Capitulo 7


- ¿Te vas? - preguntó Megan sorprendida.
- Sí. - dijo él, distante. Sentí un leve golpe en el hombro y me di la vuelta para mirar a mi jefe.
- ¿Qué estás haciendo, Rose?
- Em... me dieron la habitación equivocada. - dije empezando a alejarme, pero él me agarró del brazo.
- ¿Dejaste a tu cliente solo para espiar en otra habitación? - preguntó enfadado.
- No estaba espiando. Me dieron la habitación equivocada, ¿vale? Sucede todo el tiempo. Esas cortinas son confusas, ¿sabes? - dije segura, pero por dentro estaba completamente nerviosa. Mi jefe pareció pensar en ello. - Mi cliente me espera, tengo que irme.
- Espera, Rose. - exigió. - Coge la factura de tu cliente. Cerramos en diez minutos. - explicó pasándome el papel con la cuenta.
- ¿Por qué? Es pronto. - estaba sorprendida, pero feliz porque no tendría que lidiar otra vez con el hombre molesto.
- Eso no es asunto tuyo. - dijo empujándome hacia el lado derecho de la zona VIP.

Entré dentro y el hombre me estaba esperando.

- Lo siento, señor. Pero tenemor que cerrar. - dije, dándole la cuenta. Extendió el dinero para mí.
- ¿Cuánto cuesta un rapidito? - preguntó directamente. Su pregunta no me sorprendió. Es decir, trabajaba como stripper, y esa pregunta me la habían echo miles de veces.
- No estoy en el mercado, señor. Lo siento. - dije sonriendo y empezando a salir, pero el hombre me agarró por el brazo.
- Tengo un montón de dinero, nena. Puedo comprarte un coche nuevo, ropa, joyas. Sólo tienes que decirme una cantidad y te firmaré el cheque. - me solté de su agarre.
- Es un honor, señor. Pero no estoy en el mercado. - sonreí de nuevo y salí de la sala antes de que pudiera poner sus manos sobre mí de nuevo.

Me dirigí a las escaleras y vi a Megan y a Harry saliendo de su habitación. Sostuve la mirada de Harry por un segundo, pero desvié la mirada rápidamente. Bajé las escaleras y me encontré con Paul, además de con Alain.

- Rose. - exclamó Paul mientras caminaba hacia mí con los brazos extendidos. Fruncí el ceño confundida, pero Alain hizo un gesto para que lo siguiera.
- Paul. - exclamé, y lo abracé. Le acaricié el pelo juguetonamente.
- ¿Cómo estuvo tu noche? - preguntó, poniendo un poco de espacio entre nosotros.
- Bien. - contesté sonriendo. Sentí a alguien mirándome desde atrás. Paul me acarició la mejilla.
- Estás preciosa esta noche. - dijo. Me sonrojé.

Megan y Harry pasaron a nuestro lado. Harry soltó la mano de Megan y caminó solo hasta la salida.

- ¿Qué fue todo eso? - le pregunté a Paul y a Alain, quienes tenían una sonrisa amplia en su rostro.
- ¡Funcionó! Estaba celoso. - gritó Alain. Entonces me di cuenta, Alain y Paul habían planeado todo para que Harry se pusiera celoso.
- ¿Funcionó? - pregunté.
- Sí, deberías haber visto su cara. - contestó. - Incluso Megan se dio cuenta.
- Gracias chicos. Moláis. - les dije. - Me iré a cambiar y
volveré a casa. - dije mientras caminaba hacia mi camerino.
Cuando estaba lista para salir, me acordé de que no había cogido el coche. Entré en el bar, pero Alain y Paul ya se habían ido. ¿Dónde estaba Kage? Tendría que llamar a un taxi entonces. Me dirigí a la salida para marcar el número de los taxis, pero no hubo respuesta. Di un paso fuera del club hacia el estacionamiento para ver si Alain o Paul estaban por allí, pero grande fue mi sorpresa al ver a Harry y a Ramsel. Harry se apoyó en el coche de lujo con los brazos cruzados sobre su pecho, y Ramsel estaba de pie delante de su coche con sus guardias a su alrededor.

- Buena noches, Rose. - me saludó Ramsel.
- Buenas noches, Ramsel. - afirmé sonriendo.
- ¿Necesitas que te lleve? - pidieron Harry y Ramsel al mismo tiempo. Fue divertido.
- Ella viene conmigo, viejo. - declaró Harry.
- No creo, y el hecho de que seas un bebé no me hace un viejo. - contestó Ramsel. Sonreí.
- Me siento halagada. - Harry me lanzó una mirada asesina.
- ¿Rose? - preguntó Harry abriendo la puerta de su coche. Estaba enfadado.
- ¿Tengo que elegir? - me burlé sonriendo maliciosamente. Harry se acercó a mí enojado.
- Elegiré por ti. - dijo agarrándome del brazo y tirando de mí hacia su coche.
- Déjame. - dije, mientras le daba un golpe en su mano.
- ¿Está todo bien? - preguntó Ramsel a mi espalda.
- Sí, vete a casa Ramsel. Te veré mañana por la noche. - dije.

