✰ᑭᖇIᗰᗴᖇ ᗪIᗩ ᒍᑌᑎTOՏ✰


—¿Ya tienes todo?

—¡Si!

Era la mañana tan esperada por el pequeño grupo de chicos, cada uno salía de su departamento con su respectiva maleta y camino al nuevo hogar. No cabían de la emoción y felicidad, una persona normal se preguntaría ¿por qué te emociona vivir con alguien que apenas si conoces? era verdad, no tenían mucho de hablar, pero esa famosa conexión que el presidente había mencionado ocurrió y eso era suficiente para tener fe en que todo saldría bien.

El cuarteto de autos negros se estacionó frente a un gran edificio, las personas alrededor veían todo con gran curiosidad y al ver que aquellos famosos cantantes salían de ellos la seguridad tuvo que hacer su trabajo y alejar a todos de allí. No tuvieron tiempo de darse los buenos días ya que los guardaespaldas los empujaban para que entrarán al edifico y así estar más seguros.

—Había olvidado eso por completo. —rió nervioso Shoyo.

—Estarán algo atareados por un tiempo así que mejor hay que ignorarlos. —habló Aizawa.

—El lugar está listo así que vayamos. —interrumpió Nanami acomodando sus lentes oscuros.

Todos subieron por el ascensor especial del penthouse y al acabar de subir 20 pisos la puerta se abrió dando paso a un hermoso lugar, gigantesco y con una decoración de primer nivel.
El cuarteto ingresó con la boca abierta y con sus ojos reflejando gran sorpresa mientras que los mayores detrás entraban con las maletas.

—Esto... —dijo Tanjiro.

—Es... —siguió Izuku.

—¡Muy...! —habló Shoyo con una gran sonrisa.

—¡Enorme! —acabó Yuji con un grito que dejó eco en el lugar.

—Sus habitaciones están arriba, aquí está la sala de estar, por allí la cocina, tienen un baño privado en sus cuartos y uno para todos abajo. Hay un pequeño estudio de música con instrumento y bien equipado, el lugar es antisonido así que pueden hacer lo que quieran. —explicó Aizawa.

Los jóvenes se vieron entre sí pensando exactamente lo mismo.

"Fiestas"

—No, no pueden hacer fiestas aquí. —interrumpió el pensamiento Nanami.

—Oh~ —hizo un puchero Itadori.

—Como decía —carraspeó Shota—. Tendrán guardias abajo por si algo sucede, mañana tendrán sus nuevos cronogramas y...eso es todo por ahora.

—Procuren no meterse en problemas, sería muy difícil que tengan un escándalo antes de debutar como un grupo. —advirtió Kento.

—Pasenla bien, es su día libre después de todo. —les sonrió Ukai para aligerar el ambiente.

—¡Sean buenos amigos y diviértanse! —animó Rengoku.

Los cuatro asintieron y sonrieron en respuesta, comenzaron a recorrer el lugar ante la mirada de sus mayores quienes no deseaban irse por temor a dejarlos solos. No iban a admitirlo, no la mayoría de ellos, pero estaban muy preocupados al nuevo estilo de vida que tendrían llevar los menores, la vida de solista era diferente a compartir con más personas y sentían que todo había sido muy rápido. Sólo esperaban que no haya sido mala elección todo lo que estaba por ocurrir.

—Debemos irnos, pueden llamar por cualquier cosa ¿entendido? —dijo el azabache.

—¡Si! —contestaron sin prestar demasiada atención.

—Tranquilo ellos estarán bien, son muy animados así que no será malo el ambiente por aquí. —habló Ukai a su nuevo colega.

—Eso es lo que me preocupa. —suspiró Aizawa.

Sin más que hacer los cuatro manager's salieron del lugar dejando completamente a solas a los jóvenes cantantes quienes un segundo después de que las puertas del ascensor se cerraran corrieron escaleras arriba para ver sus habitaciones.
Cada una estaba decorada con el estilo de su respectivo dueño, al igual que las puertas que se encontraban pintadas de diferentes colores.

