Cuatro jóvenes salían del salón de baile camino a la oficina del presidente de la agencia, al comienzo con pasos tranquilos pero poco a poco la emoción les ganó y acabaron irrumpiendo el lugar de pronto llevándole un susto al mayor.
Sus sonrisas los delataron y el presidente sonrió con suavidad.

—Aoi llama a los managers por favor. —comunicó por su teléfono.

Al igual que con sus protegidos los mayores comenzaron a dirigirse a la oficina en paz, había ciertos nervios pero no lo admitirían, aún así estando a pocos metros aumentaron la velocidad llegando así algo agitados. Porque sí, estaban preocupados por lo que sucedería con sus chicos.

—Bien ya todos estamos aquí ¿qué decidieron chicos? —preguntó impaciente.

—Nosotros... —comenzó Izuku.

—¡Decidimos aceptar ser un grupo! —interrumpió el suspenso Yuji.

—¡Maravilloso! —comentó el presidente levantándose de su asiento muy contento—. Deben firmar esto, pueden leerlo si desean.

—¿Ya tenía el contrato preparado? —preguntó curioso Keishin.

—¡Pues claro! Si aceptaban no había porque esperar todo el papeleo y si, por el contrario, lo rechazaban simplemente lo descartaba. —respondió como si nada el mayor.

Los jóvenes comenzaron a leer el contrato, la mayoría de condiciones las conocían bien ya que se encontraban en sus propios contratos pero ciertos puntos eran muy curiosos para ellos y sus rostros lo reflejaron a la perfección.

—Presidente esto... —habló Tanjiro.

—Veo sus dudas, diré las condiciones más importantes así no queda nada sin resolver —dijo serio retomando su asunto—. Deberán vivir juntos, su penthouse ya está totalmente equipado solo deberán llevar cosas personales.

—¿Pe-Penthouse? —cuestionó Itadori.

—Ya que trabajarán juntos el que vivan cada uno en una punta de la ciudad sería problemático así que decidí que lo mejor es que vivan juntos. —aclaró.

—Está bien. —dijo Shoyo.

—Y otra cosa importante es que podrán seguir con sus carreras como solistas pero habrá momentos dónde deberán presentarse como un grupo. Claro que por el momento sus giras serán interrumpidas para concentrarnos totalmente en este nuevo proyecto —su seriedad acabó para mostrar una gran sonrisa— ¿Alguna duda?

—No. —respondieron.

—Entonces mañana mismo podrán instalarse en su nuevo hogar —todos estaba por irse hasta que el mayor los detuvo—. Otra cosa, ustedes seguirán a cargo de cada uno de ellos pero ahora que son un grupo deberán trabajar también ustedes en conjuntos. ¡Bien eso era todo!

—¿Qué...? —exclamó Aizawa.

—¡Será un gusto trabajar con ustedes! —dijo entusiasmado Rengoku.

—Y por último...tengo algo para ustedes chicos. —sonrió malevolamente.

Así todos salieron de la oficina sintiendo que algo nuevo había en el aire, una emoción diferente.

—Nos vemos mañana entonces. —habló Izuku.

—¡Nos vemos chicos! —saludó Shoyo yéndose junto a Ukai.

—Bye bye~ —le siguió Yuji.

—¡Adiós! —acabó la despedida Kamado.

No podían esperar al día siguiente, vivir con "compañeros de cuarto" sonaba emocionante y era algo nuevo para todos. Más aún esperaban hacer aquel pequeño proyecto que el presidente les había pedido, estaban seguros que sería algo de que hablar.

—Prepara tus cosas, estaré aquí arreglando la suspención de tu gira.

—¡Está bien Nanami-san!

Itadori entró a su cuarto, sacó una de sus maletas y comenzó a ordenar la ropa que tenía. Tarareaba una canción totalmente feliz hasta que su teléfono sonó y en la pantalla aparecían 15 llamadas perdidas de su hermano.

"Voy a morir"

Pensó con temor pero terminó contestando la videollamada con Sukuna.

—¡¿Por qué no respondías?, ¿dónde estabas?! ¡Estuve llamandote toda la maldita mañana!

—¡Lo siento! —se disculpó con temor—. Estaba en una reunión en mi agencia.

—¿Reunión?

—Si, después de mi show de ayer la agencia me llamó diciendo que debía ir hoy con urgencia. —explicó ya más calmado el menor.

—¿Y entonces?

—Es algo largo de explicar todo lo que sucedió hoy pero... —hizo una pausa y su sonrisa se ensanchó más— ¡Ahora soy parte de un grupo!

—¡¿Qué?!

—¡Si, estaré junto a Shoyo-san, Izuku-san y Tanjiro-san ¿no es grandioso?!

—Pero...acabas de comenzar tu carrera como solista ¿no es muy pronto?

—Al contrario es el momento perfecto, además el presidente dijo que todos seguiríamos con nuestra carrera como solistas pero por el memento nos concentraremos en el grupo. —explicó.

—Bien... —dijo no muy convencido.

—Sukuna ya no debes cuidarme, ahora más personas estarán conmigo. —habló tranquilo Yuji.

—No pidas lo imposible tonto, no voy a dejarte en manos de desconocidos.

—¡Ya tengo 18! Debes dejarme ser libre de una vez por todas.

—No.

—¡¿Por qué?!

—¡Porque eres lo único que me queda! —admitió agitado.

—Tienes al abuelo también...

—Sabes que no es lo mismo —suspiró cansado—. Solo...avísame cuando estés en tu nuevo departamento.

