Ⓞvercome ✔ 4.5

N/A: Lo prometido es deuda...llegaron a los votos, más rápido de lo que pensé, por lo tanto....


Abracé mis rodillas sintiendo el corazón salirme del pecho. Me acomodé en la tape del váter de servicio. No había palabra humana que describiera lo avergonzada que me sentía. Ya ni siquiera era relevante si el uniforme me era incómodo, o si por mi novato pronunciación les había hecho sentir como si les hubiera dicho una ignominia; lo que era esencial ahora, era cómo iba a solucionar aquella escena tan humillante de hacía media hora.

-Entiendo que no quieras salir...-Habló Kat, sentí un golpe seco en la puerta, vi su sobre por debajo de esta, para luego ver su trasero apoyarse en el suelo. -Eres nueva, ¿Sí? El manager de ellos chicos lo sabían, y me he dado una vuelta por allí hace un rato... todo está calmado ahora, nadie sabe que te encerraste en el baño.

Sorbí mi nariz sonoramente. Ella prosiguió. - El jefe no se enteró, el piloto tampoco, solo Anne y yo sabemos... además de por supuesto, ellos.-Hizo una pausa, la escuché respirar tranquilamente a través del plastificado. -Pareces buenos chicos, no creo que se tomen la molestia de hablar con los superiores, e incluso si lo hicieran re lo reitero, eres nueva, tienes más tolerancia que cualquiera de nosotras. Eres una aprendiz, Olivia.

Asentí para mí misma. Bufé en silencio, de verdad era ridícula, ¿Cómo por un segundo pude armar tanto escándalo por algo como esto?

Vi su sombra removerse. Me puse de pie acomodándome la falda, me miré al espejo, y madre de Satanás. Me veía como la hermanastra fea, pero borracha.

Abrí la puerta, Kat se adentró al baño. Miró mi rostro automáticamente, y por lo educada que demostró ser no pronunció ni un solo sonido. Asentí viéndome al espejo. -Lo sé, lo sé... no soy muy buena con eso del maquillaje, y más si esta todo embarrado después de llorar. Parezco el guasón.

Esbozó una tímida sonrisita sacando del bolsillo delantero de su chaqueta una bb cream. Sacó del botiquín de detrás del espejo un algodón y quita-maquillaje, lo esparció por sobre mi piel, dejándola nuevamente limpia. Me desparramó la bb cream en cada sector minucioso de mi rostro, para luego aplicar una fina línea de delineador y algo de mascara. Sonrió nuevamente, esta vez de forma más ensanchada. Guardó todo en su lugar.

-Kat... realmente....-Contemplé mi reflejo, hacía milenios que no me veía así de decente. -Muchas gracias.

-No tienes que agradecerme.-Tironeó de mi brazo hacia afuera del baño de servicio. Me guío hacia una de las divisiones, específicamente la unidad que se encuentra entre el sector uno y el dos. Allí se encontraban dos asientos adicionales, uno a cada lado de la puerta con sus correspondientes cinturones de seguridad. Sobre un costado un cubículo plateado, el cual presumo yo contenía la comida, se mantenía firmemente sujetado por unas barras de metal ya que -al poseer ruedas- ese carrito podría salir expulsado en segundos. -Toma asiento, estamos por despegar...

-Pero...

-Anne ya dio aviso de que todos apagaran los celulares y abrocharan sus cinturones.

Asentí algo aturdida por el dinamismo a la hora de enfrentarse a aquel percance que había tenido. Pero después de todo, ¿Qué me esperaba? ¿Que el mundo se detuviera por mi pequeña dosis de dramatismo y egocentrismo?

Pffff....

Evidentemente no.

Tomé asiento al igual que Kat, nos abrochamos los cinturones. En dónde nos encontrábamos no habían ventanas, pero de todas formas sentía al avión recorriendo la pista. Una sensación vertiginosa trepó por mi garganta en el momento que sentía a la monstruosidad metálica ascender a los cielos como un torpedo. No me di cuenta de lo agitada que estaba hasta que mi compañera me preguntó extrañada el porqué de mi nerviosismo, me percaté de estar clavando las uñas en los posabrazos.

Me relaje, o por lo menos lo intenté.

Las luces sobre nuestras cabezas indicando que mantuviéramos los cinturones abrochados, luego de un tiempillo se apagaron.

Era nuestra señal. Nos pusimos de pie, y tomamos un pequeño carro, más pequeño que el de la comida, con bebidas en el interior y una hielera apoyada en su superficie. -Los vasos están adentro también.-Señaló el contenedor algo entusiasta.-Tú ofrece las bebidas en el primer sector, yo iré al segundo, Anne está en el tercero.

Traspasé aquel umbral, por supuesto no tan infernal como el tercero, con el carrito a rastras. -¿Señorita? ¿Desea algo para beber?- Me detuve en los primeros asientos que me encontré, los cuales correspondían a la última fila de la sección.

-Por el momento no, gracias.

Vi al hombre junto a ella, dormía plácidamente, no iba a despertarlo.

-¿Ustedes desean algo?-Noté como los del otro lado del pasillo estiraban el cuello como buitres.

Ambos respondieron afirmativamente.

Luego de proveer a las personas correspondientes con las bebidas solicitadas, devolví el carro a su lugar original. Unísonamente, la pelirroja salía del baño de servicio.

-Quizás debas mejorar tu tiempo, hace diez minutos que debiste haber terminado.-Inquirió serenamente.

Asentí dispuesta a aceptar cualquier crítica para mejorar mi rendimiento. -¿Hay algo más que debamos hacer?

-Debemos preparar el almuerzo.

Miré el contenedor plateado. -¿No está allí?

