Como siempre, él estaba ahí, furiosa le cerró la puerta mientras recitaba una maldición, más a Dégel no le hacía efecto otra maldición porque sabía que en el fondo ella deseaba tenerlo cerca. Volvió a tocar la puerta esperando otro improperio en griego.

― ¡vete!

―no podrás escapar de mí....

―puedo matarte―advirtió.

―ya te dije en nuestro primer encuentro que si lo haces, él morirá conmigo. Su alma está enlazada conmigo.

Oyó un bufido y luego la puerta se abrió. No pudo evitar sentirse fascinado al mirar los ojos y cada parte del rostro de ella.

― ¿qué miras?

Esa brusquedad le fascinaba más.

―sigues siendo igual que en tu anterior vida―comentó.

― ¡vete al diablo!

Sabía que él no la dejaría en paz, no obstante necesitaba saber ¿por qué el bebé de Carrie podría morir si mataba a ese hombre?

Usaría la seducción para obtener información.

―tu corazón me dice que quieres estar cerca de mí ¿o me equivoco?

Ella lo miró ofendida, estaba a un paso de lanzarle lo que tenía a la mano, él tenía la facilidad de adentrarse en su mente y extraer pensamientos de ella. Sabía que hombre o mujer Kardia se iba a sentir atraída a él.

Como si hubiesen oprimido un botón, la mujer se acercó despacio al inmortal, un abrigo que cargaba puesto fue apartado dejando al descubierto una blusa roja, extendió su brazo posando sus finos dedos detrás de la nuca de Dégel atrayéndolo para besarlo. Carrie no estaba en esos momentos ahí por lo que le resultaría fácil engatusarlo y obtener la información necesaria.

Seguramente sus compañeras de trabajo le dirían que un hombre como ese no se veía todos los días ni en las discotecas, así que tenía que "aprovecharlo".

―sólo puedo tener esta forma hasta al amanecer―murmuró pegado a su boca.

"Suficiente para mi...."

El beso se volvió más caliente y apasionado, no alcanzaron llegar a la habitación por lo que el sofá los acogió, gimió cuando él se adentró y dejó que hiciera lo que deseara, cuando terminó era momento de interrogarlo y saber de qué forma proteger al bebé de su amiga.

― ¿por qué él puede morir si te mato?

Sin despegar la vista de un tatuaje con forma de escorpión en la espalda de ella respondió.

― ¿por qué tanto interés mujer?

Repasó sus músculos con sus finas uñas, se detuvo justo en el corazón para presionar con fuerza obligándole a responder.

―te dejé hacer lo que desearas, ahora dame esa información a cambio.

Apartando con suavidad la mano, procedió a contarle.

Recuerdo.

1362.

Había visto a varios niños jugar en las cercanías de su propiedad, no salía a verlos porque sabía que ellos saldrían huyendo dados los falsos rumores de que los inmortales mataban y bebían sangre para mantener su larga estela de vida y juventud, los pocos humanos que servían en su palacio sabían que era falso, que Dégel Von Shielfs simplemente trataba de mostrar que no era malo.

Un día no oyó las risas de los pequeños, intrigado salió a ver con su mayordomo pisándole los talones. No había ningún niño a la vista aparentemente más una risa inocente se manifestó a varios pasos de donde se hallaban.

―señor―lo detuvo el mayordomo―puede ser una trampa de los cazadores de inmortales.

―no pueden usar a niños, sería inmoral―murmuró caminando sin hacer ruido―sólo quiero saber como es.

Las hojas caídas de los árboles de su jardín crujían a cada paso que daban, la risa seguía más y más cercana....

―señor algo sobrenatural está sucediendo―señaló a la insólita quietud que se formó en el inmenso jardín.

Cuando salieron de los límites de su propiedad, llegaron hasta donde un árbol de fresas donde una cabellera salía a relucir, el mayordomo ahogó una exclamación de asombro al ver al niño que ahí estaba.... Su piel blanca, ojos azules y cabellos turquesas semejaban al físico de su señor quién estupefacto cayó de rodillas frente al niño quién le sonrió para después levantarse y desaparecer en el camino.

De regreso, Dégel aprovechó para ordenar a su cochero que trajera a Sisifo hasta su propiedad pues necesitaba hablar urgente con él.

―¿ qué sucede? ―fue la pregunta del castaño apenas entró.

Un lienzo en cuya superficie estaba dibujado el rostro de un niño fue la respuesta.

