11
A la mañana siguiente, para la gran sorpresa de Chanyeol, desde el instante en que cruzó la puerta de la escuela, todos, hasta los chicos a los que no conocia, se pusieron a mirarlo riéndose en su cara. Pero lo mas raro era seguramente el dibujo en el muro de enfrente de su casa. Reparó en él en cuanto salió del portal. Un dibujo llamativo, hecho con spray rojo fosforescente, que representaba un palo de escoba.
Chanyeol, medio dormido y como siempre un poco distraído, no presto mucha atención al dibujo, y aun menos se le ocurrio que podia referirse a él. Pero ahora que en la escuela todos tenían ese extraño comportamiento, lo asaltaba una duda inquietante.
Lay estaba apartando, rehuyendo a los compañeros para evitar preguntas y chismes, pero sobre todo por miedo a que saliera a relucir tambien su nombre. Aunque nadie le habia dicho nada, estaba seguro de saber de que se reían.
Cuando Chanyeol lo vio en el pasillo, se acercó a él , feliz de encontrar una cara amiga.
―¿Que les pasa a todos hoy? ¡Parece que me he convertido en el hazmereir de la escuela!
―Bueno, ¿que habra pasado? ¿Que motivó puede haber para que se burlen de ti?
Chanyeol se encogió los hombros.
―¿No recuerdas lo que te grite anoche?
―¿Anoche? ¿Cuando?
Como siempre estaba en la luna.
―¡Anoche cuando te fuiste corriendo hacia esas "guapas señoritas", imbécil! ¿Porque crees que te desse buena suerte para hoy? ¿Que creias, que nadie mas que nosotros se iba a enterar de tu aventura? ¿No se te ocurrió que en cuanto llegáramos a casa alguien llamaría a medio mundo para contar tu hazaña?
―¿Quieres decir que el cabrón de Jongin...
―¡Exactamente!―Lay empezó a aplaudir con ironía ―¡Por fin caes! Pondría la mano en el fuego. Con toda seguridad lo hizo despues de que nos dejará en tu coche. Pese a todo, te diré que tampoco lo lamento tanto, puede que asi no te vuelva a ocurrir ir con esas, mejor dicho con esos..
―...¡putos!―termino la frase un compañero que pasaba a su lado, gritando para que los oyeran todos carcajeándose con su grupito.
―¡Mira qué bochorno me haces pasar!―Lay le dio una palmada a su amigo.
―¿Y yo que culpa tengo? ¿Como iba a saber que ese era un hijo de puta?
―¡Oye, ya esta bien de hablar de putas a estas horas de la mañana! ¡Aunque mira que fue gracioso que encontrarás a un superdotado en vez de una señorita! ¡Que sorpresa, ¿eh? ese palo de escoba!
Lay se partía de la risa.
―Ahora por su culpa todos pensaran que soy una especie de maníaco pervertido...¡Que cabron! ¡No creía que ese idiota tuviera la lengua como el culo! ¡Que verguenza!
―Es un maldito poli. Que al menos te sirva de lección...
―¿Como?
―¡Digo que al menos habrás aprendido la lección!
―No, ¿que dijiste antes?
―¿Antes de que?
―Antes de eso de la lección...
―Ah, que es un maldito poli...Son dichos sicilianos. Mi padre tiene uno para cada ocasión.
―Muy bueno... ¡maldito poli! Diría que da la idea de quién es, me gusta: ¡Jongin: el maldito poli!
Chanyeol ya estaba maquinando su venganza. En ese preciso instante sonó la campana que anunciaba el principio de la primera hora de clase. Cuando los dos se disponían a entrar en el aula, los retuvo un compañero, que se les acerco y empezó a hablarles. Lay y Chanyeol se quedaron bastante sorprendidos, ya que ese chico solía estar siempre solo y casi nunca hablaba con nadie. Imaginando el tema de conversación, Chanyeol se le adelantó.
―¡Oye, si tú tambien vienes a decirme lo depravado que soy, te lo puedes ahorrar, porque te aseguro que me di cuenta solo, asi que te puedes largar!
Tras decir eso dio media vuelta y empezó a caminar hacia el aula. Tímidamente, el chico le dio alcance, se acercó a su oído y le susurro algo que Chanyeol no entendió.
―¿Que dijiste? Oye, sube un poco la voz, no te entendi: ¿de que tienes miedo?
El chico miro primero alrededor evidentemente abochornado, luego se acercó de nuevo, esta vez de que tambien lo oyera Lay.
