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Esa tarde estaba totalmente decidido a ponerse manos a la obra: sabia que si lo proponía podía estudiar en serio y que al dia siguiente seguramente quedaría bien en la escuela si le preguntaban la lección. 

Decidido empezar por derecho: las personas jurídicas. 

Se puso a leer las primeras palabras "Por personas jurídicas se entiende el conjunto..." Estaba apenas en la mitad de la frase y su mente ya vagaba por otro lugar. Miro la hora: apenas habian pasado cinco minutos. Colocó entonces la cabeza sobre la mesa, pero las agujas del reloj les costaba avanzar. Luego se levanto de la silla y comenzo a moverse de un lugar a otro por la habitacion, como un preso en una celda. Queria mostrarle a su padre que algo habia cambiado, pero no habia nada que hacer: el tiempo no pasaba, se sentía atrapado, a punto de estallar. No conseguía sentarse, la silla le parecía repleta de espinas. Empezó a escribir y a dibujar sin ton ni son. Estaba preocupado, ademas, por la noche que le esperaba: se preguntaba si debía llamar a Chanyeol para anular la cita, quizá fingiendo un resfriado, pero sabia perfectamente que nunca le habria creido, que se habría presentado en su casa y lo habia hecho salir contra su voluntad. Realmente estaba atrapado. 

Había mirado el reloj al menos unas mil veces, con la esperanza de que la noche llegara pronto. Una bocada de aire no dejará de ser al menos mejor que quedarse encerrado en tu habitacion haciendo como que estudias, malgastando un montón de tiempo. 

Por desgracia, como todos los relojes, el tampoco mentía, Tuvieron que pasar varias horas antes de que su padre lo llamase para que se sentara en la mesa.  

Cuando se levantó, una vez que hubo terminado de cenar, dijo que despues iba a salir. Ya resignado,su padre no puso ninguna objeción. En el fondo, el muchacho esperaba que no le diera permiso, asi por lo menos habia tenido una buena excusa para no salir.  Pero antes el silencio de su padre se dio por vencido y fue a su habitacion a prepararse. 

Como a las nueve Chanyeol todavia no habia llegado, se puso mas nervioso y se le quitaron las ganas de salir. Pero ya no se podía echar para atrás, asi que se tumbo en la cama a esperar. Por fin, una media hora despues, oyó un claxon justo debajo de su ventana. Se asomo, seguro de ver a Chanyeol, pero vio un Peugeot 206 completamente nuevo.  Volvió a entrar y a echarse, pero cuando no habian pasado ni cinco minutos sonó de nuevo y desde la otra habitacion su padre le grito:  

―¡Lay, creo que es Chanyeol! 

El chico, gritando a su vez, respondió: 

―¡No, papa, no es el! ¡Chanyeol tiene un coche viejo, y ademas no le funciona el claxon! 

Pero tras oir sonar por tercera vez el claxon, tambien a Lay empezó a parecerle raro, mientras su padre lo llamo de nuevo. 

―Lay, ¿quieres salir? ¡Te digo que es Chanyeol! 

"¿Chanyeol? No es posible que sea el ¿De donde saco ese coche?" 

Mientras se ataba los zapatos y se ponía la chamarra, Lay hablaba para sí. Cuando llego al patio, el misterio quedó enseguida  revelado. Chanyeol estaba ahí pero no al volante. El coche era de Chen, el compañero del instituto que les habia pedido que lo dejaran salir con ellos esa noche. 

―Ya me parecía extraño que tuvieras  un coche nuevo.―dijo Lay a Chanyeol. 

―¡Graciosito! ¡Vamos, sube, date prisa! 

―Y bien, ¿a dónde vamos? 

―Todavía no lo se. 

Chen puso en marcha el coche y arranco. 

―¿Te acuerdas del lugar Chen?―pregunto Chanyeol. 

―¡No! La verdad es que ya hace mucho tiempo que no voy. 

―¿No me digas? ¿Y eso? 

―Porque consegui novia, asi que lo deje. 

―¿Y ahora ya no sales con tu chica?

―No, nos dejamos hace poco. Por eso dije que era buena hora de volver a eso. 

―¡Te entiendo muy bien! 

―Tu que vas a entender, si nunca has tenido novia...―se entrometió Lay. 

―¿En serio? 

Chen rompió a reír y puso los ojos en blanco. 

―¡Si en serio! ¡Chanyeol no ha estado con una chica1 

―Oye, ¿porque no te metes en tus asuntos? ¡Como si tu hubieras tenido cientos de chicas! 

Chanyeol se volvió para darle una bofetada a su amigo, pero el cinturón se lo impidió. 

―Bueno pero oye, en el fondo eso no tiene nada de malo . Todavía no has encontrado a la adecuada para ti.―trato de animarlo Chen. 

―¡Bueno para el cualquier chica es la adecuada, lo malo es que las mujeres huyen de su presencia! ―respondió Lay por el. 

―¡Eres un imbécil, Lay! ¡Un gran amigo, desde luego! 

―Solo he dicho la verdad. 

―Vamos, no se peleen―tercio Chen ―A ver, si no me equivoco, tengo que entrar por la autopista y luego salir a la carretera para Livorno, ¿no es asi? 

