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Esta es la segunda parte del maratón, y la primera vez en la que se rebela el nombre de la protagonista, yep, no es ___ como siempre, esta vez quise salirme de mi zona de comodidad xD

PSD: no he tenido tiempo de editar una imagen para este cap.....sry

|Narra Olivia|

Caminé nuevamente por aquella pequeña tarima en la habitación detrás de atención al cliente. Volvió a negar contrariada, anotó algo en su pequeña libreta azul con el logo de la aereolínea. Rendida, volví al comienzo de la tarima.

-Escucha...-Habló cansina sin siquiera mirarme a los ojos, garabateó algo en las arrugadas hojas. -Debes tomarte esto enserio, no puede ser que intentamos que tengas una postura decente desde hace dos horas.

La observé, ella luciendo tan complaciente en aquél sillón negro, y yo de pie con aquellas armas mortíferas en los pies. Sonrió ampliamente como si disfrutara mi agonía.

-Sí, lo siento Anne.

Debía ponerle empeño si deseaba caerle bien a aquella mujer con laberíntica personalidad. Asintió cerrando la libreta. -Estira los hombros hacia atrás, y el cuello hacia arriba. Al caminar tómatelo con calma, sueles perder el equilibrio cuando te apuras.-Dejó de hablar unos segundos. Frunció el entrecejo. -¿Pasa algo?

-La faja de esta falda es demasiado estrecha...-Mi abdomen ardía con cada palabra que salía de mi boca.

Apretó sus labios irónicamente. -Cada profesión tiene sus cadenas, la de esta son las horas de trabajo y la belleza.

Puedo notarlo.

¿Qué tan complejo será adaptarse a este flébil estilo de vida?

Espero que no mucho.

Volví a caminar, paso por paso, revotando en mis talones para provocar un efecto en cámara lenta que en mi cabeza seguro se veía mejor que en ojos ajenos. Balanceé mis caderas, adjudicando un poco de pseudo-elegancia a mi caminar. Al vislumbrar aquella pequeña sonrisa de satisfacción en sus labios, sentí sosiego. Finalmente.

-Creo que has entendido, Olivia.-Se puso de pie recogiendo sus cosas del escritorio. Se colgó su bolso en el hombro derecho, era mi señal de bajarme de la tarima. La observé sacar un libro celeste. -Ten...-Me tendió aquel libro desdeñosamente. -Es importante que sepas algo, tienes unas horas antes de que la compañía llegue, con algunas frases hoy bastará.

Con el entrecejo fruncido, leí distraídamente: "Coreano Básico"

Antes de poder responderle, volvió a hablar. -No es necesario que te lo aprendas en la primer semana, pero no dudo en que lo harás, dijiste que te gusta leer.-Se encogió de hombros caminando hacia la puerta.

¿Era eso un intento de sarcasmo? ¿O por primera vez en el día estaba intentando ser amable conmigo?

-Intentaré...-Murmuré aún sumida en la confusión.

¿Coreano? ¿Era enserio?

Negué abriendo rápidamente el libro.

"Primer Capítulo: Todo lo que debes saber de los saludos y despedidas"

Revoleé los ojos, no pensé que aprender un idioma nuevo estaba entre los términos del contrato. Miré el reloj circular sobre mis narices, tenía unas tres horas, ¿Qué podría salir mal?

Entre los bullicios de personas arribando al aeropuerto y aviones despegando, me sumergí en la lectura y el acojinado sillón negro. Mis talones me agradecieron.

"El éxito es la suma de pequeños esfuerzos repetidos día trasdía" (Robert Collier).

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Palabra del día: Flébil: "digno de ser llorado" y "lamentable, triste,lacrimoso"