🪷 𝕳𝖊𝖗𝖒𝖆𝖓𝖔 🪷

—Беларусь! Хватит, это я! (¡Bielorrusia! ¡Basta, soy yo!) —su hermana se detuvo, lo miró dudosa—. я Россия (Soy Rusia)

Por primera vez, le dirigió la mirada a Bielorrusia. Ella la reconoció de inmediato, esos ojos celestes fríos como el hielo, aquellas mejillas rosadas, tímidas pecas que asomaban por su rostro. Aquella prominente cicatriz en su ojo derecho. Tiró su navaja al suelo de la impresión, cubriendo su boca con ambas manos. Rusia respiraba agitado, no sabía cómo reaccionaria su hermana, pero parecía que todo iba a salir bien. Comenzaba a tranquilizarse cuando recibió una bofetada demasiado fuerte en su mejilla. Cayó nuevamente al suelo aturdido, cerrando sus ojos por el impacto.

—ты чортавы ідыёт (Eres un maldito idiota) —Bielorrusia estaba molesta.

—Un gusto verte a ti de nuevo, hermanita —dijo sarcástico escupiendo algo de sangre a la calle.

—¿Rusia? ¿Pero qué demonios te pasó? —lo veía de pies a cabeza, demasiado impactada como para saber cómo reaccionar—. Estás tan... Diferente.

—Lo sé.

—Tengo una hermana —dijo con algo de ilusión, para después volver a la realidad—. ¡Eres un bastardo! ¡Un egoísta! ¡¿Tienes idea del problema en el que acabas de meter a México, Ucrania, Estados Unidos y a mi?! ¡¿En qué demonios estabas pensando al desaparecer de está manera, grandísimo idiota?!

Lo tomaba de la camisa asotandolo contra el piso, provocando que a Rusia le comenzará a dar una migraña ligera. Le tomó de las muñecas, intentando detenerla. Bielorrusia comenzaba a llorar, algo que era difícil de lograr a menos que se tratara de algo grave. Ahí fue cuando el hijo mayor de la URSS comenzó a preocuparse.

—¿Belarus?

—Pero sobre todo, no tienes idea de lo mucho que te extrañé —secó sus lágrimas sollozando—. Esperé dos largos meses pensando lo peor, manteniendo las esperanzas de que algún día lograríamos encontrarte vivo. Siempre estuviste bajo nuestras narices. ¿Por qué hiciste esto, Rusia? ¿Por qué ignoraste mis llamadas? ¿Cómo fue que te paso esto?

—Es una larga historia, Bielo.

—Estoy dispuesta a escucharla.

Rusia le contó cada detalle de lo que le había ocurrido en los últimos dos meses. Le contó lo ocurrido con aquella bruja y su cuerpo. Cómo se había encontrado con México y la forma en que Chile se dio cuenta de que era él. Le contó cómo había comenzado a salir con una chica, Sandy, y que las cosas marchaban bien con ella. Bielorrusia estaba impactada de todo lo que había ocurrido en la vida de su hermano.

—Y sé que sonará tonto, pero todo este tiempo me he estado escondiendo del mundo porque... —tragó saliva—. Tengo miedo de que me vean como la abominación en la que me he convertido. Al menos, así es como me veo con mis propios ojos.

—Ru, eres un idiota —nuevamente volvió a ser insultado—. Ya no estamos en el siglo veinte, nadie va a juzgarte si sales con esta apariencia a la vista pública.

—No es así —negó repetidas veces con la cabeza—. Putin me verá con mala cara, mis senadores dejarán de tratarme como su representante, quizás incluso mi gente me desconozca y se avergüencen de mi. Si papá estuviera aquí, no puedo ni imaginar lo avergonzado que se sentiría.

—Pero... Él ya no está aquí —Rusia agachó la cabeza, triste, de todos sus hijos él era quien había convivido más con la Unión Soviética—. Basta, Ru. Haces las cosas más complicadas de lo que deberían. Vuelve a casa, por favor. Ven conmigo de vuelta a Moscú, solucionemos esto de una buena vez y después veremos cómo arreglar esta situación contigo.

—Нет (No) —Bielorrusia volteó a verlo nuevamente—. No puedo irme de aquí sin haberle puesto fin a este asunto, necesito tener mi cuerpo de vuelta para poder arreglar todo este desastre con el resto de países.

—Rusia, ¿cuánto más vas a tener al mundo en suspenso únicamente porque tienes miedo? —estaba harta del comportamiento tan irracional de su hermano mayor—. Dime de una vez por todas, ¿qué es lo que hace falta para arreglar este problema? Podemos solucionarlo juntos, pero vuelve a casa a arreglar otro asunto más importante que esta enorme tontería.

—Es que no puedo, Belarús. Necesito romper este hechizo.

—¿Y qué es tan necesario para romperlo? Puedo comprarlo si es necesario, puedo construirlo, puedo ayudarte de cualquier manera.

—Es que no es tan simple —su hermana ya estaba desesperada—. Lo necesario para arreglar mi problema es un beso de amor verdadero. Tengo seis meses para conseguirlo, y ya tan solo me quedan tres y medio.

—Maldita bruja —susurró—. Eso sí es algo en lo que me costará ayudarte.

—Lo sé, aunque estoy trabajando en ello —se refería a Sandy—. Hablando de eso, me gustaría poder presentartela algún día, te va a agradar.

—Rusia... —lo miraba algo decepcionada—. No es que me moleste que salgas como una civil, pero piénsalo bien. Ella vivirá menos que tú y que yo. Además, si llegara a enamorarse de ti, no sabremos si es lesbiana o bisexual, y no sabremos tampoco si te va a amar una vez descubra quien realmente eres. Piénsalo bien, Rusia, ¿en verdad eres tan poco hombre como para usarla solo para un beso y después olvidarte de ella?

