♪ Capítulo 13
-ˏˋ⌦ Quienes leen Chain of Lies seguramente estén pensando "Seguro que Kieran nos sale con un giro dramático y me jode el lemmon". Pues no, puerco, puerca o puerque, hoy se cena un "follo con fatatas". Los que quieran saltarse el lemmon (no sé quiénes, pero oye yo no juzgo) o vuelvan algún día solo para leer esa parte (digo lo mismo que antes) este capítulo es entero de eso. Osea, todo el trece.
-ˏˋ⌦ Disfruten de la cena. Ñam.
✈
❝¡Conway, hazme tuya!
¡Correte en mi, márcame
y tengamos hijos! Puedo…
Puedo ser tu nueva Julia.❞
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Caminaba con las piernas temblando hacia la puerta del ático dúplex del superintendente, con el mismo acariciándole el cuerpo sin pudor. Iba detrás suyo, reprimiendo el impulso natural de besarle el cuello, donde todo alfa más disfrutaba estimular al omega, debido a la sensibilidad del mismo y que además, ahí es donde más se concentraba el aroma (y un ligero y agradable ápice de sabor en el caso de aromas de comida como el del rubio, justo sobre la "zona perfecta" para ser marcado).
Cualquier alfa en su lugar querría marcar a ese omega; nada sumiso con los demás, pero respetuoso con él y sintiendo una profunda y evidente admiración por su persona, con fundamentos y un habla que poca gente igualaría. Cualquier alfa intentaría quitarle la gargantilla, prepararle el cuello y hacer una marca, algo más bien instintivo que gritara a todos "Este chico tan increíble es mi chico".
Pero Gustabo no quería ser marcado por nadie.
Y Jack no quería marcar a nadie.
Por eso todo pintaba tan perfecto.
Así que el moreno se contentaba con tocarle el pecho y vientre al rubio, más explorando su cuerpo con el tacto de sus manos en una búsqueda rápida de sus puntos débiles que queriendo estimularlo en sí, enloqueciendo al pequeño. En la puerta, mientras el rubio hacía todos sus esfuerzos en abrir la puerta como el moreno le mandó que hiciese mientras él jugaba, Jack apresuró su búsqueda, dejando caer de nuevo las bolsas blancas que a duras penas se acordó de sacar del ascensor. Queriendo un sonido más alto o diferente, apretó aquella angosta cintura, ciñendola en sus palmas en un entalle cálido y algo áspero, antes de dibujar círculos en los erectos y rosados pezones con sus dedos y finalmente, acarició el vientre que aún no siendo plano, seguía siendo igual de deseable que todo su cuerpo. Y aún así, solo obtenía el mismo resultado, satisfactorio, temblante, adornado por el tintineo de las llaves que lentamente abrían la puerta en la que el pequeño era presionado.
Pero el intendente no tardó en darse cuenta de que daba igual dónde tocase en ese abdomen limpió de vello y adornado de algunas cicatrices, porque Gustabo temblaba y suspiraba con el simple gesto de tener las manos del otro encima. Y es que, el hecho de que al único alfa a quien admiró en su vida le tocase, sobre todo teniendo en cuenta la etiqueta de "prohibido" que el moreno le puso porque su "hermano" es "hijo" del mismo, ya lo llevaba a la cumbre del morbo y el deseo.
Y no solo Gustabo disfrutaba más la situación gracias a ese inexistente tinte prohibido. Conway también lo hacía, y eso le haría sentir muy culpable una vez se corriera de las preocupaciones, literalmente. Pero aún así disfrutaría.
━━ Ya-ya… ━ Una vez abrió la puerta, el de ojos de cielo quiso anunciarlo con temblores involuntarios.
━━ ¿Qué dices, Honey?
Gustabo no sabría explicar la sensación que tuvo en ese momento; literalmente sintió una especie de corriente eléctrica recorrer todo su cuerpo en solo una palabra. Pelos de punta, respiración agitada, pupilas dilatadas y la sensación creciente de algo mojado en su zona íntima gritaban lo evidente de su excitación. No es como si no le hubieran llamado "Honey" alguna vez; desconocidos que querían darle un mote que tuviera que ver con su aroma para no olvidarse o simplemente, amigos, lo hacían. Pero ese apodo en labios del americano sonaba mucho mejor, diferente, tal vez por el acento o quizá la situación…, fuera como fuere, al pequeño le fascinó. Tragó saliva, sintiendo la boca seca, ardiendo, como todo su cuerpo, evidenciando no solo que disfrutaba, también que el proceso de cambio de celo tiene lugar en ese mismo momento. Y vaya que el rubio estaba distraído porque no notaba el dolor en absoluto.