-Esto no es un vuelo comercial.-Me vio divertida como si le hubiese contado el mejor chiste. Negó con su cabeza. -En los vuelos privados nosotros mismos preparamos la comida, luego la ponemos allí.-Señaló aquella caja con ruedas.

Asentí tomando nota mental. Volvió a hablar animadamente. - Debemos darles de comer una hora antes de aterrizar, y nuestra primera escala es en dos horas exactamente. En Dinamarca.

La miré con curiosidad. - ¿Cuántas escalas son?

-Dos.

-¿Cuál es el destino final?-Indagué percatándome de mi ignorancia total.

-Luego de hacer la segunda escala en Rumania, nos dirigiremos a Rusia. Tendremos que hacer dos escalar ya que al ser un avión pequeño en comparación con la media, y al ser no tan sustentable, consume más combustible y tiene un muy bajo rendimiento.

-Comprendo.

Entendí que eran demasiadas preguntas por ahora.

[...]

Con la comida en tres carros diferentes, Anne fue a la parte delantera. Tomé el carro nerviosamente. -Puedes tomar el segundo tramo si quieres...-Ofreció con el entrecejo fruncido al igual que sus labios. Le agradecí con la mirada para luego negar lentamente.

Era mi momento. Debía mostrarles que no era tan incompetente, y que no iban a intimidarme, o por lo menos no nuevamente. Apreté las manijas fuertemente, como si de un auto de carreras se tratase. Respiré, ensanchando las narinas exageradamente, viendo con los ojos entrecerrados aquella puerta del demonio.

La abrí cuidadosamente, porque después de todo no es como si me muriera de ganas que todos me miraran y recordaran la escena penosa. Tragué saliva, las cuatro personas de los primeros asientos me observaron sosiego. Sonreí en dirección al muchacho blanco como el papel que me había pronunciado aquel imborrable comentario.

-¿Carne o pollo a la crema?-Pregunté tal y como había practicado con Kat. Me miró con fastidio, sacando los ojos de la pantalla del celular y quitándose bruscamente uno de sus auriculares. Me observó como si estuviera viendo una falla atroz de la naturaleza. Y finalmente cuando pensé que no me iba a contestar, señaló el carrito.

-Carne.-Moduló exageradamente, tratándome de retrasada. Sí, estoy recién aprendiendo el idioma, pero una frase tan corta no se supone que sea un obstáculo tan mayor para mí.

Abrí la puerta lateral sacando una bandeja pequeña del compartimento superior. La posicioné sobre su mesa portátil. No me agradeció en lo absoluto, volvió sus ojos al celular. Miré a su compañero, con la cabeza cómodamente hundida en el respaldar del gran asiento de cuero, quien me observaba expectante.

-Por favor, pollo a la crema.-El chico castaño sonrió educadamente, con una postura correcta enlongando su espalda, y por ende sus amplios hombros. Le serví su comida y se dispuso a comer inmediatamente, con algún que otro trozo de pollo colgándole de los labios y sus mejillas -ahora- hinchadas.

Del otro lado del corredor los otros dos chicos veían añorantes las bandejas del compartimento expuesto. Sonreí simpáticamente, ambos me correspondieron. -¿Pollo a la crema o carne?

El de cabello rubio ceniza y rectangular sonrisa contestó sin dejarle hablar al chico rubio de tez más morena que me sonreía blancamente, disculpándose con la mirada.

-CARNEEEEE.

Okay.

-Enseguida.-Tomé una bandejita y la deposité sobre su mesa.- Que lo disfrute...-Murmuré aguantando la risa que me provocaba verlo abrir la bandeja tan exageradamente.

-Grashiasss...-Murmuré con una inmensa sonrisa de oreja a oreja, sumido en su almuerzo.

El rubio me observó sonriente. -Yo no quiero ahora, ¿Puedo pedírtelo después?

Le miré sorprendida asitiendo. ­-Tienes hasta una hora para pedirlo a partir de ahora, no... se nos.... permite servir cuando falta una hora para aterrizar.-Intenté hacerme entender lo mejor que pude.

-Entiendo...-Miró el cubículo metálico. - ¿Puedes traérmelo en una hora entonces?

-Por supuesto...

-Namjoon.-Sonrió ladinamente.

Em... ¿Qué?

-¿Disculpa?-Musité sin comprender, acomodé mi postura que de un momento a otro se había puesto encorvada.

-Mi nombre en Kim Namjoon, ¿El tuyo?

Oh...

No soy el gran gurú de la sociabilidad, pero si mis cálculos no son erróneos estaba siendo amigable conmigo. Sonreí nerviosamente. -Olivia.

-Bonito nombre. Con que tú eres la nueva asistente de vuelo de BigHit, ¿No?.-Habló descontracturadamente. Tuve mis problemas para comprenderlo.

-Perdón, no te entendí mucho.-Respondí avergonzada mirándome los zapatos.

-Que si eres nueva por aquí.- Reformó su frase, ensanchando su sonrisa.

-Sí, ¿Se nota mucho?

Asintió divertido, y quise morirme allí mismo. -Descuida, no creo que vayamos a causarte ningún problema. Por favor, no escuches a Min Yoongi, ha estado de malas últimamente.

Entendiendo la mayor parte de lo que dijo, le dediqué una sonrisa de satisfacción, él me la correspondió de inmediato. -Gracias, Kim Namjoon.

Me guiñó un ojo, y con los mofletes colorados seguí mi recorrido. Por supuesto que no contaba con que el siguiente par de ojos que me miraban con algo de jovialidad eran los dos a los cuales debía atender a continuación.

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No podrás nadar hacia nuevos horizontes si no tienes el valor de perder de vista la costa. -William Faulkner

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Yep... se viene lo interesante 7u7.....

Quieren el próximo? Ustedes saben qué hacer..... ¬¬

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