9
El frío gélido cortaba como la hoja de un cuchillo la piel blanca de Sehun, que durante un instante se arrepintió de no hacerse caso a su madre y de no ponerse algo mas abrigador. Era realmente brusco el contraste entre la tibieza que habia dentro del aeropuerto y el frío de la calle, en la parada de taxis.
Por suerte, no fue difícil para encontrar uno. El y su madre se sentaron en el asiento de atrás, mientras el padre ayudaba al taxista a meter el equipaje dentro en el maletero. Durante el trayecto Sehun miró alrededor, tratando de encontrar algo bonito en el nuevo paisaje. En su corazón, nada podrá reemplazar jamás a Corea, el país que tanto queria, el escenario de su adolescencia. Los años mas hermosos de su vida.
Procuro distraerse , pues las primeras lágrimas amenazaban sobre sus ojos.
―Mamá, ¿cuanto falta? ¿La casa queda lejos?
―No lo se, preguntaselo a tu padre.
―¡Bah déjalo! Ya no quiero saberlo...
Joo Young le dio un codazo a su hijo y, entre dientes sin que oyera su marido, le dijo que dejara de comportarse como un niño. No habia vuelto hablar con su padre, ya no parecía tener tener la intención de hacerlo.
En el avión hizo una rabieta para no sentarse al lado de sus padres, y dado que los asientos estaban asignados, una señora amable , a la que le hicieron gracia sus caprichos, le cedió sitio.
―¡Llegamos dentro de media hora!
El taxista que hasta ese momento no habia pronunciado palabra se sintió obligado a responder la pregunta a el chico.
―¿Tanto tiempo? ¡Que fastidio!
Joo Young levantó la mano para darle un coscorrón a su hijo, que rápidamente agacho la cabeza y la esquivo.
―¡Cuando quieras dejar de hablar tan vulgarmente ya será demasiado tarde!
―¡Uf Quizá quieres decir que el dia que descubra que tu madre tambien dice "que fastidio"ya sera demasiado tarde.
―¡No metas a la abuela en esto!
―¡Y tu deja de jorobar!
―¡Paren los dos! ¡Y modera tu lenguaje, señorito, o te dejo sin domingo un mes!
Dongwook habia terciado para cortar la discusión. Su tono era severo y tenía una ceja arqueada, lo que sucedía únicamente cuando estaba realmente enojado. Ambos comprendieron enseguida que era preferible no continuar.
Resolando Sehun, se acomodo mejor en el asiento, tomo el celular, lo escondió y trato de llamar, pero no obtuvo señal. Tras innumerables intentos sonó una llamada, pero al otro lado de la línea no contestó nadie. Lo volvió a intentar varias veces. Entonces guardo el celular en el bolsillo y miró el reloj : según el taxista aún faltaban veinte minutos para llegar. Sin dejar de resoplar, se acurruco sobre las piernas de su madre y vencida por el cansancio del viaje se quedó dormido.
Cuando despertó el taxi estaba cruzando una enorme verja de hierro forjado de color gris muy oscuro que la penumbra volvia aun mas majestuosa.
―¡Cariño...., despierta! ¡Ya llegamos!―Joo Young lo estaba sacudiendo nuevamente.
Sehun abrio los ojos, pero necesito un rato para acostumbrarse a la oscuridad. Se estiró en el asiento y observo delante de él un larguísimo camino, considerando a duras penas entrever a los lejos el perfil de una casa inmensa. Su estupor aumenta a medida que se acercan a la vivienda. Ya completamente despierto, se quedó boquiabierto cuando el coche se detuvo delante del portal de una maravillosa villa decimonónica.
―¡Dios mío, pero...es magnifica! ¡Es la casa mas hermosa que he visto jamas!
Se bajo corriendo del coche y fue a la fuente que habia en el centro del patio. Desde ahi podia ver la enorme villa en todo su esplendor. La villa era grande, tenia dos o quizá mas. Sehun no alcanzaba a ver hasta donde llegaba y se quedó pasmado . Delante de él habia un largo camino asfaltado delimitado por pequeñas luces, y a los lados se extendió el jardín que parecía infinito.
Cuatro escalones, largos y estrechos, llevaban al portal de entrada, protegido por una gran lámina de cristal blanco con dibujo abstracto que permite entrever el interior de la vivienda. Encima, tres columnas blancas sostienen el balcón del piso superior.
―¡Caray es fantástica! ¡Si la viese Baekhyun, se moriría de envidia!
Saco el celular para tomar unas fotos, pero desde donde estaba no podía encuadrar bien, ademas estaba oscuro.
Mientras tanto, todos habian bajado del coche, y su padre sonriendo, se acerco y lo tomo de los hombros.
―Mañana por la mañana tendrás tiempo para tomar todas las fotos que quieras. ¡Ahora es mejor que entres; sino vas a pescar un resfriado!
Sehun no respondió, pero Dongwook lo intentó de nuevo.
―¿Viste como al final valio la pena? Puede que Italia tenga muchas cosas hermosas que ofrecernos...