━━ Ya… ya abri-ih~...
Ahí estaba.
Sus hombros eran esa área sensible.
Un solo roce de colmillos como preámbulo a una suave mordida, bastó para que el menor prácticamente se derritiera, gimiendo en un gritito ansioso.
━━ ¿Qué ya hiciste qué? ━ preguntó el mayor juguetón. Le entendió a la primera, pero quería molestarlo y seguir escuchándole suspirar, jadear o como acababa de pasar luego de morder suavemente su cuello, gemir con grititos adorables y sensuales.
━━ Yo-… Su-super-...
Gustabo se perdía entre los besos y roces de dientes en sus hombros y clavículas. Incluso sus rodillas se doblaron, siendo retenido por unos brazos fuertes en su cintura, que a su vez lo hacían notar que no solo él deseaba continuar.
━━ Good boy~.
Aquel mote tan irónico, sumado a los brazos que le apegaban a algo duro y vertical entre sus nalgas, presionando cada vez más en una burla a la ropa que se interponía, fue lo último que necesitó para que el lubricante natural con olor a miel, saliese. Aquel hombre ni siquiera le había desnudado, menos mirado a detalle (que el pequeño supiese) y no había permitido ser tocado en su afán de control -uno que, cabe añadir, era mayor al de cualquier alfa que hubiera estado con él- y sin embargo, se había convertido en parte del "Top mejores polvos" del pequeño.
El rubio tomó un momento para suspirar aliviado cuando por fin entraron a la casa. No quería que los vecinos de Jack le vieran así, como si algún vecino cotilla no lo hubiera hecho ya; menos le gustaría que otro alfa se una a "la fiesta".
Gruñó cuando el pequeño empezó a quitarse el pantalón, cuyo bajo estaba húmedo de su pegajoso lubricante, casi llegando al extremo de poder caer al suelo. Su pantalón probablemente necesite un buen lavado a fondo, ¿Y su ropa interior? Eso sí que acabará irremediablemente en la basura.
Pero eso es lo de menos ahora.
Conway no le permite fijarse en otra cosa.
El cuerpo del pequeño es girado de forma ágil y rápida, y luego es apegado bruscamente contra uno mucho más grande y fuerte. Un jadeo de impresión se escucha antes de que su boca sea capturada por una de las más deseadas de probar en Los Santos. Y lo peor, es que nunca se había planteado nada como aquello, hasta que se hizo el primero y el cambio de celo se convirtió en una realidad; la realidad que nunca esperó y se hizo por fin posible.
Le obligan a caminar de espaldas y le empujan haciéndolo caer. Un sofá le recibe, tomando el largo de su espalda de forma mullida; Conway está sobre él, haciéndole perder la cabeza.
━━ Super… ━ le llama con susurros, que a duras penas es capaz de soltar de los nervios. Quiere desnudarse, salvar su ropa, y sentirse aún más adorado y deseado. Quiere toda la atención del moreno para él solito.
No hay respuesta, no con palabras.
Caricias en su cintura sobre la camisa amenazan con desnudarle y los besos en su pecho sobre la misma, a falta del cuello advierten unos suaves mordiscos que apenas dejan marca…, de momento.
Las caricias suben junto a la camisa y el pequeño es desnudado de cintura para arriba tan rápido que no le da tiempo a atar cabos. Ni siquiera escucha la prenda caer, como si nunca lo hubiera hecho, al igual que el mayor; teniéndose, no necesitaban nada más.
Aunque ya está desnudo de cintura para arriba sus manos permanecen tomadas por el de pelo algo canoso, presionadas contra la mullida superficie mientras fuerzan a sus dedos a estar entrelazados con los del otro; demanda atención, consiguiendo al instante más de lo que buscaba. Él desea unirse con el pequeño, y rápido, por lo que cuando nota una presión en sus dorsos, provenientes de las manos del igualmente impaciente omega, en menos de un segundo se aceleran las cosas. El moreno le obsequió una sonrisa.
Su aroma tenía un suave matiz de nicotina que relajaba al pequeño y el furioso toque mortal que ahogaba a quien tenía cerca, no existía. Se sentía extraño…
No podía no sentirse más manso.
