★ STILL WITH YOU ★

El sol ya se estaba ocultando en el horizonte, la suave brisa del viento golpeaba su cara, Jungkook estaba en la azotea del edificio donde los estudios de televisión estaban ubicados, aunque no estaba en la orilla, sabía que si alguien subía y lo veían ahí, de inmediato lo volverían a llevar a terapia, él no quería preocupar a sus hyungs más de lo que ya lo había hecho.

Su intención al estar ahí no era terminar con su sufrimiento, lanzarse al vacío y terminar con todo no era una opción, por lo menos, no en ese momento. Su mirada se clavó en el firmamento que en ese momento estaba teñido de naranja y sonrió viendo cómo la luna ya empezaba a ser más visible.

—Creo que tengo que volver —dijo como si alguien estuviera con él.

Regresó al estudio, ya todos lo esperaban, se había tardado más de diez minutos pero nadie le dijo nada. Tomó asiento y le indico a la presentadora que podían continuar.

—Estamos de vuelta, y nuestra entrevista con Jungkook continua.

—¿Estás listo? —le preguntó. Él sabía que quería comprobar que iba a poder continuar hablando.

—Sí, lo estoy —fue su respuesta.

—Muy bien. Dime por favor ¿Cómo fue que nadie se percató de que la salud de Jimin no estaba bien?

Jungkook sintió como el nudo que se había estado formando en su pecho durante toda la entrevista, ahora se hacía más fuerte, su pecho comenzaba a doler, pero respiro profundo y forzó su voz a salir y contestar.

—Fue algo inesperado, nadie lo vio venir, en los estudios médicos que nos realizamos con regularidad todos los miembros, nunca salió ninguna anomalía.

—Pero tú al ser su pareja y convivir con él las veinticuatro horas del día, ¿nunca notaste nada? ¿no viste que él presentará algún malestar?

Esas palabras Jungkook ya las esperaba, era lo mismo que le había dicho el médico, su manager, sus padres y los de Jimin, y también él mismo.

—No, él nunca mostró ningún síntoma,  y si se sentía mal tampoco me lo dijo.

Eso era lo que más lo atormentaba, no haber notado nada raro, tal vez si él hubiera dado muestras de sentirse mal, lo hubiera llevado al médico.

—Jungkook, ¿nos podrías decir que fue lo que pasó?

El nudo se hacía cada vez más fuerte, y el dolor iba aflorando con más fuerza al recordar todo lo que había pasado, mientras iba narrando todo lo sucedido...


Faltaba una semana para el cumpleaños de Jimin, Jungkook le estaba preparando una sorpresa que sabía le encantaría.

El nuevo album estaba siendo preparado, todos estaban ocupados, entre componer las nuevas canciones y todo lo referente a la estética y el concepto que manejarían.

Ya había hablado con Namjoon y lo había convencido de ayudarlo para incluir una canción más, aún no la tenía lista por completo, pero le faltaba poco, sólo unos retoques más y estaría lista.

Jimin le había estado preguntando sobre ella, pero él sólo le daba evasivas, no podía decirle que era una canción para él, ni siquiera lo dejaría estar en el estudio cuando la grabará quería que cuando la escuchará por primera vez fuera en un momento especial.

Jungkook estaba en su estudio tratando de darle los toques finales a la canción, pero simplemente no lograba concentrarse, sentía una presión en su pecho, como un presentimiento; así que se dió por vencido apagó la computadora y salió, necesitaba hablar con su mochi y escuchar su voz.

Él no había ido ese día a la empresa pues había despertado con dolor de cabeza, y cómo habían estado tan estresados entre grabaciones, ensayos y prácticas, Jungkook le dijo que descansará y que él le notificaría a todos.

Jungkook tomó su teléfono mientras se dirigía hacia la salida, le preguntaría qué quería de cenar. Tres tonos y Jimin no respondía, Jeon se inquieto, su chico siempre contestaba su teléfono, subió al auto y de nueva cuenta volvió a marcar.