―¿Me llevan con ustedes la próxima vez que vayan?
―¿A donde?
Chanyeol que en realidad habia comprendido a que se refería el chico, de todas formas prefiere que hablara con claridad.
―A donde estuvieron anoche...Yo tambien iba antes, pero hace mucho que no voy. Eso sí, una cosa ¡yo quiero chicas de "verdad"!
Lay se echó a reír, y ya iba a decirle que se fuera, pero las palabras se le quedaron en los labios, porque Chanyeol se le adelantó.
―Ok, de acuerdo se puede hacer. Pero tendría que ser mañana por la noche de hoy no puedo. Quedamos a las nueve en punto en el local que hay aquí detrás, al lado de la escuela. Si no eres puntual, no vamos a ningún sitio.
Lay, incrédulo, no tuvo tiempo de objetar nada, porque el chico ya se habia ido corriendo, de lo mas contento. Sin saber aún si reir o llorar, su amigo lo tomo del brazo y lo fue arrastrando hacia el aula.
Lay se paró de golpe y se solto.
―¿Te has vuelto loco? ¿Piensas antes de hacer las cosas o esa cabezota que tienes esta totalmente vacia? Entiendo tu empeño en "practicar" para no hacer el ridiculo con una chica, pero ¿no crees que te estes pasando?
―Relájate, ¡que pesado te pones! ¡No pasa nada! ¡Al revés a partir de pasado mañana se reirán de él y no de mi! Además, la verdad es que anoche me lo pensé bien. Aunque no hice nada, todo el mundo habla de mi; asi que porque no hacerlo de verdad. Todo el mundo sabe lo que pasó, de modo que porque privarme de semejante experiencia. ¡Me convertiré en el rey del sexo!
―Si fuera tu no irá tan tranquilo. De todas formas, ya me tienes harto, haz lo que quieras, total tu solito te metes en líos. Pero ni se te ocurra pedirme que te acompañe. Y ahora vámonos, que ya es tarde...
En efecto, hacia varios minutos que la campana habia sonado y ellos seguian hablando en el pasillo. Lay empezo andar, pero el otro se quedo parado donde estaba.
―¿Que clase de amigo eres? ¿Que significa esto? ¡Tu mañana vienes conmigo y no hay excusa que valga!
―No jodas, ya tienes con quien ir, no pienso ir a ninguna parte..
―¿Quien es ese chiquillo? ¡Si es un niño todavia menor que nosotros! Además, ¿te fijaste en el?¿Como quieres que me divierta con alguien asi? ¡Vamos! Paso a recogerte a las nueve menos cuarto. Y ahora démonos prisa, que es tarde.
―No me gusta ese tipo, yo no voy si el te acompaña―en realidad, Lay solo estaba buscando excusas , porque no se le antojaba nada ir con Chanyeol.
―¡Uf! ¡Menos mal que eres mi mejor amigo! Pues iré solo. ¿Estas contento?
―¿Solo? ¿Que vas a hacer solo? ¡De verdad, no has entendido nada!
―Entonces, ven conmigo
―Y si luego resulta que ese es como Jongin, dime con que cara me presento al dia siguiente en la escuela.
―¡Hombre! Ese no abre la boca ni cuando los profesores le preguntan algo. Vamos, por lo que mas quieras, hazme este favor y no volveré a pedirte nada en lo que queda del curso.
―No
―Por favor...
―Ni hablar.
―Te traeré a la escuela y te llevare a casa durante un mes.
―Que bien, asi no solo llegaras tarde tu, sino tambien yo, un plan sensacional.
Chanyeol permaneció unos segundos en silencio, sin saber si jugarse o no la última carta. Por se lanzó.
―Pues si no me acompañas, le contaré a todo el mundo que anoche estabas conmigo.
―Nadie te creerá.
―Es mi palabra contra la tuya.
―Justamente... ¡Mira que eres idiota! Eso se llama chantaje, ¿sabes?
―Ya, ¿ves hasta donde me haces llegar? ¿Que clase de amigo eres? Tengo que suplicarte para convencerte de que salgas conmigo.
―¡Uf! De acuerdo, acepto para que en lo que queda de dia no me jodas mas―Lay estaba resignado.―Pero démonos prisa, que es tardísimo.
―Ok, vamonos, y mil gracias, veras como no te arrepientes.
―Seguro que no.