No podía no desear ser sumiso.
Gustabo no era capaz de no querer… entregarse.
Y la miel le transmite aquel sentir, aquel deseo.
El pequeño cree que el gesto de sus aromas reaccionando al otro así es bonito por parte de ambos, más por el del bien sabido viudo. Pero eso solo dura hasta que algo frío rodea una de sus muñecas y repentinamente es girado, viéndose a sí mismo en cuatro tan pronto como la sensación de mareo se pasa con dificultad por lo aturdido que le dejaba aquella excitación, como una pastilla penetrándole la garganta sin agua que la ayude. Había pasado mucho tiempo sin que le toquen y más, que lo tomen.
Aquel frío sentir es dejado en la otra también y entiende entonces que está esposado, a la espalda, en cuatro. Y peor, en dos segundos -puede que más, pero no logra discernir el tiempo, con la mente tan nublada como si estuvieran rodeados de espesa niebla-, también totalmente desnudo..
━━ ¡U-uh! ━ había emitido el pequeño por el frío, dos veces. Pero siendo totalmente ignorado.
━━ ¿Cómo me llamo?
Aquella pregunta confunde al rubio.
No responde, dudando.
━━ ¿Cómo me llamo? ━ repite, paciente.
Otra vez quiere quedarse callado, cerrar los ojos, agachar la cabeza y sentir cómo la mirada ceniza le observa hasta en lugares que el pequeño, por "no usarlos" había olvidado. Había, porque ante el silencio, su mojada entrada fue acariciada, haciendo al pequeño removerse, algo asustado, emitiendo al tiempo "¡E-e-eck!", un sonido del que el propio rubio ignoraba su existencia.
━━ Última oportunidad. ━ amenazó cual padre a su hijo.
Y el pequeño no sabría decir si aquello sería malo o bueno; estaba esposado y podía notar en el olor de creciente excitación del mayor, que era algo "bueno", ¡Estaba excitando al alfa que muchos omega desearían en su cama y si lo hacían, desearían repetir en poses tan placenteras como la que este iba a experimentar. ¿Y qué coño? ¡Incluso él mismo lo estaba disfrutando al punto de la excitación! De hecho, estaba seguro de que desearía repetir. Él… sabía que sería uno más en la lista de Jack Conway... Y le jodía… Pese a ser omega, disfrutaba "lucirse" y no solo ser el agujero mágico de los alfa, incluso si tienen tal renombre.
˚⋆₊*☼ ╰► Agujero mágico:
°• Me lo acabo de inventar (como toda la historia, pero esto solo porque me hacía gracia, y ahora me ha gustado cómo suena). Los omegas que trabajan como mujeres u hombres de compañía, ahora se llaman "Agujeros mágicos", para sustituir la palabra "puta" o "prostituta" por ser algo vulgares. En esta historia no creo que se luzca mucho ese nombre, porque aclaro que Gus no lo es en realidad; pero oye, no todos tienen por qué tenerlo tan claro… ☼*₊⋆˚
Pero, esa parte de él, la que piensa, perdía fuerza.
Y otra, su excitación, tomaba las riendas.
━━ ¡Superintendente!
El moreno quedó helado al instante.
Y el rubio, pero por razones distintas.
Y es que, en el caso del alfa, contrario a los pensamientos de su miembro, completamente erecto dentro de su ropa, su intención no era la mención del cargo que ostenta en el cuerpo del CNP. Quería escuchar su nombre, ya que el otro nunca le había llamado "Jack" en muestra clara de respeto; algo en él deseaba que tomase la confianza… La osadía de disfrazar sus gemidos de su nombre y apellidos, que le suplique ser un desastre y lo destroce…
Gustabo solo deseaba saciar su fuego interno.
A Conway le gustaba sentirse todavía más por encima del chico de cabellera dorada, aunque éste voluntariamente se sometía a él con claridad. No necesitaba luchar para ser diferente o excitante.
García era un mix…
García era una mezcla.
García era una bomba.
¡García era una jodida caja de dinamita!
Y Conway, deseaba ser la mecha.
━━ Good boy… ━ susurró luego de unos segundos. Si el rubio no sintiera el respeto que siente, se habría reído de aquello; sin quererlo sorprendió a la par que confundió (sin que el mayor mismo supiese) al hombre que admira.