Otra vez nada.

Frunció el ceño y aunque no quería sonar grosero apresuró al chófer, quería llegar a su departamento lo más pronto posible.

El cielo nocturno se veía nublado, la noche era demasiado fría, no había estrellas, todo indicaba que llovería. Quince minutos después llegó por fin a su hogar, bajo del vehículo y con paso firme se dirigió al ascensor, la presión en su pecho de horas antes había vuelto y se había incrementado, sentía que algo pasaba.

Entró al departamento llamando a su novio, pero no hubo respuesta.

—Tal vez se quedó dormido —se dijo mientras se dirigía a la habitación.

Abrió la puerta.

Nada, Jimin no estaba en la cama, giró su vista hacía el cuarto de baño, la luz estaba encendida pero no se escuchaba el agua correr.

Sonrió ladino imaginando a su precioso mochi en la bañera, desnudo, esperando por él.

Se quitó la chaqueta y sin esperar más entró...

Pero lo que encontró no era lo que imaginaba, corrió hacia la fría tina. Y su mundo se vino abajo.

El cuerpo de Jimin estaba frío y sin color, lo saco como pudo del agua, mientras gritaba su nombre con desespero...

—¡Jimin, mi amor! Reacciona por favor no me espantes, por favor abre los ojos.

Le decía mientras sacudía su cuerpo, las lágrimas nublaban su vista, como pudo sacó su teléfono y llamó a emergencias.

—Una ambulancia, pronto, mi novio está inconsciente y no responde...

Dió la dirección mientras le hacía primeros auxilios, tal y como se lo indico la operadora.

El tiempo se le hizo eterno hasta que escuchó a los paramédicos entrar, escuchaba y veía todo como  dentro de una nebulosa, los paramédicos lo hicieron aun lado, atendieron a Jimin, tratando de reanimarlo, pero ya no había nada que hacer.

Recordaba a la perfección las palabras que marcaron el final de su felicidad y el inicio de su agonía.

—Lo siento, ya no hay nada que podamos hacer, el joven está muerto.

Se abalanzo hacia el cuerpo de Jimin, mientras gritaba con desesperación.

—¡No! ¡Jimin no puede estar muerto! ¡Mi amor reacciona, por favor, no me dejes!

Sus lágrimas caían a raudales mientras se abrazaba a Jimin, sentía como los paramédicos trataban de separarlo de él, pero él no lo permitía.

Después de mucho luchar por fin lograron separarlo y lo subieron a una camilla, para después taparlo con una sábana blanca. No recordaba haber llamado a nadie más, pero de un momento a otro Namjoon y Yoongi estaban ahí junto a su manager.

Ellos también lloraban, el trayecto al hospital fue el camino más largo de lo recordaba, él simplemente se dejaba guiar, estaba en shock, escuchaba que le hablaban pero de su boca no salían palabras.

Veía todo como si estuviera fuera de su cuerpo, veía a sus amigos llorar y abrazarlo, escuchaba como todos le hablaban tratando de que reaccionara, pero solo lo hizo cuando un médico les habló.

Se levantó y corrió hacia él, quería que le dijera que todo estaba bien, que su Jimin estaba bien,que todo había sido una confusión y que él estaría bien, pero no fue así, sus palabras fueron claras.

—El joven Park Jimin, murió de ahogamiento, harán falta los resultados de la autopsia, pero todo parece indicar que sufrió un desmayo causado por una baja en la presión mientras se duchaba, causando que su cuerpo entrara en shock y se ahogara, lo siento mucho, pero ya no hubo nada que se pudiera hacer.

Su grito de dolor, retumbó en los pasillos del hospital, se tiró en el suelo de rodillas, rogando por que fuera mentira, eso no podía ser cierto, Jimin no estaba muerto, él no podía dejarlo así, él le prometió que estarían juntos hasta que se hicieran viejitos.