Naranja para Shoyo.
Verde para Izuku.
Azul para Tanjiro.
Rojo para Yuji.

Observaron detenidamente todo, cada libro, cuadro, e incluso la vista, no se perdieron ningún detalle y al salir se vieron con una gran sonrisa.

—¿Todo esto...es nuestro? —preguntó aún sin poder creerlo el pelirosa.

—Eso parece. —rió emocionado Tanjiro.

—Creo que deberíamos hacer lo que el presidente nos pidió. —dijo Shoyo.

—¡Es verdad! Vamos a la sala, la iluminación es muy linda allí. —sugirió Izuku.

Todos bajaron las escaleras felices, el pelinaranja sacó su teléfono, lo posicionó en un lugar cómodo y comenzó un en vivo por Instagram al cual se unieron más de 20 mil personas.

"Que comience el show"

Pensaron todos por igual.

—¡Hola a todos! —saludó a la cámara—. Quisiera empezar agradeciendo la cálida bienvenida que me han dado todos, ¡no solo el show fue un gran éxito sino que su apoyo y amor luego de el me ha motivado mucho más! —sonrió feliz.

Izuku, Tanjiro y Yuji esperaban impacientes para el momento culminé. Veían atentos a Shoyo.

—Tengo dos noticias para ustedes, una buena y una mala —suspiró intentando crear dramatismo—. La mala es que...mi gira por Japón será detenida por tiempo indefinido. —los comentarios tristes y desesperados inundaron el chat.

—¿Crees que estará bien? —preguntó despacio Itadori.

—Si tranquilo. —respondió Midoriya.

—¡Pero no estén tristes! La noticia buena es mil veces mejor —sonrió e hizo una seña a los demás para que se preparen—. Y para comunicarla necesito a unos invitados...¡chicos! —gritó.

De pronto tres personas aparecieron en cámara y el chat explotó por completo ya que no entendían que estaba sucediendo. Allí estaban Yuji, Izuku y Tanjiro saludando con sus manos y sonriendo.

—Hola~ —saludó Tanjiro.

—Hi! —le siguió Yuji.

—¡Hola a todos! —habló Midoriya.

—Bien sé que es confuso y no, no haremos una canción juntos —aclaró para luego sonreír—. Haremos muchas canciones juntos porque-

—¡Seremos un grupo! —exclamó él pelirosa—. Lo siento me emocioné... —sonrió nervioso.

Los demás rieron divertidos.

—Exactamente, queremos hacer público de esta manera que a partir de este momento somos ST4DI. —informó el peliverde.

—Daremos más detalles en unos días, por el momento queremos que nos acompañen en esta nueva etapa de nuestras vidas y desde ya muchas gracias por su apoyo. —hablo Tanjiro con calma. 

—¡Eso es todo por hoy, nos vemos pronto y esperen con ansias nuestra primera cancion! —se despidió Hinata para asi acabar el en vivo. 

—¿Eso salió bien verdad? —cuestionó Yuji.

—Más que bien. —sonróo Izuku. 

—Deberíamos organizar nuestras habitaciones y luego pedir algo para almorzar ¿les parece? —sugirió Soyo.

—Me parece bien. —dijo Midoriya levantandose del comodo sofa.

Los dos restantes asintieron y así cada uno se dirigió a su respectivo cuarto en donde sus maletas descansaban, observaron por segunda vez el lugar y una sonrisa se plasmó en sus rostros. No era un sueño. Estaban allí en compañía de otras tres personas que en menos de un día se habían vuelto especiales para cada uno, con los cuales compartían amor, cariño y pasión por la música y que también comprendían el dolor de un corazón roto. 