De no conocer a Bielorrusia, hubiera pensado que ella se oponía a su relación. Pero era su hermana, la conocía de toda la vida. Sabía que por más que lo odiara, ella siempre tenía la razón, o tenía pensamientos bastante acertados. Eso era algo en lo que se parecía mucho a su madre. Eso le hacia recordar la relación que tenían sus padres, URSS era el representante de un país, su madre era una civil. A pesar de haber logrado formar una familia, ella había fallecido mucho antes que su padre. Jamás tuvo la oportunidad de verlos convertirse en adultos, ni de verlos crecer por si mismos. Toda su vida tuvo que cuidar niños y adolescentes. URSS había sufrido mucho la muerte de su mujer, era consciente de que ella viviría menos, pero diablos... Jamás pensó que le dolería tanto perderla.

—Tienes razón —soltó un suspiro triste—. Terminaré como papá.

—¿Entonces lo entiendes?

—Да (Si) —pero en su mente, seguía teniendo sentido—. Si tan solo la conocieras entenderías la razón por la que estoy dispuesto a correr el riesgo. Me gustaría enseñarle mi mejor versión y dejarla entrar en mi vida.

—Rusia —lo interrumpió—. Probablemente ya lo sepas, pero de todos nuestros hermanos tu eres con quién llevo una mejor relación. Y de hermana a hermano, quiero decirte que no quiero que termines como papá. Siento que mereces un amor para toda la vida, ¿has intentado buscar otro país?

—Sabes que todos me odian —soltó una risa leve—. Me odian desde que inicié la guerra con Ucrania, desde el primero de junio en ese parque con México. Incluso hay algunos que simplemente evitan tratar conmigo porque me ven serio e intimidante. Supongo que quizás por eso pensé que con Sandy tendría una oportunidad de empezar de cero, no conoce mi pasado.

—Exactamente por eso no va a funcionar —una vez más, el euroasiatico dirigió su mirada hacia su hermana—. No te conoce en lo absoluto, estás engañando a esa pobre niña para tu propio beneficio, Ru. Es increíble que pienses que de 194 países ni uno solo se va a dignar a prestarte atención y enamorarse de ti. ¿Te das cuenta de lo ridículo que suena eso?

Rusia desvió su mirada, intentando evitar la de su hermana. No quería escucharla. Quería darle una oportunidad a aquella mujer que tantas veces le había quitado el sueño por las noches. Pensaba que si su padre se había arriesgado a comprometerse con una mujer civil para formar una familia, quizás el también podría hacerlo. Aún si eso significaba tener que perder al amor de su vida antes de que él mismo perdiera la suya.

—Rusia, por favor, sólo detén está tontería.

—Es que no puedo hacerlo... —negó repetidas veces—. Esto no soy yo mismo, me he acostumbrado a este cuerpo últimamente... Pero no soy yo.

—¿Qué acaso no te gusta como te ves? —soltó unas risas, burlándose de lo ridículo que era su hermano—. ¿Te has visto en el espejo alguna vez? Mírame, ¿te parezco guapa?

—Siempre te diré lo maravillosa que te ves sin importar cómo luzcas.

—¿Cómo te sentirías si te digo que te ves idéntico a mi en estos instantes? —esta vez era Rusia quién se reía—. Dices que no te gusta como te ves, quizás hasta pienses que eres horrible. Pero al vernos tan parecidos ahora mismo, ¿le estás diciendo a tu propia hermana que te horroriza?

—Veo lo que tratas de hacer, no va a funcionar.

—Dejame al menos intentarlo —provocó más risas en su hermano—. Ahora contesta, ¿me estás mintiendo?

—Нет (No)

—¿Entonces?

—Basta, no me metas más pedos mentales de los que ya tengo.

—¿Pedos?

—Je, perdón, un modismo de Мексика.

Sospechoso, pensaba Bielorrusia. El único país con el que había pasado más tiempo estos últimos días era con el latino de bandera tricolor. Al igual que a Chile, a ella también le dio una corazonada tan solo pensar que quizás no era una mujer lo que Rusia debía estar buscando. Oh, pero si le mencionaba justo lo que estaba pensando en ese momento, su hermano se horrorizaría, le daría miles de argumentos por los que eso no debía ser así y, sólo para darle la contraria, se empeñaría más en salir con Sandy. Debía irle metiendo la idea lentamente en la cabeza sin que se diera cuenta, hasta que llegara a pensar que era su propia idea. Hace algunos ayeres, ONU se había reunido con ella por el mismo asunto de la desaparición de Rusia. Ahí se le había escapado decir que pensaba que México estaba enamorado de su traductora. Quizás si le ayudaba al moreno a enamorarla podría solucionar este problema.

—En fin —terminó de decir Rusia—. Déjame darle una oportunidad, sólo una. Soy feliz ahora mismo con ella, y tan solo quiero que las cosas sigan fluyendo de esa manera.

Hubo un pequeño silencio, tal vez debía darle esa oportunidad, pero solo una. Tenía un mal presentimiento sobre ello, y sin embargo debía dejar que aquello pasará, sólo así Rusia se daría cuenta de que quizás salir con una civil no era la mejor decisión que habría tomado. Y mucho peor, engañarla para su beneficio. Asintió varias veces en señal de aprobación, sintiendo inmediatamente los brazos de su hermano rodeándole en un abrazo extrañamente familiar, pero que se sentía diferente. Debía pensar en como empezar a planear todo eso, sin que el eslavo se diera cuenta. Sólo esperaba que cuando todo esto se solucionara no fuera demasiado tarde.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top