Ⓘnterruption ❅ 17.5
Luego de los sucesos transcurridos en la sala de estar, ninguno había hablado explícitamente de lo sucedido. Ambos optamos por dormir en nuestros respectivos aposentos como si nada hubiese pasado. Sin embargo con el correr de los días, a pesar de no hacer mención de ello, una energía era más que evidente, más que palpable.
Nos observábamos constantemente, me sonreía y yo a él también. Aprovechábamos determinadas instancias para abrazarnos, o acurrucarnos al ver películas como si se tratara de una pareja normal. En ocasiones -ante la indudable cercanía- Jungkook se limitaría a depositar algún que otro beso en la comisura de mis labios o mejilla, como si aquello fuera lo más usual del mundo.
Sabíamos que aquello no podía ignorarse y aún así lo hacíamos.
No todo necesariamente debe ser etiquetado, a veces disfrutar el momento adquiere una mayor importancia. Hacíamos uso del tiempo que ambos compartíamos cuando él no estaba con sus actividades de Idol, y nos limitábamos a sumergirnos en la compañía del otro; muchas veces no hablábamos, no era necesario. Aquel silencio emergente de nuestras miradas cómplices y afectuosas nos mantenía ocupados a veces durante horas. Horas que yo dedicaba a sumergirme en la profundidad de sus irises como si fuera un mar violento de deseos y misterio.
Sin atisbo de timidez de por medio, no dejábamos de soñar con los ojos abiertos mientras nos perdíamos en las expresiones del otro. Era algo que nunca había experimentado antes, y de cierta forma no sabía si él lo experimentaba al igual que yo independientemente del lenguaje corporal que presentaba en estos momentos.
Le observé desde la barra de la cocina, donde me ubicaba de pie junto a una laptop que Jeon me había prestado desde hace ya unos días. La búsqueda de empleo no iba tan mal como lo hubiese esperado. Algunas editoriales buscaban traductores de inglés y español, lo cual me ubicaba en cierta ventaja al contar con dichos idiomas. Envié mis currículums a dichos lugares, e incluí algunas cafeterías donde tenían vacantes de camareros; no puedo darme el lujo de ser muy selectiva, no quiero seguir abusando de la generosidad de Jungkook.
Este me observaba con curiosidad desde el sillón a metros de distancia, con una de sus piernas casualmente doblada sobre la otra en puro silencio. Solo se escuchaban las teclas del ordenador.
−¿Sigues con tu plan de irte, Olivia?- soltó en voz baja con su entrecejo fruncido al igual que sus labios. –Tú decías que querías irte pues por... razones tuyas. Lo que sea que querías hacer en Italia, ¿No puedes hacerlo aquí?
Me encogí de hombros virando los ojos alrededor de la sala minimalista. Honestamente, no sabía cuáles eran mis planes. Volví la vista a su silueta tensa y paradójicamente relajada en aquel sofá de cuero, tamborileaba con los dedos una de sus rodillas sin despegar sus indescifrables irises de los míos. –Aún no sé, veré que encuentro. Quiero tener algún ingreso, y estudiar algo luego.
Asintió comprendiendo mientras abría sus ojos enormemente como cuando se concentra y se queda pensando en algo, con cara de conejo distraído. Sonreí ingenuamente, añorando que la razón por la cual se hubiese puesto de aquella forma era porque no quería que me fuera.
Nos sumimos en aquel silencio que solía caracterizar nuestras interacciones. Sostuve mi mirada, buscando darle una sonrisa tranquilizadora y observando como sus músculos se destensaban paulatinamente. Palmeó el cojín a su lado indicando que me sentara junto a él, recuperando su compostura anterior.
Ensanché mi sonrisa sin ningún disimulo cerrando la laptop sonoramente. Me acerqué sigilosa aunque impaciente, pausando mis pasos a propósito observando como su postura cambiaba en el acto. Se desparramó contra el respaldo con su sonrisa de marca registrada, apoyó su brazo sobre el mismo anticipando el envolverme con este. Arribé al sitio dejándome caer a su lado. Un audible suspiro se escapó de nuestros labios en el instante que él mismo pegó nuestros costados con vehemencia. Solté una risa de diversión ante la notable exasperación. Sus ojos quemaban sobre el costado de mi rostro, aún no me giraba a verle.
