Kai se dejó caer en la cama, por fin.

Odió su primer día, esas personas se le hicieron tan aburridas, tan toscas, tan de todo, pero no bueno.

Excepto por alguien.

El chico de la primera clase, el peliplateado... BeomGyu.Él se le hizo tan peculiar, se sintió extrañamente atraído a él, mentir diciendo que no se sintió nervioso cuando lo observó, no le serviría de mucho.

Soltó un gran suspiro al recordar como se sorprendió cuando se dió la vuelta, lo gracioso de su cara cuando se observaron, y por supuesto, el sonrojo que tuvo cuando le sonrió.

Una belleza.

—¿Estás haciendo donaciones de aire? Es gratis.—SungHoon entró al dormitorio. Era total suerte que su mejor amigo haya quedado como su compañero de cuarto.—¿Es lindo?

Kai rodó sus ojos.—Es lindo, sí.

SungHoon se giró sobre sus talones, con los ojos abiertos y dejando de desabotonar su camisa.

—... Era en broma, Kai.—Dijo aún sorprendido.—Nada mal para tu primer día, casanova. ¿Cómo se llama?

—No te importa. ¿Qué tal tu primer día?

La relación de amistad entre los dos, era básicamente que única, porque sí, era insultos en su mayoría, pero lograban -entre ellos- entenderse como palabras de amistad.

—Mierda, Kai, ¿en serio no vas a decirme? Soy tu mejor amigo.

—BeomGyu.—Dijo con un leve brillo en sus ojos, una mínima sonrisa y un leve rubor, acompañado del sonido de los latidos de su corazón.—Se llama BeomGyu, y tiene el cabello plateado.—Rió a eso último.

—Suena lindo.—Se cruzó de brazos, sentándose en la cama, frente a Kai.—Hoy estuve en la cafetería en la mañana.

—¿Y?—Kai se sentó.—¿Ya te comiste a alguien?

—Déjame terminar, idiota.—Le aventó una almohada mientras reía.

Al sentir el golpe, Kai se tiró hacia atrás en la cama, tapándose el rostro y dando muchas vueltas en la misma, repitiendo lo mismo.—¡Mi bello rostro, SungHoon, lo vas a arruinar!

—Dramático, ni que fueras yo.—Finalmente Kai se terminó de sentar en la cama, esperando que SungHoon continuara.—Había un chico tocando la guitarra, era muy lindo.

—Y luego yo soy el casanova.—Dijo levantándose, dirigiéndose al baño para tomar una ducha.—¿Le preguntaste el nombre?

—No.—Dijo.—Pero tenía unas mejillas regordetas muy lindas, y su cabello era de color plateado.

Kai paró en seco.

—No es BeomGyu, idiota, te dije que no le pregunté el nombre y además, tú en la mañana tuviste clase.

Y siguió con su curso.

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