Su cuerpo arde y pronto, siente algo líquido en su pantalón, bajando por la tela, hasta sus rodillas. Tiene pensamientos vergonzosos de niño pequeño, pensando que "mojó" la cama; pero al poco suma dos y dos y entiende que es su lubricante, algo "derretido" por el calor que sale de su débil cuerpecito. Incluso siente el sudor acumularse en varias zonas. Está literalmente envuelto en la llama de la pasión.
«Adiós a los pantalones...»
Justo en ese momento su trasero queda al aire, Jack así lo deja. Y el pequeño imagina la tonta escena de vaho saliendo de debajo de sus prendas, como si fuera un dibujo animado.
━━ Pero qué tenemos aquí… ━ susurra el mayor en un tono que el otro apenas oye. Gime sorpresivamente cuando su nalga derecha es pellizcada y abierta, causando una risita ━, ¿Tienes un lunar en el cachete? ━ Se retuerce suavemente cuando le tocan la zona interna, donde él hasta ese momento no sabía que tenía una marquita. Está más que sensible, más que caliente, más que lubricado y deseoso; pero Conway solo le tortura ━, oh, espera… ¡Es una marquita de nacimiento! Parece un… ¡Una piruleta! ━ El tono "infantil" le hace sentir extraño. El mayor solo observa una raya marrón oscura debajo de lo que antes le parecía un lunar normal y circular.
━━ Pa-paa-ah~... ━ Le intenta pedir que se detenga, pero su lengua baila al son de lo que Jack haga o deje de hacer; aunque solo ha lamido la marca de nacimiento. Y el rubio, no puede contradecir la danza.
━━ ¿Qué dices muñeca? ━ comenta burlón. En su posición, con la cara a la altura del trasero ajeno, observa todo pasar; observa la entrada húmeda contraerse con cada toque y lamida, disfruta de ver el lubricante salir y babea con el recorrido de este a través de aquellas lampiñas piernas.
━━ Super~... ━ trata de hablar. El mayor se lo concede. Ese mote es mágico ━, em-empiece ya…
Una risa sonora hace temer al chico de ahora si tortura durará más. Y no podría equivocarse más. No oye al mayor desnudarse, ni siquiera lo siente en el sofá, que se queja y tambalea con cada movimiento del cuerpo más grande. Solo sabe que el otro está como su madre lo trajo al mundo, cuando siente algo punzar su entrada.
━━ ¿Qué decías muñeca? ━ pregunta retador.
El mayor espera un "prepárame primero", o quizá un "Para, eso no va a entrar", algo referente a que su entrada, habiendo pasado tanto tiempo sin hacer nada, podría no ser capaz de albergar nada sin haber cuidado y preparación previa. De todo, menos lo que dice el pequeño a continuación:
━━ ¿Puedo... mon-montar?
«¿Qué cojones le pasa a este omega? ¡Es rojo! ¡Lleva demasiado sin sexo! ¡Lo voy a desgarrar!»
Lo piensa, pero no pierde el tiempo en darle la vuelta luego de desesposarlo. Se sienta en el sofá cual rey en su trono y el otro no tarda en acudir a su regazo.
━━ Super~… ━ le llama al sentir punzadas en su muslo y trasero cuando se recoloca. Sus ojos se ponen en blanco de solo sentir calor de otra piel, un calor que es menos intenso, puesto que el mayor es de celo verde y no está cambiándolo ni menos, está en celo; pero un calor agradable al fin y al cabo.
━━ Empieza el show… ━ El mayor siente que aquella escena quedaría perfecta para tener vino en la mano, ordenando a otro que se mueva en pos del placer de ambos sin que moviese un dedo. Se ve tentado a decir a Gustabo que le sirva una copa de su mejor vino y se empale en él, pero lo más probable es que acabe tropezando y mojándose en vino debido a su estado, si es que siquiera logra mantenerse en pie.
━━ ¿Tan rápido? ━ «No me jodas.» ━ ¿No quiere un poco de diversión…? Vamos, super~…
Caricias en su musculado abdomen, movimientos relajadamente placenteros sobre su miembro delante y atrás, y besos por su cuello, todo ello le catapulta a un placer que hacía mucho no tenía; un placer sin prisas en el que la penetración no es la única cumbre del sexo.
Pero un grito desgarrador rompe la atmósfera.
