Tiempo Muerto II

Su reflejo parecía estarle jugando una broma, como si el yo de su pasado al que intentaba olvidar se asomase en el cristal frente a sus ojos. Las orbes apagadas como miel a oscuras lo juzgaban, cansadas. No había una pizca de su ser que le animara a esforzarse más, ni un cabello que gritase «¡Vamos! Ánimo... Solo un poco más...»

Y ahí estaba otra vez, con la gominola peinando sus hebras a la derecha, recogidas en un moño a un lado de su cuello dejándose caer por uno de sus hombros hasta acabar en el mismo, sin largo para más. El maquillaje cubría las marcas rojas de su mandíbula, lo que aprendió hacer con la pintura permanente en su persona incluso tras años de desuso. Nuevamente usaba la ropa que tanto le gustaba, en esta ocasión no para darse fuerzas, sino para fingir que las tiene. Para fingir que está bien.

Pero Taehyung no estaba bien, era más consciente de eso que cualquier otra persona. ¿Nadie se preguntaba por qué no hacía algo para cambiarlo? ¿A nadie se le ocurría que Taehyung no quería esforzarse en estar bien?

Está y punto.

«¿Y qué si siento vergüenza de mi estado? No quiero cambiarlo, no me importa mostrarlo» pensaba aferrándose a la encimera con las manos. «¿Por qué debo fingir que estoy bien? ¿Por qué? ¿Estoy obligado a estar bien? Además, ¿qué hace aquí Jungkook después de tantos años? Yo no lo llamé... No lo llamé, ¿cierto?»

Con un frío pánico cayendo sobre sí como cascada el pecho se le oprimió y el aire dejó de llenar sus pulmones por unos segundos.

«Yo no llamé a Jungkook, no le pedí que viniera... Por Dios no, yo no rogué, no hice eso» alzó los ojos cristalizados de regreso al espejo y sus hombros sacudidos por los estremecimientos le llamaron a intentar calmarse. «No... Si él viene es porque quiere. Estás bien, todo está bien... No hiciste nada» Cerró los ojos más calmado y el encendedor negro captó su atención a centímetros de su mano. «No tienes que hacer nada» La sonrisa se torció hacia arriba y sin cuidado desabotonó la camisa dejándola como trapo en el suelo tras sus pies. El cigarrillo en sus labios y el fantasma de autocontrol manejando sus movimientos.

Sin ropa y con el cabello enredado pero limpio, buscaba en el desastre que era su habitación algo que ponerse. Sus dedos acariciaron la propia barbilla y cuando sus ojos se posaron en la sábana de flores, brillaron con malicia; más aún cuando el timbre anunciaba la llegada de cierto bailarín.

Con nada más que la sábana cubriendo desde su cintura, abierta a un lado y arrastrándose tras sus pies, Taehyung se dirigió sonriente a la puerta. Sacudió un poco el cigarro cuidadoso de no ensuciar la sábana/falda antes de recibir a Jeon Jungkook.

ᝰ◌᮫۪۪۪۪᳝۟🌸◌᮫۪۪۪۪᳝۟⑅៹

Lo que encontró Jungkook no fue un elegante crítico, tampoco el borracho al umbral de los cuarenta con quien temía tener que tratar. Sino un adulto... Con aspecto de niño.

La altura y delgadez de Taehyung le mantenían tan hermoso como siempre, el cabello despeinado caía infantil sobre sus hombros, brillantes hebras castañas que de a momentos se atravesaba en el camino de su visión. Por otra parte, el rostro había perdido considerable juventud y vida, además de ciertas marcas para nada confiables a opinión de Jungkook, resaltantes en la piel más de un moreno opaco que del dorado que la caracterizaba.

—¡Pero mira a quién tenemos aquí! Jeon Jungkookie, pasa niño, aunque ya dejaste de serlo eh, ¿qué comiste en Francia? Por Dios, qué te ha hecho crecer tanto.

Jeon pudo pasar una vez el contrario le hizo espacio, observó la casa más limpia de lo que esperaba y continuó mudo aún cuando Taehyung seguía parloteando delante de él.

—... sabía que estabas aquí, pero no esperaba tu visita, realmente, ¿a qué se debe el placer? —preguntó el castaño rojizo mientras se cruzaba de piernas en el bar de la cocina —. Oh, que grosero que soy, ¿gustas fumar? Aunque no deberías, a los bailarines les asienta pésimo, aunque las españolas tienen este toque sensual que incluso aunque le destroce los pulmones, les viene el humo de maravilla.

Jungkook negó tomando asiento con el entrecejo fruncido. Los labios agrietados se cerraban de vez en vez alrededor del objeto sostenido por sus dedos, la mirada de Jeon, por otro lado, estaba atrapada en el grupo de piercings microdermales que formaban una flor tan simple como extravagante en el centro del pecho de Taehyung, justo bajo su cuello.