―¡Pero si esta casa ni siquiera es nuestra! ¡Solo es prestada...una ganga! Ademas la casa de Corea, nuestra casa, no estaba nada mal...
Sehun habia asumido la misma expresión enfurruñada de cuando era pequeño. Ante esa carita, Dongwook nunca habia podido evitar enternecerse.
―Tienes razón, pero hagamos lo siguiente: si me garantizan que ya no tenemos que trasladarnos, te prometo que hare todo lo posible para comprarla.
Sehun que no daba crédito a sus oídos, pregunto tímidamente:
―¿En serio?
Dongwook asintió con la cabeza, sonriendo con dulzura. Presa de la euforia, su hijo se arrojo a su cuello de su padre. Olvidandose de su rabia, exclamo:
―¡Gracias papá, de verdad mil gracias! Te quiero mucho y perdóname si he estado desagradable contigo...
Aquellas palabras fueron capaces de hacer templar los corazones de ambos. Padre e hijo se estrecharon en un fuerte abrazo, tan fuerte que ya no sintieron frío, sino solamente el calor de su afecto . A veces pasa eso, basta un abrazo para borrar todo rastro de rencor.
A veces.
Joo Young habia presenciado la escena, sonrio, feliz de que su hijo se le hubiese pasado por fin la rabia contra su padre y de que fuera receptivo a las emociones de una nueva vida.
Se acercó a su marido.
―¡Tengo que reconocer que en vivo da otra impresión! De todas formas, no me atrevo a imaginar todo el trabajo que hay que hacer...¡Todo debe estar sucio y lleno de polvo! Si no me equivoco, dijiste que el señor no viene a esta casa desde hace años...
―No, no te equivocas, pero el señor se ha asegurado de que encontremos la casa limpia y ordenada. Hay personal que ocupa cada semana de la villa y tambien del jardin. Y no solo eso, me dijo que sus sirvientas estan a tu disposición.
―¡Que amable! Pues me temo que las necesitare. No pudo ocuparme sola de una casa tan grande.
―¡Pues estupendo! Mañana por la mañana lo llamaré y le diré que avise a las sirvientas que las necesitamos. Pero pasemos Sehun nos esta llamando.
Mientras marido y mujer charlaban, el taxista habia sacado el equipaje del coche y habia dejado rápidamente todas las maletas en la entrada.
Dongwook le pagó al taxista y el se alejo.
Al tiempo los padres empezaban a poner un poco de orden, colocando la ropa en los cajones y las cosas de primera necesidad en su sitio, Sehun inspeccionó toda la casa, emitiendo un sonoro "Oh" cada vez que abría una puerta o descubre un nuevo espacio. Al final de su recorrido de exploración estaba realmente entusiasmado y la excitación llego a las estrellas cuando abrió la puerta de la que debía ser su habitacion. En lo primero que reparó fue un majestuoso dosel, con unas telas de un delicado azul oscuro antiguo tapando la cama matrimonial. Las cortinas que colgaban de las paredes eran de la misma tela y del mismo color, y ocultaban una ventana enorme que ofrecía una vista maravillosa del jardín. Las paredes estaban pintadas de un rojo un poco mas oscuro, con algún detalle blanco. EL resto de los muebles de estilo decimonónico hacían juego con la cama y convertían en esa habitacion en una autentica joya.
Sehun creía que estaba soñando. La habitacion era mas hermosa de lo que jamás se hubiera podido imaginar.
La madre fue a verlo, tambien encantada con la nueva casa. En efecto, su dormitorio era maravilloso, y no tenía nada que envidiarle a su hijo. Ambos inspeccionaron todas las habitaciones, quedandose sin adjetivos para describir cada detalle.
Los interrumpió el sonido del timbre: por consejo del taxista quien se ofreció, amablemente a llamar por el , Dongwook habia encargado la cena de un restaurante situado allí cerca, y el repartidor habia llegado con el pedido. Dongwook abrió la puerta y lo invito a poner la comida sobre una mesita de la entrada. Tras dejar el paquete humeante, el muchacho extrajo del bolsillo un recibo y se lo tendió.
―Son cuarenta y cinco euros con cincuenta centavos.
El señor Oh abrió la cartera, saco un billete de cincuenta euros y otro de diez y se lo entrego al repartidor, que lo miro sorprendido y un poco perplejo.
Dongwook, al intuir las dudas del muchacho, se apresuró a aclarar la situacion.
―Esto es lo de la cena, y quedate con el cambio ; y esto...―dijo señalando el otro billete―, ¡eso es tu propina!
Incrédulo, el repartidor le dio sinceramente las gracias y se salio de la villa, felicitándolo por su hermosa casa.
Dongwook cogió el paquete y fue al comedor donde su mujer y hijo habian puesto rápidamente la mesa.
―¡Por fin se come!...Mmm...¡Que olor tan rico!
Tras un vistazo al paquete, Sehun ayudó a su madre a sacar las viandas, luego se sentó a la mesa entre sus padres y juntos disfrutaron alegremente de su primera cena en la casa nueva, haciendo planes para el futuro inmediato imaginando qué sorpresas les depararía Italia.
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