―vi un niño parecido a mi en las cercanías de mi jardín....¿ qué quieren decirme los dioses?

―¿niño? ―tomó el lienzo para ver el dibujo―y este imagino es su rostro, se parece a ti.

―desapareció cuando caí de rodillas frente a él, ¿ qué significa? ¿ qué te revelan los dioses?

Volvió a contemplar el trazo, la forma de su rostro y ojos y fue entonces que la revelación de sus dioses se manifestó....

"Un humano nacerá de ti,

Será una extensión tuya,

Sin embargo debes aplazar su nacimiento,

Pues estos tiempos serán difíciles...."

―ellos siempre nos ordenan que hacer―dijo Dégel―sin embargo desde hace tiempo quiero una compañía la cual no me mire con temor, sabes que no sigo ciertas cosas que ellos ordenan.

―si los desobedeces tendrás consecuencias muy dolorosas―dijo incorporándose Sísifo.

En su tiempo no quiso oír que quería decir con aplazar su nacimiento y consecuencias dolorosas, pues ilusionado por primera vez en su vida procedió a buscar la forma de tener a aquel bello niño, al que ya empezaba a amar mucho antes de nacer....

Para cerciorarse de que sería tal como lo vio debajo de ese árbol, pidió ayuda a otra inmortal llamada Eleonora quién le había dicho que necesitaba desprenderse de una parte de su alma a través de una gota de sangre y visualizarlo en su mente.

Eleonora le dijo lo mismo que dijo Sísifo.... Las consecuencias de adelantar el nacimiento de aquel tan deseado hijo acarrearían un dolor más adelante, que los mismos dioses se lo quitarían...

―soy poderoso, puedo protegerlo hasta su vejez....

Eleonora no discutió.

―di lo que tengas que decir para que los dioses o una parte de ellos te oigan.

"Quiero que sea tan hermoso e inocente,

Quiero tenerlo como mi compañía,

Quiero que sus emociones sean mías,

Quiero que sea mi hijo en cada vida...

Desde antes de su nacimiento establezco la unión como padre e hijo,

Todo lo que él sienta, yo lo sentiré,

Él será mi columna vertebral,

Mi vida y mi muerte...."

Fin recuerdo.

Quedó en silencio luego de estas palabras, Kardia se incorporó cubriéndose con un grueso y largo abrigo, él la miró despacio sin despegar la vista de su espalda, sabía que ella había hecho eso sólo para obtener información valiosa.

― ¿por qué no puedes dejar de odiarme?

―estás loco―dijo por respuesta―pretendes manejar la vida a tu antojo, desoíste a tus dioses y ahora padeces el dolor y la maldición.

Él la jaló de nuevo a su cuerpo, ella trató de cortar su respiración más un desesperado beso evitó que se fuera de sus brazos hasta antes de que salga el sol en la que tomaría su forma de anciano.

                                                                **************************

― ¿oye mi nene? ―Carrie acariciaba su vientre― ¿puedes moverte ahora?

Él no se movía salvo si su padre de su anterior vida hablaba cerca suyo o la distancia lo llamaba por su nombre o si decían de casualidad "Camus"

Viajaba hacia la ciudad donde vivían sus padres, por suerte el autobús lo había tomado vacío y el viaje hacia el lugar de sus padres era largo por lo que descansaría. Kardia había insistido en que mejor los llamara para que ellos la visitaran o ella la acompañaba, más la joven rubia le había dicho que no quería que dejara de trabajar por ella.

―amorcito, ¿estás dormido?

― ¿cuántos meses tienes hija? ―preguntó una anciana a su lado.

―siete.

―y... ¿qué haces sola viajando?

―visita a mis padres.

La mano de la mujer se posó sobre su vientre con ternura.

―cuídalo.... Es un tesoro que es buscado por alguien que lo quiso mucho...

Carrie se asustó ante esas palabras.

―tranquila muchacha, no soy de aquellos que quieren hacerle daño.

―estoy cansada de que me digan cosas que no entiendo ¿qué quieren de mi bebé?

―nada, sólo protégelo....

El resto de la noche la pasó sin contratiempos, su viaje duraría seis horas o más. Cuando al fin llegó a su destino se cercioró de que nadie la siguiera....

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¡ Hola!

Regreso al fin, el trabajo ha estado muy pesado y no pude actualizar seguido. Espero les guste.

Saludos :)