Sasuke ya no se sentía seguro dejando a Sarada sola así que hizo lo último que querría haber hecho. Le pidió a Hinata que dejara el trabajo y que cuidara de Sarada las 24 horas al día.
Hinata no se lo negó, pero extrañaría el trabajo.

—Es por el bien de todos, lo siento cariño...

—Descuida, Sasuke-Kun. Yo amo a Sarada, estaré aquí para ella siempre y mucho más ahora — le sonrió.— Aún que, a veces pienso que seria mejor decirle lo de Sakura... Ya que, si algún día se entera... No creo que ella le hable con la verdad.

—Creeme que e pensado en eso mucho tiempo... Pero Sarada nos odiaría en parte por no habérselo contado.

—Si... Tienes razón. Bueno, es hora de descansar, mañana tendrás un largo día.— Hinata lo beso y luego se le ocurrió una idea — y si... ¿Vuelvo a trabajar en la escuela como la persona de los recados?

Sasuke sonrió, así la conoció.

—Así te conocí...— le sonrió — es una buena idea. Muy buena de hecho.

—Que buen recuerdo hahah... Entonces mañana iré a pedir el empleo.

—Te lo darán — le guiño el ojo.

A la mañana siguiente. . .

Sarada y Hinata fueron a la escuela. Hinata no sabía ni presentía que se encontrarían con ... Sakura.
Sakura al ver a Hinata buscó con la mirada a Sasuke y al no encontrarlo se acerco a ambas.

—Buenos días Sarada-Chan— la saludo con la mano.

—Hola... ¿Señora...?

—Sakura, cariño.

-—Ah... Si, señora Sakura.— se dio vuelta para ver a Hinata y la abrazo — adiós mami, ¿Luego me vienes a buscar?

—Si, cariño— Sarada le sonrió — pero espera. Voy a volver a trabajar aquí

—¿¡En serio!?— sonrió aún más.

—Si, hoy mismo voy a pedir mi antiguo empleo.

Sakura las miro y sonrió maliciosa.

—¿Que trabajo?

Hinata la miro mal y le respondió

—No lo sé, tal vez inspectora o la chica de los recados.

—Ah, yo ya tengo ese empleo. Soy la nueva inspectora.

Hinata se quedó sorprendida.

—¿Así tan rápido?— pregunto Sarada.

—No, hahah, de hecho están viendo mi currículum, me llamaran.

—Pues es una pena, a mí me contratarán ya que trabaje aquí por largos años— sonrió Hinata.

—Ya lo veremos, cariño — le sonrió nuevamente

—Ok... Bueno mami, debo entrar, ¡Te deseo suerte! Amaré tenerte aquí, conmigo — la abrazo de nuevo y luego le dio un beso de despedida — ¡Adiós!— y entró corriendo a la escuela.

—No te saldrás con la tuya, estúpida.— le dijo Hinata en el oído a Sakura.

—Ya lo veremos, cariño.— volvió a repetir Sakura.

—Con permiso.— se fue

—Yo soy su madre, tonta.— pensó Sakura

Hinata entró a la escuela y varios alumnos y demás la saludaron. Fue a donde contrataban y volvió a pedir su empleo, y como ella dijo, la contrataron de inmediato. Hinata rió al recordar lo que Sakura había dicho y salió. Comenzaría a trabajar desde mañana, hoy sería su último día de descanso.

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—Kakashi, cariño.

—¿Que sucede, amor?

—Hay que sacar a esta idiota del camino.

—¿y a Sasuke?

—No, a él no.

—Esta bien, cuando llegues a casa hablaremos.

—Sí— y cortó la llamada.