Echaron a correr por el pasillo, y cuando ya casi habian llegado al aula, Chanyeol paro de golpe.
―Eh, ¿que diablos haces?―Lay tambien se detuvo.
―¿Ayer estudiaste?
―Nunca he estudiado tanto en toda mi vida―contesto recordando el regaño de su padre del dia anterior.
―Pues deja que copie los ejercicios antes de entrar a clase, porque no los he hecho.
Chanyeol retuvo a su amigo por la chamarra; Lay, en efecto se disponía a llamar a la puerta del aula.
―¿Ejercicios? ―pregunto retirando el brazo―¿De que ejercicios hablas?
―¡Los de matemáticas, idiota!
Chanyeol apartó de la puerta a Lay , temiendo que el profesor los oyese.
―Pero si hoy es martes, y no tenemos matemáticas los martes.
―¿Que dices? ¡Hoy es miércoles, idiota! Tenemos matemáticas las dos primeras horas. ¡Despierta bello durmiente!
Chanyeol lanzó una sonora carcajada.
―¡Chissst! ¿Quieres que nos oigan? ¡Mierda, tienes razón!
Tras mirar la fecha en su reloj de pulsera, Lay se dio un manotazo en la frente.
―¡Hoy es miércoles! Estaba convencido de que era martes, ¿Y ahora que hago? Si me reprueban otra vez, me juego la vida.
El muchacho trató de imaginarse cómo reaccionaría su padre ante semejante noticia. Nunca le habia creido que se habia confundido de dia , y ya se vió condenado a trabajos forzados moviendo enormes piedras bajo el sol, empapado de sudor, muerto de sed y hambriento.
Se acordó del examen de historia del dia anterior, que no habia sido un examen propiamente dicho, sino una interpretación teatral: según él, los frances no habian tomado la Bastilla, sino que habian subido a la Bastilla y Garibaldi habia obligado a mil hombres a llevar camisa roja a saber porqué extraño motivo.
Si seguia asi, seguro tendría las puertas del teatro abiertas, pero otra cosa es que su padre valorará su talento.
―¡Mierda, estoy acabado!
―Hagamos lo siguiente...
Tras reflexionar unos minutos, Chanyeol uno de sus típicos golpes de genio. Lay se asustó todavia mas, porque sabia perfectamente, incluso por experiencia propia, que las ideas de su amigo no podian en ningún caso definirse como brillantes; es mas solían ocasionar problemas. Pero ya estaba resignado a lo peor.
―Veamos...―dijo abriendo los brazos y mirando hacia el cielo, como para hacer una silenciosa llamada de socorro.
―Podrías fingir que estas enfermo, asi tambien justificarías el retraso.
Lay miró su reloj. Llevaban mas de media hora de retraso.
―Podríamos decirle a la profe que te sentiste mal en el pasillo y que fuimos al baño. De ese modo justificamos el retraso. Luego diremos que te sientes mal y unos minutos despues volveras al baño y yo te acompañare. Pasaremos ahí toda la hora y cuando volvamos la profe ya habrá terminado de hacer preguntas; asi yo tambien me salvaré. ¿No es una idea genial?
Chanyeol podía imaginarse toda la escena. Lastima que Lay no la encontraba genial. Al revés, la idea le parece disparatada, pero a estas alturas, con tal de salvarse le daba lo mismo jugarse del todo por el todo.
―¡Bueno intentemos hacer lo que dices, y que Dios nos ayude!
Se acercó a la puerta, pero antes de llamar se santiguó.
―¡Adelante!
La profesora, desde el interior del aula los invito a pasar. Chanyeol paso primero con su cara de pillo y detrás de él Lay, que a duras penas trataba de fingir que se encontraba mal con la mano contra el estómago, quejándose y mirando el suelo por temor que la profesora descubriese la patraña.
―¡Perdone el retraso profesora! ―empezó Chanyeol antes de darle tiempo de que abriese la boca. ―Mi compañero se sintió mal en el pasillo, de modo que tuve que acompañarlo al baño y espere hasta que pudo sostenerse en pie.
Sentada detrás de su mesa, la mujer no dijo nada, limitándose a asentir. Con un gesto les indicó luego a los chicos que se sentaran. En su fuero interno, Lay rogaba que todo saliera bien y que Chanyeol no hiciera una de las suyas. Se sentó en su sitio y apoyó la cabeza en el pupitre, procurando poner cara de dolor. Entonces, la profesora, mientras hojeaba las páginas del libro de calificaciones pregunto:
―Y bien, ¿qué es lo que le pasa exactamente a nuestro Zhang?
