Solo silencio y luz del atardecer entraban desde el amplio ventanal sin terraza. Maravilloso!

Nadie reparo antes, que bajo una simple mesa de costura, cualquier instante podia acercarte hasta a ti misma
y a la vez, a tanta belleza.

Asi de sencillo, con el simple acto de agacharte y sentarte... directamente en el suelo.

Aquella mesa cubierta como un sueño, amontonaba retales , patrones, y costuras deshilachadas año tras año.
Estaba apenas en uso, al contrario que el resto de la casa. Nadie la ordenaba o alborotaba, ni hacia un intento de costura, era un hobby arrinconado de alguna etapa pasada de mi madre.

Alli se acomodaban los proyectos de vestidos ,
como suspiros que nunca llegan a su destino.Intactos.

Si te ponias en pie,
la luz desaparecia, tras la fachada de los edificios y el ruido de un taller mecanico te despertaba de inmediato al momento presente.

No podia observar como crecian las flores en la otra orilla tras el ventanal.

Desde paredes y ventanitas a pocos  metros de la nariz hasta algo parecido a un pasaje de asfalto era lo que podias respirar. Tan solo si inclinabas la mirada hacia abajo podias intuir aquella bella perspectiva tan distinta, pero adornada de ruidos pasaba inadvertida.

Volvi a intentarlo, no podia creerlo!
Segun me agachaba el bullicio y las sombras de las otras fachadas, me abandonaban y el silencio me bañaba hasta no sentirlo.
Yo era luz y era silencio.
Y nadie sabia que estaba alli.

No queria esconderme, esa no era la intencion, queria encontrarme.Y lo habia logrado bajo la mesa...