🌄ⅩⅩⅤⅡ🌄
Decadencia de un Reino y el Alzamiento de una República.(1951)
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【Ⅰ】
El Cairo-Egipto.:
Un día particular como los demás, ordinario en su simplicidad. De no ser por lo enfermo que se hallaba a estas instancias jamás se habría sabido de él, al menos no en estos últimos días.
A dolorido y cansado a permanecido postrado en cama durante un largo tiempo, escasamente a salido al balcón a deleitarse con la imagen de la gran ciudad de El Cairo que comenzaba su apogeo siguiendo los pasos de la modernidad.
Había inconformidad en su gente, muchos hacían recuerdo de su fatal derrota con Israel en 1948, ese error lo sigue hasta ahora. Las ganas de ir a su jardín en el Palacio Montaza se disipan debido a un fuerte dolor en el pecho que lo deja más débil, los médicos que lo atendieron quedaron atónitos al ver la forma en la que partía de este mundo. Fragmentándose en diminutos pedazos, la piel de su cuerpo comienza a caer en pequeños pedazos que son retenidos por las vendas que cubren la mayoría de su cuerpo, escasamente aun ve vida en sus manos.
Aterrorizado observa el cambio más crucial de su vida, en aquella tarde de un Viernes en peculiar se armo de fuerzas para salir de la cama, fuerzas que lo impulsaron a seguir adelante para traer de aquel jardín una rosa roja que cuidar hasta que desfallezca. Ver que la vida de otro ser se apaga más rápido que la suya misma le daría el valor necesario para seguir aferrándose a la vida que se le va escapando de las manos.
Un escrito a la antigua, entre un papel blanco y una pluma cuya diestra maneja los trazos de la tinta escribe una carta, los párrafos de la misma escritos en su lengua árabe relatan su vida misma, es como si con la misma describiera a grandes rasgos todo lo ocurrido en sus primeros años de existencia hasta ahora. Hazañas y derrotas decoran su buen nombre, siendo aun "esclavo" o algo por el estilo del Inglés, pese a haberse independizado del mismo aun puede notarse su presencia. El Ingles era un hombre de doble moral, un hombre que había corrompido a su nación y a sus superiores. Temido por muchos al igual que es respetado yace subyugado a las invisibles cadenas que lo unen aun a su indeseable presencia. Su gente lo grita, ha escuchado la decepción en sus palabras y la forma en que son manifestadas. Marginados por el el despilfarro de sus aportes a la corona de la dinastía se ven cansados de tantas derrotas y aprovechamiento, sus miradas lo dicen aun cuando sus labios permanecen sellados y solo son formulados en sus mentes.
Entre sus corazones y el anhelo del cambio surge una palabra que a muchos aterra, a muchos entre ellos y es lo que se denomina 'Revolución'.
Nuevos aires que prometen sanear las heridas de un estado, significando la muerte del mismo para el nacimiento de una República que nacería con aquel ideal como palabra sagrada. Le aterra morir y a que temor lo obliga a verse humillado y subyugado a los deseos y ordenes de sus superiores.
¡Oh como extrañaba sentirse nuevamente con vida! Verse más vivo que nunca, sentirse libre de aquellas cadenas con las que creció, verse en un espejo y reflejarse en la grandeza de sus más grandes proezas siendo un Reino y no una misera colonia. Aun cuando las cadenas del coloniaje habían sido rotas concretando con ello su más grande sueño las sentía pesar sobre sus muñecas. Una lágrima se desliza por su rostro mientras su diestra tiembla al momento en que la tinta traza rayones que estropean su escrito. Una misiva, una dedicatoria, un destinario.
Sus pasos se hacen más lentos conforme el cuerpo empieza a fallarle, últimamente más débil que nunca pero eso era lo preocupante. Se sentía más débil aun cuando el final no estaba próximo, al menos no llegaría aquel año.
Entre el campo de rosas, capullos que empiezan a florecer a lo largo del jardín deleitan su mirar, recordando con el tacto de las yemas de sus dedos acariciando sus quebrados labios los femeninos que robo. Un beso entre muchos que le siguieron, una adicción que despertó en él un frenesí de emociones jamás antes sentidas. Era tan hermosa y mientras cierra sus ojos con solemnidad la recuerda. El color de sus ojos; celeste como el cielo mismo y café como lo era el tabaco aunque se asemejaba más a la miel; La palidez de su rostro combinada en dos colores que la identifican y la hacen única; el rosa de sus labios, suaves y semicarnosos; un cuerpo hermoso donde las curvas de sus caderas yacían ocultas bajo la timidez de sus vestiduras. Su timidez, su amabilidad y cordialidad como ingenuidad la hacían vulnerable ante cualquier mirada, podría hasta ser el deseo de alguien más pero cuyo corazón le pertenecía a él. La amaba y aun así fue casi capaz de matarla en nombre de aquel amor.
Obligándose a dejarla creía hacer lo correcto. Poniéndose una mano al pecho que sostiene con fuerza el tallo de una rosa florecida siente nostalgia mientras abre los ojos nuevamente. Melancolía sale de sus labios en forma de un suspiro. La brisa choca con su moribundo rostro mientras le murmura con delicadeza, imitando para sus oídos la dulce voz de su dama.
—zahrati aljamila ...(mi hermosa flor...).-murmura mientras observa la flor que sostenía en sus manos.—ant la taerif kam min alwaqt 'akun bijanibi marat 'ukhraa ...(no sabes como anhelo volver a tenerte a mi lado...).
Un fuerte dolor en el pecho se hace nuevamente presente poniendo fin a su recuerdo, atormentado por la tristeza deambula con la flor en mano; espinas que se incrustan en las vendas de sus manos provocando que una pequeña estela de luz verde salga de las mismas. Como si fuese surrealista observaba aquel acontecimiento nuevo.
Aterrado y consumido por el pavor lanza aquella flor mientras sostiene su muñeca observando aquella escena. Sus pupilas se dilatan mientras sus manos tiemblan al igual que su cuerpo y el corazón se le acelera terminando con él tendido en el camino hacia el palacio.
Desmayado por el pánico permanece en el suelo, con la mirada fija en el cielo donde las nubes tapan al astro incandescente por algunos escasos 20 segundos.
—khudhha fi aldaakhil. yjb 'an yaeish liahmil ghadab al'umati.
Una orden que significaría mucho para el surgimiento de una nueva faceta.
La faceta de una República.
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