12
―¡Cariño, por fin! Esta mañana saliste tempranísimo, ni siquiera te oí cuando te levantaste. Pero, ¿dónde has estado?
Sonriendo Dongwook le dio un tierno beso a Joo Young en los labios, feliz de que su mujer siguiera siendo igual que cuando se habian casado: una mujer joven un poco nerviosa, a veces incluso demasiado pero dulce y llena de atenciones y de afecto.
―Echa un vistazo a la calle, al camino―Dongwook la tomo de la mano y la llevo hasta la ventana―.Tengo una sorpresa para ti.
Su mujer se acercó a la ventana, apartó la cortina y vio un Mercedes gris estacionado en el camino delante de la villa.
―Pero...¿es nuestro?
―Lo aquile esta mañana. Usaremos este hasta que lleguen los nuestros de Corea. Y hay algo mas...
Antes de continuar tomó la caja de galletas, la abrió y saco dos. Le dio un bocado a una con ganas y la otra se la tendió a su mujer.
―Estuve en la escuela, en esa de la que te hable ayer, hable con el director sobre la incorporación de Sehun. No debería haber problema. Es mas, creo que pronto podría volver a estudiar. ¡Le encantará!Parece una escuela estupenda, bien llevada; he visto los programas y creo que no tendrá especiales problemas de adaptación. Siempre le ha gustado leer los clásicos de la literatura italiana, y en el colegio privado al que iba en Corea le dieron una excelente preparación en las asignaturas mas importantes. Es una buena noticia, ¿no?
Su mujer le sonrio con gratitud.
Dongwook solo necesito unos segundos para descifrar el mensaje. Sonriéndole a su vez, le tomo la cara entre las manos y le arrancó de los labios un trocito de galleta.
―Ya te habia dicho que podías confiar en mi. Ahora voy a conocer a los vecinos, nos vemos mas tarde. Te quiero, cariño...
Le dio otro beso rápido en los labios y salió canturreando. Joo Young lo vio por la ventana recorrer el camino, cruzar la verija y dirigirse a la villa de lado.
―Ojala que haya alguna chica o chico para que Sehun pueda hacer pronto nuevos amigos. No soporto verlo asi.
―Mama, ¿con quien hablas?―Sehun la sacó de sus pensamientos en voz alta.
―Oh, con nadie, cariño, que quieres me estoy haciendo vieja y hablo sola.
Un poco abochornado siguió lavando las tazas del desayuno. En efecto, Sehun, tras la euforia de la primera noche; estaba de nuevo triste y desconsolado. Había pasado buena parte de la mañana al telefono con Baekhyun y se habia deprimido muchisimo. Extrañaba a sus amistades, la vida en Corea, sus costumbres, pero lo que llevaba era el silencio de su celular, no tener noticias de alguien que parecía haberlo olvidado y borrado de su vida para siempre.
Entretanto, Dongwook habia llegado a la villa de los vecinos. Era un poco mas pequeña y un poco mas vieja que la suya, necesitaba unos pequeños arreglos aquí y alla, pero no dejaba de ser una vivienda preciosa. Llamo al timbre y esperó unos segundos.
Cuando la puerta se abrió, apareció delante de él una chiquilla un poco mas baja que su hijo, pero igualmente hermosa, pelirroja y con los ojos verdes, que debía de tener mas o menos la misma edad que Sehun. Y le estaba sonriendo.
―¡Hola! ¿En que puedo servirle? ¿Que desea?
Dongwook empezó a rascarse la cabeza, un poco azorado.
―Bueno, a decir verdad no busco a nadie en concreto. Llegue ayer de Corea con mi familia y vivimos en la villa de al lado―dijo señalandole a la chica.
―¡Ah sí!
―Por eso pensé venir a presentarme. Espero no haber molestado.
La chica sonrio de nuevo e invito al hombre a pasar.
―¿Que dice? ¡No molesta para nada! Al revés, ha hecho muy bien en venir. ¡Encantada, soy Valeria!
Se estrecharon la mano, y Dongwook entró en la casa.
―Gracias, muy amable. Me llamo Oh Dongwook, encantado de conocerte.
―Por favor, siéntense en el sofa. Voy a llamar a mi hermano, espérame solo un segundo.
Dongwook asintió, se sentó donde le habia indicado la chica y aprovecho para echar un vistazo alrededor. La casa estaba bien cuidada y brillaba como un espejo. Minutos despues Valeria regresó acompañada por un chico alto y delgado moreno y con los ojos azules indudablemente mayor que ella.
