—Te propongo algo, Kai.—Habló el pelirrojo luego de arrebatarle la banana de las manos al menor.

—¿Qué cosa? Dame mi banana, Hyunnie.—Hizo un adorable y caliente puchero, a ojos de TaeHyun.

—Si yo te gano en el ludo, tendrás que hacer lo que te pida. Y si tú ganas lo mismo.

Una ola de emociones recorrió el cuerpo del menor. ¿Acaso...? Deseaba ganar, tal vez hoy podría obtener lo que ha querido desde hace un tiempo.

—Está bien, pero dame mi banana.

—Te la daré al finalizar el juego.

Empezaron la partida, TaeHyun usaba piezas azules y HueningKai piezas verdes, quien lanzara el dado y sacara un seis, empezaba a jugar.

TaeHyun empezó tomándole ventaja al pelinegro, quien aún no sacaba un seis.

—Vamos Kai, no te deprimas, si gano tendrás tu banana.

HueningKai luchaba internamente por no mal pensar lo dicho por su amigo. Después de todo, TaeHyun era el tipo más aburrido e inocente que conocía.

Eso creía.

HueningKai por fin sacó un seis pero fue en vano, TaeHyun igual ya había ganado.

—Bien, perdedor, harás lo que te pida.

HueningKai se preparaba internamente para recibir el castigo aburrido del pelirrojo. ¿Le pedirá que lama su codo? ¿O que salte en un pie mientras soba su estómago y su cabeza?

—Dijiste que me darías me banana, TaeHyunnie.

—Y te la daré, ahora ponte de rodillas.

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