Los minutos pasaron, se instalaron cómodamente en sus habitaciones para después pedir algo a domicilio y pasar mayor tiempo juntos conociéndose, y allí estuvo uno de sus primeros conocimientos respecto a los demas. Sus gustos para la comida eran en extremo diferentes, mientras que Yuji disfrutaba de lo picante, Midoriya prefería lo agridulce, Shoyo tenía una facinacion por los dulces y Tanjiro amaba la comida tradicional japonesa. Fue un banquete en el cual todos estaban felices.
Su tarde fue tranquila, demasiado para su gusto, revisar el impacto de su vídeo en las redes sociales y la página oficial de la agencia, hablar con sus familias, ver televisión, divertirse jugando algún videojuego, pero la necesidad de salir poco a poco los carcomía.

—Estoy aburrido~ —se quejó Hinata.

—También yo. —lloriqueo Itadori. 

—Es muy extraño tener un día libre. —habló el pecoso.

—Hay que salir. —sentenció el pelinaranja.

—No creo que sea buena idea Shoyo-san, recuerda lo que nos advirtió Aizawa-san. —dijo el pelirojo.

—No pasara nada si no se enteran. —sonrió.

—Vamos Tanjiro-san ¿qué es lo peor que puede pasar? —dijo el pelirosa apoyando a su superior.

El Kamado se lo pensó un instante, era verdad que podrían tener muchos problemas, pero también era verdad que una actividad de ese tipo lo uniría aún más como compañeros.

—Está bien me sumo —sonrió al final alegrando al otro par— ¿Izuku-san?

—Los seguiré donde vayan.

Shoyo y Yuji festejaron felices, planearon el lugar dónde irían y Tanjiro por suerte conocía un buen bar con buna música y bebidas en el cual podrían estar tranquilos y pasarla bien. Fueron a vestirse y luego de 40 minutos estaban listos para partir.

—¡A divertirse! —gritó alegre el pelirosa.

Una noche de tragos, baile, y locura estaba esperandolos, al igual que una experiencia nueva juntos. 

Dicho y hecho los cuatro se encontraban ya en el bar con sus primeros tragos en mano, estaban en una zona vip dónde nadie podría molestarlos pero de igual manera pasándola bien. Reían, bebían y bailaban, creaban recuerdos juntos.
La situación era diferente en cada uno luego de dos horas allí, Shoyo se encontraba un poco mareado y más parlanchín de lo normal, Tanjiro había tomado poco por lo que se encontraba en perfectas condiciones, Izuku también había bebido poco pero tenía un poco de mareo, y por último estaba Yuji el cual gritaba a todo pulmón al igual que bailaba ya que esas cuatro copas lo había afectado. Definitivamente el pelirosa era mal bebedor.

Fueron a la pista principal, fueron acompañados en su baile por otras personas y a las 6 a.m. fue que tomaron un taxi y volvieron a su hogar esperando que ese día siguiera siendo libre. Pero claramente no fue así. A las 11 a.m. una alarma sonó en la sala en dónde se encontraban dormidos exactamente vestidos a como habían salido.

—¿Y decías que todo iba a estar bien? —dijo Aizawa hacía Ukai.

—¿Por qué tanto ruido...? —habló de mal humor Hinata.

—Su primer día libre juntos y se les ocurrió ir de fiesta ¿es en serio? —exclamó Nanami disgustado.

—Solo nos divertimos. —contestó Midoriya.

—No era la forma.

_No seas tan duro Shota-san. —intervino Rengoku.

—Alguien debe serlo, claramente tu y Ukai no lo fueron nunca con ellos.

—No me digas como manejar a Shoyo.

—He cuidado muy bien del joven Tanjiro.

—Nos regañan a nosotros y ni siquiera pueden llevarse bien ustedes. —dijo el pelinaranja.

—Nanami-san...me duele la cabeza. —la voz de Itadori calmó un poco el ambiente.

—Aquí tienes niño. —el rubio le extendió una píldora y un vaso de agua.

—Desayunen, vistanse y nos iremos a la agencia hay trabajo que hacer.

Todos fueron a sus habitaciones para tomar una ducha y lograr despertar al menos un poco, luego comieron algo ligero y así se dirigieron a su primer día de trabajo.
Todos sabían que no iba a ser fácil pero con tiempo y mucha paciencia lograrían ser un buen equipo, estaban seguros de eso.

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