―El es mi hermano Iván.
Dongwook sonrio al recien llegado. Luego Valeria le dijo a su hermano:
―Es nuestro nuevo vecino, llego ayer con su familia. Se llama Giovanni, vienen de Corea.
Iván le tendió la mano y el hombre se apresuró a corregir.
―¡ Dongwook, Oh Dongwook! Ese es mi nombre . Espero no haber molestado.
Se fijo en el pelo del chico mientras le estrechaba la mano. Ivan intuyo los pensamientos del nuevo vecino y lo tranquilizo.
―Descuide, no molesta en lo mas mínimo. Acabo de ducharme. ¡Es un placer conocerlo!
―¡El placer es mio! ¿Sus padres están en casa?
Silencio.
―Perdonen, ¿he sido indiscreto?
Dongwook se sintió un poco violento por la rara expresión de los dos chicos. Enseguida se dio cuenta de que habia algo que no era normal.
―A decir verdad―empezó Ivan, claramente incomodado―, nuestros padres se separaron hace mucho tiempo y nosotros ahora vivimos solos.
―Disculpenme, no queria...
―Descuide―intervino Valeria recuperando la sonrisa―.Ya ni nos acordamos de eso. Por suerte nos las arreglamos bien solos. Ademas, hay cosas peores en la vida, ¿no?
Dongwook no pudo contradecirla, y le encantó encontrar en esa chiquilla, un carácter tan optimista como el de su hijo. Supuso que no tardarían mucho en hacerse amigos. Sin pensárselo dos veces, los invito a los dos a su casa.
―Tengo un hijo de aproximadamente de tu edad. Veintidós años, ¿no? Estoy seguro de que se llevaran bien. El todavia no ha conocido a nadie por aquí, de modo que estará encantado.
―Iré de todas formas―exclamo ella―¡Tengo veintitrés años, pero un año de diferencia no significa nada! ¡A mi tambien me encantaria conocerlo!
―Lamentablemente yo no pudo―intervino Iván disgustado ―. Dentro de un rato tengo que irme al trabajo, pero le aseguro que pasare otro dia; si pudo mañana mismo.
―¡Perfecto! Pues te esperamos mas tarde, Valeria.
―¡Sin falta!
―Ahora debo dejarlos, porque tengo que arreglar un montón de cosas. ¡Espero verlos pronto, adios y gracias por todo!
Dongwook les estrechó de nuevo la mano. La mirada de Valeria se le quedó grabada. Con lo joven que era ya habia visto desmoronarse a su familia, pese a lo cual conservaba su expresión dulce y serena. Otro en su lugar sentía rencor contra todo el mundo. Aquella chica era una cachorrita, pero muy madura para su edad.
Valeria e Iván lo acompañaron a la puerta y se despidieron de él calurosamente. El muchacho volvió a entrar rápidamente en casa, mientras que su hermana se quedo un rato en el umbral, siguiendo al vecino con la mirada mientras se alejaba. Vio como abría y cerraba la enorme verja de su villa y como a mitad de camino un chico salía a su encuentro, lo abrazaba. Luego riendo se alejaron hacia casa. No pudo ver mas porque los grandes árboles del jardín se lo impedían.
"¡Parecen una bonita familia, quien sabe si se dan cuenta de lo afortunados que son!", penso mientras cerraba la puerta y entraba en su casa. Un manto de nostalgia se le imprimió en el rostro , que se le ensombreció durante un segundo "No debo estar triste ―se dijo moviendo la cabeza―.Tengo un hermano, no estoy sola".
Aquel pensamiento la hizo sonreír ; se enjugó una lágrima y continuo con las tareas domésticas, que habia interrumpido cuando sonó el timbre.
―¿Piensas ir a ver a los Oh?―le pregunto Ivan antes de salir.
―No lo se, tengo muchas cosas que hacer en la casa, no se si me dará tiempo.
―Oye, de vez en cuando puedes tomarte un descanso. ¡Desde que acabaste la preparatoria apenas sales! Además me quedo mas tranquilo si no te dejo sola.
Iván le acaricio el pelo con cariño.
―Deja, no soy tu perrito―protestó ella con los brazos en la cintura, sonriendo y apartando la cabeza―Ya veremos; de todas formas, te mandare un SMS diciendote que hago. No vienes a cenar, ¿verdad?
El negó con la cabeza y se encamino hacia la salida, acompañado por Valeria.