―Eso mismo. 

Siguieron unos minutos de silencio, que interrumpió Chen. 

―Oye, ¿ a ustedes que tipo de chicas les gustan? 

―¡Las guapas! ―contesto Lay sin pensarlo un segundo. 

―¡Que listo! ¡Siempre dandotelas de gracioso! A mi me gustan las rubias y las pelirrojas, con tal de que sean altas y flacas. Las morenas no son de mi estilo . 

―Da igual que sean rubias, morenas o pelirrojas, mi querido Chanyeol , porque no ligas con ninguna. 

―¡Lay, para ya! ¡Eres un idiota! 

Chen se divertía viendo como discuten esos dos. 

―Y tu, Chen ¿como las prefieres? ―Lay opto por cambiar de tema para aplacar la ira de su amigo. 

―¡A decir verdad, a mi me vuelven loco las personas un poco pequeñas a mi! ¡Me excita un monton! 

Los dos no respondieron. No sabían que comentar. 

―Ya llegamos a la salida; Chen, dobla aquí. 

Recorrieron unos kilómetros de carretera, siguiendo las indicaciones de Chanyeol, y muy pronto llegaron al sitio de la noche anterior. 

―Aqui esta. Este es el paraíso. Como dice la cancion "No creías que el paraíso"... ―Chanyeol empezó a canturrear mientras miraba alrededor y se escondía bajo la ventanilla, por si estaba el trasvesti del que habia huido. 

―¡Pero estas son repulsivas! ¡Yo los llevaré a un buen sitio! ¡Vamonos de aqui! 

Chen no parecía en absoluto satisfecho. De repente acelero y en el primer cruce cambio de carretera. La decepción se pinto en el rostro de Chanyeol, mientras que Lay estaba mas que preocupado. 

―Pero, ¿a dónde vas? Aquí no se ve un camino, era mejor que te hubieras quedado en otro sitio. 

―¡Claro que no! ¡Ya veras como te llevo a un sitio fantástico! 

―¡Si claro! No hay nada como eso en la ciudad ¡Que lata! ¡Vuelve atrás! 

―¡Yo te digo que hay algo mejor, confia en mi! 

―Lay, por favor, dile que tengo razón. ―continuo Chanyeol dirigiéndose a su amigo. 

―¿Me lo pides a mi? ¿Y qué quieres que sepa yo, perdona? 

―Uf, ¿me quieres creer? ―dijo Chen.

―¡No! 

―¿Nos apostamos algo? 

―Bueno ¿Que nos jugamos? 

Desde el asiento trasero, Lay le hacia un gesto negativo con el dedo a Chanyeol, porque su sexto sentido le decía que la cosa iba a acabar mal , pero el otro no tenia la menor intención de hacerle caso. 

―¡La eleccion de la mujer! Si aquí cerca hay algo interesante, yo gano y yo elijo por todos ¡Si no hay nada , tu eligiras por nosotros. 

―¡Eh! ¡Les recuerdo que yo no tengo nada que ver! ¡Yo me quedo al margen! ¡Hagan lo que quieran, pero no me incluyan! ―se apresuró a aclarar Lay. 

―En cambio a mi me parece estupendo. Total, ya tengo la victoria asegurada. Te arrepentirás amargamente ―dijo Chanyeol con seguridad. 

―Si estuviera en tu lugar, no estaría tan convencido ―se mofó de él Chen. 

―¡Dejen de comportarse como niños! ¡Vamonos a otro sitio! ¿Que hacemos aquí? ¿Porque no vamos a un buen local a buscar chicas decentes? ―trato de convencerlos Lay. 

―¡Que tipo tan molesto! ¡Me parece que aquí el único niño llorón eres tu! ¡Deja de quejarte, maricon! 

―Oye, ¿que te pasa? Yo no queria venir, tu me obligaste―Lay estaba empezando a ponerse nervioso. 

―¡De todas formas ya llegamos! 

Chen se estaciono y se quito rápidamente en cinturón. Luego se bajo del coche. Los otros dos de quedaron dentro y lo vieron acercarse al portal de un edificio viejo. 

―Pero, ¡esa es una casa abandonada! ¿Que diablos hacemos aquí?―pregunto Lay sorprendido. 

―¡Para mi que este tipo esta loco! 

―¿Porque sera que cuando uno sale contigo acaba siempre igual? ¿Con que clase te juntas? ¿Y porque siempre te hare caso? 

Entretanto Chen, tras echar un vistazo alrededor, habia dado un empujón a la puerta y habia entrado en la vieja vivienda haciendo señas a los otros para que bajaran del coche. 

―¡Aunque la apuesta era muy tonta, me temo que ganó el! ―dijo Lay dándole a Chanyeol una palmada en el hombro ―¡Buena suerte, querido amigo! 

―¿Crees que me tengo que preocupar? 

Por toda respuesta, Lay se encogió los hombros, tras lo cual bajaron juntos del coche y entraron en la casa. 









































N/A 

Por fin me di una escapada para escribir aquí. Si me da tiempo mañana actualizo esto. 



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