Ramsel asintió y se metíó dentro de su coche. Cuando se fueron, me dirigí hacia Harry cruzando los brazos alrededor de mi pecho. Él me agarró por el brazo y me obligó a caminar detras de él.

- Déjame.
- ¿Estabas celosa, __? - preguntó mirándome directamente a los ojos.
- ¿Y tú, Harry? - bromeé.
- Métete en el coche. - dijo al tiempo que abría la puerta para mí.
- ¿Por qué iba a hacerlo?
- Porque lo digo yo. - contestó seriamente.
- Estoy harta de esto. Un minuto actúas como si estuvieras interesado en conocerme, y al otro estás con otra stripper. - hablé antes de que pudiera pensar en lo que estaba diciend.
- Así que estabas celosa... - afirmó con arrogancia.
- Tal vez. Pero... - sentí su mano acariciando mi mejilla y su cálido aliento en mi cara. La tensión sexual entre nosotros no era normal. - ¿Qué estas haciendo? - me las arreglué para preguntar.

Uno de sus dedos acarició mi labio inferior, enviando escalofríos por mi espina dorsal. Sus labios rozaron suavemente los míos. Me estaba volviendo loca. Cogió la máscara y sus ojos se encontraron con los míos en silencio.

- Eres hermosa. - dijo, y me besó suavemente
Sus labios eran suaves. Le devolví el beso, y su lengua acarició mis labios pidiendo entrada, la dejé entrar y sentí escalofríos por el cuerpo mientras su lengua jugaba dentro de mi boca. El beso era cada vez más apasionado y violento. Me mordió suavemente el labio inferior. Solté un suspiro. Entonces, envolvió su manos alrededor de mi cintura y me acercó a él. Podía sentir su cuerpo contra el mío. Nos besamos desesperadamente, hasta que sentí que mi cuerpo palpitaba. Detuve el beso y tomé una respiración profunda, él apoyó su frente contra la mía. Nuestras respiraciones aceleradas se mezclaban.

- Deberíamos... irnos. - me las arreglé para decir. Tenía los labios más rojos de lo normal. Se enrojeció, y ví un poco de brillo en sus ojos azules.
- Tienes razón. - afirmó, soltándome y abriéndome la puerta.

Entré tratando de calmar el picor en todo mi cuerpo. Él apareció a mi lado y encendió el motor. Le di una mirada y me sonrojé sin control, enfoqué mi mirada en la ventana.

¿Qué había hecho? No estaba segura. Aunque sí estaba segura de dos cosas.

Me había gustado el beso.
Y Harry también me gustaba.

Harry conducía en silencio, y yo concentraba la mirada en la ventanilla del coche con nerviosismo. Sabía que tenía que decir algo, pero no podía encontrar qué decir. Sus labios sabían condenadamente bien, eran dulces y suaves. ¿Por qué tenía que ser tan irresistible? Esa era una pregunta que no tenía respuesta. ¿Qué pasaría despues? Tenía que hablar, y estaba a punto de hacerlo, pero su teléfono sonó.

- ¿Sí? - respondió vagamente. - No puedo hablar ahora, estoy conduciendo. - parecía que la otra persona hablaba sin parar, porque Harry permaneció en sielencio durante unos segundos. - Te llamaré más tarde. Sí... yo también. Adiós. - dijo, y colgó.

Los celos y la curiosidad recorrieron mi cuerpo mientras me preguntaba quién podría ser. Pero quité ese pensamiento; no era asunto mío, nos habíamos besado y eso era todo. Él no era mi novio.

- La que tiene el jardín gande. - señalé cuando él aminoró la velocidad, esperando a que le dijera cuál era mi casa. Aparcó el coche delante de mi casa y me miró, podía sentir sus ojos sobre mí. - Bueno... - empecé, pero no tenía ni idea de cómo continuar la frase. Me agarró la barbilla y me hizo mirarlo. Sus ojos azules se encontraron con los míos intensamente. - Debería irme. - dije.

- Sí, deberías. - dijo, y empecé a abrir la puerta, pero él me agarró la cara con las dos manos. - Pero no lo harás. - y sus labios estaban sobre los míos otra vez.

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