−No tienes porqué irte.- continuó el diálogo con sus labios ahora sobre mi oreja. Me estremecí sin contestarle. –Puedes quedarte aquí, estudiar en Seúl...- insistió. Sus dedos en mi costilla quemaban a través de la fina tela del camisón que llevaba debido al horario mañanero. De pronto sentí sus dientes en mi hombro deslizando hacia abajo el tirante de la prenda provocando que esta descendiera unos centímetros en dirección a mi busto. Sus labios calientes desperdigaron unos besos húmedos en la piel de la zona, como si aquello de alguna forma me hiciera cambiar de opinión en la discusión.
Me congelé en mi sitio, curiosa de qué haría a continuación. –Olivia...-gruñó con su rostro ahora pegado sobre mi pecho. Su cabello cosquilleó sobre mi clavícula en el instante que me empujó hacia el posabrazo dejándome tendida en el sofá, y él a horcajadas mío.
Se quedó así, observándome con el mentón sobre los dos montículos en mi pecho que estaban estampados contra el camisón delgado. Sus ojos grandes detallaban entre sus cabellos morenos y desordenados a mi rostro posiblemente hinchado por haberme levantado hace poco tiempo, con una sonrisa embobada de oreja a oreja. Rozó mi pómulo con el dorso de su mano terso, tan lentamente que el trayecto desde mi oreja a mis labios se sintió eterno. Le escuché exhalar suavemente, como si en todo aquel tiempo se lo hubiese estado aguantando. La textura de sus jeans sobre mis muslos expuestos era tanto molesta como satisfactoria, y al juzgar por su sonrisa placentera tras mirar como mis pezones comenzaban a manifestarse al otro lado de la tela, él ya lo sabía. Se quedó por más tiempo, esta vez aguantando una risa burlona mientras mordía su labio inferior y depositaba su mirada sobre la mía, una vez más.
En el momento que ambos pensamos que una sesión de afecto daría inicio, luego de tortuosos minutos de puro silencio y burla, el ruido de la puerta siendo azotada nos exaltó a ambos.
Le observé extrañada. Nadie, o por lo menos hasta donde yo sabía, tenía la contraseña del portón de acceso a su portal de entrada. Nos miramos con algo de paranoia, ambos poniéndonos de pie inmediatamente sin saber cómo aquella persona había llegado hasta su puerta principal.
¿Un vecino?
Él era el único en el piso, ¿Podrían haberlo venido a visitar porque sí? ¿Sin que él supiese?
Observé como peinaba su cabello hacia atrás, caminando hacia la entrada con una postura muy erguida. Antes de siquiera llegar al mismo, el sonido del teclado digital de la cerradura marcó su presencia.
Nos exaltamos en puro temor, detallando como la pesada puerta de caoba se hacía a un paso exhibiendo a una muchacha delgada y de alta estatura. Su cabello negro caía a cascadas sobre sus hombros expuestos por el top blanco sin mangas. Llevaba unos botines bastante altos, igual de elegantes que los pantalones de tiro alto negros que enfundaban sus largas piernas.
El morocho a mi lado tragó saliva audiblemente bajo el escrutinio curioso de la intrusa, quien con toda la confianza del mundo colgaba su abrigo sofisticado en el perchero junto a la puerta, notablemente tranquila a pesar del incómodo ambiente que nos rodeaba.
Sonrió con un deje malicioso, apoyando todo su peso en la pierna izquierda, observándonos a nosotros dos alternadamente como si estuviese esperando algo. –Jungkookie...-soltó en aires de petulancia jugando con uno de los mechones de su cabello. El aludido se encontraba completamente tenso, con su quijada totalmente descolocada ante el desconocimiento de su aparente visita.
Como si de un fantasma se tratara, su blanco semblante no demoró en aparecer. −K-Kim... Kim... Hye...-pronunció Jungkook en un trance.
Ah, excelente.
Creo que esto era lo único que faltaba después de todo...
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Hola! Me quiero disculpar por no haber podido actualizar antes. Estoy con unos trámites de la Visa para irme a Corea por un tiempo, además de que ando con asuntos familiares y de otras cosas que me tienen mal para ser sincera, por eso es que no he estado actualizando ni esta ni la otra fic que estoy escribiendo, les pido perdón, sé que ustedes no se merecen que les haga esperar tanto, pero realmente ando muy bajón por varias razones. Espero que sepan comprender, y que hayan disfrutado del capítulo. Básicamente, se viene algo de drama... Quizás falten como 5 capítulos para el final de esto, depende de que tan largo me quede todo.
Espero hayan tenido una linda Navidad, y que este Año Nuevo disfruten junto a sus seres queridos.
( '∀`)
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