Sintió como sus ojos comenzaron a cerrarse, y cuando los volvió a abrir estaba recostados en una cama de hospital, quería pensar que todo había sido un sueño, pero la mirada triste y llorosa de sus amigos le confirmaba que no era así, su vida entera se había ido, lo había dejado.

—¿Dónde está? ¿Quiero verlo?

—Jungkook, no creo que sea conveniente.

—¡Quiero verlo, maldita sea! —les gritó.

No les quedó más remedio que llevarlo a dónde se encontraba.

Con paso lento llegó hasta aquel lugar frío y lúgubre, ahí, en medio de la habitación, en una fría mesa de metal, se encontraba acostado el que sería por siempre el amor de su vida.

Se acercó lentamente y quitó la sábana que cubría su rostro, ese bello rostro que tanto amaba ver al despertar cada mañana, se veía tan en paz, tan tranquilo, como cuando dormía, con la única diferencia de que en esta ocasión no despertaría cuando él lo besara suavemente en su frente.

Esos bellos ojos que reflejaban la pureza de su alma, no volverían a abrirse, ni se esconderían cuando él sonriera. Y volvió a llorar y gritar.

—¿Por qué te fuiste? ¿Por qué me dejaste? Me prometiste que ibas a estar conmigo siempre y no lo cumpliste, vuelve mi amor, no me puedes dejar sólo, ¿que voy a hacer sin ti? ¿Cómo voy a vivir si tú eres todo mi mundo?

Pero por más que gritara y rogara él no abría los ojos, sus lágrimas mojaban su precioso rostro, se hincó ante su cuerpo y lloró, hasta que Namjoon entró por él.

Después de eso el sepelio y entierro de Jimin pasó como en un borrón, recordaba unas partes, pero otras simplemente no podía. La noticia de su muerte sabía que había traspasado países enteros, sabía que había miles de personas llorando su partida, pero nadie sufría más que él...

Interrumpió sus palabras, pues las lágrimas le impedían continuar, todos en el estudio lloraban en silencio. La entrevista se dió por terminada, ni él ni la presentadora, ni nadie de los presentes podían continuar. La terminarían después.

Le costó mucho dejar de llorar, y cuando lo hizo salió por fin de ese lugar, le había prometido a sus hyungs volver en cuanto terminará pero necesitaba verlo, así que le indico al chófer que lo llevará con él.

Cuando llegó vió la inmensa cantidad de flores que todos los días le llevaban, vió su foto colocada en la base de la lápida con su nombre y volvió a llorar.

—Mi amor, me haces falta, cada día te extraño mas, no sabes las ganas que tengo de reunirme contigo, de volver a ver tu sonrisa y escuchar tu voz, te llevaste la mitad de mi alma contigo, ahora ya nada tiene sentido sin ti, la música no se escucha igual, perdóname por no haber terminado tú canción, pero si tú ya no estás aquí que caso tiene. Mí amor por favor nunca olvides que te amo y que en alguna otra vida nos volveremos a encontrar y continuar con nuestro amor. Por favor recuerda que tú siempre estarás POR SIEMPRE EN MI CORAZÓN.


Perdido estará el amor,
pero no nuestros recuerdos,
tus besos vienen a verme,
entre locos pensamientos.

Tus labios me son esquivos,
tu mirada ya no es mía,
siento que ya no te tengo,
que te has ido de mi vida.

He perdido tus caricias,
te he perdido y no te encuentro,
apareces fugazmente,
en mi mente entre recuerdos.

Recuerdos que me entristecen,
pero dejan esperanzas,
de encontrarte nuevamente,
en alguna otra vida...

POR SIEMPRE
TÚ ERES YO Y YO SOY TÚ...




Y con esto llegamos al final de esta triste pero bella historia que espero les haya gustado.

Nos leemos bellezas...
         Besitos 😘😘😘

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