Lay abrió la boca para responder, pero Chanyeol se adelantó.
―Problemas de estómago, creo. Hace poco vomito hasta el alma.
Tras esas palabras, un murmullo general se elevó desde los pupitres. Los compañeros, que conocían bien tanto a Lay como a Chanyeol, intuían cuan poco de cierto habia en aquello.
Lay seguía rogando que su amigo guardara silencio porque estaba seguro de que, como siempre, no tardará en meter la pata.
―¿No me diga?―la docente elevo la mirada del libro de calificaciones y dirigiéndose a Lay añadió―: se ve que ayer tuvo indigestión de ejercicios...
La ironía de la frase hizo que todos, incluido Chanyeol, rompieran a reír. Lay estaba empezando a tener sudores fríos y para escapar de la situacion pidió permiso para volver al baño con Chanyeol con la excusa de que tenia nauseas y un fuerte dolor de estómago.
Aunque poco convencida, la profesora los dejo salir. Apenas habian salido del aula cuando Lay lanzo un suspiro de alivio.
―¡Uf...creía que no iba a salir bien! Pero tampoco hacia falta que fueras tan trágico...
―¿Además te quejas? Tendrás que darme las gracias porque se notaba a leguas que estabas fingiendo. ¡O peor aún, de no ser por mi, la profe nos habría descubierto y nos habría preguntado por los ejercicios enseguida!
―Si, claro...
―Mira, que eres desgraciado...
―¿De qué hablas?, oye, que yo...
La discusión la interrumpió un hombre distinguido de unos cuarenta años, apuesto, con saco y corbata que les pregunto por el despacho del director. Lay y Chanyeol se apresuraron a decirle donde estaba y en cuanto el hombre se alejó siguieron discutiendo animadamente.
Pocos minutos despues,Oh Dongwook, de regreso del despacho del director, volvió a pasar a su lado y se despidió de ellos, y una vez les dio las gracias por las indicaciones.
―¿Ves a ese? Tiene que ser un pez gordo.―dijo Lay.
―Pues si, creo que esta vez tienes razón , solo hay que verle la ropa...
Lo siguieron con la vista, luego se asomaron por la ventana para ver que coche tenia. Lo vieron alejarse en un Mercedes de gran potencia.
―¡Caray tiene que estar podrido de dinero para permitirse un coche asi! ¡No como nosotros dos! Hay gente con suerte. A algunos les sobra el dinero y otros apenas tienen. Que injusticia, maldición.
―Pues si, ¿te imaginas que nosotros fuéramos en un coche asi en vez de mi cafetera? Tendríamos a las mujeres mas guapas a nuestros pies.
―Ajá, de modo que tu mismo reconoces que tu coche es una pieza de museo.
―Está bien, ¿y que? ¡Eso no te da derecho a criticarlo! Además, no eres mas que un desgraciado. Da las gracias de que a pesar de sus años mi coche te lleva a todas partes; de no ser por el tendrás que moverte a pie.
―¡Uff, que pesado eres! Haz algo útil , mira por el ojo de la cerradura y fijate en como van las preguntas .
Chanyeol se agacho para curiosear lo que estaba ocurriendo en la clase por el pequeño agujero de la puerta, y tuvo la impresión de que la profesora ya no le estaba preguntando nada a nadie.
Con un gesto le indico a Lay que se acercara y le dijo en voz baja:
―Creo que ya ha acabado, ya podemos pasar.
Tras decir eso llamo, espero que le diera permiso, abrió y dijo:
―Profesora, Zhang ya se encuentra algo mejor, ¿podemos pasar?
La mujer los observó durante un segundo, luego bajó la vista para repasar el libro de calificaciones que tenía abierto sobre su mesa. Ambos aprovecharon para contemplar a la joven profesora. No tenía mas de treinta años y un físico impresionante, que resaltan aún mas la falda ceñida y la playera ajustada. Era alta y esbelta y siempre llevaba zapatos de tacón. También una cara bonita, ojos muy grandes, y un estupendo pelo negro azabache que le caía suelto sobre los hombros.
Chanyeol y Lay acababan de sentarse en su sitio y estaban cruzando miradas cómplices, ando rienda suelta a su imaginación.
