiento y contuvo la sonrisa conforme la asquerosamente tierna escena se desarrollaba frente a sí.
—Pero déjame al menos entrar a saludar a...
—No, Tae, o no saldrías nunca.
—Pero-
—Tata —y así lo calló y aprovechó la mirada atontada de Taehyung al ser llamado por ese apodo para ponerse de puntillas y dejar un corto y suave beso en sus labios—, no tienen que quedarse aquí —deja ir la mano del mayor y le da una última mirada a Namjoon—, pueden dar vueltas por el establecimiento; mientras digan mi nombre todo estará bien, aunque dudo que alguien interrumpa tu paseo, Tae. Entonces...
Asintió y abrió la puerta para adentrarse al salón, hasta que esta no se cerró en sus narices Taehyung no parpadeó y volvió en sí.
—Uish...
Suspiró como el cachorrito abandonado que en su mente era y con un puchero se dispuso a caminar para alejarse de la sala.
—Oye, no camines como si te fuera a seguir, me quedo aquí.
El rubio enarca la ceja y se gira viendo al más alto en la misma posición con la que se presentó.
—¿Ahí parado? Pero si estarán adentro toda la tarde, aquí hay una cafetería hermosa y...
—No vine aquí a perder el tiempo —regresa la mirada a la puerta—, estoy por mi Hyung, aquí esperaré a que...
—Precisamente por no perder el tiempo es que debemos ir a otro lugar menos encerrado como mínimo. Venga, tengo cosas importantes que hablar contigo, es sobre los agresores de Yoongi.
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A estas alturas, el ensayo no podía tener un ritmo constante. Se detenía, retrocedían, avanzaban un paso y regresaban cuatro.
Su música, la coreografía, la energía.
Todo lo sentían mal.
Jeon se agarró jadeante a la barra de apoyo junto al espejo, buscó en su reflejo la vibra de los movimientos de su cuerpo, el fuego en sus ojos.
Pero solo encontró un hambre frustrada y energía mal canalizada.
—No entiendo qué está mal.
Jimin tirado en el centro del salón miraba al techo buscando respuestas, mas guardó silencio.
Son como patos torpes siguiendo un ritmo desordenado.
Yoongi se puso de pie por primera vez desde que llegó y desde su posición le indicó a Jungkook silencio, este aguardó limitándose a observar.
Min se detuvo junto al dispositivo de sonido y tras colocar sus audífonos sobre su cuello presionó el botón de reinicio.
Era bueno verlo, curioso. Su entrecejo se arrugaba y su cabeza se debatía entre asentimientos, negaciones, movimientos ondulatorios. Para la mitad de la pista, ya este tenía escrito en su agenda para que los otros dos presentes leyesen con claridad: —Menuda mierda de música, dan vergüenza.
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—¡Jungkookie! —. El serio y contenido Vante corrió todo el largo de la cafetería con nada de clase y sus brazos acapararon frente a todos el cuerpo del pequeño bailarín.
El azabache menor se limitó a suspirar con una sonrisa y ojos cerrados mientras el cachorro interior de Taehyung lo impulsaba a mover la peluda colita castaña de un lado a otro por el regreso de su amo.
—Ya, ya...
—Terminaron antes de lo que pensaba—. Comenta Namjoon rodeando la cintura de Yoongi y limitándose a sonreírle como saludo.
—Fue un ensayo frustrado, pero ya entendimos el problema y Yoongi Hyung lo resolverá—. Explica a medias Jimin, quien le sonríe a Jungkook una vez este agarra sutilmente su mano.
—¿Yoongi? ¿Cómo?
—Yo ya tengo una idea —dice Namjoon y le entrecierra los ojos a Yoongi quien le dedica una de sus especiales sonrisas—, mi Hyung les compondrá la pista de audio.
—¡Exacto!
—Oh... No sabía que componía.
—Yo también lo hago—. Namjoon acaricia la superficie del cabello azabache de su mayor.
—Sí que somos un grupo de amigos talentoso.
Jungkook mira en dirección a Jimin cuando este tira de su mano y le sonríe de esa forma en que le hace tragar con fuerza porque sabe... Se huele que este soltará uno de sus comentarios.
—Quien lo diría Jungkookie~ tienes tantos amigos e incluso un novio —le suelta la mano para palparse la comisura de los ojos como si sostuviese un pañuelo—, estoy tan orgulloso, nunca pensé que llegarías así de lejos mi pequeño antisocial.
—Pues... Todos somos así, en realidad —Namjoon se encoje de hombros y comienza a caminar rodeando la cintura de Yoongi, provocando así que todos se direccionen a la salida del teatro—, Yoongi Hyung y yo nunca hemos sido personas muy... Comunicativas. Solemos vivir en nuestro propio mundo y así ha sido siempre, este es el único grupo al que se puede considerar que hayamos pertenecido y aún así —sonríe arrugando un extremo de su boca— no es como si eso se lo debiéramos a nuestras habilidades sociales.
Taehyung también sonríe con los dedos de su mano derecha entrelazados con la izquierda de su ángel.
—Mis habilidades sociales son perfectas.
—Claro, lo dice el que me confundió con un pandillero la primera vez que me vio.
—¡Oye, eso no puede ser considerado como mi culpa! Y ni siquiera viene al caso...
—Eres un asco haciendo amigos, Taehyungie, de no ser por Sucrush no sé qué sería de tu vida social—. Le dice Jungkookie con una sonrisa.
—¿Y tú por qué te metes conmigo si solo tienes a ese rubio con aspecto de pandillero como amigo?
—¡Hey! Soy una masa de ternura explosiva, no me llames así, tonto Tae.
Taehyung deja caer la mandíbula.
—¿Cómo me has llamado?
Jimin se encoje de hombros y se abstiene a sonreír.
—Increíble—. Murmura el rubio oscuro haciendo a Jungkook reír.
—Solo falta Jin Hyung, pero él es sin duda otro antisocial, demasiado egocéntrico para hacer amigos —después de la broma se gira ligeramente a Jimin—, ¿está ocupado también hoy?
El interrogado asiente metiendo más la barbilla en la bufanda, gesto que enciende ciertas sirenas en Jungkook.
—No lo he podido ver estos días, cada vez está más metido en su nuevo papel como heredero de las tiendas —suspira con una sonrisita—, Jinnie lo da todo en lo que sea que haga, lo sabes.
—Ya...
—Hablamos todos los días un poco en las noches, todo está bien Jungkookie, a la próxima lo arrastramos así sea por las orejas.
Tae mira desde su posición al azabache cuyo agarre en su mano tiembla, lo deja ir.
Sonríe.
—Nos deberíamos ir ya.
—Sí, Yoongi Hyung y yo debemos hacer las compras antes de la hora pico, además.
Jungkook le da un abrazo a su Hyung bolita de nieve cálida y se despide con un asentimiento de Namjoon; a su Hyung bolita de arroz lo abraza con fuerza y susurra—: Hablamos después, ¿vale?
—Nah —contesta este en cambio—, suficiente Jungkook por hoy.
—Ugh, pesado, y yo intentando...
Jimin le da un empujoncito y con una sacudida de su mano se despide diciendo—: Nos vemos en el próximo ensayo, bye bye fenómenos.
Tanto Taehyung como Namjoon recogen a sus respectivas parejas y se marchan cada uno por su camino.
Para ir a casa.
Jimin tal vez y solo tal vez, se fue antes para evitar presenciar la escena.
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Liberty
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