―Vete, que si no llegas tarde...¡Te quiero hermano!
Antes de que se marchara lo abrazó con fuerza y espero en el umbral, como una esposa atenta, a que el muchacho se hubiera alejado en coche por la carretera.
Entre una cosa y otra se hizo enseguida de noche Valeria miro alrededor, feliz de haber hecho todo lo que tenía que hacer. Asi pues, decidió visitar a sus nuevos vecinos; habia pasado la tarde preparando una deliciosa tarta de manzana para no presentarse con las manos vacías, esperando que les gustara.
Ya estaba lista para salir y se estaba poniendo la chamarra cuando oyó un gran alboroto en el jardín de los Oh. Se asomo por la ventana y vio un gran camión estacionado delante de la villa. Unos chicos estaban llevando cajas y muebles a la casa, bajo la dirección de Joo Young.
Supuso que era el camión de mudanzas procedente de Corea y penso que no era el momento apropiado para presentarse. Seguramente tenían que colocar cosas y una visita solo habría sido un engorro.
Asi que se quito la chamarra, guardo la tarta en la alacena y comenzo tristemente a prepararse una frugal cena: pan de molde con jamon y mayonesa. Luego encendió el televisor e hizo un repaso por todos los canales con el control remoto pero no habia nada que valiera la pena. Cuando hubo acabado de cenar volvió a su habitacion, se echo a la cama y siguió leyendo el libro que habia comprado hacia unos dias.
Era una historia ambientada en la Sicilia de antaño, que narraba el amor entre una chica y un policia, forzados a dejarse por culpa de un jefe mafioso, y de su reencuentro ya ancianos, convencidos de que ya no habia lugar para los sueños o para el amor: en cambio la vida es capaz de sorprenderte incluso cuando crees que ya nada maravilloso te puede ocurrir.
En su ultima lectura habia dejado a la pobre chica a merced de unos hombres que la habian raptado, y ahora tenía curiosidad por ver que pasaba,.
Se acordó de la dependienta que habia recomendado ese libro, diciendo de que se trataba de una historia real.
Durante un instante aparto los pensamientos de la lectura. Ella tambien se moria por enamorarse y asimismo al igual que otras chicas de su edad, habia perdido la fe en el amor y en la vida. Sin embargo, si aquel libro contaba una historia real, quizás aún cabía la posibilidad de vivir aquel cuento de hadas con el que tanto soñaba. ¡Quien sabe, a lo mejor incluso a los ochenta años! ¿Que importa la edad? ¡Lo que importa es vivir tu propio cuento de hadas!
―¡Que lastima que los Oh no tengan otro hijo!―exclamo riendo.
Aunque no lo hacia notar, en realidad, se sentia muy sola y le habia encantado pasar una velada acompañada, pero esa noche habia salido asi.
Por la ventana que habia dejado abierta alcanzaba a oir los gritos de Sehun, quien en el jardin, mostraba una inmensa alegría de ver a sus dos perros de casa que ladraban y meneaban la cola, felices de estar de nuevo con el.
Cuando por fin todas las cajas estuvieran colocadas dentro de casa, Dongwook le informo a su hijo que pronto podría volver a la escuela muy parecida a la que tenía en Corea. Naturalmente, habia elegido para el la mejor de Livorno. El muchacho se mostró realmente encantado. Ya estaba harto de quedarse en casa, y no veía la hora de hacer nuevas amistades. Recordó lo que le habia contado su padre aquella mañana y se dijo que una chica que vivia su lado no habia ido a verlo, iria a ella a llamar a su puerta.
Volvió a estar tranquilo quizá porque habia recuperado todos los objetos de la vieja casa, que le devolvieron una parte de su pasado reciente. Ahora podía empezar de nuevo. Su madre y su padre estaban cerca de ella, sus perritos estaban ahí. Y, ademas reanudaría sus estudios, que era algo que le gustaba, y conocer nueva gente con la que compartiría las etapas bonitas y feas de su nuevo camino. Durante un instante sintió como la adrenalina, circulaba por su cuerpo, pero consiguió mantener la calma.
Antes de dormir, tomo el telefono, y como todas las noches lo llamo- Y, como todas las noches, no obtuvo respuesta. Y tambien esa noche, mientras trataba de conciliar el sueño, volvió a hacerse miles preguntas a las que no sabia dar respuesta.
N/A
Recuerden bien el nombre de Valeria, ella es muy importante en esta historia :)
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