ⓜaster ⓟlan ✎ 12.5
|Narra Jungkook|
A estas alturas no sé qué era peor, si el hecho de que la chica que me traía loco me dejara, o el hecho de que aparentemente le gustaba a Jimin. Independientemente de la justificación que él me haya otorgado por ese beso, es más que evidente, y explica gran parte de su comportamiento. Por supuesto que nosotros dos prácticamente no nos hablábamos luego de lo ocurrido. Jimin intentó en más de una ocasión hablar conmigo, me perseguía por todos lados como una especie de cachorro perdido, pero no me importaba, porque lo que había hecho había ido más allá de lo absurdo.
Uno no elige quién le gusta, pero sí elige respetar el espacio personal del otro, y no besarlo o tocarlo indebidamente, aquello había sido una falta de respeto. Cada toque, abrazo, caricia que Jimin me ha dado a lo largo de estos años habían adquirido una connotación totalmente distinta después de lo ocurrido.
Y lo odiaba.
Lo odiaba aún más que el no estar con Kim Hye.
Porque Jimin siempre ha sido un hermano, ha sido familia, y esto era prácticamente incesto ante mis ojos.
Nadie, excepto por nosotros dos, sabía de lo ocurrido. Mis hyungs preguntaron en más de una ocasión luego del primer concierto en Moscow qué demonios estaba pasando entre nosotros dos. De hecho en pleno escenario cuando Jimin osó darme un abrazo aprovechando que estaban todas las Armys mirando, le separé con pura molestia en menos de un segundo, en más de una oportunidad. En cada una de estas instancias, únicamente me limitaba a justificar que no quería abrazos de nadie, ya que me recordaban a mi ex-novia, lo cual no es del todo mentira.
Jimin entraba, yo salía. Y seguiría así hasta que Park adoptara una actitud más profesional conmigo, o se consiguiera a alguien más de quién gustar.
Por otra parte, estos días de soledad habían contribuido a que maquinara por mi cuenta un plan infalible para recuperar a Kim Hye, iba a hacerlo, iba a demostrarle que era todo un hombre por lo que debería volver conmigo. Solamente necesitaba a la pieza maestra de mi plan, a quien esperaba recostado contra la baranda de la terraza que daba a la calle frente al hotel.
Un chirrido metálico se escuchó en el ambiente, indicando que alguien más había salido a la terraza. Alcé la mirada hacia la muchacha confundida con gruesas gafas de pasta, mirándome con suspicacia. Tragó saliva al ver mi sonrisa de satisfacción al haber correspondido la carta que le había dejado por debajo de la puerta horas atrás solicitando que viniera a esta ubicación.
−Dime.-Demandó con un semblante molesto. Se acercó hacia donde yo estaba para parecer más intimidante. Parecía un chihuahua. − ¿Cuál es el secreto que sabes mío? ¿Y por qué me has pedido que viniera?- Soltó con un coreano más que torpe, haciéndome sonreír aún más.
Solté una risita silenciosa mientras observaba sus temerosos ojos, con un gran ceño fruncido. Relamí mis labios preparando mi bien ensayado discurso. –Pues, es una muy larga historia, pero la resumiré...-Introduje con algo de tacto. Comencé a dar pequeños pasos alrededor de su cuerpo entumecido de los nervios. – Jimin te gusta.
Su espalda adquirió una postura totalmente encorvada, su cabeza gacha no dejaba que viera qué expresión teñía su rostro en aquel momento. − ¿D-d-d-de qu-qué ha-hablas?- Titubeó enérgicamente, haciéndome reír ante tanta torpeza.
−Vayamos al grano y salteémonos la parte en la que intentas negarlo.-La detuve en sus pobres intentos de desentenderse del tema. –No soy bobo, lo desvistes con la mirada, y estás todo el tiempo mirándole y buscándolo por todos lados. No hay que ser un genio para notarlo.- Subió su rostro colorado e hirviendo para mirarme avergonzadamente a los ojos, posiblemente sin pista alguna de qué contestar. –Mira, quiero volver con mi novia, y tú posiblemente quieres que Jimin note tu existencia o algo.- Detuve mi marcha deteniéndome frente a su tembloroso cuerpo, le miré a los ojos intentando no intimidarla mucho y que tomara más confianza conmigo. –Mi plan es simple, y nos ayudará a ambos.
−¿Y cuál sería ese plan?- Soltó en un susurró, sin negar nada de lo mencionado anteriormente.
−Sé mi novia.
Como si fuera posible, el ambiente entre ambos se volvió aún más denso. Su cuerpo petrificado era un indicio de que aquella no era una buena idea ante sus ojos. − ¿Pero qué cosas dices? –Dijo en pura incomprensión.