La profesora estropeo sus fantasías, pidiéndole a Chanyeol que le enseñara su cuaderno de ejercicios. El chico asintió y, con gesto tranquilo, fingió que buscaba dentro de la mochila; pero por suerte era muy creativo y siempre tenia un montón de recursos.
Lay palideció y, asustado puso nuevamente la cabeza sobre el pupitre con la cara de dolor de antes.
―Lo siento, no lo encuentro. Creo que lo olvide en casa.―Chanyeol justifico asi, rascandose la cabeza con aire afligido.
―Bueno, pero hiciste los ejercicios, ¿no?
―¡Claro!―mintió descaradamente.
―Entonces no tendras ningun problema en desarrollarlos de nuevo en el pizarrón, ¿no? Ven a hacer el ejercicio de la página ciento veinticinco, el numero diez.
Ahora Chanyeol no sabia que hacer, pero encontró otra excusa.
―Justo el que no he hecho, no le entendi...
―Bueno, pues ven a hacer el ejercicio numero once de la misma pagina.
―Ejem... Ese tampoco lo he hecho.
La profesora lo miró directamente a los ojos, se quitó los lentes y le pidió que dijera la verdad.
―Bueno, esta bien, en realidad no hice ninguno no pude...
La mujer no dijo nada y se limitó a marcar en el libro de calificaciones un dos, que pasó a engrosar una larga serie de malas notas. A la vista de su trayectoria no iba a ser la última antes de final del curso.
Chanyeol bajó la vista al libro que tenía delante y ya no se atrevió a alzar durante el resto de la clase.
La mujer se dirigió a Lay.
―Y tu, Zhang, ¿quieres venir a desarrollar algún ejercicio en el pizarrón?
"Mierda. Me descubrió. Mierda, ¿ahora que le cuento? Que horrible sensación la de saber que no sabes. Y pensar que ayer estudie. Al menos un cuarto de hora. Bueno, diez minutos. Pero es algo. ¿Que voy a hacer si no le entiendo a las matemáticas? ¿Que voy a hacer si creía que hoy era martes? Pero si lo cuento nadie me creerá ¡Y solo es la segunda hora! ¡Que dia de mierda! Ya, pero mientras tanto, ¿qué le digo a esta? Mierda"
―¿Y bien, Zhang? Estoy hablando contigo, ¿es que te comió la lengua el gato?
"Oh no, de eso nada, tengo lengua"
―La verdad es que la verdad aun no me encuentro muy bien.―fue la única respuesta que pudo pronunciar.
La profesora solto sobre su mesa el boligrafo, que rodó por encima de las páginas del libro de calificaciones y regaño al muchacho elevando ligeramente el tono de voz.
―Espero que comprendas cual es tu situacion.
Luego cruzó las piernas, tratando de mantener una actitud severa.
―¡Es mas espero que los dos lo comprendan! ¡Me refiero tambien, a ti, Chanyeol! Estamos a mitad de curso y todavia no has respondido bien a ningun repaso, nunca han venido a ningun repaso. Solo tienen una serie de notas de mala preparación en el libro de calificaciones. ¿Saben que si siguen asi no van a admitirlos en los exámenes? ¿Puede saberse cómo piensan recuperarse?
Lay, que tenia todavia la cabeza en el pupitre, se vio estimulado por el triángulo negro de los calzones de encaje de la profesora, que solo, él desde esa posición, podía entrever en ese rápido movimiento de piernas.
"¿Que como pienso recuperar? ¿Y hace falta preguntarlo?"
―A lo mejor sexualmente...
Una extraña sensación lo asaltó en cuanto esas palabras se le pasaron por su cabeza . Era como si sobre de él pesara algo, como si alguien le estuviera lanzando una mirada dura, violenta, llena de odio y de desprecio. Solo al alzar la mirada y cruzarse con la mirada de la profesora, se dio cuenta de que lo habia pensando en voz alta.
―¿Que dijiste?
La profesora ahora estaba de pie al lado de su mesa.
Sin saber que hacer, Lay masculló algo que nadie pudo entender, y ella se irritó todavia mas.
―¡Sal inmediatamente! ―gritó señalando la puerta, con la cara roja y con la voz temblando de cólera.
Mortificado, el chico se levanto y salio del aula en silencio imaginando condenado ya no a trabajos forzados, sino en el mejor de los puestos, directamente al patíbulo.
N/A:
Me duelen las manos :((
Me disculpo si hay errores.
Los invitó a pasar por mí pequeño photobook de Jongdae que está en mi perfil.
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