Capítulo diecisiete.
Eso fue muy raro pero para México no fue nada, es decir, es piel ¿por qué cambió de pronto por verlo de esa manera? No lo sabe. Ni tiempo de decir gracias tuvo, el ruso se le adelantó y abandonó la habitación.
Dejó la ropa sobre una linda repisa blanca y procedió a secarse suavemente, le gustaba esa sensación algo rasposa de la toalla.
Fijó su vista en la ropa, esta es un poco más grande así que supone que es de alguno de los otros hermanos de Rusia o del mismo Rusia cuando era más pequeño. Le dio un cosquilleo en los labios como si quisiera sonreír pero no lo hizo. La ropa que portaba para dormir no le había importado por el sueño y más que nada por el frío, pero ahora como ha descansado y está consciente de que es ajena...
—Uhm, no.
Esa camiseta roja de mangas largas con un pantalón de vestir negro no le agradaba la idea. Miró su ropa en el suelo y la tomó para colocársela nuevamente pero sin tomar en cuenta la de Bielorrusia. Antes de salir se miró al espero para tocar sus mejillas y observar sus pequeños hoyuelos.
Al salir se dedicó a buscar la cocina para comer alguna cosa, esperaba que el ruso tuviera una barra de cereal. Sus pasos fueron lentos para toparse con el más alto para preguntarle por una barra de cereal o una manzana. Lo encontró hablando por el celular, se detuvo y miró al suelo, al parecer el soviético no se ha dado cuenta de su presencia.
—Sí, México está bien.
—Eso espero, porque sino puedo cargarte de un puñal de hostias en tu pobre rostro.
—Claro, señor España.
—No quiero que mi hijo esté mal, si veo que lo has tocado o mínimo tiene un rasguño voy a matarte con mis propias manos.
—Igualmente descanse.
—¿Qué? Sí ya estoy aquí, en algunos minutos estaré con mi bebé.
—Oh.
Oh, puede escuchar la voz de su padre hasta acá puesto que suele alzar su voz cuando está alterado o enojado. Miró como el ruso colgaba su teléfono para suspirar pesadamente mientras acariciaba con lentitud y paciencia su frente o eso creé porque lo tiene de espaldas.
—Con que México no le diga que lo vi desnudo todo estará bien.
Rusia decía sus pensamientos en alto ya que creía que se encontraba solo en la habitación hasta que México habló.
—¿Y eso es malo?
—Ah...digamos que sí.
—¿Por qué? Eres un hombre también, ¿por qué es malo que me veas de ese modo si yo también soy un hombre?
—México...es porque...
—También tengo pene y testículos, ¿dónde está lo malo?
—¡No es por eso! Es por otra cosa que es difícil de explicarte. Ve preparándote que tu paranoico padre viene en camino.
Un poco de su cólera salió a saludar al mexicano, algo que hizo que el contrario bajara la cabeza como un niño regañado por haber hecho algo mal. Solo se limitó a jugar con sus pies por un rato mientras cerraba sus puños con algo de fuerza.
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Quiero hacer algo tonto y ese algo tonto es que hagan preguntitas a los personajes ✨❤ No sé, me gustan esas cosas mensas.
🍪 Hagan sus preguntas aquí.
En el siguiente capítulo estarán anexadas, ¡los amo!
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