Aclaré mi garganta intentando sacarla de su trance mientras ella miraba en todas las direcciones nerviosamente. –Mi ex era muy celosa... en cuanto me vea con alguien se lanzará a mis brazos de nuevo.- Sonreí ladeadamente, hundiendo mis manos en los bolsillos delanteros de mi jean buscando una pose más descontracturada. La castaña me miró aún sin entender mi plan o el idioma, o quizás ambas. –Jimin no necesariamente se pondrá celoso, porque me da la impresión que tú no le gustas de esa forma...-Solté de repente tímido, recordando el arrebato del rubio en mi dormitorio. –Pero aun así te ayudaré a que le gustes, te daré consejos, diseñaremos algo para hacer que él se fije en ti, ¿Qué me dices?- Insistí con un deje de emoción al imaginarme a mi novia suplicando por volver conmigo.
Sin lugar a dudas era mucho que procesar. Su entrecejo disgustado, posiblemente al enterarse que Jimin no la veía como ninguna novia, me hizo querer cambiar el tono en el que le estaba hablando. Me dio mucha pena. –Jungkook...-Habló con los mofletes sonrosados, con sus ojos posicionados sobre mis zapatos. –No creo que sea una buena idea, tampoco creo que vaya a funcionar, él no estaría interesado en alguien como yo.
Me crucé de brazos molesto por su tímida e impotente actitud. –Ten un poco más de confianza en ti misma. Si a Jimin le das amor, él se vuelve como un peluche, todo lo que busca en alguien es que le presten atención.-Mis palabras no parecieron tener efecto alguno, me acerqué aún más a ella, estando solamente a diez centímetros de su rostro. Lo tomé entre mis manos para hacer que me observara de una vez por todas. − ¿Hay algo que necesites además de que Jimin te dé su atención?- Inquirí curiosamente, estando dispuesto a cualquier cosa para contar con su colaboración en el asunto.
Mordió su labio pensativamente, sus ojos brillaron haciéndole ver muy mona. Sonreí expectante por su respuesta. –Mmm... hay algo... pero...-Se silenció tímidamente.
− ¿Qué es, Olivia?- Sostuve sus mejillas con más firmeza que antes, nuestros ojos a menos de diez centímetros ahora. Le escuché tragar grueso, posiblemente incómoda ante tanta cercanía.
−En verdad, estoy haciendo todo esto para irme a Milán algún día...
−¿Todo esto? ¿Qué estás haciendo?
Le escuché suspirar por lo bajo, debatiéndose si contarme o no. –Estoy trabajando de azafata para ustedes no por gusto de hacerlo...-Pronunció lo más decente que pudo. –Quería reunir dinero para irme de mi país. Si me pagas por fingir ser tu novia, lo reuniré antes. Cada mísero dólar de limosna que tengas me facilitará la vida para tomarme un avión y conseguir un trabajo en Italia, aunque sea limpiando trastos en un bar de mala muerte. No necesito que me pagues mucho, solo algún dólar cada tanto sería de gran ayuda.
Pude notar la vergüenza que cada poro de su piel desprendía, haciendo que sus pecas se acentuaran más debido a una intensificación de su sonrojo. Se sentía muy apenada de estar pidiendo algo como eso, la postura encorvada que adquirió lo decía todo.
Sonreí tranquilizadoramente, soltando sus mejillas con suavidad. Asentí parsimonioso. –No será problema alguno, no me estás pidiendo mucho, Olivia.-La noté relajarse por unos momentos, soltando un suspiro al aire que hizo que sus labios se entreabrieran por unos segundos. Su cabello se revolvía a los costados de su rostro por la ventisca fresca de la tarde, generando unas sensaciones extrañas en la boca de mi estómago. –Y también te ayudaré con Jimin, aunque no me lo pidas.-Le garanticé. Le estaba pidiendo mucho, fingir ser la novia de un idol no es fácil en lo absoluto, quería retribuirle como se merecía.
Asintió silenciosamente, mirando a mis ojos por lo que pareció una eternidad. –Lo haré.
Arqueé mi ceja con interés. −¿Segura? Esto será de conocimiento público, ¿Estás de acuerdo con esto?
−Si me lo pienso mucho voy a decirte que no. Realmente necesito ese dinero, Jungkook.-Musitó con un semblante sombrío y triste, enviando estremecimientos por mi cuerpo. Aclaré mi garganta de pronto incómodo.
Recobrando mi compostura, asentí comprendiéndola, mientras una chispa de interés hacia ella, y de curiosidad por el motivo de la huida de su país comenzaba a gestarse desde lo más profundo.
Espero lo hayan disfrutado ^^ Como se deben de imaginar, se acercan varias cosillas interesantes 7u7 Si les ha gustado déjenme una estrellita. Actualizaré mañana si más de una ha votado por el capítulo.
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