El mayor había obligado al rubio a penetrarse y ahora, la punta estaba dentro. No dolía, no al nivel de causar semejante grito; el cambio de celo le quitaba mucha intensidad a las sensaciones como el dolor. Lo peor había sido el susto de ser tomado tan fuerte y rudamente de la cadera, fuera de eso, repetiría otra vez. El moreno no se mueve más, pensando que quizá, solo quizá, se pasó; pero el menor sigue con la acción por él tan rápido que se gana un sorpresivo gemido del alfa.
Medio miembro entra en un salto controlado del pequeño. Entra y sale varias veces, por movimientos que únicamente realiza el menor, dilatando su entrada y dándose un disfrute que de ir lento, no tendría, porque no le dolería. Y al pequeño le gustaba aquel dolor singular o quizá fue la rudeza; no puede saberlo porque es la primera vez que un alfa no le deja ir a su ritmo, aunque hasta este finalmente se lo permite. Los gemidos del omega son algo altos, no mucho, pero sí lo bastante para opacar los del mayor.
El mayor le toca de nuevo, acariciándole los pezones con ambas manos y el salto se hace demasiado grande, sacando el miembro palpitante de su ser completamente.
━━ No me jodas... ━ Conway se sorprende de la forma de hablar del menor. Pero no tiene demasiado tiempo para ver si está bien antes de que su cabeza se vaya hacia atrás otra vez; Gustabo ha tomado su miembro y lo ha hundido completamente en él de una sola estocada, que hace cumbre en sus gemidos, antes algo bajos para no ser escuchados por los vecinos, como si el grito del principio no hubiera existido. Pero los vecinos lo recordarán por ellos.
El rubio da un bote suave para probar y ambos gimen.
━━ Uppa… ━ emite el mayor, animando al pequeño a repetirlo. Lo hace.
Bote.
Bote.
Bote.
Ha perdido la cuenta de cuántos ha hecho tan pronto como algo rodea su miembro; Jack le está masturbando. Cada subida sacando el falo de él, es una bajada de la mano contraria por el suyo y viceversa.
Su cuerpo se siente cálido, y tiene una ligera comparación con la de un gusano por los ligeros movimientos que sin darse cuenta, efectúa, agitándose y retorciéndose. El pequeño agradece que, cuando a causa de sus propios movimientos involuntarios baja el ritmo, el otro cambia fácilmente la postura, como si simplemente no fuese nada para él.
¿No lo es?
Sus piernas, agarradas por los gemelos por las manos del superintendente, son usadas de punto de apoyo para cada golpe, tan cerca de su abdomen que con cada estocada le golpeaban el pecho, como los testículos del mayor, que le golpean la entrada cada vez que aquel miembro se hunde en ella. Está convencido de que ahora mismo tiene las mejores vistas; la algo rosada cara del mayor, los ojos cerrados con algo de fuerza, el sudor que da un brillo especial a cada relieve en esos increíbles músculos, los cabellos agitándose en cada estocada, esos sonidos del choque de sus cuerpos al colisionar, aquellos gemidos mezclados con los suyos… Dios, si ese miembro en su interior y la mano en el propio miembro, no le hacen delirar, aquellas vistas sí que lo harán.
Gustabo no es consciente de que se ha corrido hasta que el mayor le mete los dedos en la boca. Ni siquiera escucha sus gemidos, todo sonido se opaca por la respiración, gemidos y jadeos del alfa; y ahora, por su voz al dirigirse a él mientras Gus se queda quieto con las falanges acariciando su lengua.
━━ Pruébate…
Obedece sin quejas. El semen conserva un suave sabor a miel pura, y lo saborea unos segundos antes de que el contrario le saque los dedos bruscamente, cambiando estos por su boca. La besó con una intensidad tal, que aquel sabor pareció desaparecer entre sus cavidades bucales. Se siente agotado físicamente y a plena potencia mentalmente. Donde omegas normales con un celo verde pueden pasarse el día entero follando sin agotarse en ningún sentido, este pobre chico de ahora celo ámbar está exhausto con un solo orgasmo durante un tiempo; pero se deja profanar aún así, porque su parte instintiva se siente sedienta de ese placer del que se le había privado hace ya un año y su cuerpo quema tanto que parece gravemente enfermo.
Por obra de Conway, aquel pequeño cuerpo ha vuelto a girar a la posición inicial; su trasero está en pompa, y se puede ver toda aquella zona claramente. Desde su pequeño miembro (a comparación del de los alfa, más grande por naturaleza) ya flácido hasta el lubricante de sabor a miel mezclado con -no poco- semen que salen de su entrada, adolorida sin darse cuenta por el calentón.
