🌄ⅩⅥ🌄
Escritos del Pasado.
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[II]
Emirato de Damasco; Damasco, 28 de Julio de 1148.:
❝En el auge de la guerra, después de un concilio que decidió gracias a mis intereses sustituir salvar a Edesa de las manos de los musulmanes por Damasco. La dama había estado neutral desde hace un buen tiempo bajo la gran influencia venida del norte a mano de los musulmanes.
Aquella tarde sentí pavor, después de mucho llegaba a ser una guerra conforme a nuestros designios. Estaba nervioso al estar frente a entidades que en mi corta existencia había avistado por los vastos terrenos de mi reino, frente mio y con un porte sereno y luciendo los hábitos reales se hallaba el poderoso "SIRG" los medianos ojos que adornaban su álgido rostro tenían un color peculiar. Naranjas como el ocaso, como la llama del fuego en las antorchas...como si detrás de aquellas palabras y sobrenombres existiese el infierno mismo contenido en su existencia justo detrás de sus exorbitantes orbes. En contra parte también conocí a otro reino; Reino de Francia era su nombre y resonó en mi cabeza como si fueran campanas en un día de júbilo, dedique mi atención discreta a ver sus rasgos faciales que asemejaban a SIRG, su piel era azul y llevaba toques amarillos en una simbología que se repetía pero no entendía, una mirada casi desconfiada, prepotente y por demás decir caótica pero mantenía el equilibrio con la verdad, la serenidad y la gentileza. Temí al verlos frente mío portando en sus vestiduras oro y joyas que en mi vida vi decorar mis vestiduras, humildemente me acerque al más anciano de todos. El de piel amarilla con una extraña águila oscura me miro curioso cuando le pregunte: «¿Usted consiguió sus tesoros y riquezas segando vidas en su camino?».
Sentí su extrañada mirada penetrar mi alma sin piedad al igual que su acompañante, mi imprudencia pudo haber sido un factor que hizo que emitiera una diminuta risa risueña, como si mi pregunta fuera una burda forma de apaciguar el ambiente...era cierto que no tenia experiencia como tal pero precisaba información... Información que solo ellos por su vasta experiencia podrían darme.
Él se acerco a mi y poso sus manos sobre mis hombros que me hicieron estremecer de pavor, había cierta sutileza en su forma de mirar, una inquietante aura lo rodeaba a medida que su rostro risueño se perdia y daba la bienvenida a una de escalofriante seriedad. Su respuesta me mantuvo pensativo por la sabiduría que transmitía en sus palabras, simples pero llanas en significado...poderosas para mi débil e ingenua mente que aun divaga en los pasajes más oscuros buscando el origen de mi existencia. Buscando una verdad de la cual me han privado de conocer.
«Jerusalén, en la trascendente vida debes tomar decisiones que pongan tus intereses de supremacía por encima de tus sentimientos. Solo así, podrás mantener tu existencia latente en un mundo cruel donde quienes son diferentes llegan a perecer...»
Aun montado en mi corcel esperando con ansias llegar a mis tierras recuerdo aquellas palabras. Hoy, siendo ya de noche recuerdo los escenarios de una guerra que aun con apoyo de dos poderosos reinos no se pudo conseguir la victoria. Los verdes ojos de Damasco me miraban con decepción mientras detrás de sus murallas era tomado por varios soldados, solo en aquel pequeño instante divise a quien podría ser el representante de los musulmanes; una armadura de metal seguido de un extraño casco dejaban al descubierto solo una delgada linea por la cual divise su mirada y el color de sus extraños ojos semi rasgados. Brillaban como el rubí en la corona de una reina, tenia aquel mismo color carmín incandescente presentes en las fraguas de donde nace el oro...el mismo color que tiene la sangre cuando es desparramada por los caminos y esparcida sobre la plana superficie de una espada.
No puedo dormitar, he tenido una pesadilla que me pone nervioso y me evita cerrar los ojos para conciliar el sueño después de haber sido derrotado. Lo recuerdo a perfección... Es imposible no hacerlo cuando siento que todo lo que vivo empieza a ser la experiencia de una vida que no me pertenece.
Recuerdo con cierta vaguedad ciertos aspectos pero los escenarios no cambian...nunca lo hacen, entre los abundantes y dorados campos de trigo me hallo paseando en un sendero que se abre con majestuosidad entre aquel campo, alguien me espera mientras se mantiene firme observando un ocaso que parece infinito, oigo el trinido de algunas aves que no alcanzo a ver y la dama que me espera me mira con ternura y extrañeza, sus rizados cabellos blancos como la leche juegan con la cálida brisa que acaricia mi rostro mientras ella toma mi mano entre las suyas. Parece ser real debido a que aun siento la suavidad de sus manos sobre las mías... Aun puedo ver sus hermosos ojos cuya mirada inocente me trasmite una tranquilidad inigualable hasta el instante en que se acerca y me dice al oído que he muerto.
Imploro vuestra misericordia señor para que podáis quitar este peso de mi mente, quiero dejar de pensar en mí, quiero dejar de ser yo por un instante y ser lo que realmente soy...quiero que ante mis ojos podáis mostrarme la verdad de la que muchos me alejan...quiero saber mi origen, quiero saber quien es Jerusalén realmente. Me siento decepcionado por mi mismo, cuanto extraño a Edesa...lo lamento en el alma haberte fallado Damasco. Solo tu puedes aminorar mi dolor y darle paz a mi alma que tanto la necesita.
Debimos haber atacado cuando tuvimos la oportunidad y aun así no lo hicimos por que nos confiamos demasiado y terminamos perdiendo más de lo que imaginamos.❞
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