«¿No es peligroso eso?» se preguntó preocupado el azabache, la piedrería era hermosa pero... Bueno, debería enfocarse en algo más.

—Me hubiese gustado venir antes pero estuve pasando un tiempo con mis amigos y eso.

—Pudiste haberte quedado con ellos, no tienes obligación alguna de venir, Jungkook—. Dejó caer sutil como plomo Taehyung mientras sacudía el cigarro en el cenicero.

—No vine por obligación... Estoy aquí porque tenía ganas de verte.

—¿Y quién te dio permiso para venir?

—¿Necesito permiso para venir?

—Por supuesto, no eres el centro del mundo—. Taehyung sonreía como si su broma fuera la más graciosa del mundo—. Que hilarante como te devuelvo las enseñanzas.

Jungkook se revolvió algo incómodo, recordando de forma vaga su primera conversación con el que le miraba irónico.

—Escucha... No nos vemos desde hace mucho tiempo, regresé porque eras alguien muy especial para mí y bueno... Pensé que te daría gusto verme.

—Bueno, siendo sincero preferiría que no hubieras venido y no hay algo que desee más que no volverte a ver —continuaba sonriendo—, pero ya que estás aquí te daré unos minutos de mi tiempo para que te despidas y continúes viviendo tu vida lejos de mí —se puso de pie tras dejar el cigarrillo consumido, sus labios esbozando una mueca pensativa mientras abría el refrigerador—. Muero de hambre.

Jungkook se limitó a suspirar permitiéndose cerrar los ojos al menos unos segundos.

«Esto está resultando más difícil de lo que pensé»

—Solo tengo pan... Huevos y, ¡oh! jamón y queso, vaya, banquete.

—¿Te has mantenido en contacto con alguien?

—Por supuesto, quien cambió de estado fuiste tú, no yo. No tengo ninguna razón para haber perdido contacto con nadie.

—Oh, como Jimin me dijo que...

—No hablo con Jimin porque no quiero, es solo una persona, no todo mi círculo social. Mira tú, hablo con Namjoon muchísimo, ¿no te han contado tus amigos esa parte?

Jungkook observa irritado la espalda de Taehyung mientras enciende el fogón y pone un sartén.

—¿Y por qué no quieres hablar con Jimin?

—Llevamos seis años sin hablar y tú solo preguntas por Jimin —le mira sonriente por encima del hombro—, no has cambiado nada. Cambia de tema o vete, no me interesa decirte por qué no le hablo a Park Jimin.

—Bueno —toma aire nuevamente—, ¿y qué me cuentas de Sucrush? Perdí su rastro en las redes sociales hace un tiempo.

—No lo sé, Jungkook, puedes averiguarlo por ti mismo. Joder, qué aburrido te has vuelto. ¿Quieres café?

—No, gracias...

—Vale.

—Pregunta algo tú, entonces.

—No me interesa nada que tenga que ver contigo, ¿por qué si no te diría que no quería que vinieras?

—Taehyung, deja de comportarte así —protestó finalmente y ni las cejas alzadas del contrario le hicieron titubear—. Vine hasta aquí, no seas tan desagradable.

—Solo soy sincero y obvio, además. ¿Ya me dirás por qué viniste?

—Ya te lo dije... Recordar los viejos tiempo, no lo sé.

—¿Recordar los viejos tiempos? —la dentadura blanca de Taehyung relució en su carcajada—. Por Dios, ¿vienes solo a que te folle, Jungkook? Haberlo dicho desde el principio, siempre y cuando te vayas no tengo ningún problema.

Una de las manos de Jungkook se cerró y eso llamó la atención a Taehyung, apretó la mandíbula al notar una V en uno de los nudillos, justo bajo un corazón púrpura.

—¿Eso es lo único que recuerdas?

Alzó la mirada con las comisuras arrugadas, signo de que la sonrisa aguantaría poco más—: No se me ocurre nada aparte de eso, siendo sincero.

Jungkook se puso de pie y le dedicó esa mirada que tantas veces captaba en los ojos de Namjoon.

—Has dicho dos veces “siendo sincero” y, ¿sabes qué creo? Que de sincero te queda bien poco.

Dejó un papel grueso ante Taehyung—: Vine aquí para invitarte a mi actuación de regreso al ballet coreano, quiero una crítica... Quiero una crítica tuya, Vante.

—Vante murió, lo sabes.

—Si estuviera realmente muerto ni todas las mentiras que te haces te salvarían del suicidio. Adiós Taehyung.

─━⊱✿⊰━─
Liberty
─━━━━━━⊱✿⊰━━━━━━─

Actualización 3/3

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top