El joven omega ni siquiera se había dado cuenta de que Conway se corrió en su interior en una estocada despuntante entre las certeras y rápidas al poco de hacerlo él. Aquella embestida, una más profunda, en la que el mayor se clavó por completo como si quisiese que su semen nunca saliera de él, le había llenado. Y debido a su propio calor y húmedad, simplemente no era consciente de ello.
Y menos cuenta se da del olor a nicotina que tendrá su cuerpo unos días por la corrida que había sucedido en su interior.
Aunque duda siquiera poder abrir los ojos para comprobarlo mañana.
━━ Yo-... No creo po-… de-de-eeh~... ¡A-aah~! ━ Palabras que se convierten en gemidos cuando el mayor empieza a ingresar, esta vez con facilidad debido a lo dilatado que está aquel anillo de músculos y al lubricante natural entremezclado con su semen, que con cada estocada empieza a salir.
Gustabo trata de resistirse, pensando que aún no se había corrido el otro, pero le quedaba poco. Araña el sofá con las manos y trata de moverse hacia adelante. Todo es inútil y hasta peor; es agarrado del pelo con una mano fuerte y su mejilla choca con el sofá mientras su cadera es tomada para que no pueda echarse y sus brazos por mucho que luche, no logran levantarlo a la postura anterior. Casi prefiere la otra posición; al menos así no acabaría contradiciendose. Donde hubo intento de detenerlo por preocuparse de un suceso que sin darse cuenta, ya tuvo lugar, ahora, después de que su próstata fue golpeada de nueva cuenta y su miembro se empezó a despertar en contra de su voluntad, solo sabe pedir más entre gemidos y grititos.
Definitivamente mañana no podrá mover un solo músculo…
«Tarda mucho en correrse.» Es el pensamiento del rubio.
No sabe cuánto llevaba girando sobre aquel sofá y menos la hora, pero el mayor seguía.
Hasta que finalmente, con su cuerpo entre el otro musculado y la pared, elevado y sin capacidad de tocar el suelo ni con los dedos de los pies, se mantiene quieto. Las otras veces, "repentinamente", cambiaban de posición al poco y no descansaban, él no le dejaba y ahora no recordaba por qué se negaba a seguir; pero ahora, están quietos, respirando agitado y el pequeño, con la garganta adolorida de tanto grito.
Le eleva con más cuidado y luego de unos pasos en los que sigue tomado en los brazos del azabache, es echado en el sofá testigo de todo aquello. Toma su mano. No quiere estar solo.
━━ Super… ¿Pue-?
━━ No. Duerme.━ responde tajante. Y al poco, añade algo que ambos habían olvidado hasta ahora ━: Tu hombro está curado, pero deberías descansar.
Se retira rápidamente, sin dejar al omega procesar nada, pero haciéndole procesar aún más información e "información" de la que debería.
¿Por qué no…?
Y mientras Jack está preparándose para ir a trabajar. No ha dormido, pero gracias a aquel agujero mágico todo su estrés se ha ido.
Luego, mientras busca en su cajón de pastillas por una para el rubio, piensa «Solucionada la tensión sexual, ya no debería interesarme», pero si dijese que no sintió ganas de abrazar al omega con el que sin querer había iniciado un vínculo, estaría mintiendo.
━━ Tomatela cuando despiertes. ━ ordena al medio dormido omega, dejando un vaso y una píldora anticonceptiva que había mirado un minuto, luchando por negar algo que, después de aquella noche, se ha hecho más evidente.
«Sólo quería follarmelo. Es un omega lindo, ya.»
ʚĭɞ Por eso disfrutaste tanto de los besitos en el cuello y querías besar el suyo, aunque sabes que a él no le gustaría… Esa cosa en su cuello. ¡Llevas queriendo saber porque lleva gargantilla desde que supiste que siendo celo ámbar ya lo hacía!
Y así es cómo Conway, por primera vez, es callado por su alfa. Tristemente no escucha y solo se va, dejando a un omega ya dormido con un fuerte olor a ceniza y totalmente manchado en sus propios fluidos y en los suyos.
║▌│█║▌│ █║▌│█│║▌║
❝No.❞
✈
-ˏˋ⌦ 4310 palabras.
-ˏˋ⌦ He donado 69 euros por la silla de Gus, ¿Quién más se une a la colecta? unu.
-ˏˋ⌦ ¡Gracias por el 5k de visitas!
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