Cada día llegaban más y más objetos mientras "dormía" y todos desprendían el mismo olor nostálgico. Nunca le puso mucha atención a quien fuera la persona a cargo de dejarle aquellos maravillosos objetos y dulces que; sin que lo supiera, amaba con todo su cuerpo.

Así como cada regalo era diferente, la creatividad tambien llegaba, las ganas de dibujar eran inmensas. Miraba a sus alrededores buscando una hoja o algo con que dibujar. Al mismo tiempo aquella fobia volvía a presentarse por lo que cerró sus cuencas para volver a dormir. Buscando protección en la oscuridad.

Al mismo momento, esperando a que finalmente quedará en un profundo sueño. Depósito un nuevo regalo a su lado, una marioneta de su mismo, el color escabeche resaltaba entre todo ese blanco.