—Claro...te habló luego nii-san.

Sukuna fue quien cortó la llamada y un extraño sentimiento se alojó en el pecho de Yuji. Él era muy consciente de lo sobreprotector de su hermano mayor, estaba acostumbrado, pero sentía que poco a poco se ahogaba y esta oportunidad nueva era una manera de ser libre al fin. De seguir su propio camino y solo.

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—¡Estoy muy feliz por ti hijo! Ya quiero conocer a tus nuevos amigos.

—Mamá hablas como si tuviera 10 años. —rió divertido el pelinaranja.

—Oh aquí está Natsu —cambió de tema la mujer— ¡Natsu tu hermano esta aquí!

—¡Nii-chan! —saludó feliz.

—¡Hola Natsu! ¿cómo has estado sin mi?

—Muy aburrida~ aguantar a mamá sola es un infierno. —susurró.

—¡Natsu! —regañó la mayor que la había oído sacando carcajadas en sus hijos.

—Les prometo que vendrán para mí primer concierto como parte de un grupo.

—¡¿Estás en un grupo?! —preguntó la pequeña.

—¡Si! Así que espera nuestra primera canción con ansias. —sonrió.

—¡Claro!

—Bien debo preparar mis cosas, les hablo luego.

—Adiós. —saludaron a la vez.

—¡Las amo bye!

No lo admitirían con su hermana, mucho menos con su madre, pero las extrañaba demasiado. No era la primera vez que salía del país pero está vez era diferente ya que la muerte de su padre había sucedido hace un año atrás y ahora ellas estaban solas.
Fue un golpe muy duro para todos, asumir la responsabilidad de cuidar a las dos mujeres de su vida había sido difícil pero ver cómo cada día ellas estaban mejor lo ayudaban a seguir adelante. Hacía todo por ellas porque las amaba y eran su vida, también fue por esa razón que no se permitió sufrir demasiado por su ruptura con Kageyama, no tenía tiempo para eso.

Es por esta razón que está nueva propuesta de trabajo era tan importante, era como un respiro para su atareada vida.

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—¡No puedo creer que conociste a Shoyo-san antes que yo~ que injusto!

—Voy a presentartelos Nezuko tranquila. —rió divertido Tanjiro.

—Pero dejando eso de lado, estoy muy feliz por ti nii-san.

—Gracias... —sonrió.

—Siento que esto te hará bien, algo nuevo en lo que enfocarte es lo que necesitabas.

—Tal vez tienes razón.

—Ah recuerda nuestro almuerzo del domingo, no llegues tarde.

—Si lo sé~ no te preocupes.

—Tengo una sesión de fotos así que debo irme, bye bye~

—Bye~

Tanjiro soltó un suspiro, si debía ser sincero aquel almuerzo lo ponía nervioso, nunca se le quitaría esa sobreprotección que tenía con sus hermanos pequeños y aún no podía creer que Nezuko estuviera saliendo con alguien. El amor era complicado, a veces doloroso y deseaba con todo su corazón que su pequeña hermana no pasara por nada de eso, y aún si ese fuera el caso se encargaría de reconfortarla.

Por el momento debía concentrarse en empacar sus cosas, mañana sería un día muy atareado.

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—Toshi nuestro bebé está creciendo muy rápido. —lloraba la mujer al otro lado de la videollamada.

—Querida deja de llorar estás espantando a Izu.

—Estoy tan orgullosa de ti mi niño.

—Gracias mamá pero...deja de llorar ¿si?

—Si...lo siento. —la peliverde se calmó poco a poco y ambos hombres sonrieron conmovidos.

—Mañana me mudaré así que estoy un poco nervioso.

—Si lograron entenderse en un par de horas estoy seguro que podrán convivir. Aún así si hay problemas es algo normal, siempre habrá diferencias.

—Si lo sé...pero estoy emocionado, son buenas personas.

—Eres mayor que dos allí así que debes dar un buen ejemplo y cuidarlos ¿entendido? —advirtió su madre.

—Si mamá~ —rió divertido.

—Tenemos que decirte algo hijo —habló serio el rubio—. Es sobre Bakugo él-

—Está aquí...lo sé.

—¿Se vieron? —preguntó preocupada Inko.

—No, estuvo en mi presentación, y sus llamadas siguen de vez en cuando.

—Hablaré con Shota para que aumente tu seguridad y no se te acerque.

—Está bien...es buena idea. —suspiró el pecoso.

—Seguro estás cansado, hablaremos mañana hijo. —dijo Toshinori.

—Bien, adiós a ambos los quiero.

—¡Adiós hijo!

Era un momento muy feliz para Izuku pero no podía evitar sentirse inquieto por la presencia de Katsuki. Creyó dejar las cosas claras y también creyó que el rubio estaba lo suficientemente enojado para no buscarlo pero al parecer lo subestimó y ahora debía estar atento a sus alrededores.

Agitó su cabeza intentando despejarse de esos pensamientos, era su momento feliz, su momento especial y nadie ni nada debía arruinarlo.
Mañana su nueva vida comenzaba.

Los cuatro por igual no tenían idea de las cosas que pasarían juntos, de todo lo que aprenderían uno del otro y más aún que el amor puede encontrarse en los lugares menos esperados con las personas menos esperadas.

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Gracias por el apoyo a esta historia, espero hayan disfrutado del capítulo y nos leemos pronto bye ~ ꒰⑅ᵕ༚ᵕ꒱˖♡